domingo, 29 de marzo de 2015

Semana Santa

No son vacaciones no son "días libres".
Son días para acercarme hasta unirme a tu Corazón, con oración, con reflexión para un cambio real de aquellas actitudes, gestos, pensamientos que me alejan de Ti.
Vive cristianamente estos días que se acercan, participa de las celebraciones litúrgicas en tu parroquia.

sábado, 28 de marzo de 2015

El Evangelio del Domingo


Domingo de Ramos. Ciclo B


Este domingo se lee el relato de la Pasión de Jesús en el evangelio de Marcos. Dada su extensión me limito a sugerir dos puntos de atención (Jesús y sus discípulos) y a ofrecer cuatro posibles lecturas de la pasión.

Dos puntos de atención

¿Quién es Jesús?

El relato del capítulo 15 supone un gran contraste con el de los dos anteriores, 13-14. En estos, Jesús se enfrenta a toda clase de adversarios en diversas disputas y los vence con facilidad. Ahora, los adversarios, derrotados a nivel intelectual, deciden vencerlo a nivel físico, matándolo (14,1). Lo que más se destaca en Jesús es su conocimiento y conciencia plena de lo que va a ocurrir: sabe que está cercana su sepultura (14,8), que será traicionado por uno de los suyos (14,18), que morirá sin remedio (14,21), que los discípulos se dispersarán (14,27), que está cerca quien lo entrega (14,42). Las palabras que pronuncia en esta sección están marcadas por esta conciencia del final y tienen una carga de tristeza. Como cualquiera que se acerca a la muerte, Jesús sabe que hay cosas que se pierden definitivamente: la cercanía de los amigos (“a mí no siempre me tendréis con vosotros”: 14,7), la copa de vino compartida (14,25). No falta un tono de esperanza: del vino volverá a gozar en el Reino de Dios (14,25), con los discípulos se reencontrará en Galilea (14,28). Pero predomina en sus palabras un tono de tristeza, incluso de amargura (14,37.48-49), con el que Marcos subraya ―una vez más― la humanidad profunda de Jesús.
Cuatro veces se debate en estos capítulos la identidad de Jesús: el sumo sacerdote le pregunta si es el Mesías (14,61), Pilato le pregunta si es el Rey de los judíos (15,2), los sumos sacerdotes y escribas ponen como condición para creer que es el Mesías que baje de la cruz (15,31-32), el centurión confiesa que es hijo de Dios (15,39). A la pregunta del sumo sacerdote responde Jesús en sentido afirmativo, pero centrando su respuesta no en el Mesías, sino en el Hijo del Hombre triunfante (14,62). A la pregunta de Pilato responde con una evasiva: “tú lo dices” (15,2). A la condición de los sumos sacerdotes y escribas no responde. Cuando el centurión lo confiesa hijo de Dios, Jesús ya ha muerto.

Los discípulos

Los datos son conocidos. Se entristecen al enterarse de que uno de ellos lo traicionará; pero, llegado el momento, todos huyen. Una vez más, Pedro desempeña un papel preponderante. Se considera superior a los otros, más fiel y firme (14,29), pero comenzará por quedarse dormido en el huerto (14,37) y terminará negando a Jesús (14,66-72). En este contexto de abandono total por parte de los discípulos adquiere gran fuerza la escena final del Calvario, cuando se habla de las mujeres que no sólo están al pie de la cruz, sino que acompañaron a Jesús durante su vida (15,40-41).

Cuatro lecturas posibles de los relatos de la pasión de Jesús.

La lectura de identificación personal y afectiva

El testimonio escrito más antiguo que poseemos en este sentido es el de san Pablo. A veces, cuando habla de la muerte de Jesús, lo hace con frialdad dogmática, recordando que murió por nuestros pecados. Pero en otra ocasión lo enfoca de manera muy personal y afectiva: “He quedado crucificado con Cristo, y ya no vivo yo, sino que vive Cristo en mí. Y mientras vivo en la carne vivo en la fe en el Hijo de Dios, que me amó y se entregó por mí” (Gal 2,19-20). En línea parecida, san Ignacio de Loyola, en la tercera semana de los Ejercicios espirituales, cuando se contempla la pasión, el ejercitante debe pedir “dolor con Cristo doloroso, quebranto con Cristo quebrantado, llanto, pena interna de tanta pena como el Señor pasó por mí”.

La lectura indignada

Es la que practicamos todas las mañanas al leer el periódico, cuando acompañamos la lectura de los titulares y de las noticias con toda suerte de imprecaciones, insultos y maldiciones. Los relatos de la pasión cuentan tal cantidad de atropellos, injusticias, traiciones, que se prestan a una lectura indignada. Sin embargo, los evangelios nunca invitan al lector a indignarse con la traición de Judas, a maldecir a las autoridades judías o romanas que condenan a Jesús, a insultar a quienes se burlan de él, a sentir como en el propio cuerpo los azotes, la corona de espina o los clavos, a llorar la muerte de Jesús. En ningún momento pretenden los evangelios excitar los sentimientos y, mucho menos, fomentar el sentimentalismo.

La lectura detallada


Mi comentario, consiste en una lectura del texto, prestando gran atención a cuatro aspectos:
1) la división minuciosa de cada episodio, que a veces quizá parezca exagerada, como cuando distingo siete momentos en el relato de la oración del huerto; pero es la única forma de no pasar por alto detalles importantes.
2) los protagonistas, advirtiendo qué hacen o no hacen, qué dicen o no dicen, cómo reaccionan, por qué motivos se mueven, qué sienten.
3) la acción que se cuenta y sus presupuestos; a veces predominará lo informativo, ya que ciertos detalles a veces no se conocen bien, como la celebración de la Pascua en el mundo judío y en Qumrán o el proceso ante el Sanedrín.
4) el arte narrativo de Mc, que a menudo no se tiene en cuenta, pero que sirve también para captar su teología.
Este tipo de lectura, aunque aplique el mismo método a todas las escenas, pone de relieve lo típico de cada una de ellas y deja claro que el relato de la pasión está formado por episodios aparentemente cotidianos y por otros terriblemente dramáticos, como la oración del huerto. Lo importante es captar el espíritu y mensaje de cada episodio y el mensaje global de cada evangelio.

La lectura interactiva y orante


Sería la respuesta personal al comentario anterior, reflexionando cada cual sobre lo que el texto le sugiere y lo que le invita a pedir. 

Párate un momento



28 DE MARZO - SÁBADO
5ª SEMANA DE CUARESMA


Jn 11, 45-57

En aquel tiempo, muchos judíos que habían venido a casa de María, al ver lo que había hecho Jesús, creyeron en él. Pero algunos acudieron los fariseos y les contaron lo que había hecho Jesús. Los sumos sacerdotes y los fariseos convocaron el Sanedrín y dijeron: ‘¿ Qué estamos haciendo? Este hombre hace muchos milagros. Si lo dejamos seguir, todos creerán en él y vendrán los romanos y nos destruirán el lugar santo y la nación”  Uno de ellos, Caifás, que era sumo sacerdote aquel año, les dijo: “Vosotros no entendéis ni palabra: no comprendéis que os conviene que uno muera por el pueblo, y que no perezca la nación entera” Esto no lo dijo por propio impulso, sino que, por ser sumo
sacerdote aquel año, habló proféticamente anunciando que Jesús iba a morir por la nación, y no solo por la nación, sino también para reunir a los hijos de Dios dispersos. Y aquel día decidieron darle muerte. Por eso Jesús ya no andaba públicamente con los judíos, sino que se retiró a la región vecina al desierto, a una ciudad llamada Efraín, y pasaba el tiempo con los discípulos. Se acercaba la Pascua de los judíos, y muchos de aquella región subían a Jerusalén, antes de la pascua, para purificarse. Buscaban a Jesús y, estando en el templo, se preguntaban: “¿ Qué os parece? ¿No vendrá a la fiesta?” Los sumos sacerdotes y los fariseos habían mandado que el que se enterase de dónde estaba les avisara para prenderlo.

1.        Jesús le acababa de devolver la vida a Lázaro (Jn 11, 18-44). Donde había muerte, Jesús dio vida. Esto fue la gota que colmó el vaso. Jesús tenía cada día más fuerza de atracción sobre la gente. Cosa que no pudieron soportar los hombres de la religión, que veían (y siguen viendo) en Jesús el mayor peligro para sus intereses. Si las grandes instituciones “cristianas” tomaran en serio las exigencias del Evangelio, se morirían de miedo. Porque tendrían que poner en cuestión sus seguridades económicas, sus privilegios sociales y tantas otras cosas que se han empeñado en armonizar con lo que hizo y dijo Jesús.

2.        El hecho es que los dirigentes religiosos del judaísmo se dieron cuenta
de que Jesús y ellos eran incompatibles. El peligro mayor para ellos estaba en la fe de los que tomaban a Jesús en serio. La fe, cuando es fe de verdad. representa una amenaza de muerte para el templo y para todo sistema religioso-político. Los hombres del Sanedrín fueron lúcidos y consecuentes: o él o nosotros. Y tomaron la decisión lógica: hay que matarlo.

3.        El problema insoluble se plantea cuando se pierde la lógica. Concretamente, cuando se pretende hacer compatible lo que los sumos sacerdotes vieron que era incompatible. Es decir, cuando se pretende meter a

Jesús en el templo, identificarlo con el boato de la religión y hasta utilizarlo para promocionar intereses, que, por más “religiosos” que parezcan, en realidad nada tienen que ver con el Evangelio.

viernes, 27 de marzo de 2015

Párate un momento

27 DE MARZO – VIERNES

5ª  SEMANA DE CUARESMA

Santo(s) del día : San Ruperto 

Jn 10,31-42

En aquel tiempo, los judíos agarraron piedras para apedrear a Jesús. Él les replicó: ‘Os he hecho ver muchas obras buenas por encargo de mi Padre: ¿por cuál de ellas me apedreáis?’ Los judíos le contestaron: ‘No te apedreamos por una obra buena, sino por una blasfemia: porque tú, siendo un hombre, te haces Dios’~ Jesús les replicó: ‘¿No está escrito en vuestra Ley: ‘Yo os digo: sois dioses?’ Si/a Escritura llama dioses a aquellos a quienes vino la palabra de Dios (y no puede faltar la Escritura), a quien e/Padre consagró y envió al mundo, ¿decís vosotros que blasfemo porque dice que es Hijo de Dios? Si no hago las obras de mi Padre, no me creáis; pero si/as hago, aunque no me creáis a mí, creed en las obras para que comprendáis y sepáis que el Padre está en mí y yo en el Padre’~ Intentaron de nuevo detenerlo, pero se les escabulló de las manos. Se marchó de nuevo al otro lado de/Jordán, a/lugar donde antes había bautizado Juan, y se quedó allí. Muchos acudieron a él y decían: “Juan no hizo ningún signo; pero todo lo que Juan dijo de este era verdad’~ Y muchos creyeron en él allí.

1.        La conducta de Jesús era patente. Lo dice él: “Os he hecho ver muchas
obras buenas’~ La bondad de Jesús se metía por los ojos. Lo sorprenden- te es que aquella bondad era enjuiciada como una ‘blasfemia’. Parece increíble, pero tiene su explicación: de nuevo, el enigma y el misterio de Jesús. Todo el mundo veía que era un hombre y todo el mundo veía que hablaba como Dios. No podían entender que, en Jesús, Dios se había humanizado.

2.        Quien se aferra a la idea de que el Trascendente no se puede encarnar
en lo inmanente, el que se empeña en que Dios no se puede humanizar, verá en Jesús a Dios disfrazado de hombre, pero jamás podrá ver lo humano, lo más profundamente humano (la bondad humana, la belleza humana, la felicidad humana, el trabajo humano, el amor humano, el sufrimiento humano...) como la revelación fundamental de Dios a los humanos.

3.        “Aunque no me creáis a mi, creed en las obras para que comprendáis que el Padre está en mí y yo en el Padre’~ Las obras que hacía Jesús eran obras de un hombre. Eso es lo que podían ver aquellas gentes. Veían a un hombre que curaba a los enfermos, que daba de comer a los pobres, que acogía a los pecadores... Jesús viene a decir que en lo más humano es donde se encuentra a Dios. El que no puede entender esto, verá en el Evangelio una blasfemia.

jueves, 26 de marzo de 2015

Párate un momento




26 DE MARZO -JUEVES  
            
5a   SEMANA DE CUARESMA  

                                           Santo(s) del día : San Ludgero

 
Jn 8, 51-59
En aquel tiempo, dijo Jesús a los judíos: “Os aseguro: quien guarda mi palabra  no sabrá lo que es morir para siempre”. Los judíos le dijeron: “Ahora vemos claro que estás endemoniado; Abrahán murió, los profetas también, ¿y tú dices “quien guarde mi palabra no conocerá lo que es morir para siempre?” ¿Eres tú más que nuestro Padre Abrahán que murió? También los profetas murieron ¿por quién te tienes?” Jesús contestó: “Si yo me glorificara a mí mismo mi gloria no valdría nada. El que me glorifico es mi Padre de quien vosotros decís: “Es nuestro Dios”, aun que no lo conocéis. Yo sí lo conozco, y si dijera “no le conozco”,  sería, como vosotros, un embustero. pero yo lo conozco y guardo su palabra. Abrahán, vuestro padre, saltaba de gozo pensando ver mi día: lo vio, y se llenó de alegría’~ Los judíos le dijeron: “No tienes todavía cincuenta años, ¿y has visto a Abrahán?» Jesús les dijo: “Os aseguro que antes que naciera Abrahán existo yo” Entonces cogieron piedras para tirárselas, pero Jesús se escondió y salió del templo.

1.        Jesús anuncia un mensaje que quien lo acepta y se esfuerza por llevarlo a la práctica, por eso mismo, gozará de una vida sin límites. La vida que, como el amor, es más fuerte que la muerte. Por eso precisamente se trata de una vida con esperanza, es decir, con plenitud de sentido. El sinsentido, que muchas veces tiene la vida, alcanza por eso una razón de ser que es fuente inagotable de sentido, es decir, de esperanza, que supera el destino inevitable de la muerte.

            2.        Pero ocurre que, entre gentes religiosas, suelen abundar quienes se aferran a las tradiciones Y costumbres de antes, a lo pasado, a lo antiguo, negándose a aceptar lo nuevo, lo que rompe sus esquemas de pensamiento y sus costumbres de toda la vida. Es lo que les pasó a los fariseos del tiempo de Jesús y lo que les pasa ahora a no pocos cristianos, chapados a la antigua, que no toleran la novedad que les desconcierta, les inquieta y les irrita.


3.        La reacción, en tales casos, suele ser el recurso al insulto, a la descalificación Y a la agresión personal. Los fariseos le decían a Jesús que ellos estaban con Abraham. Por eso se sentían autorizados para decir que Jesús estaba endemoniado. Y hasta llegaron a intentar apedrearlo. La resistencia al Evangelio se puede disfrazar, en nuestro tiempo, de añoranzas por la Iglesia que hubo antes del Vaticano II.

miércoles, 25 de marzo de 2015

La Pasión según Van der Weyden

La Pasión según Van der Weyden

El Prado reúne por primera vez las mejores obras del pintor flamenco

La exposición de apenas 20 obras que la pinacoteca dedica desde este lunes y hasta el 28 de junio al creador de una de las pinturas capitales de la Historia del arte –El Descendimiento que alberga el propio Prado- y a algunos de sus discípulos y seguidores constituye un hito histórico. Primero, por el ilustre pretexto que la originó. La percha de esta brevísima pero subyugante muestra –la primera de carácter monográfico sobre el artista en España- es la restauración de otra de las cumbres del arte de Van der Weyden, El Calvario del Real Monasterio de San Lorenzo del Escorial, devuelto a la vida gracias a un largo y complejísimo proceso de restauración que arrancó hace cuatro años y se cerró, como quien dice, anteayer.

de vuelta

ya estamos de vuelta en casa; después de haber estado unos días en talleres rectificando el motor.
Ajaa estabais muy tranquilitos eh. pues se acabo la tranquilidad. Ya estoy de vuelta

domingo, 22 de marzo de 2015

sábado, 21 de marzo de 2015

domingo 22 de Marzo: EL EVANGELIO DEL DOMINGO


Angustia y oración. Domingo 5º de Cuaresma. Ciclo B

La primera lectura, de tono profundamente optimista, anuncia una nueva alianza entre Dios y el pueblo. Todo tendrá lugar de forma fácil, casi milagrosa, sin especial esfuerzo para Dios ni para nosotros. En cambio, las dos lecturas siguientes ofrecen una imagen muy distinta: la nueva alianza entre Dios y el pueblo implicará un duro sacrificio para Jesús. Un sacrificio que le sumerge en la angustia y le mueve a rezar al Padre. Esta trágica experiencia se recuerda hoy en dos versiones distintas: la de Juan, y la de la Carta a los Hebreos, que recoge el famoso relato de la oración del huerto de los olivos contado por los evangelios sinópticos.

Oración en el templo (evangelio)

El cuarto evangelio enfoca el relato de la pasión de manera peculiar, bastante distinta a la de los sinópticos: no acentúa el sufrimiento de Jesús sino el señorío y la autoridad que demuestra en todo momento. Por eso no cuenta la oración del huerto. Pero unos días antes sitúa una experiencia muy parecida de Jesús en la explanada del templo de Jerusalén.

En aquel tiempo, entre los que habían venido a celebrar la fiesta había algunos gentiles; éstos, acercándose a Felipe, el de Betsaida de Galilea, le rogaban:
-Señor, quisiéramos ver a Jesús.
Felipe fue a decírselo a Andrés; y Andrés y Felipe fueron a decírselo a Jesús. Jesús les contestó:
-Ha llegado la hora de que sea glorificado el Hijo del hambre. Os aseguro que si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda infecundo; pero si muere, da mucho fruto. El que se ama a sí mismo, se pierde, y el que se aborrece a sí mismo en este mundo, se guardará para la vida eterna. El que quiera servirme, que me siga, y donde esté yo, allí también estará mi servidor; a quien me sirva, el Padre le premiará. Ahora mi alma está agitada, y ¿qué diré?: Padre líbrame de esta hora. Pero si por esto he venido, para esta hora. Padre, glorifica tu nombre.
Entonces vino una voz del cielo:
-Lo he glorificado y volveré a glorificarlo.
La gente que estaba allí y lo oyó decía que había sido un trueno; otros decían que le había hablado un ángel.
Jesús tomó la palabra y dijo:
-Esta voz no ha venido por mí, sino por vosotros. Ahora va a ser juzgado el mundo; ahora el príncipe de este mundo va a ser echado fuera. Y cuando yo sea elevado sobre la tierra, atraeré a todos hacia mí.
Esto lo decía dando a entender la muerte de que iba a morir.

El evangelio comienza y termina en tono de victoria. El triunfo inicial se concreta en el deseo de algunos de conocer a Jesús (es secundario que se trate de “gentiles”, paganos, como dice la traducción litúrgica, o de “judíos de lengua griega” residentes en otros países que han venido a celebrar la fiesta de Pascua). Y ese triunfo, reflejado en el interés de unos pocos, alcanza dimensiones universales al final: “atraeré a todos hacia mí”.
                  Pero este marco de triunfo encuadra una escena trágica: Jesús es consciente de que para triunfar tiene que morir, como el grano de trigo, tiene que ser “elevado sobre la tierra”, crucificado. Ante esta perspectiva confiesa: “me siento agitado”, angustiado. E intenta superar ese estado de ánimo con la reflexión y la oración. Ante todo, procura convencerse a sí mismo de la necesidad de su muerte: igual que el grano de trigo tiene que pudrirse en tierra para producir fruto. Sin embargo, los argumentos racionales no sirven de mucho cuando uno se siente angustiado. Viene entonces el deseo de pedirle a Dios: “Padre, líbrame de esta hora”.  Pero se niega a ello, recordando que ha venido precisamente para eso, para morir. En vez de pedir al Padre que lo salve le pide algo muy distinto: “Padre, glorifica tu nombre”. Lo importante no es conservar la vida sino la gloria de Dios.
                   
Oración en el huerto (Carta a los Hebreos)

Cristo, en los días de su vida mortal, a gritos y con lágrimas, presentó oraciones y súplicas al que podía salvarlo de la muerte, cuando en su angustia fue escuchado. El, a pesar de ser Hijo, aprendió, sufriendo, a obedecer. Y, llevado a la consumación, se ha convertido para todos los que le obedecen en autor de salvación eterna.
El relato de los evangelios sinópticos es muy conocido: Jesús marcha al huerto de los olivos la noche en que será apresado. Sabe que va a morir, siente profunda angustia, y por tres veces reza al Padre pidiéndole que, si es posible, le evite ese trago amargo. La Carta a los Hebreos no se detiene a contar lo ocurrido. Pero recuerda lo trágico del momento cuando afirma que Jesús rezó “a gritos y con lágrimas”, cosa que no menciona ninguno de los evangelios. Y lo que pedía (“pase de mí este cáliz”) lo sugiere al decir que suplicaba “al que podía salvarlo de la muerte”.
Sin embargo, el final de la lectura es optimista: Jesús salva eternamente a quienes le obedecen. En medio de este contraste entre tragedia y triunfo, unas palabras desconcertantes: “en su angustia fue escuchado”. Quizá el autor piensa en el relato de Lucas, que habla de un ángel que viene a consolar a Jesús. Pero quien conoce el evangelio advierte la ironía o el misterio que esconden estas palabras: Jesús es escuchado, pero muere.

El templo y el huerto

Es evidente la relación entre las dos lecturas. En ambos casos Jesús se siente agitado (Juan) o angustiado (Hebreos). En ambos casos recurre a la oración. En ambas lecturas, la palabra final no es la muerte, sino la victoria de Jesús y, con él, la de todos nosotros. Pero, dentro de estas semejanzas, hay una gran diferencia con respecto a la oración de Jesús: en el evangelio, se niega a pedir al Padre que lo salve, sólo quiere la gloria de Dios, por mucho que le cueste; en la Carta, Jesús suplica “a gritos y con lágrimas” para ser salvado de la muerte.
                  La ciencia bíblica actual tiende a considerar estos relatos dos versiones distintas de la misma experiencia de Jesús. Pero durante años y siglos estuvo de moda la tendencia a armonizar los datos del evangelio. En esta postura, los relatos ofrecen dos momentos sucesivos de su experiencia humana y religiosa.
                  En un primer momento, ante la angustia de la muerte, se refugia en la reflexión racional (he venido para morir como el grano de trigo) y se niega a pedirle al Padre que lo salve. Al cabo de pocos días, cuando la pasión y muerte no son una posibilidad sino una certeza, reza con gritos y lágrimas, sudando sangre (como añade Lucas): “Padre, si es posible, pase de mí este cáliz”. Una reacción más humana, pero perfectamente compatible con lo que cuenta Juan.


A las puertas de la Semana Santa, la experiencia y la reacción de Jesús son un ejemplo excelente que nos anima en nuestros momentos de angustia y desánimo, y nos mueve a agradecerle su entrega hasta la muerte. 

Sábado 21 de Marzo: Párate un momento


Sábado 21 Marzo 2015  cuarta semana de Cuaresma


EVANGELIO DEL DÍA
Jn 7,40-53

En aquel tiempo, de la gente que habían oído estos discursos de Jesús,
unos decían: “Este es de verdad el profeta’~ Otros decían: “Este es el
Mesías’~ Pero otros decían: “¿Es que de Galilea va a venir el Mesías? ¿No
dice la Escritura que vendrá del linaje de David, y de Belén, el pueblo de
David?’ Y así surgió entre la gente una discordia por su causa. Algunos
querían prenderlo, pero nadie le puso la mano encima. Los guardias del
templo acudieron a los sumos sacerdotes y fariseos, y estos les dijeron:
‘¿Por qué no lo habéis traído?’ Los guardias respondieron: “Jamás ha
hablado nadie así’~ Los fariseos les replicaron: ‘¿También vosotros os
habéis dejado embaucar? ¿Hay algún jefe o fariseo que haya creído en
él? Esa gente que no entiende dela ley son unos malditos” Nicodemo, el
que había ido en otro tiempo a visitarlo y que era fariseo, les dijo: ‘”Acaso nuestra ley permite juzgar a nadie sin escucharlo primero y averiguar
lo que ha hecho?” Ellos le replicaron: ‘¿También tú eres galileo? Estudia
y  verás que de Galilea no salen profetas’?  Y se volvieron cada uno a su
casa.

1.        El enfrentamiento de los jefes religiosos y de los fariseos contra Jesús
va en aumento. De forma que la tensión, la división y la crispación llegan
a la gente sencilla (óchlos), al pueblo humilde y de más baja condición.
Nadie se preguntaba si Jesús tenía que morir porque eso era lo que Dios
quería, porque así salvaría al mundo, porque Dios estaba ofendido por
nuestros pecados... Lo que allí se planteaba era si tenían razón los dirigentes religiosos; o si quien tenía la razón era Jesús.

2.        Con Jesús estaba el pueblo. Contra Jesús estaban los “hombres de la
religión”. Los argumentos del pueblo eran que Jesús es el Mesías, es el
Profeta, es decir, argumentos positivos. Los argumentos de los dirigentes
religiosos eran que el Mesías no podía venir de Galilea, que de Galilea no
podía salir un profeta, que el pueblo no conocía la ley religiosa y que además el pueblo estaba maldito. Es decir, los argumentos de los entendidos
en religión eran negativos y de profundo desprecio hacia la pobre gente.


3.        Para hablar de Dios, como lo hizo Jesús, hay que ser muy libres. Y tener valor para vencer el miedo. Y es que hablar de Dios, como se debe hablar, es un asunto muy peligroso. Hablar del “Dios” que les conviene a los poderes de este mundo es una cosa que da poder y prestigio. Hablar del Dios que cuestiona a esos poderes, sobre todo al poder y a los intereses de los hombres de la religión, es peligroso, en ello se juega uno hasta la misma vida.

viernes, 20 de marzo de 2015

Párate un momento



Viernes 20 Marzo 2015  cuarta semana de Cuaresma
EVANGELIO DEL DÍA
Jesús recorría la Galilea; no quería transitar por Judea porque los judíos intentaban matarlo. Se acercaba la fiesta judía de las Chozas.
Sin embargo, cuando sus hermanos subieron para la fiesta, también él subió, pero en secreto, sin hacerse ver.
Algunos de Jerusalén decían: "¿No es este aquel a quien querían matar?
¡Y miren cómo habla abiertamente y nadie le dice nada! ¿Habrán reconocido las autoridades que es verdaderamente el Mesías?
Pero nosotros sabemos de dónde es este; en cambio, cuando venga el Mesías, nadie sabrá de dónde es".
Entonces Jesús, que enseñaba en el Templo, exclamó: "¿Así que ustedes me conocen y saben de dónde soy? Sin embargo, yo no vine por mi propia cuenta; pero el que me envió dice la verdad, y ustedes no lo conocen.
Yo sí lo conozco, porque vengo de él y es él el que me envió".
Entonces quisieron detenerlo, pero nadie puso las manos sobre él, porque todavía no había llegado su hora. 

(Extraído de la Biblia: Libro del Pueblo de Dios. )
Leer el comentario del Evangelio por :  Orígenes (c. 185-253), presbítero y teólogo  Comentarios sobre San Juan 19,12; PG 14, 548 


“Nadie le puso la mano encima porque no había llegado su hora.”


    Muchas veces, buscar a Jesús es un bien porque es la misma cosa que buscar la Palabra, la verdad y la sabiduría. Pero, me diréis, que las palabras “buscar a Jesús” son a veces pronunciadas a propósito de aquellos que le persiguen. Por ejemplo: “Buscaron una ocasión para prender a Jesús, pero nadie le puso la mano encima porque no había llegado su hora.”... Jesús sabe de quien se tiene que alejar y con quien puede permanecer sin ser descubierto todavía, para que quien lo busque lo encuentre en el tiempo favorable. El apóstol Pablo dice a lose que no poseen todavía a Jesús y no lo han contemplado: “No digas en tu corazón: “ ?Quien subirá al cielo? ¡Atiende! Para hacer descender a Cristo. ¿Quién descenderá al abismo? ¡Atiende! Para hacer subir a Cristo de entre los muertos. ¿Qué dicen las Escrituras? “La palabra está cerca de ti la tienes en tu boca, la tienes en el corazón.” (cf Rm 10,6-8) 

    Cuando el Señor dice, empujado por el amor a los hombres: “Me buscaréis.” (cf Jn 8,21) da a entender las cosas del Reino de Dios. Para que los que le buscan no lo busquen fuera de ellos mismo diciendo: -Aquí está- o bien,  -está allí-. El evangelio les dice: “El reino de Dios está dentro de vosotros.” (Lc 17,21) Mientras guardamos la semilla de la verdad depositada en nuestra alma, y los mandamientos, la Palabra no se alejará de nosotros. Pero si el mal se extiende en nosotros y nos corrompe, entonces Jesús nos dirá: “Me voy, y me buscaréis y moriréis por vuestro pecado.”

jueves, 19 de marzo de 2015

Párate un momento




19 DE MARZO-JUEVES:  SAN JOSÉ    
4ª SEMANA DE CUARESMA

EVANGELIO
Mt 1, 16. 18-21.24ª.
Jacob engendró a José, el esposo de María, de la cual nació Jesús, llamado Cristo. El nacimiento de Jesucristo fue de esta manera: la madre de Jesús estaba desposada con José y, antes de vivir juntos, resultó que ella esperaba un hijo, por obra del Espíritu Santo. José, su esposo, que era bueno y no quería denunciarla, decidió repudiarla en secreto. Pero apenas había tomado esta resolución, se le apareció en sueños un ángel del Señor que le dijo: “José, hijo de David, no tengas reparo en llevarte a María, tu mujer, porque la criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de los pecados’. Cuando José se despertó hizo lo que le había mandado el ángel del Señor.

REFLEXIÓN
1.        Como se ha dicho tantas veces, los relatos de los evangelios (Mt y Lc), sobre la infancia de Jesús, tienen un valor histórico que plantea serias dudas. El “comienzo” (“arché”) del Evangelio, según el más antiguo de los evangelios, el de Marcos (1, 1), se sitúa en la vida pública y el ministerio apostólico de Jesús, que tiene su preparación en la predicación y el bautismo de Jesús en el Jordán (Mc 1, 2 ss, Mt 3, Lc 3, Jn 1). Por otra parte, sabemos que los vecinos del pueblo de Jesús, Nazaret, no se explicaban cómo podía saber lo que sabía y tener la influencia que tenía. Y hasta ni creían en él o lo tenían por un loco o un tipo peligroso (Mc 3,21; 6, 1-6; Lc 4, 28-30). ¿Cómo se explica que los mismos vecinos que sabían las maravillas de la infancia de Jesús, a los pocos años pensaran así de él?

2.        En todo caso, la figura de José, y lo que la Iglesia enseña sobre él, nos viene a decir que Jesús vino a este mundo por una especial y singular providencia de Dios, el Padre al que Jesús invocó constantemente durante su vida y en su predicación. En el fondo, la figura de José nos explica que, si Jesús fue tan singular y tan perfecto en su humanidad, eso se debe y se explica por la relación única que Jesús tuvo con el Padre, desde su mismo origen y su concepción en el seno materno de María. Es la forma que los humanos hemos encontrado para explicar la singularidad de Jesús.

3.        Pero esto no nos debería llevar a “idealizar” la imagen de José. Ya sabemos que en su pueblo, en su casa y en su familia, no creían en Jesús. Como sabemos que los vecinos de Nazaret, al oír a Jesús, se preguntaban: ‘¿Pero no es este el hijo de José?” (Lc 4, 22). Si Jesús predicó, en la sinagoga de Nazaret, contra el nacionalismo fanático (Lc 4, 24-27), y eso provocó la
pregunta sobre el “hijo de José’, sin duda es que José estaba entre los luchadores contra la invasión extranjera (de Roma) en Palestina. José fue

un hombre justo y un luchador por la libertad de su pueblo y de su patria.

miércoles, 18 de marzo de 2015


Adjunto información de la Escuela Cofrade de Málaga por si fuera de su interés
.
Juego de orientación para participantes en edades comprendidas entre los 12 y 17 años, en el cuál los niños/as superan una serie de pruebas por medio de preguntas en sobres, teniendo que averiguar las respuestas con la ayuda de pistas.
Actividad dinámica, de diversión y a la vez didáctica, en la que aprenderán a través del juego, parte de nuestra historia y cultura cofrade.

Habrá premios para los ganadores, ofrecidos por nuestros colaboradores.

Para poder participar es necesario realizar la inscripción, por medio de las siguientes vías:

* En nuestra sede:
C/ Alozaina Nº 13 (Centro Ciudadano La Asunción)


Párate un momento



Miércoles 18 Marzo 2015
4~ SEMANA DE CUARESMA
Santo(s) del día : San Cirilo de Jerusalén 

EVANGELIO DEL DIA
Jn 5,17-30
En aquel tiempo, dijo Jesús a los judíos: “Mi Padre sigue actuando y yo también actúo” Por eso los judíos tenían más ganas de matarlo porque no solo violaba el sábado, sino también llamaba a Dios Padre suyo, haciéndose igualo Dios. Jesús tomó la palabra y/es dijo: “Os lo aseguro: el Hijo no puede hacer por su cuento nada que no vea hacer al Padre. Lo que hace este, eso mismo hace también el Hijo pues e/Padre ama al Hijo y le muestra todo lo que Él hace, y le mostrará obras mayores que esta para vuestro asombro. Lo mismo que el Padre resucita a los muertos y les da vida, así también el Hijo da vida a los que quiere. Porque el Padre no juzga a nadie, sino que ha confiado al Hijo el juicio de todos, para que todos honren al Hijo como honran al Padre. El que no honra al Hijo, no honra al Padre que le envió. Os lo aseguro: quien escucha mi palabra y cree al que me envió, posee la vida eterna y no será condenado, porque ha pasado ya de la muerte a la vida. Os aseguro que llega la hora, y ya está aquí en que los muertos oirán la voz del Hijo de Dios, y los que hayan oído vivirán. Porque igual que el Padre dispone de la vida, así ha dado también al Hijo el disponer de la vida. Y le ha dado potestad de juzgar; porque es el Hijo del Hombre. No os sorprenda que venga la hora en que los que están en el sepulcro oirán su voz: los que hayan hecho el bien saldrán a una resurrección de vida; los que hayan hecho el mal, a una resurrección de condena. Yo no puedo hacer nada por mí mismo, según le oigo,  juzgo, y mi juicio es justo, porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del que me envió’.

REFLEXION

1.        Después de la curación del paralítico de la piscina (Jn 5, 1-9), como Jesús sanó a aquel minusválido en sábado (Jn 5, 9b), la protesta de los dirigentes judíos no se hizo esperar. La “teología del sábado’ que imponían los maestros de la ley, se basa en la afirmación bíblica según la cual Dios, después de los seis días de la creación, descansó (Gen 2, 3). Por eso, según la teología de aquellos maestros ~e la religión, el descanso del sábado era un mandato absoluto, que no admitía excepción alguna, a no ser en casos muy raros. Pues bien, a eso responde Jesús diciendo que Dios “sigue trabajando”. Y por eso, porque él hace lo que le ve hacer a Dios, Jesús también trabaja y, por tanto, cura a los enfermos.

2.        Para Jesús, lo primero es la vida de los seres humanos. Yeso está antes que las normas y los principios de la religión y sus teologías. Lo importante aquí está en caer en la cuenta de que, en los criterios de Jesús, la religiosidad tiene, como criterio determinante, el principio según el cual la mediación fundamental para encontrar a Dios, no es la observancia de los ritos y normas de la religión establecida, sino la tarea, el empeño y hasta la lucha por dar vida, y vida en plenitud, a quien no vive plenamente, como le ocurría al paralítico de la piscina.

3.        Es frecuente ver a gentes muy observantes de la religión pero que, al mismo tiempo, se portan de manera que le hacen la vida imposible a muchas personas o a la sociedad, en el caso de ser gente de la política o cargos de cierta importancia en alguna institución religiosa. Pero, en general, es una contradicción con el Evangelio la fidelidad a los ritos de la religión y, al mismo tiempo, la infidelidad a los seres humanos con los que convivimos. Esto engaña a los que se creen “creyentes’ cuando su vida en realidad oculta un “ateísmo” mal disimulado. Se cree más en la religión que en el Evangelio de Jesús.

martes, 17 de marzo de 2015

Párate un momento


martes 17 Marzo 2015
Martes de la cuarta semana de Cuaresma
Santo(s) del día : San Patricio Bretaña, Beato Juan Nepomuceno Zegrí y Moreno

EVANGELIO DEL DIA
"¿Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna." Jn 6, 68
Ver el comentario abajo, o clic en el título
Odas de Salomón : “El que beba del agua que quiero darle se convertirá en su interior en un manantial del que surge la vida eterna.” (Jn 4,14)
Evangelio según San Juan 5,1-3a.5-16.
Se celebraba una fiesta de los judíos y Jesús subió a Jerusalén.
Junto a la puerta de las Ovejas, en Jerusalén, hay una piscina llamada en hebreo Betsata, que tiene cinco pórticos.
Bajo estos pórticos yacía una multitud de enfermos, ciegos, paralíticos y lisiados, que esperaban la agitación del agua.
Había allí un hombre que estaba enfermo desde hacía treinta y ocho años.
Al verlo tendido, y sabiendo que hacía tanto tiempo que estaba así, Jesús le preguntó: "¿Quieres curarte?".
El respondió: "Señor, no tengo a nadie que me sumerja en la piscina cuando el agua comienza a agitarse; mientras yo voy, otro desciende antes".
Jesús le dijo: "Levántate, toma tu camilla y camina".
En seguida el hombre se curó, tomó su camilla y empezó a caminar. Era un sábado,
y los judíos dijeron entonces al que acababa de ser curado: "Es sábado. No te está permitido llevar tu camilla".
El les respondió: "El que me curó me dijo: 'Toma tu camilla y camina'".
Ellos le preguntaron: "¿Quién es ese hombre que te dijo: 'Toma tu camilla y camina?'".
Pero el enfermo lo ignoraba, porque Jesús había desaparecido entre la multitud que estaba allí.
Después, Jesús lo encontró en el Templo y le dijo: "Has sido curado; no vuelvas a pecar, de lo contrario te ocurrirán peores cosas todavía".
El hombre fue a decir a los judíos que era Jesús el que lo había curado.
Ellos atacaban a Jesús, porque hacía esas cosas en sábado.

Extraído de la Biblia: Libro del Pueblo de Dios.



Leer el comentario del Evangelio por :

Odas de Salomón (texto cristiano hebraico de principio del siglo II)
(Hamman, coll. Ichtus 1957 I, pag. 26)

“El que beba del agua que quiero darle se convertirá en su interior en un manantial del que surge la vida eterna.” (Jn 4,14)

El Señor se da a conocer más y más. Se empeña en que se conozcan mejor los dones de la gracia recibida. Nos concede poder glorificar su nombre; nuestros espíritus cantan al Espíritu Santo. Porque ha brotado una fuente; se ha convertido en un torrente poderoso (Ez 47,1ss) Ha inundado el universo y lo arrastra hacia el templo. Los obstáculos de los hombres no han podido restañarlo, ni siquiera los que saben poner dique a las aguas. Porque se ha abocado sobre toda la tierra y la llena enteramente.

Todos los sedientos de la tierra han bebido del torrente; su sed ha sido saciada porque el Altísimo ha apagado su sed. Dichosos los servidores a quienes ha confiado esta agua; han podido calmar sus labios sedientos y levantar su voluntad paralizada. Las almas moribundas han sido liberadas de la muerte; los miembros agotados han sido reanimados y levantados. Esta agua ha dado vigor a sus pasos y luz a sus ojos. Todos han reconocida las aguas en el Señor; viven para siempre, gracias al agua viva. ¡Aleluya!