Viernes 20 Marzo 2015 cuarta semana de Cuaresma
EVANGELIO
DEL DÍA
Santo(s) del día : San Martín Dumiense , Santa María Josefa del Corazón de Jesús
Orígenes : “Nadie le puso la mano encima porque no había llegado su hora.”
Evangelio según San Juan 7,1-2.10.25-30.
Jesús recorría la Galilea; no quería transitar por Judea
porque los judíos intentaban matarlo. Se acercaba la fiesta judía de las
Chozas.
Sin embargo, cuando sus hermanos subieron para la fiesta, también él subió, pero en secreto, sin hacerse ver.
Algunos de Jerusalén decían: "¿No es este aquel a quien querían matar?
¡Y miren cómo habla abiertamente y nadie le dice nada! ¿Habrán reconocido las autoridades que es verdaderamente el Mesías?
Pero nosotros sabemos de dónde es este; en cambio, cuando venga el Mesías, nadie sabrá de dónde es".
Entonces Jesús, que enseñaba en el Templo, exclamó: "¿Así que ustedes me conocen y saben de dónde soy? Sin embargo, yo no vine por mi propia cuenta; pero el que me envió dice la verdad, y ustedes no lo conocen.
Yo sí lo conozco, porque vengo de él y es él el que me envió".
Entonces quisieron detenerlo, pero nadie puso las manos sobre él, porque todavía no había llegado su hora.
(Extraído de la Biblia: Libro del Pueblo de Dios. )
Leer el comentario del Evangelio por : Orígenes (c. 185-253), presbítero y teólogo Comentarios sobre San Juan 19,12; PG 14, 548
Sin embargo, cuando sus hermanos subieron para la fiesta, también él subió, pero en secreto, sin hacerse ver.
Algunos de Jerusalén decían: "¿No es este aquel a quien querían matar?
¡Y miren cómo habla abiertamente y nadie le dice nada! ¿Habrán reconocido las autoridades que es verdaderamente el Mesías?
Pero nosotros sabemos de dónde es este; en cambio, cuando venga el Mesías, nadie sabrá de dónde es".
Entonces Jesús, que enseñaba en el Templo, exclamó: "¿Así que ustedes me conocen y saben de dónde soy? Sin embargo, yo no vine por mi propia cuenta; pero el que me envió dice la verdad, y ustedes no lo conocen.
Yo sí lo conozco, porque vengo de él y es él el que me envió".
Entonces quisieron detenerlo, pero nadie puso las manos sobre él, porque todavía no había llegado su hora.
(Extraído de la Biblia: Libro del Pueblo de Dios. )
Leer el comentario del Evangelio por : Orígenes (c. 185-253), presbítero y teólogo Comentarios sobre San Juan 19,12; PG 14, 548
“Nadie le
puso la mano encima porque no había llegado su hora.”
Muchas veces, buscar a Jesús es un bien porque es la misma cosa que buscar la
Palabra, la verdad y la sabiduría. Pero, me diréis, que las palabras “buscar a
Jesús” son a veces pronunciadas a propósito de aquellos que le persiguen. Por
ejemplo: “Buscaron una ocasión para prender a Jesús, pero nadie le puso la mano
encima porque no había llegado su hora.”... Jesús sabe de quien se tiene que
alejar y con quien puede permanecer sin ser descubierto todavía, para que quien
lo busque lo encuentre en el tiempo favorable. El apóstol Pablo dice a lose que
no poseen todavía a Jesús y no lo han contemplado: “No digas en tu corazón: “
?Quien subirá al cielo? ¡Atiende! Para hacer descender a Cristo. ¿Quién
descenderá al abismo? ¡Atiende! Para hacer subir a Cristo de entre los muertos.
¿Qué dicen las Escrituras? “La palabra está cerca de ti la tienes en tu boca,
la tienes en el corazón.” (cf Rm 10,6-8)
Cuando el Señor dice, empujado por el amor a los hombres: “Me buscaréis.” (cf Jn 8,21) da a entender las cosas del Reino de Dios. Para que los que le buscan no lo busquen fuera de ellos mismo diciendo: -Aquí está- o bien, -está allí-. El evangelio les dice: “El reino de Dios está dentro de vosotros.” (Lc 17,21) Mientras guardamos la semilla de la verdad depositada en nuestra alma, y los mandamientos, la Palabra no se alejará de nosotros. Pero si el mal se extiende en nosotros y nos corrompe, entonces Jesús nos dirá: “Me voy, y me buscaréis y moriréis por vuestro pecado.”
Cuando el Señor dice, empujado por el amor a los hombres: “Me buscaréis.” (cf Jn 8,21) da a entender las cosas del Reino de Dios. Para que los que le buscan no lo busquen fuera de ellos mismo diciendo: -Aquí está- o bien, -está allí-. El evangelio les dice: “El reino de Dios está dentro de vosotros.” (Lc 17,21) Mientras guardamos la semilla de la verdad depositada en nuestra alma, y los mandamientos, la Palabra no se alejará de nosotros. Pero si el mal se extiende en nosotros y nos corrompe, entonces Jesús nos dirá: “Me voy, y me buscaréis y moriréis por vuestro pecado.”
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