Sábado 21 Marzo 2015 cuarta semana de Cuaresma
Santo(s)
del día : San Nicolás de Flüe, Beato Miguel Losa
EVANGELIO
DEL DÍA
Jn 7,40-53
En aquel
tiempo, de la gente que habían oído estos discursos de Jesús,
unos decían:
“Este es de verdad el profeta’~ Otros decían: “Este es el
Mesías’~ Pero
otros decían: “¿Es que de Galilea va a venir el Mesías? ¿No
dice la
Escritura que vendrá del linaje de David, y de Belén, el pueblo de
David?’ Y así
surgió entre la gente una discordia por su causa. Algunos
querían
prenderlo, pero nadie le puso la mano encima. Los guardias del
templo
acudieron a los sumos sacerdotes y fariseos, y estos les dijeron:
‘¿Por qué no
lo habéis traído?’ Los guardias respondieron: “Jamás ha
hablado nadie
así’~ Los fariseos les replicaron: ‘¿También vosotros os
habéis dejado
embaucar? ¿Hay algún jefe o fariseo que haya creído en
él? Esa gente
que no entiende dela ley son unos malditos” Nicodemo, el
que había ido
en otro tiempo a visitarlo y que era fariseo, les dijo: ‘”Acaso nuestra ley
permite juzgar a nadie sin escucharlo primero y averiguar
lo que ha
hecho?” Ellos le replicaron: ‘¿También tú eres galileo? Estudia
y verás que de Galilea no salen profetas’? Y se volvieron cada uno a su
casa.
1. El enfrentamiento de los jefes
religiosos y de los fariseos contra Jesús
va
en aumento. De forma que la tensión, la división y la crispación llegan
a
la gente sencilla (óchlos), al pueblo humilde y de más baja condición.
Nadie
se preguntaba si Jesús tenía que morir porque eso era lo que Dios
quería,
porque así salvaría al mundo, porque Dios estaba ofendido por
nuestros
pecados... Lo que allí se planteaba era si tenían razón los dirigentes
religiosos; o si quien tenía la razón era Jesús.
2. Con Jesús estaba el pueblo. Contra Jesús
estaban los “hombres de la
religión”.
Los argumentos del pueblo eran que Jesús es el Mesías, es el
Profeta,
es decir, argumentos positivos. Los argumentos de los dirigentes
religiosos
eran que el Mesías no podía venir de Galilea, que de Galilea no
podía
salir un profeta, que el pueblo no conocía la ley religiosa y que además el
pueblo estaba maldito. Es decir, los argumentos de los entendidos
en
religión eran negativos y de profundo desprecio hacia la pobre gente.
3. Para hablar de Dios, como lo hizo Jesús,
hay que ser muy libres. Y tener valor para vencer el miedo. Y es que hablar de
Dios, como se debe hablar, es un asunto muy peligroso. Hablar del “Dios” que
les conviene a los poderes de este mundo es una cosa que da poder y prestigio.
Hablar del Dios que cuestiona a esos poderes, sobre todo al poder y a los
intereses de los hombres de la religión, es peligroso, en ello se juega uno
hasta la misma vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario