13 DE DICIEMBRE
– MIERCOLES
– 2 – ADVIENTO
– B –
Santa Lucia, virgen y mártir
Lectura del libro de Isaías (40,25-31):
«¿CON quién podréis compararme?, ¿Quién es semejante a mí?», dice el Santo.
Alzad los
ojos a lo alto y mirad:
¿Quién creó esto?
Es él, que
despliega su ejército al completo y a cada uno convoca por su nombre.
Ante su
grandioso poder, y su robusta fuerza, ninguno falta a su llamada.
¿Por qué
andas diciendo, Jacob,
y por qué murmuras, Israel:
«¿Al Señor no
le importa mi destino, mi Dios pasa por alto mis derechos»?
¿Acaso no lo
sabes, es que no lo has oído?
El Señor es
un Dios eterno que ha creado los confines de la tierra. No se cansa, no se fatiga, es insondable su inteligencia.
Fortalece a
quien está cansado, acrecienta el vigor del exhausto.
Se cansan los muchachos, se fatigan, los
jóvenes tropiezan y vacilan; pero los que esperan en el Señor renuevan sus
fuerzas, echan alas como las águilas, corren y no
se fatigan, caminan y no se cansan.
Palabra de Dios
Salmo:
102,1-2.3-4.8.10
R/. Bendice, alma
mía, al Señor
V/. Bendice, alma mía, al Señor,
y todo mi ser a su santo nombre.
Bendice, alma mía, al Señor,
y no olvides sus beneficios. R/.
V/. Él perdona todas tus culpas
y cura todas tus enfermedades;
él rescata tu vida de la fosa,
y te colma de gracia y de ternura. R/.
V/. El Señor es compasivo y misericordioso,
lento a la ira y rico en clemencia.
No nos trata como merecen nuestros
pecados
ni nos paga según nuestras culpas. R/.
Lectura
del santo evangelio según san Mateo (11,28-30):
EN aquel tiempo, Jesús tomó la palabra y dijo:
«Venid a mi
todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré.
Tomad mi yugo
sobre vosotros y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y
encontraréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es llevadero y mi
carga ligera».
Palabra del Señor
1. Este texto es tan sublime, que ha
sido utilizado en la Iglesia para cosas muy diversas.
Con este texto, se ha elogiado el misterio
de la Trinidad, cosa que se hizo hasta finales del s. XIX. Luego, se utilizó
para insistir en la importancia de la conducta ética de los cristianos. Y en la
actualidad, se le da un significado más humano, más próximo a las carencias y
necesidades que tenemos que soportar los mortales. Así las cosas, debemos
preguntarnos:
- ¿Qué nos viene a decir hoy
este texto tan profundamente humano de Jesús y sobre Jesús?
2. Lo primero, que se
preguntan los estudiosos de los evangelios, es a quién dirige Jesús estas
palabras.
- ¿Las dirige a los discípulos (a quienes
le siguen a él) o a los oyentes en general, sean o no sean creyentes?
Si Jesús solamente puso limitaciones a los
que causan sufrimiento, nunca a quienes lo padecen, no se ve por qué, en este
caso, debemos pensar que Jesús limita su llamada de alivio a quienes se sienten
"cansados y agobiados".
Jesús se presenta aquí como acogida, como
refugio de paz y descanso, como fuente de seguridad y sosiego y sobre todo como
encuentro con todo lo que para nosotros puede representar carencia, vacío,
ausencia, soledad. No tenemos derecho a poner límites a esta llamada de Jesús.
Es para todos. Y para todo lo que representa sufrimiento o carencia.
3. La metáfora del
"yugo" (dsygos) es frecuente en la tradición de Israel.
Designaba la esclavitud (Lev 26, 13; Jer 27-28) o la servidumbre bajo un
tirano (1 Re12,4. 9-11. 14). Y, a veces, se refiere a la relación entre el esclavo
y su dueño (Jer 2, 20; 5, 5; Os 5, 5).
En las ideas del Nuevo Testamento, se
insiste en que la Ley de la Religión había convertido la religiosidad en una carga
pesada (Hech 15, 10; Gal 5, 1; Mt 23, 4). Y esto precisamente es lo que Jesús
convierte en una carga suave, ligera y llevadera. Por eso, cuando la Iglesia,
la diócesis, la parroquia o la Vida Religiosa se convierten en una carga
insoportable, es que esa carga no se basa en el Evangelio. Ni eso nos lleva al
Dios de Jesús.
Santa Lucia, virgen y mártir
Santa Lucía (siglo IV)
Murió,
probablemente, en Siracusa, durante la persecución de Diocleciano. Su culto se
difundió desde la antigüedad a casi toda la Iglesia, y su nombre fue
introducido en el Canon Romano.
A Santa Lucía se le ha
representado frecuentemente con dos ojos, porque según una antigua tradición, a
la santa le habrían arrancado los ojos por proclamar firmemente su fe.
Nació y murió en Siracusa,
ciudad de Italia, y gracias a sus múltiples virtudes entre las que se destaca
la sencillez, la humildad y la honradez, el Papa San Gregorio en el siglo VI
puso su nombre a dos conventos femeninos que él fundó.
Según la tradición, cuando
la santa era muy niña hizo a Dios el voto de permanecer siempre pura y virgen,
pero cuando llegó a la juventud quiso su madre (que era viuda), casarla con un
joven pagano. Lucía finalmente obtuvo el permiso de no casarse, pero el joven
pretendiente, rechazado, dispuso como venganza acusarla ante el gobernador de
que la santa era cristiana, religión que estaba totalmente prohibida en esos
tiempos de persecución. Santa Lucía fue llamada a juicio; fue atormentada para
obligarla a adorar a dioses paganos, pero ella se mantuvo firme en su fe, para
luego ser decapitada.
Oración a Santa Lucia
Oh
Bienaventurada y amable Virgen Santa Lucía, universalmente reconocida por el
pueblo cristiano como especial y poderosa abogada de la vista, llenos de
confianza a ti acudimos; pidiéndote la gracia de que la nuestra se mantenga
sana y le demos el uso para la salvación de nuestra alma, sin turbar jamás
nuestra mente en espectáculos peligrosos.
Y que
todo lo que ellos vean se convierta en saludable y valioso motivo de amar cada
día más a Nuestro Creador y Redentor Jesucristo, a quien, por tu intercesión,
oh protectora nuestra; esperamos ver y amar eternamente en la patria celestial.
Amén.
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