miércoles, 13 de diciembre de 2023

Párate un momento: El Evangelio del dia 15 DE DICIEMBRE – VIERNES – 2 – ADVIENTO – B – SAN VALERIANO, Obispo

 

 


15 DE DICIEMBRE – VIERNES

– 2 – ADVIENTO – B –

SAN VALERIANO, Obispo

 

Lectura del libro de Isaías (48,17-19):

ESTO dice el Señor, tu libertador,

el Santo de Israel:

«Yo, el Señor, tu Dios,

te instruyo por tu bien,

te marco el camino a seguir.

Si hubieras atendido a mis mandatos,

tu bienestar sería como un río,

tu justicia como las olas del mar,

tu descendencia como la arena,

como sus granos, el fruto de tus entrañas;

tu nombre no habría sido aniquilado,

ni eliminado de mi presencia».

 

Palabra de Dios

 

Salmo:1,1-2.3.4.6

     R/. El que te sigue, Señor, tendrá la luz de la vida.

 

Dichoso el hombre

que no sigue el consejo de los impíos,

ni entra por la senda de los pecadores,

ni se sienta en la reunión de los cínicos;

sino que su gozo es la ley del Señor,

y medita su ley día y noche. R/.

Será como un árbol

plantado al borde de la acequia:

da fruto en su sazón

y no se marchitan sus hojas;

y cuanto emprende tiene buen fin. R/

No así los impíos, no así;

serán paja que arrebata el viento.

Porque el Señor protege el camino de los justos,

pero el camino de los impíos acaba mal. R/.

 

     Lectura del santo evangelio según san Mateo (11,16-19):

En aquel tiempo, dijo Jesús al gentío:

«¿A quién compararé esta generación?

Se asemeja a unos niños sentados en la plaza, que gritan diciendo: “Hemos tocado la flauta, y no habéis bailado; hemos entonado lamentaciones, y no habéis llorado”.

Porque vino Juan, que ni comía ni bebía, y dicen: “Tiene un demonio”. Vino el Hijo del hombre, que come y bebe, y dicen: “Ahí tenéis a un comilón y borracho, amigo de publicanos y pecadores”.

Pero la sabiduría se ha acreditado por sus obras».

 

Palabra del Señor

 

1.   Sea cual sea el origen y el significado de la parábola de los niños jugando a boda y entierro, lo que está fuera de duda es que aquí se contraponen dos formas de vida: la de Juan y la de Jesús.

La vida de Juan sugiere la idea de un entierro, mientras que la vida de Jesús nos evoca la experiencia gozosa de una fiesta de boda.

 

2.   La contraposición es fuerte: Juan vivió como un asceta que se privaba de casi todo, mientras que Jesús fue un ciudadano normal, que incluso dio pie a que se pudiera decir de él que era un tragón y un bebedor.  

Pero lo sorprendente es que la mayoría de la gente ("esta generación": Gen 6, 9; 7, 1; Job 5, 5; Exdo 44,17) no hizo caso ni a Juan ni a Jesús. De hecho, lo mismo Juan que Jesús se fueron de este mundo abandonados de casi todo el pueblo.

¿Qué nos viene a decir esta parábola?

 

3.   Jesús da la respuesta: "los hechos han dado la razón a la sabiduría de Dios".  La sabiduría de Dios se hizo vida en Jesús, en la vida de Jesús (cf. Mt 11, 25-30; 1, 21-23; 4, 17; 13, 54).

Esto supuesto, fueron los hechos de la vida de Jesús, sus obras, sus buenas obras, son las que marcan el camino a seguir en la vida. Lo cual quiere decir: el camino a seguir en la vida no es el de los sacerdotes del templo, ni el de los anacoretas del desierto, ni el de los ascetas que se privan de casi todo. Lo que importa en la vida son las "obras" (érga), el comportamiento que cada cual tiene en su relación con los demás.  Y eso es lo que quedó de Juan y de Jesús: de Juan, quedaron sus recriminaciones contra el pecado y los pecadores; de Jesús, quedaron sus preocupaciones por aliviar el sufrimiento de enfermos, pobres, marginados y gente desgraciada. Y aquí en esto, es en lo que se manifiesta la sabiduría de Dios.

 

SAN VALERIANO, Obispo



Vida de San Valeriano obispo

Conmemoración de san Valeriano, obispo de Abbensa, en África Proconsular, que, siendo más que octogenario, en la persecución vandálica fue conminado por el rey arriano Genserico a que entregara los utensilios de la Iglesia y, al rehusar constantemente hacerlo, fue expulsado de la ciudad con orden de que nadie le dejara vivir ni en su casa ni en el campo, y durante mucho tiempo estuvo a la intemperie, en la vía pública, acabando así su vida bienaventurada como confesor de la verdad ortodoxa (c. 460).

 

 

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