24 de DICIEMBRE – MARTES –
4ª – ADVIENTO – A –
MISA DE LA MAÑANA
San Gregorio de Spoleto
Lectura del segundo libro de Samuel (7,1-5.8b-12.14a.16):
CUANDO el rey David se asentó en su casa y el
Señor le hubo dado reposo de todos sus enemigos de alrededor, dijo al profeta
Natán:
«Mira, yo habito en una casa de cedro, mientras el Arca de Dios
habita en una tienda».
Natán dijo al rey:
«Ve y haz lo que desea tu corazón, pues el Señor está contigo».
Aquella noche vino esta palabra del Señor a Natán:
«Ve y habla a mi siervo David: "Así dice el Señor: ¿Tú me
va a construir una casa para morada mía?
Yo te tomé del pastizal, de andar tras el rebaño, para que
fueras jefe de mi pueblo Israel. He estado a tu lado por donde quiera que has
ido, he suprimido a todos tus enemigos ante ti y te he hecho tan famoso como
los grandes de la tierra. Dispondré un lugar para mi pueblo Israel y lo
plantaré para que resida en él sin que lo inquieten, ni le hagan más daño los
malvados, como antaño, cuando nombraba jueces sobre mi pueblo Israel. A ti te
he dado reposo de todos tus enemigos.
Pues bien, el Señor te anuncia que te va a edificar una casa.
En efecto, cuando se cumplan tus días y reposes con tus padres,
yo suscitaré descendencia tuya después de ti. Al que salga de tus entrañas le
afirmaré su reino. Yo seré para él un padre, y él será para mi un hijo.
Tu casa y tu reino se mantendrán siempre firmes ante mi; tu
trono durará para siempre"».
Palabra de Dios
Salmo: 88
R/. Cantaré eternamente tus misericordias, Señor
V/. Cantaré eternamente las
misericordias del Señor,
anunciaré tu fidelidad
por todas las edades.
Porque dijiste: «La
misericordia es un edificio eterno»,
más que el cielo has
afianzado tu fidelidad. R/.
V/. «Sellé una alianza con mi
elegido,
jurando a David, mi
siervo:
Te fundaré un linaje
perpetuo,
edificaré tu trono para
todas las edades». R/.
V/. «Él me invocará: “Tú eres
mi padre,
mi Dios, mi Roca
salvadora”;
Le mantendré eternamente
mi favor,
y mí alianza con él será
estable». R/.
Lectura del
Santo Evangelio según san Lucas 1, 67-79
En aquel tiempo, Zacarías, padre de Juan, lleno del Espíritu
Santo, profetizó diciendo:
"Bendito
sea el Señor, Dios de Israel, porque ha visitado y redimido a su pueblo,
suscitándonos una fuerza de salvación en la casa de David, su siervo, según lo
había predicho desde antiguo por boca de sus santos profetas.
Es la
salvación que nos libra de nuestros enemigos y de la mano de todos los que nos
odian; realizando la misericordia que tuvo con nuestros padres, recordando su
santa alianza y el juramento que juró a nuestro padre Abrahán.
Para
concedernos que, libres de temor, arrancados de la mano de los enemigos, le
sirvamos en santidad y justicia, en su presencia todos nuestros días.
Y a ti,
niño, te llamarán profeta del Altísimo, porque irás delante del Señor, a
preparar sus caminos, anunciando a su pueblo la salvación, el perdón de sus
pecados.
Por la
entrañable misericordia de nuestro Dios, nos visitará el sol que nace de lo
alto, para iluminar a los que viven en tinieblas y en sombra de muerte; para
guiar nuestros pasos en el camino de la paz".
1. Los estudiosos de los evangelios de la infancia
de Jesús han destacado algo que, por lo demás, resulta comprensible. De la
misma manera que, en el caso del "Magníficat", en este otro himno (el
"Benedictus"), se discute si lo compuso Lucas (Harnack, Erdmann) o,
más bien, tiene un origen anterior.
Lo más probable es que se trata de un
himno compuesto por cristianos que provenían del judaísmo. De ahí,
la mezcla de un lenguaje y unos motivos claramente judíos, que se
funden con ideas propias del cristianismo (R. E. Brown).
Y es notable que la gran mayoría de los cristianos ni
caen en la cuenta de que, en este himno, se funden ideas y lenguajes que vienen
de dos religiones: el judaísmo y el cristianismo. Pero casi nadie hace problema
de eso. Prueba patente de lo poco que se conoce y poco interesa "lo específicamente
cristiano".
2. La idea central de esta plegaria se refiere a una
salvación cumplida en Jesús, el Mesías. Se trata, pues, de un planteamiento
netamente evangélico.
Pero no debemos olvidar que, en este caso y a
diferencia del "Magníficat", aquí no se trata de la oración de una
muchacha de pueblo, una joven pobre y humilde de la humilde Galilea, sino que
estamos ante la bendición que dirige a Dios un sacerdote del Templo, en la
capital Jerusalén.
Como es lógico, las profundas diferencias, de quienes
pronunciaron estas plegarias, determinaron las profundas diferencias de sus
contenidos.
En el "Benedictus", un hombre, sagrado y
consagrado, funcionario del Templo, en la capital.
En el "Magníficat", una mujer, laica,
inculta, pobre y desconocida, viviendo en un pueblo humilde de la humilde
Galilea. Así, nos encontramos de lleno con un hecho que está presente en la
vida constantemente: cada cual piensa y ve la vida según donde vive y como
vive.
Desde una chabola no se ve la vida como se ve desde un
palacio.
Una joven de una aldea y un sacerdote de Jerusalén
tenían que ver las cosas de manera muy distinta.
3. Por lo dicho, se comprende que el
"Magníficat" tiene un sentido social, que no se encuentra en el
"Benedictus". Mientras que, por el contrario, el
"Benedictus" expresa sentimientos propios de un hombre (un
funcionario de lo religioso), frecuente en las tradiciones religiosas: La
"salvación de nuestros
enemigos"
y de la mano "de todos los que nos odian" (Lc 1, 71).
Y se insiste en que seremos "arrancados
de la mano de los enemigos" (Lc 1, 74).
La oración de María habla de los "pobres"
que se verán liberados de la opresión de los "ricos" y
"potentados", mientras que Zacarías habla de "enemigos" y
de "los que nos odian". María y Zacarías representan dos modelos de
religiosidad. Y dos proyectos de salvación.
¿Cómo es mi espiritualidad?
¿Se parece a la de María o a la de Zacarías?
San Gregorio de Spoleto
Vive en la segunda mitad del siglo III en la
península Itálica. Es un hombre religioso y bueno, del que escasas noticias nos
han llegado hasta hoy. Pero vive en la época de las persecuciones de
Diocleciano, y es fácil descubrir a Gregorio en la prohibida devoción
cristiana. Hecho preso, es acusado de no querer sacrificar a los dioses y de
afirmar que sólo un Dios merece adoración.
Muere mártir en el año 303.
Presbítero que murió mártir en la persecución
de Diocleciano a comienzos del siglo IV.
En su historia interviene un personaje
llamado Flaco que es el encargado por el gobierno de Roma para poner orden en
el Imperio en lo que concierne a la unidad de religión fundamento del orden
social. Ha pensado en su estrategia contra los rebeldes e inconformistas de
cuya existencia en su territorio está bien informado: multiplicará los dioses y
obligará a prestarles adoración. Quienes no acaten la orden con fidelidad serán
aniquilados.
En la península itálica, en la Umbria,
concretamente en Spoleto, hay un hombre llamado Gregorio, se ocupa en hacer el
bien a los demás, está interesado en poner remedio a las necesidades económicas
de los más pobres y de hecho las remedia en la medida que puede, da consuelo a
los tristes e incluso quema el tiempo animando cuando alguien está desalentado.
Es pacífico y en su vida se advierte la rectitud. Todos lo tienen por hombre
religioso. Incluso a los que quieren les descubre poco a poco los misterios de
Dios y, lo que es más llamativo aún, algunos le siguen porque tanto su
enseñanza como el estilo de su vida tienen un atractivo poco común. Sí, hay un
no-sé-qué atrayente por su nobleza y altura de miras.
Pero por lo que se ve que no agrada a todos.
No quiere sacrificar a los dioses. Tiene ideas distintas. Él no se acomoda a lo
establecido. Es acusado de "ser rebelde a los dioses". Afirma que
sólo un Dios merece adoración y tan testarudo se muestra en su convicción que,
a pesar de las amenazas y vejaciones, está dispuesto incluso a morir. De hecho,
así terminó su vida en el año 303.
Desobediente. Inadaptado. Reaccionario.
Indócil. Rebelde. Indisciplinado. Agitador. Inconformista. Independiente.
Parece que todos estos calificativos tienen un contenido negativo. Pero,
claro... hay que saber contra qué o contra quien. Porque —a la postre y para
ser justos en el juicio— todo depende de a qué lado quede la verdad. Quizá
resulte que hay que cambiar el esquema y se deban proponer para premios Nobel
precisamente a los que no se acomoden a los croquis de la sociedad y vayan
contra el "status".
No siempre "ser como los demás" es
signo de "estar en la verdad".
A que la verdad no depende del poder, de
la fuerza física, política o militar. ¡A que no!
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