martes, 3 de diciembre de 2019

Párate un momento: El Evangelio del dia 4 de DICIEMBRE – MIÉRCOLES – 1ª – ADVIENTO – A – Santa Barbara




4 de DICIEMBRE – MIÉRCOLES –
1ª – ADVIENTO – A –
Santa Barbara

Lectura del libro de Isaías (25,6-10a):

EN aquel día, preparará el Señor del universo para todos los pueblos, en este monte, un festín de manjares suculentos, un festín de vinos de solera; manjares exquisitos, vinos refinados.
Y arrancará en este monte
el velo que cubre a todos los pueblos, el lienzo extendido sobre a todas las naciones.
Aniquilará la muerte para siempre. Dios, el Señor, enjugará las lágrimas de todos los rostros,
y alejará del país el oprobio de su pueblo —lo ha dicho el Señor—.
Aquel día se dirá:
«Aquí está nuestro Dios.
Esperábamos en él y nos ha salvado. Este es el Señor en quien esperamos. Celebremos y gocemos con su salvación, porque reposará sobre este monte la mano del Señor».

Palabra de Dios

Salmo: 22,1-3a.3b-4.5.6

R/. Habitaré en la casa del Señor por años sin término

V/. El Señor es mi pastor, nada me falta:
en verdes praderas me hace recostar;
me conduce hacia fuentes tranquilas
y repara mis fuerzas. R/.

V/. Me guía por el sendero justo,
por el honor de su nombre.
Aunque camine por cañadas oscuras,
nada temo, porque tú vas conmigo:
tu vara y tu cayado me sosiegan. R/.

V/. Preparas una mesa ante mí,
enfrente de mis enemigos;
me unges la cabeza con perfume,
y mi copa rebosa. R/.

V/. Tu bondad y tu misericordia me acompañan
todos los días de mi vida,
y habitaré en la casa del Señor
por años sin término. R/.

Lectura del santo evangelio según san Mateo (15,29-37):

EN aquel tiempo, Jesús, se dirigió al mar de Galilea, subió al monte y se sentó en él.
Acudió a él mucha gente llevando tullidos, ciegos, lisiados, sordomudos y muchos otros; los ponían a sus pies, y él los curaba.
La gente se admiraba al ver hablar a los mudos, sanos a los lisiados, andar a los tullidos y con vista a los ciegos, y daban gloria al Dios de Israel.
Jesús llamó a sus discípulos y les dijo:
«Siento compasión de la gente, porque llevan ya tres días conmigo y no tienen qué comer. Y no quiero despedirlos en ayunas, no sea que desfallezcan en el camino».
Los discípulos le dijeron:
«¿De dónde vamos a sacar en un despoblado panes suficientes para saciar a tanta gente?».
Jesús les dijo:
«¿Cuántos panes tenéis?».
Ellos contestaron:
«Siete y algunos peces».
Él mandó a la gente que se sentara en el suelo. Tomó los siete panes y los peces, pronunció la acción de gracias, los partió y los fue dando a los discípulos, y los discípulos a la gente.
Comieron todos hasta saciarse y recogieron las sobras: siete canastos llenos.

Palabra del Señor.

1.  Ante todo, conviene caer en la cuenta del lugar donde Mateo sitúa todo
este episodio: un monte en el que se sienta. En la historia de las religiones, los
dioses se asocian a las montañas. Porque los dioses se asocian a la grandeza y al poder. Y eso es lo que evocan los montes:  altura, distancia, poderío, superioridad (W. Burkert; F. Albright; V. Haas...).
En la Biblia, los montes son lugares
sagrados en los que se manifiesta Dios (Is 14, 13; Ez 28, 14. 16; Is 2, 12-15; Ez 6, 3; Lc 3, 5; Sal 2, 6; Jer 2, 20; Jn 4, 20...). En la tradición judía, la subida al monte se relaciona con la subida de Moisés al monte Sinaí (Ex 19, 3; 24, 12. 13. 18;
34, 2. 4; Dt 9, 9; 10, 1. 3).
Pero el Evangelio le da un cambio radical a este simbolismo religioso: Jesús no es ya el Dios que se manifiesta en forma terrible, entre relámpagos y truenos, e imponiendo leyes.  Jesús representa a un Dios que acoge a los desgraciados de este mundo y remedia sus penas.  Jesús no representa la majestad y el poder de Dios, sino la    humanidad de Dios.

2.  A un Dios así, "acude mucha gente". Acude la gente más desamparada     y castigada por la vida. Por eso, no hay más remedio que preguntarse:  
- ¿por qué ahora la gente asocia la religión más con el poder divino y la rigidez austera de las leyes religiosas que con la bondad que acoge, comprende, atrae y remedia el dolor de los desamparados? 
Lo que ocurre es que la Iglesia se ha desarrollado de forma que es una institución más "religiosa" que "evangélica".
Es decir, en la Iglesia encontramos    mucha "religión" y poco "evangelio". La Iglesia, por eso, cuida mucho la observancia de los rituales y poco el cumplimiento de las bienaventuranzas y de lo que fue la vida de Jesús.

3.  Pero el relato genial de este evangelio va indeciblemente más lejos.
Porque, a renglón seguido de las curaciones de enfermos, repite la multiplicación de los panes, que ya se había relatado en Mt 14, 13-23.
Las dos cosas que más preocupan e interesan a todo ser humano son la salud y la comida.
Por eso, como queda patente en este relato, Jesús cura a los enfermos y da de
comer a los hambrientos. Jesús no impone leyes. Ni amenaza con castigos. Ni exige observancias de ritos y ceremonias. Nada de eso consta en los evangelios. Sin embargo, lo que se repite, en casi todas las páginas de los sinópticos, es el interés constante  de Jesús por  remediar las carencias y dolores que tuvo a su alcance. Jesús no curó a todos los enfermos que había en Israel. Ni dio de comer a todos los hambrientos.   
Remedió lo que pudo. Jesús no nos pide imposibles.  Pero todos podemos    hacer que la convivencia en este mundo resulte más soportable.

Santa Barbara


Según la leyenda habría nacido en Nicomedia, cerca del mar de Mármara, hija de un sátrapa de nombre Dióscuro, que la encierra en una torre; según una leyenda, esto es para evitar que los hombres admiraran su belleza y la sedujeran, según otra para evitar el proselitismo cristiano.

En ausencia de su padre, Bárbara es convertida al catolicismo, y manda construir tres ventanas en su torre simbolizando la Trinidad; su padre se entera del significado de estas ventanas, se enfada y quiere matarla, por lo que ella huye y se refugia en una peña milagrosamente abierta para ella. Atrapada pese al milagro, se enfrenta a su destino.

Su martirio fue el mismo que el de San Vicente Mártir: habría sido atada a un potro, flagelada, desgarrada con rastrillos de hierro, colocada en un lecho de trozos de cerámica cortantes, quemada con hierros al fuego... Cada versión distinta cambia, añade o quita torturas. Finalmente, el mismo Dióscuro la habría decapitado en la cima de una montaña, por lo que un rayo le alcanza a él, muriendo.

También existe la versión de que su padre la habría enviado al juez, quien la mandó decapitar, versión que no incluye el rayo; por ello la primera versión es más explicativa de los patronatos que ejerce.

Es la patrona de las profesiones que manejan explosivos (debido a la leyenda del rayo) y muy especialmente de los mineros. En las Cuencas Mineras Asturianas le dedican un himno llamado Santa Bárbara Bendita. Así mismo, es también patrona de los militares que pertenecen al Arma de Artillería de la mayoría de los ejércitos del mundo, ¡incluidos los de algunos países musulmanes!

Se celebra la onomástica el 4 de diciembre.


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