6 de DICIEMBRE – VIERNES –
1ª – ADVIENTO – A –
San Nicolás de Bari
Lectura
del libro de Isaías (29,17-24):
ESTO dice el Señor:
«Pronto,
muy pronto, el Líbano se convertirá en vergel, y el vergel parecerá un bosque.
Aquel día, oirán los
sordos las palabras del libro; sin tinieblas ni oscuridad verán los ojos de los
ciegos.
Los
oprimidos volverán a alegrarse en el Señor, y los pobres se llenarán de júbilo
en el Santo de Israel; porque habrá desaparecido el violento, no quedará rastro
del cínico;
y serán aniquilados los
que traman para hacer el mal: los que condenan a un hombre con su palabra, ponen
trampas al juez en el tribunal, y por una nadería violan el derecho del
inocente.
Por eso, el Señor, que
rescató a Abrahán, dice a la casa de Jacob:
“Ya
no se avergonzará Jacob,
ya no palidecerá su
rostro, pues, cuando vean sus hijos mis acciones en medio de ellos,
santificarán mi nombre,
santificarán al Santo de
Jacob
y temerán al Dios de
Israel”.
Los
insensatos encontrarán la inteligencia y los que murmuraban aprenderán la
enseñanza».
Palabra
de Dios
Salmo:
26,1.4.13-14
R/. El
Señor es mi luz y mi salvación.
R/. El Señor es mi luz y mi
salvación.
V/. El Señor es mi luz y mi
salvación,
¿a quién temeré?
El Señor es la defensa
de mi vida,
¿quién me hará temblar? R/.
V/. Una cosa pido al Señor,
eso buscaré:
habitar en la casa del
Señor
por los días de mi vida;
gozar de la dulzura del
Señor,
contemplando su templo. R/.
V/. Espero gozar de la dicha del Señor
en el país de la vida.
Espera en el Señor, sé
valiente,
ten ánimo, espera en el
Señor. R/.
Lectura
del santo evangelio según san Mateo (9,27-31):
EN aquel tiempo, dos ciegos seguían a Jesús, gritando:
«Ten
compasión de nosotros, hijo de David».
Al
llegar a la casa se le acercaron los ciegos, y Jesús les dijo:
«¿Creéis
que puedo hacerlo?».
Contestaron:
«Sí,
Señor».
Entonces
les tocó los ojos, diciendo:
«Que
os suceda conforme a vuestra fe».
Y
se les abrieron los ojos. Jesús les ordenó severamente:
«¡Cuidado
con que lo sepa alguien!».
Pero
ellos, al salir, hablaron de él por toda la comarca.
Palabra
del Señor
1.
Seguramente lo más llamativo, que hay en este relato, es la relación que
Jesús establece entre la fe y la salud. Por eso Jesús les pregunta a los ciegos
si "creen" que él los puede curar. Y por eso les dice también: "Que os suceda
conforma a vuestra fe".
Es decir, Jesús no atribuye la
curación al poder de Dios o a su propio poder, sino al poder de la fe. Y no olvidemos nunca que la fe, tal como la presentan los
evangelios sinópticos, es la manifestación de una "convicción" que
tiene el que afirma "que tiene fe".
Pero no olvidemos nunca que una "convicción" es siempre un
"acto libre". Lo cual quiere decir que la fe es una experiencia y una
forma de conducta que brota de la libertad humana.
Creer es fiarse y confiar en lo que
hace y dice Jesús.
2.
Este planteamiento de la fe, como
fuerza curativa, como energía de vida, es una de las cosas más novedosas
y sorprendentes que uno se encuentra en
los evangelios.
La afirmación de Jesús: "Tu fe te
ha curado" se repite constantemente en los relatos evangélicos (Mc 5, 34; Mt 9, 22;
Lc 8, 48; cf. Mc 10, 52; Mt 8, 10. 13; 9, 30; 15, 28; Lc 7, 9; 17, 19; 18, 42).
Y por la fe se explica la curación del paralítico (Mc 2, 1-12 par), de la hija
de Jairo y de la mujer que padecía hemorragias (Mc 5, 21-43 par), del
ciego Bartimeo (Mc 10,46-52 par), del siervo del centurión (Mt 8, 5-13 par), de
la hija de la mujer cananea (Mt 15, 21-28 par), de los dos ciegos (Mt 9,
27-31), de los diez leprosos (Lc 17, 11-19).
Más aún, esta relación entre fe y
curación es tan fuerte, que cuando falta la fe, el Evangelio dice que a Jesús,
cuando visitó Nazaret, "no le fue
posible de ningún modo actuar allí con fuerza" (Mc 6, 5). ¿Por qué? Porque allí "no tenían fe" (apistía) (Mc 6, 6;
Mt 13, 53-58).
3.
Tres enseñanzas se deducen de lo dicho:
1) Jesús le dio un cambio radical a la
fe. no es la relación con Dios a través de la religión, sino a través de la
vida.
2) Para Jesús es más importante la
vida que la religión.
3) La fe es, ante todo, una fuerza de
vida. O sea, la fe es auténtica cuando nos da fuerza para tirar de la vida,
para vivir con gozo y alegría la vida, para superar las dificultades de la
vida. Lo que, en definitiva, quiere decir que una persona tiene fe, si afronta
con seriedad, con alegría y con ilusión la realidad de esta vida, por más dura
y complicada que se nos presente.
Los que tienen fe son personas que
cambian su forma de vivir. Y así, la vida en este mundo, en la sociedad, en la
convivencia. La fe nos humaniza.
San Nicolás de Bari
Nació en
Patara (Turquía). Desde pequeño destacó por su carácter desprendido y, a la
muerte de sus padres, hereda una gran fortuna que pone al servicio de los
necesitados. Irá a vivir a Mira (Turquía), donde fue consagrado obispo.
Fue detenido bajo el gobierno
del emperador Licinio y liberado bajo el de Constantino. Participó en el Concilio
de Nicea.
Murió tal día como hoy en el
año 345. Sus restos descansan en la italiana ciudad de Bari, y de allí el
sobrenombre de San Nicolás de Bari, aunque jamás pisara esta ciudad.
Las tradiciones y leyendas
del santo son muy extendidas por todo el Orbe. En Alemania se le conoce como
Nikolaus y Santa Claus en los países anglosajones.
Vida de San
Nicolás de Bari
Origen de la figura de Papá Noel o Santa
Claus. Patrono de Rusia, de Grecia y de Turquía.
San Nicolás de Mira (o Myra) o San Nicolás de
Bari, obispo de Mira, en Licia, famoso por su santidad y por su intercesión
ante el trono de la divina gracia (s. IV).
Este santo fue tan popular en la antigüedad,
que se le han consagrado en el mundo más de dos mil templos. Era invocado en
los peligros, en los naufragios, en los incendios y cuando la situación
económica se ponía difícil, y la gente conseguía por su intercesión favores
admirables.
Por haber sido tan amigo de la niñez, en su
fiesta se reparten dulces y regalos a los niños, y prácticamente con esta fecha
se empezaban las festividades de diciembre. Como en alemán se llama "San
Nikolaus", lo empezaron a llamar Santa Claus, y lo pintan como un anciano
vestido de rojo, con una barba muy blanca, que pasaba de casa en casa
repartiendo regalos y dulces a los niños (entre nosotros lo llamaron Papá
Noel).
De San Nicolás escribieron muy hermosamente
San Juan Crisóstomo y otros grandes santos. Su biografía la escribió San
Metodio, Arzobispo de Constantinopla, y de ella sacamos los siguientes datos
curiosos.
Nació en Licia, Turquía, de padres muy ricos.
Desde niño se caracterizó porque todo lo que conseguía lo repartía entre los
pobres. Decía a sus padres: "sería un pecado no repartir mucho, siendo que
Dios nos ha dado tanto".
Tenía un tío que era obispo y este lo
consagró como sacerdote. Al morir sus padres atendiendo a los enfermos en una
epidemia, él quedó heredero de una inmensa fortuna. Entonces repartió sus
riquezas entre los pobres y se fue de monje a un monasterio. Después quiso
visitar la Tierra Santa donde vivió y murió Jesús, y al volver de allá llegó a
la ciudad de Mira (en Turquía) donde los obispos y sacerdotes estaban en el
templo discutiendo a quién deberían elegir como nuevo obispo de la ciudad,
porque el anterior se había muerto. Al fin dijeron: "elegiremos al próximo
sacerdote que entre al templo". Y en ese momento sin saber esto, entró
Nicolás y por aclamación de todos fue elegido obispo. Por eso se le llama San
Nicolás de Mira.
La especialidad de este santo fueron los
milagros tan numerosos que logró conseguir de Dios. Lo pintaban con unos niños,
porque los antiguos contaban que un criminal hirió a cuchillo a varios niñitos,
y el santo al rezar por ellos obtuvo su curación instantánea. También pintan
junto a él a una señorita, porque en su ciudad había un anciano muy pobre con
tres hijas y no lograba que se casaran por ser en tan extremo pobres. Entonces
el santo por tres días seguidos, cada noche le echó por la ventana una bolsa
con monedas de oro, y así el anciano logró casar a sus hijas muy bien.
Es Patrono de los marineros, porque estando
unos marineros en medio de una terribilísima tempestad en alta mar, empezaron a
decir: "Oh Dios, por las oraciones de nuestro buen Obispo Nicolás,
sálvanos". Y en ese momento vieron aparecer sobre el barco a San Nicolás,
el cual bendijo al mar, que se calmó, y en seguida desapareció.
Otro día iban a condenar injustamente a tres
amigos suyos que estaban muy lejos. Ellos rezaron pidiendo a Dios que por la
intercesión de Nicolás su obispo los protegiera. Y esa noche en sueños el santo
se apareció al juez y le dijo que no podía condenar a esos tres inocentes. Y
fueron absueltos.
El emperador Licino decretó una persecución
contra los cristianos y Nicolás fue encarcelado y azotado, pero siguió
aprovechando toda ocasión que se le presentaba, para enseñar la religión a
cuantos trataban con él. Más tarde llegó el emperador Constantino y lo liberó a
él junto con todos los demás prisioneros cristianos.
Luego apareció la herejía de Arrio que decía
que Jesucristo no es Dios. San Nicolás se opuso con toda su sabiduría y con su
gran ascendiente y no permitió que los arrianos entraran a su ciudad de Mira.
Dicen que el santo murió el 6 de diciembre
del año 345.
En oriente lo llaman Nicolás de Mira, por la
ciudad donde estuvo de obispo, pero en occidente se le llama Nicolás de Bari,
porque cuando los mahometanos invadieron a Turquía, un grupo de católicos sacó
de allí en secreto las reliquias del santo y se las llevó a la ciudad de Bari,
en Italia. En esa ciudad se obtuvieron tan admirables milagros al rezarle a
este gran santo, que su culto llegó a ser sumamente popular en toda Europa. Es
Patrono de Rusia, de Grecia y de Turquía. En Roma ya en el año 550 le habían
construido un templo en su honor.
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