lunes, 9 de diciembre de 2024

Párate un momento: El Evangelio del dia 10 - DE DICIEMBRE – MARTES – II – SEMANA DE ADVIENTO – C – Nuestra Señora de Loreto

 


 

10 - DE DICIEMBRE – MARTES –

 II – SEMANA DE ADVIENTO – C –

Nuestra Señora de Loreto

 

Lectura del libro de Isaías (40,1-11):

 

«CONSOLAD, consolad a mi pueblo  —dice vuestro Dios—; hablad al corazón de Jerusalén,

gritadle, que se ha cumplido su servicio, y está pagado su crimen, pues de la mano del Señor ha recibido doble paga por sus pecados».

         Una voz grita: «En el desierto preparadle un camino al Señor; allanad en la estepa una calzada para nuestro Dios; que los valles se levanten, que montes y colinas se abajen, que lo torcido se enderece y lo escabroso se iguale.

         Se revelará la gloria del Señor, y verán todos juntos  —ha hablado la boca del Señor—».

        Dice una voz: «Grita».

        Respondo: «¿Qué debo gritar?».

         «Toda carne es hierba y su belleza como flor campestre: se agosta la hierba, se marchita la flor, cuando el aliento del Señor sopla sobre ellos; sí, la hierba es el pueblo; se agosta la hierba, se marchita la flor, pero la palabra de nuestro Dios permanece por siempre».

         Súbete a un monte elevado, heraldo de Sión; alza fuerte la voz, heraldo de Jerusalén; álzala, no temas, di a las ciudades de Judá: «Aquí está vuestro Dios.

         Mirad, el Señor Dios llega con poder y con su brazo manda.

         Mirad, viene con él su salario y su recompensa lo precede.

          Como un pastor que apacienta el rebaño, reúne con su brazo los corderos y los lleva sobre el pecho; cuida él mismo a las ovejas que crían».

 

Palabra de Dios

 

        Salmo: 95,1-2.3.10ac.11-12.13-14

 

 R/. Aquí está nuestro Dios, que llega con fuerza.

Cantad al Señor un cántico nuevo, cantad al Señor, toda la tierra; cantad al Señor, bendecid su nombre, proclamad día tras día su victoria. R/.

Contad a los pueblos su gloria, sus maravillas a todas las naciones.

       Decid a los pueblos: «El Señor es rey, él gobierna a los pueblos rectamente». R/.

 Alégrese el cielo, goce la tierra, retumbe el mar y cuanto lo llena; vitoreen los campos y cuanto hay en ellos, aclamen los árboles del bosque. R/.

 Delante del Señor, que ya llega, ya llega a regir la tierra: regirá el orbe con justicia y los pueblos con fidelidad. R/.

 

   Lectura del santo evangelio según san Mateo (18,12-14):

  EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

          «¿Qué os parece? Suponed que un hombre tiene cien ovejas: si una se le pierde, ¿no deja las noventa y nueve en el monte y va en busca de la perdida? Y si la encuentra, en verdad os digo que se alegra más por ella que por las noventa y nueve que no se habían extraviado.

         Igualmente, no es voluntad de vuestro Padre que está en el cielo que se pierda ni uno de estos pequeños».

 

Palabra del Señor

 

          1.-  En este tiempo de expectación, cuando somos convocados para renovar y acrecentar nuestra esperanza, resuena por boca de Isaías el mandato del Dios de Israel: “Consolad, consolad a mi pueblo…”. No se trata de mirar hacia el nacimiento del Salvador, como quien celebra un cumpleaños, pues no cuadra la imagen con la realidad del misterio que se contempla. Se trata de caer en la cuenta de cómo se ha de disponer cada uno y ha de colaborar en la renovación de la humanidad y del orden social, desde el proceso renovador de la Iglesia misma.

           Escuchamos que una voz grita: “En el desierto preparadle un camino al Señor.” No consiste en disponer el camino como a nosotros nos parece que debiera ser, sino de entender que hay que partir de una experiencia fundante: la liberación de la esclavitud y la estancia en el desierto, mediante la cual, Dios mismo acompañó a su pueblo. Y esto hay que aplicarlo a la situación actual de la Iglesia y de la Humanidad. Es en el corazón de la Iglesia y de la Humanidad donde hay que rectificar actitudes y criterios, clarificación de principios que devuelvan la esperanza al ser humano. A él se dirige la palabra de consuelo que abre un horizonte nuevo y verán todos juntos la gloria del Señor.

             2.-  Dice una voz: «Grita». Respondo: «¿Qué debo gritar?». Con estas palabras, el profeta fija la disposición en la que hay que permanecer. Escuchar lo que se nos pide. Alzar la voz, decir alto y claro, lo que constituirá el consuelo de nuestro Dios: “Toda carne es hierba, se marchita la flor, cuando el aliento del Señor sopla sobre ellos; sí, la hierba es el pueblo; se agosta la hierba, se marchita la flor, pero la palabra de nuestro Dios permanece por siempre”. No se trata de ocultar la realidad, ni personal ni comunitaria. Es necesario reconocer nuestra pequeñez y finitud como criaturas. Lo que Dios ofrece como salvación, hace consistente a ser humano y en esa consistencia permanece, en la medida en que permanece en Dios y Dios en él.

Dios camina junto a la humanidad por el creada, camina, protege y cuida. Y siempre estas intervenciones de Dios se hacen de forma mediada. Por eso se nos pide, como heraldos, hablar desde lo alto, es decir, acogiendo la palabra que se debe comunicar, el contenido del mensaje que se ha de trasmitir.

 

          3.-  Junto a la debilidad e incapacidad humana aparece la fortaleza y el poder del Señor que nos envía. Habiendo asumido la debilidad en ella misma se hace presente la fortaleza y cuando somos conscientes de ello, nos abrimos a la actuación del Señor que, obrando a través de la debilidad, hace que se manifieste la fortaleza de Dios.

         No se llega con prepotencia y dominio al corazón del otro, de la humanidad misma, sino siguiendo la vía del abajamiento se podrá, unidos con el Señor, levantar a quien está caído e invitar al que está alzado a abajarse. Así como el Señor, se rebajó para levantar lo que estaba derrumbado.

          Es voluntad de vuestro Padre que está en el cielo que no se pierda ninguno de estos pequeños

          Los discípulos, la misma Iglesia, debe enterarse y asumir esta afirmación de Jesús. Manteniéndose como discípulos, permitir al Espíritu que nos recuerde las palabras y actuaciones de Jesús. Salir hacia los alejados sin reproches, convencidos de que lo realmente importante es encontrar al alejado y acompañarlo en su vuelta a Jesús. Importa mucho el objetivo que se persigue, que no puede ser otro que llevar a todos a encontrarse con el Señor.

          Alegrarse, con la alegría del Señor, cuando retornan a la comunión, sin que reciban, por parte de los que acogen, ni gestos ni palabras que cuestionen su retorno, sino que perciban un corazón agradecido a la bondad y misericordia del Señor, que abre sus brazos a todos. Porque si algo hay claro en el evangelio de Jesucristo es: “no es voluntad de vuestro Padre que está en el cielo que se pierda ni uno de estos pequeños”.

        Esta palabra, que ilumina la vida del discípulo, al mismo tiempo le abre para asumir la integridad de la misión. Enviados para colaborar, con todos los de corazón sincero, de modo que se haga realidad en el hoy de la humanidad, la salvación que trae nuestro Dios. Y será la vida del discípulo la que ponga a la vista de todos, el deseo de Dios, su voluntad, de que todos se salven; que todos sean consolados y alentados en el retorno al que los ha amado sin condiciones, en pura gratuidad.

         ¿Qué palabra ofrezco yo?

        ¿Me siento enviado a consolar a todos y a alentar a todos a vivir un encuentro especial con el Señor?

 

Nuestra Señora de Loreto

 


         La veneración de Nuestra Señora de Loreto está vinculada al traslado milagroso de Nazaret hasta Croacia de la casa donde nació la Virgen María, donde tuvo lugar la Anunciación, y donde vivió con San José y Jesús. Una casa formada por una habitación con tres paredes de piedra en una gruta excavada en la roca.

         Según la tradición cristiana, desde el año 1191 los cruzados, que habían conquistado la ciudad de Acre y que gobernaban Palestina, protegían la casa donde vivía la Sagrada Familia. Ante la invasión de Palestina por parte de los mamelucos los cristianos se vieron obligados a trasladar la casa al completo en 1291.

 

      Aunque lo más probable es que fuera trasladada vía marítima, según la versión popular fueron los ángeles quienes llevaron la casa volando cruzando el Mar Mediterráneo y el Mar Adriático y la depositaron en Dalmacia (Croacia).

       Los pobladores al verla tardaron en entender cómo había llegado allí, pero supieron que era la Santa Casa cuando la Virgen se apareció a un sacerdote que se encontraba muy enfermo y le contó el milagro. El hombre se sanó inmediatamente y extendió la historia a todo el pueblo.

           No en vano, tres años más tarde, en la noche del 10 de diciembre de 1294, la Santa Casa fue nuevamente trasladada por los ángeles a la ribera opuesta al Adriático, a Italia, entre un bosque de Laureles. De ahí el nombre de Loreto (lugar poblado de laureles en latín). Pero tampoco fue su ubicación definitiva y los ángeles la desplazaron a otro lugar, al municipio llamado Loreto en la actualidad, en la provincia de Ancona, en la costa este de Italia.

           Por su parte, los historiadores han ofrecido otra versión del traslado de la casa más verosímil. Después de la expulsión de los cristianos de Tierra Santa, un miembro de la familia Angeli -los gobernantes de Epiro - corrió con los gastos del transporte por mar de la Santa Casa, primero a Trsat en la actual Croacia, en 1291, después a Ancona en 1293, y finalmente a Loreto, el 10 de diciembre de 1294.

         De hecho existe un documento, que se remonta al 1294, probaría que Niceforo Angeli, concediendo a su hija Ithamar como esposa a Felipe de Tarento, hijo del rey de Nápoles Carlos II de Anjou, incluyó en la dote una serie de bienes entre los que figuraban “las santas piedras traídas de la Casa de Nuestra Señora la Virgen Madre de Dios”. 

         La Virgen de Loreto en el mundo

 

        Desde entonces numerosos milagros y peregrinaciones extendieron su culto por el mundo. En España pudo haber ya en esta primera época algún santuario a imagen y semejanza del italiano, quizás el de Tarragona del que hay referencias desde el siglo XIII, o el Convento de Loreto de Espartinas (Sevilla) del siglo XIV.

       La tradición oral cuenta que en el siglo XVI un pintor vendió un icono de Nuestra Señora de Loreto al párroco de Muchamiel (Alicante). Esa pintura de la Virgen, tras una rogativa, el 1 de marzo de 1545, vertió una lágrima. Ese milagro se extendió por todo el Levante y se produjeron peregrinaciones a este pueblo alicantino que actualmente celebra las fiestas en honor de la Mare de Déu de Loreto del 7 al 12 de septiembre, siendo el día de la patrona el 9 de septiembre.  Además, el 1 de marzo celebran el Milagro de la Lágrima.

          Unas décadas después, el Rey Felipe II fundó en Madrid (1581) un colegio de niñas dedicado a Loreto y con este nombre bautizó un barco español de la Carrera de las Indias hundido en Portugal frente a la Isla Faial en el año 1589, según consta en el Archivo General de Indias de Sevilla.

      Desde entonces y, sobre todo, en el siglo XVII, la devoción a la Virgen de Loreto se fue extendiendo por toda España, sobre todo en Andalucía, Levante y también en nuestra región como en Cifuentes (Guadalajara) o Tembleque (Toledo). La veneración a Socuéllamos llegó en ese siglo, fundamentalmente a través de los trinitarios. El documento más antiguo que se conoce donde se hace referencia a la Virgen de Loreto en nuestro pueblo es de 1622.

       En Hispanoamérica los Jesuitas extendieron la advocación de Loreto por todos los confines del recién descubierto Mundo. En la Baja California (México) la Misión de Loreto era la cabeza de todas las misiones; de hecho, el actual pueblo de Loreto ha sido declarado por los Gobiernos de México y Estados Unidos como la capital histórica de las Californias, y posee una preciosa iglesia dedicada a Loreto de estilo colonial. 

        En Tepotzotlán (México) el Museo Nacional del Virreinato contiene en su interior una reproducción de la Santa Casa de Loreto de 1733. En Colombia Medellín hay una Parroquia de Loreto; en Foxfield (Colorado. EEUU) podemos visitar Our Lady of Loreto-Chapel; o en Río de Janeiro existe la Paroquia Nossa Senhora de Loreto.

      En Europa también ha prendido la llama de la fe a Loreto y, aparte del santuario matriz en Italia, también hay santuarios en el Aeropuerto Civil de Milán; en Viena y Pfarrkirchen (Austria) tienen Loreto-Kapelle; en Praga, capital de Chequia, hay un impresionante Santuario de la Virgen de Loreteo; y en París en la Rue de Chateaudun existe la Iglesia de Notre-Dame-de-Lorette.

Patrona de la Aviación

       Nuestra Señora de Loreto es patrona de la aviación desde 1920, cuando el Papa Benedicto XV declaró a la Santísima Virgen María de Loreto patrona de todos los aeronautas, pues fue la Santa Casa quien inspiró a los aviadores de la Primera Guerra Mundial a confiar su suerte en la Virgen de Loreto. En España, ese mismo año, el Rey Alfonso XIII puso el Servicio de Aeronáutica Militar bajo el patronato de esta Virgen.

 

 

 

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