6 - DE DICIEMBRE
– MARTES –
2 – SEMANA DE ADVIENTO – A
San Nicolás de Bari
Lectura del libro de Isaías (40,1-11):
«CONSOLAD, consolad a mi pueblo
—dice vuestro
Dios—;
hablad al
corazón de Jerusalén,
gritadle,
que se ha
cumplido su servicio,
y está pagado
su crimen,
pues de la
mano del Señor ha recibido
doble paga
por sus pecados».
Una voz
grita:
«En el
desierto preparadle
un camino al
Señor;
allanad en la
estepa
una calzada
para nuestro Dios;
que los
valles se levanten,
que montes y
colinas se abajen,
que lo
torcido se enderece
y lo
escabroso se iguale.
Se revelará
la gloria del Señor,
y verán todos
juntos
—ha hablado
la boca del Señor—».
Dice una voz:
«Grita».
Respondo:
«¿Qué debo gritar?».
«Toda carne
es hierba
y su belleza
como flor campestre:
se agosta la
hierba, se marchita la flor,
cuando el
aliento del Señor
sopla sobre
ellos;
sí, la hierba
es el pueblo;
se agosta la
hierba, se marchita la flor,
pero la
palabra de nuestro Dios
permanece por
siempre».
Súbete a un
monte elevado,
heraldo de
Sión;
alza fuerte
la voz,
heraldo de
Jerusalén;
álzala, no
temas,
di a las
ciudades de Judá:
«Aquí está
vuestro Dios.
Mirad, el
Señor Dios llega con poder
y con su
brazo manda.
Mirad, viene
con él su salario
y su
recompensa lo precede.
Como un
pastor que apacienta el rebaño,
reúne con su
brazo los corderos
y los lleva
sobre el pecho;
cuida él mismo
a las ovejas que crían».
Palabra de Dios
Salmo:
95,1-2.3.10ac.11-12.13-14
R/. Aquí está nuestro Dios, que llega con poder.
Cantad al Señor un cántico nuevo,
cantad al
Señor, toda la tierra;
cantad al
Señor, bendecid su nombre,
proclamad día
tras día su victoria. R/.
Contad a los pueblos su gloria,
sus
maravillas a todas las naciones.
Decid a los
pueblos: «El Señor es rey,
él gobierna a
los pueblos rectamente». R/.
Alégrese el cielo, goce la tierra,
retumbe el
mar y cuanto lo llena;
vitoreen los
campos y cuanto hay en ellos,
aclamen los
árboles del bosque. R/.
Delante del Señor, que ya llega,
ya llega a
regir la tierra:
regirá el
orbe con justicia
y los pueblos
con fidelidad. R/.
Lectura del santo evangelio según san Mateo (18,12-14):
EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus
discípulos:
«¿Qué os
parece? Suponed que un hombre tiene cien ovejas: si una se le pierde, ¿no deja
las noventa y nueve en el monte y va en busca de la perdida? Y si la encuentra,
en verdad os digo que se alegra más por ella que por las noventa y nueve que no
se habían extraviado.
Igualmente,
no es voluntad de vuestro Padre que está en el cielo que se pierda ni uno de
estos pequeños».
Palabra del Señor
1. En
Adviento, recordamos los cristianos la "venida de Dios". Adviento se
deriva del latín "Adventus", que significa "venida" o
"llegada". Es decir, en estos días, que preceden a la Navidad, nos
preparamos para la venida, la llegada, de Dios al mundo.
¿A qué viene
Dios a la Tierra?
¿Qué busca en
la Historia humana?
Te busca a
ti. Me busca a mí. Nos busca a todos. Dios, hecho visible en Jesús que no viene
a castigar. Ni quiere amenazar. Quiere encontrar todo lo que ande
perdido, extraviado, en peligro.
2. Jesús
no habla de pecadores, sino de "extraviados". El Evangelio de Jesús
no ve a los pecadores como malas personas, sino como seres humanos que van por
la vida como perdidos, como personas que viven desorientadas, solitarias, sin
verle sentido a la vida.
El que anda
perdido, sufre más de lo que imaginamos. Ni tiene a quién acudir. Jesús lo
busca. Jesús vino al mundo para eso.
3. Es
frecuente, en los ambientes religiosos, pensar mal de los extraviados, de los
desorientados. Si fuéramos siempre "buenas personas", no andaríamos pensando en la bondad o la maldad de la gente, de los conocidos, de quien
sea.
Lo que
tendría que ser el centro de nuestras preocupaciones debería ser el desamparo
de los extraviados. Y, si fuésemos así, en lugar de ir censurando a los malos,
iríamos buscando a los perdidos.
San Nicolás de Bari
Nació en Patara (Turquía). Desde pequeño destacó por su carácter desprendido
y, a la muerte de sus padres, hereda una gran fortuna que pone al servicio de
los necesitados. Irá a vivir a Mira (Turquía), donde fue consagrado obispo.
Fue detenido bajo el gobierno del
emperador Licinio y liberado bajo el de Constantino. Participó en el Concilio
de Nicea.
Murió tal día como hoy en el año 345.
Sus restos descansan en la italiana ciudad de Bari, y de allí el sobrenombre de
San Nicolás de Bari, aunque jamás pisara esta ciudad.
Las tradiciones y leyendas del santo son
muy extendidas por todo el Orbe. En Alemania se le conoce como Nikolaus y Santa
Claus en los países anglosajones.
Vida de San Nicolás de Bari
Origen
de la figura de Papá Noel o Santa Claus. Patrono de Rusia, de Grecia y de
Turquía.
San
Nicolás de Mira (o Myra) o San Nicolás de Bari, obispo de Mira, en Licia,
famoso por su santidad y por su intercesión ante el trono de la divina gracia
(s. IV).
Este
santo fue tan popular en la antigüedad, que se le han consagrado en el mundo
más de dos mil templos. Era invocado en los peligros, en los naufragios, en los
incendios y cuando la situación económica se ponía difícil, y la gente
conseguía por su intercesión favores admirables.
Por
haber sido tan amigo de la niñez, en su fiesta se reparten dulces y regalos a
los niños, y prácticamente con esta fecha se empezaban las festividades de
diciembre. Como en alemán se llama "San Nikolaus", lo empezaron a
llamar Santa Claus, y lo pintan como un anciano vestido de rojo, con una barba
muy blanca, que pasaba de casa en casa repartiendo regalos y dulces a los niños
(entre nosotros lo llamaron Papá Noel).
De
San Nicolás escribieron muy hermosamente San Juan Crisóstomo y otros grandes
santos. Su biografía la escribió San Metodio, Arzobispo de Constantinopla, y de
ella sacamos los siguientes datos curiosos.
Nació
en Licia, Turquía, de padres muy ricos. Desde niño se caracterizó porque todo
lo que conseguía lo repartía entre los pobres. Decía a sus padres: "sería
un pecado no repartir mucho, siendo que Dios nos ha dado tanto".
Tenía
un tío que era obispo y este lo consagró como sacerdote. Al morir sus padres
atendiendo a los enfermos en una epidemia, él quedó heredero de una inmensa
fortuna. Entonces repartió sus riquezas entre los pobres y se fue de monje a un
monasterio. Después quiso visitar la Tierra Santa donde vivió y murió Jesús, y
al volver de allá llegó a la ciudad de Mira (en Turquía) donde los obispos y
sacerdotes estaban en el templo discutiendo a quién deberían elegir como nuevo
obispo de la ciudad, porque el anterior se había muerto. Al fin dijeron:
"elegiremos al próximo sacerdote que entre al templo". Y en ese
momento sin saber esto, entró Nicolás y por aclamación de todos fue elegido
obispo. Por eso se le llama San Nicolás de Mira.
La
especialidad de este santo fueron los milagros tan numerosos que logró
conseguir de Dios. Lo pintaban con unos niños, porque los antiguos contaban que
un criminal hirió a cuchillo a varios niñitos, y el santo al rezar por ellos
obtuvo su curación instantánea. También pintan junto a él a una señorita,
porque en su ciudad había un anciano muy pobre con tres hijas y no lograba que
se casaran por ser en tan extremo pobres. Entonces el santo por tres días
seguidos, cada noche le echó por la ventana una bolsa con monedas de oro, y así
el anciano logró casar a sus hijas muy bien.
Es
Patrono de los marineros, porque estando unos marineros en medio de una
terribilísima tempestad en alta mar, empezaron a decir: "Oh Dios, por las
oraciones de nuestro buen Obispo Nicolás, sálvanos". Y en ese momento
vieron aparecer sobre el barco a San Nicolás, el cual bendijo al mar, que se
calmó, y en seguida desapareció.
Otro
día iban a condenar injustamente a tres amigos suyos que estaban muy lejos.
Ellos rezaron pidiendo a Dios que por la intercesión de Nicolás su obispo los
protegiera. Y esa noche en sueños el santo se apareció al juez y le dijo que no
podía condenar a esos tres inocentes. Y fueron absueltos.
El
emperador Licino decretó una persecución contra los cristianos y Nicolás fue
encarcelado y azotado, pero siguió aprovechando toda ocasión que se le
presentaba, para enseñar la religión a cuantos trataban con él. Más tarde llegó
el emperador Constantino y lo liberó a él junto con todos los demás prisioneros
cristianos.
Luego
apareció la herejía de Arrio que decía que Jesucristo no es Dios. San Nicolás
se opuso con toda su sabiduría y con su gran ascendiente y no permitió que los
arrianos entraran a su ciudad de Mira.
Dicen
que el santo murió el 6 de diciembre del año 345.
En
oriente lo llaman Nicolás de Mira, por la ciudad donde estuvo de obispo, pero
en occidente se le llama Nicolás de Bari, porque cuando los mahometanos
invadieron a Turquía, un grupo de católicos sacó de allí en secreto las
reliquias del santo y se las llevó a la ciudad de Bari, en Italia. En esa
ciudad se obtuvieron tan admirables milagros al rezarle a este gran santo, que
su culto llegó a ser sumamente popular en toda Europa. Es Patrono de Rusia, de
Grecia y de Turquía. En Roma ya en el año 550 le habían construido un templo en
su honor.
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