jueves, 8 de julio de 2021

Párate un momento: El Evangelio del dia 10 - DE JULIO – SÁBADO – 14ª – SEMANA DEL T. O. – B – San Cristóbal de Licia

 





10 - DE JULIO – SÁBADO –

14ª – SEMANA DEL T. O. – B –

San Cristóbal de Licia

 

    Lectura del libro del Génesis (49,29-32;50,15-26a):

 

   En aquellos días, Jacob dio las siguientes instrucciones a sus hijos:

    «Cuando me reúna con los míos, enterradme con mis padres en la cueva del campo de Efrón, el hitita, la cueva del campo de Macpela, frente a Mambré, en Canaán, la que compró Abrahán a Efrón, el hitita, como sepulcro en propiedad.

    Allí enterraron a Abrahán y a Sara, su mujer; allí enterraron a Isaac y a Rebeca, su mujer; allí enterré yo a Lía. El campo y la cueva fueron comprados a los hititas.»

    Cuando Jacob terminó de dar instrucciones a sus hijos, recogió los pies en la cama, expiró y se reunió con los suyos.

    Al ver los hermanos de José que había muerto su padre, se dijeron:

    «A ver si José nos guarda rencor y quiere pagarnos el mal que le hicimos.»

    Y mandaron decirle:

    «Antes de morir tu padre nos encargó: "Esto diréis a José: Perdona a tus hermanos su crimen y su pecado y el mal que te hicieron". Por tanto, perdona el crimen de los siervos del Dios de tu padre.» José, al oírlo, se echó a llorar.

    Entonces vinieron los hermanos, se echaron al suelo ante él, y le dijeron:

 «Aquí nos tienes, somos tus siervos.»

    Pero José les respondió:

    «No tengáis miedo; ¿soy yo acaso Dios? Vosotros intentasteis hacerme mal, pero Dios intentaba hacer bien, para dar vida a un pueblo numeroso, como hoy somos. Por tanto, no temáis; yo os mantendré a vosotros y a vuestros hijos.»

    Y los consoló, hablándoles al corazón.

    José vivió en Egipto con la familia de su padre y cumplió ciento diez años; llegó a conocer a los hijos de Efraín, hasta la tercera generación, y también a los hijos de Maquir, hijo de Manasés; los llevó en las rodillas.

    José dijo a sus hermanos:

    «Yo voy a morir. Dios cuidará de vosotros y os llevará de esta tierra a la tierra que prometió a Abrahán, Isaac y Jacob.»

    Y los hizo jurar:

    «Cuando Dios cuide de vosotros, llevaréis mis huesos de aquí.»

    José murió a los ciento diez años de edad.

 

Palabra de Dios

 

    Salmo: 104,1-2.3-4.6-7

 

    R/. Humildes, buscad al Señor, y revivirá vuestro corazón

 

    Dad gracias al Señor, invocad su nombre,

dad a conocer sus hazañas a los pueblos.

Cantadle al son de instrumentos,

hablad de sus maravillas. R/.

 

   Gloriaos de su nombre santo,

que se alegren los que buscan al Señor.

Recurrid al Señor y a su poder,

buscad continuamente su rostro. R/.

 

   ¡Estirpe de Abrahán, su siervo;

hijos de Jacob, su elegido!

El Señor es nuestro Dios,

él gobierna toda la tierra. R/.

 

    Lectura del santo evangelio según san Mateo (10,24-33)

 

   En aquel tiempo, dijo Jesús a sus apóstoles:

    «Un discípulo no es más que su maestro, ni un esclavo más que su amo; ya le basta al discípulo con ser como su maestro, y al esclavo como su amo.

    Si al dueño de la casa lo han llamado Belzebú, ¡cuánto más a los criados!

    No les tengáis miedo, porque nada hay cubierto que no llegue a descubrirse; nada hay escondido que no llegue a saberse. Lo que os digo de noche decidlo en pleno día, y lo que escuchéis al oído, pregonadlo desde la azotea.

    No tengáis miedo a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma. No, temed al que puede destruir con el fuego alma y cuerpo. ¿No se venden un par de gorriones por unos cuartos? Y, sin embargo, ni uno solo cae al suelo sin que lo disponga vuestro Padre. Pues vosotros hasta los cabellos de la cabeza tenéis contados. Por eso, no tengáis miedo; no hay comparación entre vosotros y los gorriones.

    Si uno se pone de mi parte ante los hombres, yo también me pondré de su parte ante mi Padre del cielo. Y si uno me niega ante los hombres, yo también lo negaré ante mi Padre del cielo.»

 

Palabra del Señor

 

     1.  El capítulo diez de Mateo tiene una importancia singular. Es el capítulo de "la misión" de los "apóstoles".

     El relato de Mateo no habla directamente de la Iglesia, pero habla de los doce apóstoles que, con el paso del tiempo, han sido (y son) fundamentales en la vida y organización de la Iglesia.

     La Iglesia cree que los obispos son sucesores de los apóstoles.  Por eso, lo que aquí dice Jesús sobre los apóstoles de entonces es fundamental para los obispos de hoy.

 

     2.  Lo primero que dice este evangelio es que Jesús dio a los discípulos "autoridad". Mateo escogió bien esta palabra.  No usa aquí el término griego dj'Inamis, que indica el poder que se basa en la propia fuerza (natural o espiritual), sino que utiliza la palabra exousía, que se refiere al poder o autoridad vinculada a una misión determinada.  

     De acuerdo con las palabras de Jesús, la exousía que se les da a los apóstoles es, antes que nada, un poder, una autoridad, para curar enfermos y expulsar demonios, es decir, para aliviar sufrimientos y dar vida. Esto es lo que dice Jesús de entrada. Y a partir de esto se ha de entender la misión de los apóstoles.

 

3.  Mateo empieza llamándolos "discípulos". Y de ahí, a renglón seguido, los llama "apóstoles".    Obviamente, eso quiere decir que los doce apóstoles (y sus sucesores los obispos), antes que apóstoles, han de ser discípulos. No como los "discípulos" de los rabinos, que se caracterizaban por su sentido jerárquico y su sumisión a la Ley, sino los discípulos de Jesús, que eran los que "compartían vida y mesa con él" (M. Hengel).

     Solo el que vive así puede ser llamado "apóstol" y "sucesor de los apóstoles".

 

San Cristóbal de Licia

 


En Licia, san Cristóbal, mártir. Patrón de los transportistas y conductores.

 

 

Vida de San Cristóbal de Licia

 

 

Cristóbal significa "el que carga o portador de Cristo".

¿Quién era? Con la historia en la mano poco puede decirse de él, como mucho que quizá un mártir de Asia menor a quien ya se rendía culto en el Siglo v. Su nombre griego, «el portador de Cristo», es enigmático, y se empareja con una de las leyendas más bellas y significativas de toda la tradición cristiana. Nos lo pintan como un hombre muy apuesto de estatura colosal, con gran fuerza física, y tan orgulloso que no se conformaba con servir a amos que no fueran dignos de él.

Cristóbal sirvió primero a un rey, aparente señor de la tierra, a quién Cristóbal vio temblando un día cuando le mencionaron al demonio.

Cristóbal entonces decidió ponerse al servicio del diablo, verdadero príncipe de este mundo, y buscó a un brujo que se lo presentará. Pero en el camino el brujo pasó junto a una Cruz, y temblando la evitó. Cristóbal le pregunto entonces si él le temía a las cruces, contestándole el brujo que no, que le temía a quién había muerto en la Cruz, Jesucristo. Cristóbal le pregunto entonces si el demonio temía también a Cristo, y el brujo le contestó que el diablo tiembla a la sola mención de una Cruz donde murió él tal Jesucristo.

¿Quién podrá ser ese raro personaje tan poderoso aun después de morir? Se lanza a los caminos en su busca y termina por apostarse junto al vado de un río por donde pasan incontables viajeros a los que él lleva hasta la otra orilla a cambio de unas monedas. Nadie le da razón del hombre muerto en la cruz que aterroriza al Diablo.

Hasta que un día cruza la corriente cargado con un insignificante niño a quien no se molesta en preguntar; ¿qué va a saber aquella frágil criatura? A mitad del río su peso se hace insoportable y sólo a costa de enormes esfuerzos consigue llegar a la orilla: Cristóbal llevaba a hombros más que el universo entero, al mismo Dios que lo creó y redimió. Por fin había encontrado a Aquél a quien buscaba.

--¿Quién eres, niño, que me pesabas tanto que parecía que transportaba el mundo entero?

--Tienes razón, le dijo el Niño. Peso más que el mundo entero, pues soy el creador del mundo. Yo soy Cristo. Me buscabas y me has encontrado. Desde ahora te llamarás Cristóforo, Cristóbal, el portador de Cristo. A cualquiera que ayudes a pasar el río, me ayudas a mí.

Cristóbal fue bautizado en Antioquía. Se dirigió sin demora a predicar a Licia y a Samos. Allí fue encarcelado por el rey Dagón, que estaba a las órdenes del emperador Decio. Resistió a los halagos de Dagón para que se retractara. Dagón le envió dos cortesanas, Niceta y Aquilina, para seducirlo. Pero fueron ganadas por Cristóbal y murieron mártires. Después de varios intentos de tortura, ordenó degollarlo. Según Gualterio de Espira, la nación Siria y el mismo Dagón se convirtieron a Cristo.

San Cristóbal es un Santo muy popular, y poetas modernos, como García Lorca y Antonio Machado, lo han cantado con inspiradas estrofas. Su efigie, siempre colosal y gigantesca, decora muchísimas catedrales, como la de Toledo, y nos inspira a todos protección y confianza.

Sus admiradores, para simbolizar su fortaleza, su amor a Cristo y la excelencia de sus virtudes, le representaron de gran corpulencia, con Jesús sobre los hombros y con un árbol lleno de hojas por báculo.

Esto ha dado lugar a las leyendas con que se ha oscurecido su vida. Se le considera patrono de los transportadores y automovilistas.

 

 

 

                               

 


martes, 6 de julio de 2021

Párate un momento: El Evangelio del dia 9 - DE JULIO – VIERNES – 14ª – SEMANA DEL T. O. – B – San Nicolás Pieck y compañeros

 

 


9 - DE JULIO – VIERNES –

14ª – SEMANA DEL T. O. – B –

San Nicolás Pieck y compañeros

 

    Lectura del libro del Génesis (46,1-7.28-30):

 

   En aquellos días, Israel, con todo lo suyo, se puso en camino, llegó a Berseba y allí ofreció sacrificios al Dios de su padre Isaac.

    Dios le dijo a Israel en una visión de noche:

    «Jacob, Jacob.»

    Respondió:

     «Aquí estoy.»

    Dios le dijo:

     «Yo soy Dios, el Dios de tu padre; no temas bajar a Egipto, porque allí te convertiré en un pueblo numeroso. Yo bajaré contigo a Egipto, y yo te haré subir; y José te cerrará los ojos.»

    Al salir Jacob de Berseba, los hijos de Israel hicieron montar a su padre, con los niños y las mujeres, en las carretas que el Faraón había enviado para transportarlos. Tomaron el ganado y las posesiones que habían adquirido en Canaán y emigraron a Egipto Jacob con todos sus descendientes, hijos y nietos, hijas y nietas, y todos los descendientes los llevó consigo a Egipto.

    Jacob despachó por delante a Judá, a visitar a José y a preparar el sitio en Gosén. Cuando llegaban a Gosén, José mandó preparar la carroza y se dirigió a Gosén a recibir a su padre. Al verlo, se le echó al cuello y lloró abrazado a él.

    Israel dijo a José:

    «Ahora puedo morir, después de haberte visto en persona, que estás vivo.»

 

Palabra de Dios

 

    Salmo: 36,3-4.18-19.27-28.39-40

 

    R/. El Señor es quien salva a los justos

 

   Confía en el Señor y haz el bien,

habita tu tierra y practica la lealtad;

sea el Señor tu delicia,

y él te dará lo que pide tu corazón. R/.

 

   El Señor vela por los días de los buenos,

y su herencia durará siempre;

no se agostarán en tiempo de sequía,

en tiempo de hambre se saciarán. R/.

 

    Apártate del mal y haz el bien,

y siempre tendrás una casa;

porque el Señor ama la justicia

y no abandona a sus fieles.

Los inicuos son exterminados,

la estirpe de los malvados se extinguirá. R/.

 

   El Señor es quien salva a los justos,

él es su alcázar en el peligro;

el Señor los protege y los libra,

los libra de los malvados

y los salva porque se acogen a él. R/.

 

    Lectura del santo evangelio según san Mateo (10,16-23):

 

   En aquel tiempo, dijo Jesús a sus apóstoles:

    «Mirad que os mando como ovejas entre lobos; por eso, sed sagaces como serpientes y sencillos como palomas. Pero no os fiéis de la gente, porque os entregarán a los tribunales, os azotarán en las sinagogas y os harán comparecer ante gobernadores y reyes, por mi causa; así daréis testimonio ante ellos y ante los gentiles.

    Cuando os arresten, no os preocupéis de lo que vais a decir o de cómo lo diréis: en su momento se os sugerirá lo que tenéis que decir; no seréis vosotros los que habléis, el Espíritu de vuestro Padre hablará por vosotros.

    Los hermanos entregarán a sus hermanos para que los maten, los padres a los hijos; se rebelarán los hijos contra sus padres, y los matarán. Todos os odiarán por mi nombre; el que persevere hasta el final se salvará.

    Cuando os persigan en una ciudad, huid a otra. Porque os aseguro que no terminaréis con las ciudades de Israel antes de que vuelva el Hijo del hombre.»

 

Palabra del Señor

 

     1.  El proyecto del Reino, tal como lo presenta Jesús, es intolerable para los poderes de este mundo.  Un proyecto que desmotiva a la gente ante el dinero, y los valores que lleva consigo el afán por el dinero desencadena la persecución contra los apóstoles.

     Jesús es muy claro en este punto. Por tanto, cuando los apóstoles del Reino no encuentran rechazo y persecución sino aplauso y privilegios, tales apóstoles tienen que preguntarse si son "auténticos" o si, por el contrario, son "falsos" apóstoles, como ya en el antiguo Israel hubo "falsos" profetas.

 

     2.  Dice Jesús que la persecución vendrá de las "sinagogas"; y de los "gobernadores y reyes".  O sea, será persecución religiosa y persecución civil. Ambas cosas.

     En cuanto a la persecución religiosa, lo más sorprendente es que no vendrá de los paganos o de otras religiones, sino de la propia religión.

     Exactamente como le ocurrió al propio Jesús, que fue asesinado por la misma religión en la que fue educado, la religión a la que socialmente perteneció durante toda su vida.

     En asuntos de persecución religiosa, lo primero que hay que preguntarse es si nos persiguen por causa del apego al dinero (y a quienes lo tienen) o por causa del Evangelio.

 

     3.  La familia es la institución que trasmite los valores establecidos, las costumbres de siempre, los intereses de toda la vida. Por eso, el Evangelio del Reino puede llegar a desencadenar tanto conflicto dentro de la propia casa.

     De sobra sabemos que el dinero divide a las familias y siembra el odio entre hermanos de la misma sangre.

 

San Nicolás Pieck y compañeros

 


 

Martirologio Romano: En Brielle, a orillas del río Mosa, en Holanda, pasión de los santos mártires Nicolás Pieck, presbítero, y de sus diez compañeros religiosos de la Orden de los Hermanos Menores y ocho del clero diocesano o regular, todos los cuales, por defender la presencia real de Cristo en la Eucaristía y la autoridad de la Iglesia Romana, fueron sometidos por los calvinistas a toda clase de escarnios y tormentos, terminando ahorcados finalmente su combate (1572).

 

Etimológicamente: Nicolás = Aquel que es vencedor por el pueblo, es de origen griego.

 

Fecha de canonización:  el 29 de junio de 1867 por el Papa Pío IX.

 

Breve Reseña y Biografía

Es un grupo de 19 mártires a los que sometieron a un cruel martirio los calvinistas en Gorcum, cerca de Dordrecht en Holanda. Había un trasfondo político en este hecho, ya que Flandes en aquellos momentos pertenecía a la corona de española. El duque de Alba, gobernador de la región, fue derrotado por los calvinistas, y estos juraron vengarse no solo de todo lo que fuera leal a España, sino también a todos los católicos, sobre todos los religiosos, ya que se unía catolicismo con España.

 

Dordrecht y Gorcumcayeron en manos del capitan calvinista Marino Brandt. La resistencia de las fuerzas leales al rey Felipe II, quedaron reducidas a una pequeña guarnición en la ciudadela de Gorcum. Allí habian buscado refugio el clero secular (3 sacerdotes: Nicolás Janssen, Leonardo Veckel, Godofredo van Duynen) y los religiosos varones de Gorcum; once franciscanos (Antonio de Hoornaer, Antonio de Weest, Cornelio de Wich, Francisco Rod, Jerónimo de Weerden, Nicolás Pieck, Godofredo de Melveren, Nicasio Jonson, Pedro Van Assche, Teodorico van der Eel y Willaldo de Dinamarca). Un canónigo regular de San Agustín (Juan de Oesterwich). Las dos comunidades femeninas –la de los monasterios franciscanos y agustino- se habían disuelto tiempo atrás, ante el peligro.

Los religiosos presintiendo su final se prepararon con la penitencia y la eucaristía que les llevó el dominico alemán Juan de Colonia, párroco de Hoornaert, que venía de Colonia, y había perdido permiso a su prior provincial acudir en ayuda de los católicos holandeses. El conde de La Mark ordenó que los llevaran presos a Brielle. Medio desnudos fueron conducidos en una barca, que se detuvo en Dordrecht para que fueran insultados por el populacho. En Brielle fueron acogidos por el jefe de los "gueux" (mendigos) Lumey, que organizó un simulacro de procesión desde el puerto hasta el centro de la ciudad. Los religiosos sin perder la calma, daban gracias a Dios y cantaban el Te Deum. Llegaron a la cárcel y allí encontraron en prisión a otros tres sacerdotes: dos premostratenses (Adrián Beccan y Jacobo Lacops). Un sacerdote secular: Andrés Wonthers. Fueron interrogados y se les ofreció la libertad si renegaban de su fe, pero ninguno aceptó. Guillermo de Orange, dio la orden que se respetase su vida, pero Lumey se negó a obedecer. Fueron ahorcados en el viejo convento de Santa Isabel, de la ciudad holandesa de Brielle, fueron ahorcados desnudos para más escarnio, además los lazos de las sogas estaban mal hechos para que sufrieran más. Bajaron sus cuerpos y se ensañaron con ellos descuartizándolos y llevándolos por la ciudad como trofeos.

 

Nicolás Pick nació en Gorcum el 29 de agosto de 1543 de familia de príncipes venida a menos, hijo de Juan y Enrica Calvia. Su padre era apegadísimo a la fe católica y en varias circunstancias se distinguió por su celo contra los errores del calvinismo que invadía a Holanda. El futuro mártir fue enviado a estudiar en un colegio en Bois?le?Duc. Apenas terminados los estudios pidió y obtuvo ser recibido en la Orden de los Hermanos Menores, recibió el hábito, hizo el noviciado, profesó y luego fue enviado a la célebre universidad de Lovaina para completar los estudios de filosofía y teología, mereciendo los más altos elogios de sus profesores, en especial del rector, Padre Adan Sasbouth.

En 1558, habiendo crecido en la escuela de los santos y ardiendo en seráfica caridad para con Dios y para con los hermanos, fue ordenado sacerdote. De inmediato se dedicó a la predicación del mensaje evangélico, recorriendo las principales ciudades de Holanda y Bélgica, combatiendo en todas partes la herejía, fortaleciendo a los fieles en la fe católica, reconduciendo a Dios una verdadera multitud de pecadores y a la Iglesia Católica a muchos calvinistas. Por todos era venerado y estimado como auténtico apóstol de Cristo. Fue elegido guardián del convento de Gorcum y supo transformar aquel lugar en un seráfico cenáculo de virtudes, de oración, de ciencia y de santidad.

En Nicolás brillaba la angelical pureza de alma. Alimentaba una filial devoción a la Santísima virgen reina de los ángeles y madre de los creyentes. Consideraba perdido el día en que no hubiera ofrecido un homenaje de piedad o sobre todo algún sacrificio por amor de la Virgen. Cada día, además del oficio divino, recitaba la corona franciscana de ls siete alegrías de María Santísima. La recitación del rosario era para el piadoso religioso la credencial de reconocimiento que marcaba su tierno amor hacia la Madre celestial, era la expresión genuina de su piedad serena y jovial.

En Gorcum trabó amistad con el santo párroco Leonardo Wechel, en cuya compañía en 1572 habría de compartir las duras batallas por la fe y el supremo triunfo del martirio.

En 1572 las herejías de Lutero y Calvino ya habían apartado de la Iglesia a una gran parte de Europa. En Holanda los calvinistas conquistaban poco a poco el poder y perseguían a los católicos. En Gorcum comenzó la vía dolorosa de nuestros mártires y se ejecutó en Brielle, en presencia del cruel Lumay. San Nicolás habló varias veces a sus conciudadanos ante la inminencia del martirio para prevenirlos contra los errores calvinistas, demostrando con sólidos argumentos la presencia real de Jesús en la Eucaristía y el primado del Sumo Pontífice, dogmas negados por los calvinistas. El 9 de julio de 1572 el Santo subió al patíbulo y no cesó de bendecir a Dios. El lazo le quitó la voz y le tronchó la vida, a los 38 años.

 

Por: Varios | Fuente: hagiopedia.blogspot.com // Franciscanos.net

 

 

 

 

 

                               

 


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        8 - DE JULIO –JUEVES –

14ª – SEMANA DEL T. O. – B –

San Procopio

 

    Lectura del libro del Génesis (44,18-21.23b-29;45,1-5):

 

   En aquellos días, Judá se acercó a José y le dijo:

    «Permite a tu siervo hablar en presencia de su señor; no se enfade mi señor conmigo, pues eres como el Faraón.

    Mi señor interrogó a sus siervos: "¿Tenéis padre o algún hermano?", y respondimos a mi señor: "Tenemos un padre anciano y un hijo pequeño que le ha nacido en la vejez; un hermano suyo murió, y sólo le queda éste de aquella mujer; su padre lo adora." Tú dijiste: "Traédmelo para que lo conozca. Si no baja vuestro hermano menor con vosotros, no volveréis a verme."

    Cuando subimos a casa de tu siervo, nuestro padre, le contamos todas las palabras de mi señor; y nuestro padre nos dijo: "Volved a comprar unos pocos víveres."

    Le dijimos: "No podemos bajar si no viene nuestro hermano menor con nosotros"; él replicó: "Sabéis que mi mujer me dio dos hijos: uno se apartó de mí, y pienso que lo ha despedazado una fiera, pues no he vuelto a verlo; si arrancáis también a éste de mi presencia y le sucede una desgracia, daréis con mis canas, de pena, en el sepulcro."»

    José no pudo contenerse en presencia de su corte y ordenó:    «Salid todos de mi presencia.»

    Y no había nadie cuando se dio a conocer a sus hermanos. Rompió a llorar fuerte, de modo que los egipcios lo oyeron, y la noticia llegó a casa del Faraón.

    José dijo a sus hermanos:

    «Yo soy José; ¿vive todavía mi padre?»

    Sus hermanos se quedaron sin respuesta del espanto.

    José dijo a sus hermanos:     «Acercaos a mí.»

    Se acercaron, y les repitió:

    «Yo soy José, vuestro hermano, el que vendisteis a los egipcios. Pero ahora no os preocupéis, ni os pese el haberme vendido aquí; para salvación me envió Dios delante de vosotros.»

 

Palabra de Dios

 

    Salmo: 104,16-17.18-19.20-21

 

    R/. Recordad las maravillas que hizo el Señor

 

   Llamó al hambre sobre aquella tierra:

cortando el sustento de pan;

por delante había enviado a un hombre,

a José, vendido como esclavo. R/.

 

    Le trabaron los pies con grillos,

le metieron el cuello en la argolla,

hasta que se cumplió su predicción,

y la palabra del Señor lo acreditó. R/.

 

   El rey lo mandó desatar,

el Señor de pueblos le abrió la prisión,

lo nombró administrador de su casa,

señor de todas sus posesiones. R/.

 

    Lectura del santo Evangelio según san Mateo (10,7-15):

 

   En aquel tiempo, dijo Jesús a sus apóstoles:

    «ld y proclamad que el reino de los cielos está cerca.

    Curad enfermos, resucitad muertos, limpiad leprosos, echad demonios. Lo que habéis recibido gratis, dadlo gratis.

    No llevéis en la faja oro, plata ni calderilla; ni tampoco alforja para el camino, ni túnica de repuesto, ni sandalias, ni bastón; bien merece el obrero su sustento.

    Cuando entréis en un pueblo o aldea, averiguad quién hay allí de confianza y quedaos en su casa hasta que os vayáis. Al entrar en una casa, saludad; si la casa se lo merece, la paz que le deseáis vendrá a ella. Si no se lo merece, la paz volverá a vosotros. Si alguno no os recibe o no os escucha, al salir de su casa o del pueblo, sacudid el polvo de los pies. Os aseguro que el día del juicio les será más llevadero a Sodoma y Gomorra que a aquel pueblo.»

 

Palabra del Señor

 

     1.  Lo primero que Jesús deja claro, en lo que les dice a los apóstoles, es que hay una relación directa entre la proclamación del Reino y todo lo que es dar vida.

     Jesús piensa, por tanto, que el Reino de Dios se hace presente, antes que, mediante doctrinas y teorías, dando vida a los que la tienen limitada o amenazada.

Es una equivocación pensar que el anuncio del Reino se hace obligando a la gente a que acepte una "teología ortodoxa", cuando lo que más urge Jesús es que trabajemos y luchemos por dar vida y por dignificar la vida.

 

     2.  Jesús pensó en la misión de los apóstoles de forma que, para realizar tal misión no necesitaban dinero. Más aún, Jesús pensaba que, para hacer visible el Reino de Dios, el dinero es un estorbo. Lo mismo que es un estorbo todo lo que sea (o parezca) ostentación o imagen que llama la atención. Jesús no quiere nada de eso, ni para sus apóstoles, ni por tanto para los sucesores de sus apóstoles.

     - ¿Por qué esta postura tan radical de Jesús?

 

     3.  Un Evangelio que se transmite sin dinero, ni con dinero ni por dinero, ¿no es la prueba más evidente de que es la fuerza de la vida, que brota del amor y solo busca amor, respeto, bondad, tolerancia, en definitiva, otro modelo de persona, que ya no puede ser nada más   que el "hombre-no-económico" (M. Daraki), el ser humano que añoramos y nunca alcanzamos? 

      Pablo parece que lo entendió así. Por eso insiste, hasta diez veces, que él renunció a recibir dinero por su apostolado, "para no crear obstáculos al Evangelio" (1 Tes 4, 10 ss; 2, 3. 6-12; 1 Cor 4, 12; 9,4-18; 2 Cor 11, 7-12; 12, 13-18; Hech 20, 33-35; cf. Hech 18, 1-4).

 

San Procopio


 

 

En Cesarea de Palestina, san Procopio, mártir, que en tiempo del emperador Diocleciano fue conducido desde la ciudad de Scytópolis a Cesarea, donde, por manifestar audazmente su fe, fue inmediatamente decapitado por el juez Fabiano (c. 303).

 

 

Vida de San Procopio

 

El primero de los mártires en Palestina fue Procopio. Era un varón lleno de la gracia divina, que desde niño se había mantenido en castidad y había practicado todas las virtudes. Había domado su cuerpo hasta convertirlo, por decirlo así, en un cadáver; pero la fuerza que su alma encontraba en la palabra de Dios daba vigor a su cuerpo. Vivía a pan y agua; y sólo comía cada dos o tres días; en ciertas ocasiones, prolongaba su ayuno durante una semana entera. La meditación de la palabra divina absorbía su atención día y noche, sin la menor fatiga. Era bondadoso y amable, se consideraba como el último de los hombres y edificaba a todos con sus palabras. Sólo estudiaba la palabra de Dios y apenas tenía algún conocimiento de las ciencias profanas. Había nacido en Aelia (Jerusalén), pero residía en Escitópolis (Betsán), donde desempeñaba tres cargos eclesiásticos. Leía y podía traducir el sirio, y arrojaba los malos espíritus mediante la imposición de las manos. Enviado con sus compañeros de Escitópolis a Cesárea, fue arrestado en cuanto cruzó las puertas de la ciudad. Aun antes de haber conocido las cadenas y la prisión, se encontró ante el juez Flaviano, quien le exhortó a sacrificar a los dioses. Pero él proclamó en voz alta que sólo hay un Dios, creador y autor de todas las cosas. Esta respuesta impresionó al juez. No encontrando qué replicar, Flaviano trató de persuadir a Procopio de que por lo menos ofreciese sacrificios a los emperadores. Pero el mártir de Dios despreció sus consejos. "Recuerda —le dijo— el verso de Homero: No conviene que haya muchos amos; tengamos un solo jefe y un solo rey." Como si estas palabras constituyesen una injuria contra los emperadores, el juez mandó que Procopio fuese ejecutado al punto. Los verdugos le cortaron la cabeza, y así pasó Procopio a la vida eterna por el camino más corto, al séptimo día del mes de Desius, es decir, el día que los latinos llaman las nonas de julio, el año primero de nuestra persecución. Este fue el martirio que tuvo lugar en Cesárea.