miércoles, 27 de septiembre de 2017

Parate un momento: El Evangelio del dia 28 DE SEPTIEMBRE - JUEVES 25ª - SEMANA DEL T. O. - A SAN WENCESLAO





28 DE  SEPTIEMBRE - JUEVES
25ª - SEMANA DEL  T. O. - A

Lectura del Santo Evangelio según san Lucas 9, 7-9
       En aquel tiempo, el virrey Herodes se enteró de lo que pasaba y no sabía a qué atenerse, porque unos decían que Juan había resucitado, otros que había aparecido Elías, y otros que había vuelto a la vida uno de los antiguos profetas.
Herodes decía:
"A Juan lo mandé decapitar yo. ¿Quién es este de quien oigo semejantes cosas?"  Y tenía ganas de verlo.

1.  La relación de Jesús con la política, y con los políticos, entraña (al menos para nosotros en la actualidad) algo de enigmático y seguramente también
misterioso.
Es claro que la relación de Jesús con la religión, y con los dirigentes religiosos especialmente, fue tensa, conflictiva y trágica, ya que terminó en la condena de Jesús a muerte, por parte del poder religioso. Pero, en el caso de los políticos, la situación no es tan clara.
Sabemos que el motivo formal de la condena a muerte fue un motivo político, como quedó escrito en el título de la cruz. Pero, al mismo tiempo, también sabemos que, en los evangelios, nunca se dice de Jesús que se enfrentara directamente a los poderes políticos. Si bien es verdad que, cuando hablamos de las relaciones entre religión y política, en tiempos de Jesús, son cosas que no se pueden separar.
Religión y política estaban mezcladas y fundidas en todo. Y presentes en todo en aquella sociedad.
Lo mismo en Jerusalén que en Atenas o en Roma.

2.  Quizá, en este silencio de la posible (y probable) conflictividad política de Jesús, pudo influir el razonable interés de la Iglesia naciente por no sobrecargar su situación marginal (y hasta de clara exclusión) en el Imperio, que la perseguía o la tenía por una institución sospechosa o incluso peligrosa.
Es probable que esto condicionó la información que nos dan los evangelios sobre las probables dificultades que Jesús tuvo con los poderes políticos de la Palestina del s. I.

3.  En cualquier caso, y sea de todo esto lo que sea, está fuera de duda que Jesús:
1) Encontró más oposición en los líderes religiosos que en los líderes políticos.
2) Esto hace pensar que Jesús vio claramente que las convicciones religiosas pueden ser más peligrosas para el ser humano que las convicciones políticas.
3) Un poder militar, con sus armamentos, puede derrotar a otro poder militar, con los suyos; pero está más que demostrado que los armamentos bélicos más    poderosos no pueden someter a las convicciones religiosas.

4) Por eso, lo que más urge, en este momento, es potenciar las convicciones religiosas que se afanan y trabajan por humanizar y pacificar este mundo. 
Las convicciones religiosas -cuando son auténticas-  son más fuertes que todas las demás convicciones y esfuerzos.

SAN   WENCESLAO

 
Duque y mártir († 938)
San Wenceslao, duque de Bohemia, tuvo una existencia breve y agitada. Murió mártir a los 30 años y sufrió las consecuencias que suelen acarrear las distintas creencias de sus padres. Era hijo de los príncipes Wratislao y Dragomira. Su padre, buen cristiano y amante de la paz, murió pronto. Su madre era cruel, vengativa, y fanática pagana. Tuvo un hermano, Boleslao.
Los dos hermanos recibieron distinta educación. A Boleslao le tocó recibir las perversas lecciones de su madre. Wenceslao vivió con su abuela, Santa Ludmila, seguramente bautizada por San Metodio. Con mano dulce y fuerte supo forjar el alma de su nieto. Lo hizo bautizar y sembró en su alma la semilla del Evangelio, que dio fruto abundante de santidad.
Pronto llegó la hora de las intrigas. Llegado Wenceslao a la mayoría de edad, Dragomira no quería cederle el poder, para pasarlo luego a Boleslao, más dócil a sus caprichos. Pero el pueblo reconocía al primogénito Wenceslao; y Dragomira tuvo que retirarse. Pero no quería hacerlo sin víctimas. Su alma envenenada consiguió eliminar a su suegra: unos forajidos la ahogaron con su propio velo y hacen de ella una mártir.
Más difícil le será eliminar a su propio hijo, pues le apoya gran parte del pueblo. Pero no dejará de intentarlo esta desnaturalizada madre de corazón de hiena, hasta conseguir quitarle la vida.
Se pone de acuerdo con Radislao para que invadiera Bohemia. Wenceslao le sale al encuentro y concierta con él un combate personal, para evitar derramamientos de sangre. Cuenta la tradición que al emprender el combate, Radislao vio dos ángeles que protegían a Wenceslao, por lo que cayó a sus pies y le pidió perdón. Lo mismo se dice que sucedió cuando se presentó en la dieta de Worms ante Otón I. Wenceslao y Radislao firmaron la paz y Bohemia vivió días de concordia y prosperidad.
Su reinado fue cortó, pero fecundo en obras sociales y de reconciliación nacional. Suprimió los tormentos, destruyó los patíbulos y transformó las cárceles en hospitales. Favoreció las artes y las ciencias, dictó normas de moralidad, construyó hermosos templos, como la catedral de San Vito de Praga. Visitaba descalzo en noches frías y de nieve las iglesias para visitar al Santísimo. Sentía una gran devoción a la Virgen María, a la que había consagrado para siempre su castidad.
Según un biógrafo, fue veraz en sus palabras, fiel en sus promesas, sumamente piadoso. Observaba sin desmayo las virtudes de la humanidad, de la paciencia, de la caridad. Oía Misa diariamente, y él mismo, con trigo de su cosecha y uvas de su viña preparaba el vino y las hostias. Hubiera deseado ser sacerdote, de no haber tenido que ser rey.
Pero la ambición y maldad de su madre y hermano no se daban descanso. Boleslao le invitó a pasar con él unos días. Wenceslao aceptó. Y al acercarse a la iglesia, fue cosido a puñaladas por su hermano y sus cómplices. Era el 28 de septiembre del año 938, a sus 30 años de edad.
Fue uno de los crímenes más horrendos de la historia. Pero Bohemia no olvidó nunca a su hijo preclaro. Wenceslao la había cristianizado y conseguido para ella un merecido prestigio. Bohemia, agradecida, le honró como a Santo, Héroe nacional, Padre de la Patria y su celestial Patrono ante Dios. Le erigió también el más bello monumento en la plaza mejor de Praga. Sus restos reposan en la hermosa catedral de Praga que él mismo hizo erigir en honor de San Vito. Aún emociona visitarlos hoy.


martes, 26 de septiembre de 2017

Parate un momento 27 DE SEPTIEMBRE - MIÉRCOLES 25ª -SEMANA DEL T. O. -A San Vicente de Paúl





27 DE SEPTIEMBRE - MIÉRCOLES
25ª -SEMANA DEL T. O. -A

Evangelio según san Lucas 9, 1-6
       En aquel tiempo, Jesús reunió a los Doce y les dio poder y autoridad sobre toda clase de demonios y para curar enfermedades. Luego los envió a proclamar el Reino de Dios y a curar los enfermos, diciéndoles:
"No llevéis nada para el camino: ni bastón ni alforja, ni pan ni dinero; tampoco llevéis túnica de repuesto. Quedaos en la casa donde entréis, hasta que os vayáis de aquel sitio. Y si alguien no os recibe, al salir de aquel pueblo sacudíos el polvo de los pies, para probar su culpa'.
 Ellos se pusieron en camino y fueron de aldea en aldea, anunciando la Buena Noticia y curando en todas partes.

1.  Lo primero, que salta a la vista en este texto, es que la misión primordial de los apóstoles que designó Jesús, según el mandato del propio Jesús, antes que una misión "religiosa", es una misión "terapéutica". Es decir, se trata, ante todo, de una misión curativa, humanitaria, destinada a expulsar las fuerzas del
mal que causan sufrimientos y penalidades a los humanos.   
Después de eso, Jesús les dice a sus apóstoles que tienen también la misión de "proclamar el reinado de Dios". Pero añadiendo enseguida, otra vez, que anuncien el Reino "curando enfermedades".

2.  Es evidente que a Jesús le preocupaba, ante todo, el problema de la salud. Y lógicamente su contrario, el problema de la enfermedad.   Que es lo
mismo que decir el problema del sufrimiento.
Porque, como bien sabemos, el problema que más   preocupa a los mortales es el problema de la salud. Pero
teniendo presente que, cuando hablamos de la salud   humana, nos referimos a la integridad del "estar y sentirse bien". Lo que conlleva -y de forma muy
importante-  la paz interior, el equilibrio mental y psicológico, el sosiego del espíritu, la ilusión y las ganas de vivir, la prevención de los males y un ambiente general en el que la persona se sienta útil, apreciada y valorada.

3.  Para lograr todo esto, Jesús piensa que el dinero, y la apariencia externa de los signos de autoridad (vestimenta, equipamiento, imagen externa...), no
solo no son necesarios, sino que además son un estorbo,   un impedimento, para llevar a cabo y con eficacia la  misión que Jesús encarga a sus apóstoles.
La pena es que, en la Iglesia, hemos pensado que   Jesús (en este punto concreto) se equivocó y sus consejos quizá pudieron ser útiles en la Galilea del s. I. Pero ahora, nadie toma en serio lo que dijo Nuestro Señor.  
Hemos decidido que en el Evangelio hay cosas que solo servían en tiempos de Jesús. Pero ahora, según parece y se deduce de la conducta de clérigos..., nosotros
vemos mejor las cosas y sabemos más de las nuevas situaciones, que, por lo visto, Jesús no pudo prever.
Es raro todo esto. Sobre todo, cuando a otras
palabras de Jesús, que favorecen nuestros intereses, les damos tanto valor. Y hasta le hacemos decir a Jesús lo que en realidad nunca dijo.
Es duro y complicado entender a esta Iglesia, a sus dirigentes y a sus teólogos. Tomamos del Evangelio lo que nos conviene y dejamos al margen lo que no nos interesa.
¿Es esto soportable?

San Vicente de Paúl

Sacerdote francés
Nació el 24 de abril de 1581 en una pequeña casa rural en las afueras de la aldea de Pouy, a unos cinco kilómetros de la ciudad de Dax, en la región de las Landas, suroeste de Francia.
En el lugar de su nacimiento, conocido hoy como Berceau de Saint Vincent de Paul, se levanta una modesta construcción de ladrillo y vigas de madera muy parecida a la casa en que nació Vicente en abril de 1580 ó 1581 (el año exacto no es seguro).
Era el tercero de seis hermanos. La modesta condición de la familia hizo que muy pronto el niño Vicente tuviera que contribuir con su trabajo de pastor de ovejas y de cerdos a la economía familiar.
Pronto también dio muestras de una inteligencia despierta, lo que llevó a su padre a pensar que este hijo podía muy bien 'hacer carrera' expresamente, una carrera eclesiástica. Cursó estudios primarios y secundarios en Dax, y posteriormente filosofía y teología en Toulouse durante siete años. Hizo también algunos estudios en Zaragoza.
Se ordenó muy joven, a los veinte años, con la intención de ser párroco de inmediato y así poder ayudar a su familia.
Parece ser que en 1606 fue capturado por los piratas en un viaje a Narbona y vendido como esclavo en Túnez, aunque logró huir y regresó a Francia.
San Vicente de Paúl ejerció durante veinte años como párroco y capellán de una familia aristocrática. Además, fue capellán general de las galeras francesas y trabajó en favor de los galeotes.
En el año 1617 fundó la primera Confraternidad de la Caridad, constituida por mujeres acaudaladas dedicadas a ayudar a los enfermos y a los pobres en Châtillon-les-Dombes, cerca de Lyon. En 1622 san Francisco de Sales le nombró superior de los conventos parisinos de la orden de la Visitación de Santa María. Con la ayuda de la familia para la que trabajaba como capellán fundó la Congregación de la Misión, dedicada a predicar entre los campesinos de las propiedades de la familia, y en 1626 estableció una de sus comunidades en el College des Bons-Enfants de París.
Además, creó otras organizaciones altruistas, como las Hermanas de la Caridad, que se formó en 1633 bajo su dirección y con la ayuda de Santa Luisa de Marillac; a ellas se debe la fundación del Hospital de París.
San Vicente de Paúl falleció en París el 27 de septiembre de 1660.
Fue canonizado en 1737 y nombrado patrón de las obras de caridad en 1885.




lunes, 25 de septiembre de 2017

Párate un momento: El Evangelio del dia 26 DE SEPTIEMBRE - MARTES 25ª - SEMANA DEL T. O. - A San Cosme y Damián, mártires





26 DE  SEPTIEMBRE  - MARTES
25ª - SEMANA DEL T. O. - A

Evangelio según san Lucas 8, 19-21
      En aquel tiempo, vinieron a ver a Jesús su madre y sus hermanos, pero con el gentío no lograban llegar hasta él. Entonces le avisaron:
"Tu madre y tus hermanos están fuera y quieren verte".
Él les contestó:
"Mi madre y mis hermanos son estos: los que escuchan la Palabra de Dios y la ponen por obra".

1.  Sería una mala interpretación de este episodio   deducir de aquí que Jesús no apreciaba y no se relacionaba debidamente con su madre y sus hermanos.
Eso no se dice aquí.
Lo que se dice es que, a juicio de Jesús, lo que de verdad debe regir nuestra vida no son las relaciones que   brotan del parentesco, sino las convicciones que brotan de la fe.

2.  Por supuesto, es importante en la vida mantener y cuidar, lo mejor posible, las relaciones de parentesco.  Porque cuando las familias se rompen y se desestructuran, el tejido social se rompe también. Y la sociología nos enseña que una sociedad desestructurada, se convierte inmediatamente en una sociedad violenta.  Con todas las formas imaginables de violencia y con la consiguiente inseguridad ciudadana, que hace la vida   imposible o, por lo menos, hace de la vida un infierno.
La delincuencia, la llamada violencia de género, la degeneración de las relaciones humanas..., todo eso (y tantas otras cosas demasiado turbias) son la consecuencia inevitable de una sociedad rota.

3.  Pero no podemos olvidar que las relaciones de parentesco no son libres, sino que nos son dadas. Y además se trata de relaciones configuradas por
costumbres y tradiciones, reguladas por leyes, y con frecuencia demasiado condicionadas por intereses económicos, ya que la familia (en buena medida)
sigue siendo una unidad económica.  De ahí, los conflictos familiares por causa de herencias y favoritismos económicos.   
Por eso, sin duda, Jesús privilegia las relaciones basadas en la fe, en las convicciones libres y exigentes de la fe que brota del Evangelio. Porque, en este supuesto, solo queda en pie el amor mutuo y el ejemplo que nos dejó Jesús.

4.  De todas maneras y en cualquier caso, nunca   deberíamos olvidar que la estructura de la familia tradicional es el pilar más sólido en el que se basa y
tiene su consistencia la sociedad tradicional.
Un modelo de familia, centrado no en la sumisión al padre, sino en la libertad del amor -o la "relación pura"-, es el factor más decisivo de una renovación y un cambio radical en el "sistema establecido".
Jesús no nos dejó un proyecto político. Pero sí nos planteó la necesidad de relacionarnos de una manera   más humana y más igualitaria. Para ello, el principio tiene que ser centrar la institución familiar en el amor y
no en la sumisión. Por esto se comprende la posición de Jesús ante su propia familia. Y ante la familia en general.

San Cosme y Damián, mártires

 
Mártires posiblemente del comienzo del siglo IV
Cosme significa "adornado, bien presentado". Damián: domador.
Patronos de: Cirujanos, Farmacéuticos, Médicos, Peluqueros, Dentistas, trabajadores de los balnearios.
Una tradición muy antigua atestigua la existencia de su sepulcro en Ciro (Siria), donde se erigió asimismo una basílica en su honor. Desde allí, su culto pasó a Roma y, más tarde, se propagó por toda la Iglesia.
Según la tradición son hermanos gemelos, nacidos en Arabia; estudiaron las ciencias en Siria y llegaron a distinguirse como médicos. Como eran auténticos cristianos, practicaban su profesión con gran habilidad, pero sin aceptar jamás pago alguno por sus servicios. Por eso se les conoció en el oriente entre los santos llamados colectivamente "los sin dinero".
Vivían en Aegeae, sobre la costa de la bahía de Alejandreta, en Cilicia, donde ambos eran distinguidos por el cariño y el respeto de todo el pueblo a causa de los muchos beneficios que prodigaba entre las gentes su caridad y por el celo con que practicaban la fe cristiana, ya que aprovechaban todas las oportunidades que les brindaba su profesión para difundirla y propagarla. En consecuencia, al comenzar la persecución, resultó imposible que aquellos hermanos de condición tan distinguida pasasen desapercibidos. Fueron de los primeros en ser aprehendidos por orden de Lisias, el gobernador de Cilicia y, luego de haber sido sometidos a diversos tormentos, murieron decapitados por la fe. Conducidos sus restos a Siria, quedaron sepultados en Cirrhus, ciudad ésta que llegó a ser el centro principal de su culto y donde las referencias más antiguas sitúan el escenario de su martirio.
Se cuentan muchos prodigios milagrosos sobre sus vidas pero poco se sabe con seguridad. Se dice por ejemplo que, antes de ser decapitados, salieron con bien de varios tipos de ejecuciones, como ser arrojados al agua atados a pesadas piedras, ser quemados en hogueras y ser crucificados. Cuando se hallaban clavados en las cruces, la multitud los apedreó, pero los proyectiles, sin tocar el cuerpo de los santos, rebotaron para golpear a los mismos que los arrojaban. Lo mismo sucedió con las flechas disparadas por los arqueros que torcieron su trayectoria e hicieron huir a los tiradores (se cuenta que el mismo caso ocurrió con San Cristóbal y otros mártires). Asimismo, dice la leyenda que los tres hermanos de Cosme y Damián, llamados Antimo, Leoncio y Euprepio, sufrieron el martirio al mismo tiempo que los gemelos y sus nombres se mencionan en el Martirologio Romano. Se habla de innumerables milagros, sobre todo curaciones maravillosas, obrados por los mártires después de su muerte y, a veces, los propios santos se aparecieron, en sueños, a los que les imploraban en sus sufrimientos, a fin de curarles inmediatamente.
Entre las personas distinguidas que atribuyeron su curación de males gravísimos a los santos Cosme y Damián, figuró el emperador Justiniano I, quien visitó la ciudad de Cirrhus especialmente para venerar las reliquias de sus benefactores.
A principios del siglo V, se levantaron en Constantinopla dos grandes iglesias en honor de los mártires. La basílica que el Papa Félix (526-530) erigió en honor de Cosme y Damián en el Foro Romano, con hermosísimos mosaicos, fue dedicada posiblemente el 27 de septiembre. Ese día se celebró la fiesta de Cosme y Damián hasta su traslado al 26 de septiembre en el nuevo calendario.
Los santos Cosme y Damián son nombrados en el canon de la misa y, junto con San Lucas, son los patronos de médicos y cirujanos.
Tres pares de santos llevan los mismos nombres
Por un error, los cristianos de Bizancio honraron a tres pares de santos con los nombres de Cosme y Damián. Los de Arabia, que fueron decapitados durante la persecución de Diocleciano (17 de octubre), los de Roma, que murieron apedreados en el curso del reinado de Carino y los hijos de Teódota, que no fueron mártires. Sin embargo, se trata de los mismos.
Pidamos al Señor por intercesión de los santos Cosme y Damián por los médicos, para que cumplan santamente con su profesión.

"LO QUE HABÉIS RECIBIDO GRATIS, DADLO TAMBIÉN GRATUITAMENTE" (Jesucristo Mt. 10, 8)

domingo, 24 de septiembre de 2017

Párate un momento_ El Evangelio del dia 25 DE SEPTIEMBRE - LUNES 25ª - SEMANA DEL T. O. - A San Cleofas, nuevo testamento




25   DE SEPTIEMBRE - LUNES
25ª - SEMANA  DEL T. O. - A

Evangelio según san Lucas 8, 16-18
     En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente:
"Nadie enciende un candil y lo tapa con una vasija o lo mete debajo de la cama; lo pone en el candelero para que los que entran tengan luz.
Nada hay oculto que no llegue a descubrirse, nada secreto que no llegue a saberse o a hacerse público. A ver si me escucháis bien: al que tiene se le dará, al que no tiene se le quitará hasta lo que cree tener'.

1.   La luz no se ve. Se ven los objetos que ilumina la luz. En la vida de los seres humanos, la luz es la claridad y la transparencia.
La transparencia no se ve. Se ve el interior, la intimidad, de las personas transparentes, sinceras, que van por la vida sin ocultar nada. Esto es tan importante, que, de nuestra transparencia, depende   nuestra credibilidad, es decir, nuestra autoridad. Sobre todo, cuando el tipo de autoridad, que está en juego, es la autoridad religiosa.
Una persona que pretende hablar de Jesús, con un mínimo de credibilidad, lo primero que tiene que resolver en su vida es el problema de la transparencia.  La gente confusa y oscura, en la que se palpan las medias verdades y las palabras ambiguas, sería mejor que se dedicara a enseñar ciencias exactas, en las que   no caben los trucos y las mentiras.
Las matemáticas se aceptan por la evidencia.
La religión se acepta por la credibilidad del que la transmite.

2.   El enemigo capital de la credibilidad y de la transparencia es la "buena imagen" o la "imagen pública", que tanto se cuida en ciertos ambientes.
Especialmente en los ambientes religiosos. Se cuida tanto, que hasta se cometen delitos (penalizados con multas y cárcel), por salvaguardar una buena imagen ante la opinión pública. Por eso se ocultan cosas que, a juicio de Jesús, se tendrían que saber.

3.  Hace falta mucha valentía para ser transparente en la vida. En el relato de la pasión, cuando a Jesús le preguntó el sumo sacerdote por su doctrina, Jesús dijo: "Yo he hablado al mundo   abiertamente"  (Jn  18, 20).
Literalmente, Jesús habló siempre "con parresía", que significa: decir todo lo que hay que decir; y decirlo venciendo el miedo. Es el signo, por excelencia, de la presencia del Espíritu de Dios (Hech 2, 29; 4, 13. 29; 28, 31).
La Iglesia "tiene" muchas cosas que ocultar. Por eso, tantas veces, no es luz. Y pierde autoridad.

4.  Precisamente la parresía, (decir todo lo que tenía que decir) la libertad y la transparencia, al hablar en público, es lo que más falta y falla en la Iglesia. Especialmente en la predicación de los "hombres de la religión".
 O la predicación se reduce a decir generalidades,
ideas y tópicos, que lo mismo que se dicen en un sitio, se podrían decir en otro cualquiera. Y, sobre todo, el fallo principal de los predicadores está en las cosas que se silencian. Porque son cosas que da miedo decirlas. O se dicen como conviene, para no crearse problemas. Porque, en definitiva, la Iglesia tiene demasiados intereses inconfesables, que se defienden ocultándolos y
diciendo las cosas a medias o, sencillamente, falseándolas.  Por eso la gente no se cree, ni le interesa, lo que dicen los predicadores en sus sermones.
Así, la Iglesia no va a ninguna parte.

San Cleofas, nuevo testamento

Dos veces aparece este nombre en los Evangelios. Una en San Lucas cuando habla de los dos discípulos que marchaban a Emaús (cfr San Lucas 24; 13, ss) y la otra en San Juan cuando habla de una "María, la mujer de Cleofás" que estaba presente en el Calvario, acompañando a la Virgen, la tarde en que fue crucificado y moría Jesús (cfr San Juan 19; 25,ss).
Sin que pueda establecerse con certeza que estos dos personajes fueran marido y mujer, ya que varones llamados Cleofás debía haber bastantes en Jerusalén, sí parece que el esposo de esa María del Calvario debía ser un cristiano bastante conocido entre los discípulos, cuando San Juan escribe su evangelio y también que ambos estuvieron muy cerca de los acontecimientos que hoy narramos.
Es la alborada del Domingo. Unas mujeres, quieren envolver en lienzos el cuerpo y poner perfumes preciosos, a la usanza judía, en el cuerpo de Jesús, ya que no pudo prepararse con finura el viernes por la tarde cuando lo pusieron en el sepulcro.
El sepulcro está vacío, no tiene cuerpo dentro. Unos ángeles avisan que está vivo el Señor Jesús. Las mujeres, locas de alegría, nerviosas, corren y transmiten la nueva a los discípulos. Pedro y los demás no pueden creer ese inusitado acaecimiento.
La distancia de Jerusalén a Emaús es de algo más de diez kilómetros. Hacia Emaús caminan ese mismo día dos discípulos del Maestro. Uno de ellos responde al nombre de Cleofás. Van comentando entre ellos los acontecimientos del fracaso de Jesús en los días pasados.
Las pisadas son pesadas porque llevan la amargura en el pecho. Son tantos años juntos, tantas ilusiones truncadas, tantas promesas secas, tantas alegrías cegadas... hasta los proyectos del Reino se esfumaron con los clavos, la cruz y la lanza. Con Jesús muerto mal se anda.
Se les unió un caminante como compañero de camino. Ellos temían "ofuscada la mirada". Al preguntar qué les pasa, Cleofás con tono enojado casi le regañó por no estar al día de lo que ha pasado en la Ciudad Santa. Cuando resumen los hechos tan trágicos e impresionantes, el viajero les recordó que ya estaba previsto por los profetas.
Al acercarse a la aldea, el caminante hace intención de proseguir. Cleofás y su amigo le insistieron: "Quédate con nosotros, que el día ya declina". El caminante accedió, entró con ellos en la casa, se sentó a la mesa, tomó el pan, lo bendijo, lo partió en trozos, y se lo dio. En este instante le reconocieron.
Ahora, desandar lo andado para decirle a los hermanos que las mujeres mañaneras tenían razón no es pesado, es alegría; avanzan en la noche tan seguros como a pleno día porque lucen mucho las estrellas, los pasos se han tornado ágiles y firmes, el corazón late con fuerza, el gozo se ha hecho vida. Notan la vehemencia de decir pronto a los otros que Jesús sí es el Mesías. Con Jesús Vivo bien se camina.

Oración
Confesamos, Señor, que sólo tú eres santo y que sin ti nadie es bueno, y humildemente te pedimos que la intercesión de San Cleofás venga en nuestra ayuda para que de tal forma vivamos en el mundo que merezcamos llegar a la contemplación de tu gloria. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.


viernes, 22 de septiembre de 2017

Párate un momento: el Evangelio del dia 24 de SEPTIEMBRE - DOMINGO – 25ª – Semana del T. O. -A



24 de SEPTIEMBRE - DOMINGO –
25ª – Semana del T. O. -A

Lectura del libro de Isaías (55, 6-9):
Buscad al Señor mientras se le encuentra, invocadlo mientras esté cerca; que el malvado abandone su camino, y el criminal sus planes; que regrese al Señor, y él tendrá piedad; a nuestro Dios, que es rico en perdón. Mis planes no son vuestros planes, vuestros caminos no son mis caminos –oráculo del Señor–.
Como el cielo es más alto que la tierra, mis caminos son más altos que los vuestros, mis planes que vuestros planes.

Salmo: 144

R/. Cerca está el Señor de los que lo invocan
Día tras día, te bendeciré, Dios mío
y alabaré tu nombre por siempre jamás.
Grande es el Señor y merece toda alabanza,
es incalculable su grandeza. R/.
El Señor es clemente y misericordioso,
lento a la cólera y rico en piedad;
el Señor es bueno con todos,
es cariñoso con todas sus criaturas. R/.
El Señor es justo en todos sus caminos,
es bondadoso en todas sus acciones;
cerca está el Señor de los que lo invocan,
de los que lo invocan sinceramente. R/.

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Filipenses (1,20c-24.27a):
Cristo será glorificado en mi cuerpo, sea por mi vida o por mi muerte. Para mí la vida es Cristo, y una ganancia el morir. Pero, si el vivir esta vida mortal me supone trabajo fructífero, no sé qué escoger.
Me encuentro en ese dilema: por un lado, deseo partir para estar con Cristo, que es con mucho lo mejor; pero, por otro, quedarme en esta vida veo que es más necesario para vosotros. Lo importante es que vosotros llevéis una vida digna del Evangelio de Cristo.

Lectura del Santo Evangelio Según San Mateo (20,1-16):
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola:
«El Reino de los Cielos se parece a un propietario que al amanecer salió a contratar jornaleros para su viña. Después de ajustarse con ellos en un denario por jornada, los mandó a la viña. Salió otra vez a media mañana, vio a otros que estaban en la plaza sin trabajo, y les dijo:
"Id también vosotros a mi viña, y os pagaré lo debido." Ellos fueron.
Salió de nuevo hacia mediodía y a media tarde e hizo lo mismo. Salió al caer la tarde y encontró a otros, parados, y les dijo: "¿Cómo estáis aquí el día entero sin trabajar?" Le respondieron:
"Nadie nos ha contratado."
Él les dijo:
"Id también vosotros a mi viña."
Cuando oscureció, el dueño de la viña dijo al capataz:
"Llama a los jornaleros y págales el jornal, empezando por los últimos y acabando por los primeros."
Vinieron los del atardecer y recibieron un denario cada uno. Cuando llegaron los primeros, pensaban que recibirían más, pero ellos también recibieron un denario cada uno. Entonces se pusieron a protestar contra el amo:
"Estos últimos han trabajado sólo una hora, y los has tratado igual que a nosotros, que hemos aguantado el peso del día y el bochorno."
Él replicó a uno de ellos:
"Amigo, no te hago ninguna injusticia. ¿No nos ajustamos en un denario? Toma lo tuyo y vete. Quiero darle a este último igual que a ti. ¿Es que no tengo libertad para hacer lo que quiera en mis asuntos? ¿O vas a tener tú envidia porque yo soy bueno?" Así, los últimos serán los primeros y los primeros los últimos.»

Parábola del terrateniente cabrón.

Una parábola provocadora

Durante el período de formación de los discípulos, tal como lo cuenta el evangelio de Mateo, Jesús parece disfrutar desconcertándolos con sus ideas sobre el matrimonio, la importancia de los niños, la riqueza. Pero el punto culminante del desconcierto lo constituye esta parábola sobre el pago por el trabajo realizado.
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola:
El reino de los cielos se parece a un propietario que al amanecer salió a contratar jornaleros para su viña. Después de ajustarse con ellos en un denario por jornada, los mandó a la viña.
Salió otra vez a media mañana, vio a otros que estaban en la plaza sin trabajo, y les dijo: "Id también vosotros a mi viña, y os pagaré lo debido." Ellos fueron.
Salió de nuevo hacia mediodía y a media tarde e hizo lo mismo.
Salió al caer la tarde y encontró a otros, parados, y les dijo:
 ¿Cómo es que estáis aquí el día entero sin trabajar?
Le respondieron:
 Nadie nos ha contratado.
Él les dijo:
 Id también vosotros a mi viña.
Cuando oscureció, el dueño de la viña dijo al capataz:
 Llama a los jornaleros y págales el jornal, empezando por los últimos y acabando por los primeros.
Vinieron los del atardecer y recibieron un denario cada uno. Cuando llegaron los primeros, pensaban que recibirían más, pero ellos también recibieron un denario cada uno. Entonces se pusieron a protestar contra el amo: 
 Estos últimos han trabajado sólo una hora, y los has tratado igual que a nosotros, que hemos aguantado el peso del día y el bochorno.
Él replicó a uno de ellos:
 Amigo, no te hago ninguna injusticia. ¿No nos ajustamos en un denario? Toma lo tuyo y vete. Quiero darle a este último igual que a ti. ¿Es que no tengo libertad para hacer lo que quiera en mis asuntos? ¿O vas a tener tú envidia porque yo soy bueno?
Así, los últimos serán los primeros y los primeros los últimos.»

El protagonista es un terrateniente con capacidad para contratar a gran número de obreros. No es un señorito que se dedica a disfrutar de los productos del campo. Al amanecer ya está levantado, en la plaza del pueblo, contratando por el jornal habitual de la época: un denario. Y tres veces más, a las 9 de la mañana, a las 12, incluso a las 5 de la tarde, vuelve del campo al pueblo en busca de más mano de obra. A estos no les dice cuánto les pagará. Pero les da lo mismo. Algo es algo.
 Hasta ahora todo va bien. Un propietario rico, preocupado por su finca, atento todo el día a que rinda el máximo. Se intuye también un aspecto más positivo y social: le preocupa el paro, el que haya gente que termine el día sin nada que llevar a su casa.
Pero este personaje tan digno se comporta al final como un cabrón. Al atardecer, cuando llega el momento de pagar, ordena al administrador que no empiece por los primeros, sino por los últimos. Cuando estos, sorprendidos, reciben un denario por una sola hora de trabajo, los demás, especialmente los de las 6 de la mañana, alientan la esperanza de recibir un salario mucho más elevado. Con gran indignación de su parte, reciben lo mismo. Es lógico que protesten.
¿Por qué no empezó el propietario por los primeros, los dejó marcharse, y luego pagó a los otros sin que nadie se enterase? ¿Por qué quiso provocar la protesta? Porque sin el escándalo y la indignación no caeríamos en la cuenta de la enseñanza de la parábola.          
¿Cabrón o bueno?

Los jornaleros de la primera hora plantean el problema a nivel de justicia. En cambio, el terrateniente lo plantea a nivel de bondad. Él no ha cometido ninguna injusticia, ha pagado lo acordado. Si paga lo mismo a los de la última hora es por bondad, porque sabe que necesitan el denario para vivir, aunque muchos de ellos sean vagos e irresponsables.

¿Quiénes son los de las 6 de la mañana y los de las 5 de la tarde?
            En la comunidad de Mateo, formada por cristianos procedentes del judaísmo y del mundo pagano, predicar que Dios iba a recompensar igual a unos que a otros podía levantar ampollas. El judío se sentía superior a nivel religioso: su compromiso con Dios se remontaba a siglos antes, a Moisés; llevaba el sello de la alianza en su carne, la circuncisión; había cumplido los mandatos y decretos del Señor; no habían faltado un sábado a la sinagoga. - ¿Cómo iban a pagarles lo mismo a estos paganos recién convertidos, que habían pasado gran parte de su vida sin preocuparse de Dios ni del prójimo?
Usando unas palabras del profeta Daniel, - ¿cómo iban a brillar en el firmamento futuro igual que ellos?
En este planteamiento se comprende el reproche que les hace el propietario (Dios): vuestro problema no es la justicia sino la envidia, os molesta que yo sea bueno.
       Desde la época de Mateo han pasado veinte siglos; la interpretación anterior ya no resulta actual y podemos sustituirla por otra: los cristianos que han cumplido desde niños la voluntad de Dios, que no han faltado un domingo a misa, ni han tomado la píldora anticonceptiva, y se enteran de que Dios va compensar igual que a ellos a gente que sólo pisa la iglesia para entierros y bodas y que interpretan la moral de la Iglesia según les convenga. A algunos de ellos puede parecerles una gran injusticia. Dios no lo ve así, porque piensa recompensarles como se merecen. Si da lo mismo a los otros no es por justicia, sino por bondad.

¿No es de hipócritas indignarse?
Si alguno se sigue indignando con la actitud de Dios, debería preguntarse si es hipócrita o tonto. En el fondo, el que se indigna es porque piensa que lleva trabajando desde las 6 de la mañana, que lo ha hecho todo bien y merece una mayor recompensa de parte de Dios. Si examina detenidamente su vida, quizá advierta que empezó a trabajar a las 11 de la mañana, y que se ha sentado a descansar en cuanto pensaba que el capataz no lo veía. A buen entendedor, pocas palabras.
En cambio, el que es consciente de haber rendido poco en su vida, de no haberse comportado en muchos momentos como debiera, de haber empezado a trabajar a las 5 de la tarde, se sentirá animado con esta parábola.

Las cinco de la tarde
Cabe el peligro de interpretar lo anterior como “Dios es muy bueno y podemos dedicarnos a la gran vida”. La invitación a ir a trabajar a las 5 de la tarde, aunque sólo sea una hora, es un toque de atención No se trata de seguir vagueando irresponsablemente. Siempre hay tiempo para echar una mano al propietario de la finca.
Este es el tema de la 1ª lectura, tomada de Isaías, que usa un lenguaje mucho más severo.

Buscad al Señor mientras se le encuentra, invocadlo mientras esté cerca; que el malvado abandone su camino, y el criminal sus planes; que regrese al Señor, y él tendrá piedad, a nuestro Dios, que es rico en perdón. Mis planes no son vuestros planes, vuestros caminos no son mis caminos -oráculo del Señor-. Como el cielo es más alto que la tierra, mis caminos son más altos que los vuestros, mis planes, que vuestros planes.

No habla de desocupados sino de malvados y criminales. Pero los exhorta a regresar al Señor, que “tendrá piedad” porque “es rico en perdón”.
En el evangelio, con fuerte contraste, no son malvados y criminales los que van en busca de Dios; es el mismo Dios quien sale al encuentro, cuatro veces al día, de todas las personas que necesitan de su ayuda.
Tanto el evangelio como Isaías coinciden en afirmar, cada uno a su estilo, que los planes y los caminos de Dios son muy distintos y más elevados que los nuestros.

Nota: De los numerosos insultos que enriquecen la lengua castellana, “cabrón” es el único tomado de la Biblia (del libro de Ezequiel). Por consiguiente, nadie debe escandalizarse de que lo use, aunque tampoco es preciso que añada: “Palabra de Dios”.