26 DE
SEPTIEMBRE - MARTES
25ª - SEMANA DEL T. O. - A
Evangelio según san Lucas 8, 19-21
En aquel tiempo, vinieron a ver a Jesús su
madre y sus hermanos, pero con el gentío no lograban llegar hasta él. Entonces
le avisaron:
"Tu madre y tus hermanos están fuera y quieren verte".
Él les contestó:
"Mi madre y mis hermanos son estos: los que escuchan la
Palabra de Dios y la ponen por obra".
1. Sería
una mala interpretación de este episodio
deducir de aquí que Jesús no apreciaba y no se relacionaba debidamente
con su madre y sus hermanos.
Eso
no se dice aquí.
Lo que se dice es que, a juicio de Jesús, lo
que de verdad debe regir nuestra vida no son las relaciones que brotan del parentesco, sino las convicciones
que brotan de la fe.
2. Por
supuesto, es importante en la vida mantener y cuidar, lo mejor posible, las
relaciones de parentesco. Porque cuando
las familias se rompen y se desestructuran, el tejido social se rompe también.
Y la sociología nos enseña que una sociedad desestructurada, se convierte
inmediatamente en una sociedad violenta.
Con todas las formas imaginables de violencia y con la consiguiente
inseguridad ciudadana, que hace la vida
imposible o, por lo menos, hace de la vida un infierno.
La delincuencia, la llamada violencia de
género, la degeneración de las relaciones humanas..., todo eso (y tantas otras
cosas demasiado turbias) son la consecuencia inevitable de una sociedad rota.
3. Pero
no podemos olvidar que las relaciones de parentesco no son libres, sino que nos
son dadas. Y además se trata de relaciones configuradas por
costumbres
y tradiciones, reguladas por leyes, y con frecuencia demasiado condicionadas
por intereses económicos, ya que la familia (en buena medida)
sigue
siendo una unidad económica. De ahí, los
conflictos familiares por causa de herencias y favoritismos económicos.
Por eso, sin duda, Jesús privilegia las
relaciones basadas en la fe, en las convicciones libres y exigentes de la fe que
brota del Evangelio. Porque, en este supuesto, solo queda en pie el amor mutuo
y el ejemplo que nos dejó Jesús.
4. De
todas maneras y en cualquier caso, nunca
deberíamos olvidar que la estructura de la familia tradicional es el
pilar más sólido en el que se basa y
tiene
su consistencia la sociedad tradicional.
Un modelo de familia, centrado no en la
sumisión al padre, sino en la libertad del amor -o la "relación
pura"-, es el factor más decisivo de una renovación y un cambio radical en
el "sistema establecido".
Jesús no nos dejó un proyecto político. Pero sí
nos planteó la necesidad de relacionarnos de una manera más humana y más igualitaria. Para ello, el
principio tiene que ser centrar la institución familiar en el amor y
no
en la sumisión. Por esto se comprende la posición de Jesús ante su propia
familia. Y ante la familia en general.
San Cosme y Damián, mártires
Mártires posiblemente del comienzo del siglo IV
Cosme significa
"adornado, bien presentado". Damián:
domador.
Patronos de: Cirujanos, Farmacéuticos, Médicos, Peluqueros,
Dentistas, trabajadores de los balnearios.
Una tradición muy antigua atestigua la existencia de su sepulcro
en Ciro (Siria), donde se erigió asimismo una basílica en su honor. Desde allí,
su culto pasó a Roma y, más tarde, se propagó por toda la Iglesia.
Según la tradición son hermanos gemelos, nacidos en Arabia;
estudiaron las ciencias en Siria y llegaron a distinguirse como médicos. Como
eran auténticos cristianos, practicaban su profesión con gran habilidad, pero
sin aceptar jamás pago alguno por sus servicios. Por eso se les conoció en el
oriente entre los santos llamados colectivamente "los sin dinero".
Vivían en Aegeae, sobre la costa de la bahía de Alejandreta, en
Cilicia, donde ambos eran distinguidos por el cariño y el respeto de todo el
pueblo a causa de los muchos beneficios que prodigaba entre las gentes su
caridad y por el celo con que practicaban la fe cristiana, ya que aprovechaban
todas las oportunidades que les brindaba su profesión para difundirla y
propagarla. En consecuencia, al comenzar la persecución, resultó imposible que
aquellos hermanos de condición tan distinguida pasasen desapercibidos. Fueron
de los primeros en ser aprehendidos por orden de Lisias, el gobernador de
Cilicia y, luego de haber sido sometidos a diversos tormentos, murieron
decapitados por la fe. Conducidos sus restos a Siria, quedaron sepultados en
Cirrhus, ciudad ésta que llegó a ser el centro principal de su culto y donde
las referencias más antiguas sitúan el escenario de su martirio.
Se cuentan muchos prodigios milagrosos sobre sus vidas pero poco
se sabe con seguridad. Se dice por ejemplo que, antes de ser decapitados,
salieron con bien de varios tipos de ejecuciones, como ser arrojados al agua
atados a pesadas piedras, ser quemados en hogueras y ser crucificados. Cuando
se hallaban clavados en las cruces, la multitud los apedreó, pero los
proyectiles, sin tocar el cuerpo de los santos, rebotaron para golpear a los
mismos que los arrojaban. Lo mismo sucedió con las flechas disparadas por los
arqueros que torcieron su trayectoria e hicieron huir a los tiradores (se
cuenta que el mismo caso ocurrió con San Cristóbal y otros mártires). Asimismo,
dice la leyenda que los tres hermanos de Cosme y Damián, llamados Antimo,
Leoncio y Euprepio, sufrieron el martirio al mismo tiempo que los gemelos y sus
nombres se mencionan en el Martirologio Romano. Se habla de innumerables
milagros, sobre todo curaciones maravillosas, obrados por los mártires después
de su muerte y, a veces, los propios santos se aparecieron, en sueños, a los
que les imploraban en sus sufrimientos, a fin de curarles inmediatamente.
Entre las personas distinguidas que atribuyeron su curación de
males gravísimos a los santos Cosme y Damián, figuró el emperador Justiniano I,
quien visitó la ciudad de Cirrhus especialmente para venerar las reliquias de
sus benefactores.
A principios del siglo V, se levantaron en Constantinopla dos
grandes iglesias en honor de los mártires. La basílica que el Papa Félix (526-530)
erigió en honor de Cosme y Damián en el Foro Romano, con hermosísimos mosaicos,
fue dedicada posiblemente el 27 de septiembre. Ese día se celebró la fiesta de
Cosme y Damián hasta su traslado al 26 de septiembre en el nuevo calendario.
Los santos Cosme y Damián son nombrados en el canon de la misa y,
junto con San Lucas, son los patronos de médicos y cirujanos.
Tres pares de santos llevan los mismos nombres
Por un
error, los cristianos de Bizancio honraron a tres pares de santos con los
nombres de Cosme y Damián. Los de Arabia, que fueron decapitados durante la
persecución de Diocleciano (17 de octubre), los de Roma, que murieron
apedreados en el curso del reinado de Carino y los hijos de Teódota, que no
fueron mártires. Sin embargo, se trata de los mismos.
Pidamos al Señor por intercesión de los santos Cosme y Damián por
los médicos, para que cumplan santamente con su profesión.
"LO
QUE HABÉIS RECIBIDO GRATIS, DADLO TAMBIÉN GRATUITAMENTE" (Jesucristo Mt.
10, 8)
No hay comentarios:
Publicar un comentario