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DE ABRIL
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LUNES - 4ª SEMANA DE PASCUA
Jn 10, 1-l0.
En aquel tiempo, dijo Jesús a los fariseos: Os aseguro
que el que no entra por la puerta en el aprisco de las ovejas, sino
que salta por otra parte, ese es ladrón y bandido; pero el que entra
por la puerta es pastor de las ovejas. A este le abre el guarda y las
ovejas atienden a su voz, y él va llamando por el nombre a sus
ovejas y las saca fuera. Cuando ha sacado todas las suyas, camina
delante de ellas y las ovejas lo siguen, porque conocen su voz: a un
extraño no lo seguirán, sino que huirán de él, porque no conocen
la voz de los extraños". Jesús les puso esta comparación,
pero ellos no entendieron de qué les hablaba. Por eso añadió
Jesús: “Os aseguro que yo soy la puerta de las ovejas. Todos los
que han venido antes de mí son ladrones y bandidos; pero las ovejas
no los escucharon. Yo soy la puerta: quien entra por mi, se salvará,
y podrá entrar y salir, y encontrará pastos. El ladrón no entra
sino para robar y matar, y hacer estrago: yo he venido para que
tengan vida y la tengan abundan te”.
1. La simple
lectura de este texto sugiere una reflexión lógica y elemental: si
uno ve una casa en la que quienes entran y salen de ella no lo hacen
por la puerta, sino que saltan por las ventanas y los balcones,
cualquiera que presencie una cosa tan rara, pensará que los que así
entran y salen de la casa son ladrones o están locos de remate. No
usar la puerta en una casa rompe la lógica de la normalidad y nos
mete de lleno en lo extravagante. Pues bien, Jesús dice: “Yo soy
la puerta”. Quien no entra por esta
puerta, es
decir quien no se ajusta a la vida de Jesús, a su Evangelio, ¿qué
busca en la comunidad cristiana o en la Iglesia? ¿No parecemos,
muchas veces, gente extraña?
2. Pero también
aquí tropezamos con una dificultad inevitable: si para la salvación
no hay más puerta que Jesús, ¿no es eso condenar a la gran mayoría
de la humanidad? ¿No es eso tanto como despreciar a quienes tienen
otras creencias o han nacido en otras culturas con sus religiones?
Jesús termina diciendo: “Yo he venido para que tengan vida".
En los evangelios no consta que Jesús fundara una religión. Lo que
Jesús quiso que todos tengamos vida. Una vida plenamente humana y
feliz. Jesús la puerta, el acceso, a todas las religiones o
proyectos de vida que hacen que este mundo sea más humano y más
habitable. Por eso, y solo por eso, Jesús puede ser el acceso a la
plenitud total de la vida.
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