21 DE ABRIL
- MARTES - 3ª SEMANA DE PASCUA
Jn 6, 30-35
En aquel tiempo, dijo la gente a Jesús: "¿Y qué signo vemos que haces tú, para que creamos en ti? ¿Cuál es tu obra? Nuestros padres comieron el maná en el desierto, como está escrito: Les dio a comer pan del cielo".
Jesús les replicó: “Os aseguro que no fue Moisés quien os dio pan del cielo, sino que es mi Padre el que os da el verdadero pan del cielo. Porque el pan de Dios es el que baja del cielo y da vida al mundo”. Entonces le dijeron: “Señor, danos siempre de este pan". Jesús les contestó: “Yo soy el pan de vida. El que viene a mí no pasará hambre, y el que cree en mí nunca pasará sed”.
1. Jesús empieza a explicar aquí el significado profundo del pan que dio a comer a la gente cuando el episodio de la multiplicación de los panes.
Jesús les ha dicho que no entendieron el significado profundo de lo que allí pasó. Y ellos le preguntan en qué consiste tal significado. En las Escrituras judías estaba dicho que, a los que huyeron de Egipto, Dios les dio a comer “pan del cielo” (Ex 16, 13 ss; Sal 77, 24 5; Sab 16, 20), el maná del desierto.
2. Jesús les responde que “el pan de Dios” es el que da vida, no a algunos privilegiados solamente, sino a todo el mundo. Pero aquí es determinante saber que, en tiempo de Jesús, cuando los judíos hablaban del “pan de Dios", con esa expresión se referían a la Ley que Dios dio al pueblo en el desierto por medio de Moisés. Esta interpretación está bien documentada y aceptada por los mejores especialistas en este asunto (X. Léon-Dufour).
3. Pero lo sorprendente es que, a renglón seguido, Jesús añade: “Yo soy el pan de vida". Al decir eso, Jesús estaba afirmando: “La Ley que Dios os da soy yo”. Es decir, la religión de Jesús no consiste en la observancia de unas normas legales, sino en el seguimiento y la adhesión a una persona. La estructura básica del cristianismo no es jurídica, sino personal. En cuanto que consiste en ser fiel a la relación fiel a Jesús.
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