23 DE ENERO – SÁBADO
–
2ª – SEMANA DEL T.O. –
B –
SAN IDELFONSO
Lectura de la carta a los Hebreos (9,2-3.11-14):
HERMANOS:
Se instaló una primera tienda, llamada «el Santo»,
donde estaban el candelabro y la mesa de los panes presentados. Detrás de la segunda
cortina estaba la tienda llamada «Santo de los Santos».
En cambio, Cristo ha venido como sumo sacerdote de los
bienes definitivos. Su «tienda» es más grande y más perfecta: no hecha por
manos de hombre, es decir, no de este mundo creado.
No lleva sangre de
machos cabríos, ni de becerros, sino la suya propia; y así ha entrado en el
santuario una vez para siempre, consiguiendo la liberación eterna.
Si la sangre de machos
cabríos y de toros, y la ceniza de una becerra, santifican con su aspersión a
los profanos, devolviéndoles la pureza externa, ¡cuánto más la sangre de
Cristo, que, en virtud del Espíritu eterno, se ha ofrecido a Dios como
sacrificio sin mancha, podrá purificar nuestra conciencia de las obras muertas,
para que demos culto al Dios vivo!
Palabra de Dios
Salmo: 46,2-3.6-7.8-9
R/. Dios asciende entre aclamaciones; el Señor, al son de trompetas.
V/. Pueblos todos, batid palmas,
aclamad a Dios con
gritos de júbilo;
porque el Señor
altísimo es terrible,
emperador de toda la
tierra. R/.
V/. Dios asciende entre aclamaciones;
el Señor, al son de
trompetas:
tocad para Dios,
tocad;
tocad para nuestro
rey, tocad. R/.
V/. Porque el Señor es el rey del mundo:
tocad con maestría.
Dios reina sobre las
naciones,
Dios se sienta en su
trono sagrado. R/.
Lectura del santo evangelio según san Marcos (3,20-21):
EN aquel tiempo, Jesús llegó a casa con sus discípulos
y de nuevo se juntó tanta gente que no los dejaban ni comer. Al enterarse su
familia, vinieron a llevárselo, porque se decía que estaba fuera de sí.
Palabra del Señor
1. La popularidad de Jesús iba en aumento de día en día. De
forma que él y los que le acompañaban habitualmente se veían literalmente
invadidos en su casa y en su tiempo, de la mañana a la noche. La gente no les
dejaba ni tiempo para comer. Los que acudían en busca de Jesús eran los que se
denominaban el óchlos, grupo al que pertenecían los últimos, los ignorantes,
los de más baja condición social, económica y cultural. Por lo demás, una
cantidad tan enorme de gente no podían ser los ricos y los potentados, ya que
de esa alta condición había muy pocas en Galilea.
2. La "gente bien", los que tienen de todo, no suelen necesitar a Jesús nada más que cuando quieren tranquilizar sus conciencias; o si tienen problemas de salud, de dinero, de familia... Personas generosas hay en todas partes. Pero los últimos conectan espontáneamente con la mentalidad evangélica.
3. La familia de Jesús, no solo no estaba de acuerdo con lo que él hacía y con la vida que llevaba, sino que además lo tenía por un loco. Seguramente se avergonzaban de él. Era una familia religiosa de toda la vida y bien considerada en el pueblo. Nadie en aquella familia había dado que hablar. Y Jesús se portaba de manera que los "hombres de orden" (fariseos) andaban diciendo que había que acabar con él.
Es lógico que los parientes pensaran que Jesús no estaba en sus cabales. Y
sabemos que la expresión que usa aquí el relato de Marcos (hoi
par'auton, "aquellos de al lado de él") indica claramente sus
parientes (Prov 31, 21; Dan 13, 33; Josefo, Ant.1, 193).
Es duro para cualquiera darse cuenta de que la familia piensa así de uno.
Jesús pasó por esta experiencia, como se relata cuando fue a su pueblo, Nazaret
(Mc 6, 1-6) o cuando se dirigía a Jerusalén (Jn 7, 1-5).
SAN IDELFONSO
Obispo de Toledo - 606- 669
Martirologio Romano: En la ciudad de Toledo, en la
Hispania Tarraconensis (hoy España), san Ildefonso, que fue monje y rector de
su cenobio, y después elegido obispo. Autor fecundo de libros y de textos litúrgicos,
se distinguió por su gran devoción hacia la santísima Virgen María, Madre de
Dios (667).
Etimología: Ildefonso = Aquel que está listo
para la batalla, es de origen germánico.
Breve Biografía
Para reconstruir su biografía, además de los datos contenidos en sus obras,
disponemos principalmente del Beati Ildephonsi Elogium de San Julián de Toledo,
contemporáneo suyo y segundo sucesor en la sede toledana, escrita como apéndice
al De viris illustribus (PL 96,43-44). La Vita vel gesta S. Ildephonsi Sedis
Toletanae Episcopi, atribuida a Cixila, obispo de Toledo ca. 774-783 (PL
96,44-88; Flórez, V,501-520), donde se mencionan por primera vez los milagros
de su vida y la Vita Ildephonsi Archiepiscopi Toletani de fray Rodrigo Manuel
Cerratense, s. XIII (Flórez V,521-525), añaden al Elogium tradiciones
posteriores con tinte legendario.
Nacido en el 607, durante el reinado de Witerico en Toledo, de estirpe
germánica, era miembro de una de las distintas familias regias visigodas. Según
una tradición que recoge Nicolás Antonio (Bibliotheca Hispana Vetus, PL 96,11),
fue sobrino del obispo de Toledo San Eugenio III, quien comenzó su educación.
Por el estilo de sus escritos y por los juicios emitidos en su De viris
illustribus sobre los personajes que menciona, se deduce que recibió una
brillante formación literaria. Según su propio testimonio fue ordenado de
diácono (ca. 632-633) por Eladio, obispo de Toledo (De vir. ill. 7: PL 96,202).
En un pasaje interpolado del Elogium, se dice que, siendo aún muy niño, ingresó
en el monasterio Agaliense, en los arrabales de Toledo, contra la voluntad de
sus padres. Más adelanté se afirma que «se deleitaba con la vida de los
monjes», frase que debe interpretarse siguiendo a Flórez (V,276) en el sentido
de que desde niño se inclinó al estado religioso. Ildefonso estuvo muy
vinculado a este monasterio, como él mismo recuerda al hablar de Eladio, y como
se deduce del De vir. ill. con el que pretende exaltar la sede toledana y quizá
mostrar el papel privilegiado que correspondía al monasterio Agaliense. Estando
ya en el monasterio, funda un convento de religiosas dotándolo con los bienes
que hereda, y en fecha desconocida (650?), es elegido abad. Firma entre los
abades en los Concilios VIII y IX de Toledo, no encontrándose su firma, en
cambio, en el X (656). Muerto el obispo Eugenio III es elegido obispo de Toledo
el a. 657, y según el Elogium obligado a ocupar su sede por el rey Recesvinto.
En la correspondencia mantenida con Quirico, obispo de Barcelona, se lamenta de
las dificultades de su época. A ellas atribuye el Elogium que dejase
incompletos algunos escritos.
Muere el 667, siendo sepultado en la iglesia de Santa Leocadia de Toledo, y
posteriormente trasladado a Zamora. Su fiesta se celebra el 23 de enero.
Es patrón de la ciudad Zamora, en cuya Iglesia Arciprestal de San Pedro y
San Ildefonso, reposan sus restos; de Toledo y de Herreruela de Oropesa, en la
misma provincia, donde sus fiestas se celebran cada año con bastante fervor.
También es el santo patrón de la ciudad de Mairena del Aljarafe en la provincia
de Sevilla. La Orden de Caballeros Cubicularios se encarga de la custodia de
sus reliquias en la citada iglesia zamorana.
Milagro del encuentro con la Virgen
La noche del 18 de diciembre del 665 San Ildefonso junto con sus clérigos y
algunos otros, fueron a la iglesia, para cantar himnos en honor a la Virgen
María. Encontraron la capilla brillando con una luz tan deslumbrante, que
sintieron temor. Todos huyeron excepto Ildefonso y sus dos diáconos. Estos
entraron y se acercaron al altar. Ante ellos se encontraba la Virgen María,
sentada en la silla del obispo, rodeada por una compañía de vírgenes entonando
cantos celestiales. María al ir hizo una seña con la cabeza para que se
acercara. Habiendo obedecido, ella fijó sus ojos sobre él y dijo: "Tu eres
mi capellán y fiel notario. Recibe esta casulla la cual mi Hijo te envía de su
tesorería." Habiendo dicho esto, la Virgen misma lo invistió, dándole las
instrucciones de usarla solamente en los días festivos designados en su honor.
Esta aparición y la casulla fueron pruebas tan claras, que el concilio de
Toledo ordenó un día de fiesta especial para perpetuar su memoria. El evento
aparece documentado en el Acta Sanctorum como El Descendimiento de la Santísima
Virgen y de su Aparición. La importancia que adquiere este hecho milagroso
sucedido en plena Hispania Ghotorum y transmitido ininterrumpidamente a lo largo
de los siglos ha sido muy grande para Toledo y su catedral. Los árabes, durante
la dominación musulmana, al convertirse la Basílica cristiana en Mezquita
respetaron escrupulosamente este lugar y la piedra allí situada por tratarse de
un espacio sagrado relacionado con la Virgen María a quien se venera en el
Corán. Esta circunstancia permite afirmar que el milagro era conocido antes de
la invasión musulmana y que no se trata de una de las muchas historias piadosas
medievales que brotaron de la fantasía popular. En la catedral los peregrinos
pueden aun venerar la piedra en que la Virgen Santísima puso sus pies cuando se
le apareció a San Ildefonso.
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