viernes, 12 de abril de 2024

Párate un momento: El Evangelio del dia 13 - DE ABRIL – SÁBADO – 2ª SEMANA DE PASCUA – SAN HERMENEGILDO

 

 


 13 - DE ABRIL – SÁBADO –

  SEMANA DE PASCUA –  

SAN HERMENEGILDO

 

  Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles (6,1-7):

En aquellos días, al crecer el número de los discípulos, los de lengua griega se quejaron contra los de lengua hebrea, porque en el servicio diario no se atendía a sus viudas.

Los Doce, convocando a la asamblea de los discípulos, dijeron:

«No nos parece bien descuidar la palabra de Dios para ocuparnos del servicio de las mesas. Por tanto, hermanos, escoged a siete de vosotros, hombres de buena fama, llenos de espíritu y de sabiduría, y los encargaremos de esta tarea; nosotros nos dedicaremos a la oración y al servicio de la palabra».

La propuesta les pareció bien a todos y eligieron a Esteban, hombre lleno de fe y de Espíritu Santo; a Felipe, Prócoro, Nicanor, Timón, Parmenas y Nicolás, prosélito de Antioquía. Se los presentaron a los apóstoles y ellos les impusieron las manos orando.

      La palabra de Dios iba creciendo y en Jerusalén se multiplicaba el número de discípulos; incluso muchos sacerdotes aceptaban la fe.

 

Palabra de Dios

 

Salmo: 32,1-2.4-5.18-19

      R/. Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros, como lo esperamos de ti

 

Aclamad, justos, al Señor,

que merece la alabanza de los buenos.

Dad gracias al Señor con la cítara,

tocad en su honor el arpa de diez cuerdas. R/.

La palabra del Señor es sincera,

y todas sus acciones son leales;

él ama la justicia y el derecho,

y su misericordia llena la tierra. R/.

Los ojos del Señor están puestos en quien lo teme,

en los que esperan su misericordia,

para librar sus vidas de la muerte

y reanimarlos en tiempo de hambre. R/.

 

 Lectura del santo evangelio según san Juan (6,16-21):

Al oscurecer, los discípulos de Jesús bajaron al mar, embarcaron y empezaron la travesía hacia Cafarnaún. Era ya noche cerrada, y todavía Jesús no los había alcanzado; soplaba un viento fuerte, y el lago se iba encrespando. Habían remado unos veinticinco o treinta estadios, cuando vieron a Jesús que se acercaba a la barca, caminando sobre el mar, y se asustaron.

Pero él les dijo:

«Soy yo, no temáis».

Querían recogerlo a bordo, pero la barca tocó tierra en seguida, en el sitio adonde iban. 

 

Palabra del Señor

 

1.  El relato de la multiplicación de los panes termina diciendo que aquellas gentes, entusiasmadas al ver que Jesús les había dado de comer en abundancia, quisieron proclamarlo rey. Jesús no aceptó semejante propuesta: despidió a la gente, mandó a los discípulos a la otra orilla del lago, lejos de aquella posible tentación, y él se fue solo al monte, a orar. Jesús era un "hombre de Dios", no un "hombre del poder", ni "hombre de fama" y, menos aún, un "populista".

La profunda humanidad de Jesús se alimentaba de su profunda espiritualidad.

 

  2.  Alejarse del lugar del éxito, de la popularidad y del aplauso de la gente, resultó difícil, como una noche oscura, en un mar encrespado y con viento contrario. Así las cosas, lo que más sintieron fue el miedo, no la cercanía de Jesús que los buscaba rápido, para alcanzarlos, con la ingravidez del que se desliza por encima de las aguas agitadas.

 

3.  La palabra de Jesús: Soy yo, va acompañada de un mandato que siempre agrada: No temáis.

La cercanía de Jesús, la presencia de Jesús va siempre acompañada de una experiencia que todos necesitamos y que tanto deseamos: liberarnos del miedo.

Son demasiados los miedos que nos atenazan, nos atormentan y nos avergüenzan. Miedos inconfesables, miedos que no podemos superar. La presencia de Jesús se nota en la paz, la alegría y la ilusión que va unida a la victoria sobre el miedo.

 

SAN HERMENEGILDO

 




Se desconoce su fecha de nacimiento, pero se sabe que murió el 13 de abril de 585, Leovigild, el rey ariano de los visigodos (569-86) tenía dos hijos, Hermenegildo y Reccared, que fueron producto de su primer matrimonio con la princesa católica Theodosia. Hermenegildo se casó en 576 con Ingundis, una princesa católica hija de Sigebert y Brunhilde.

Como resultado de su propia inclinación e influenciado por su esposa, y por instrucciones de San Leander de Sevilla, ingresó a la fe católica. La segunda esposa de Leovigild, Goswintha, una fanática ariana, llegó a odiar a su nuera y trató de establecer la manera de apartarla de la fe católica. Hermenegildo se había ido, con la sanción de su padre, a Andalucía, y había llevado a su esposa con él. Sin embargo, cuando Leovigild se enteró de la conversión de su hijo, le impuso regresar a Toledo, una orden que Hermenegildo no llegó a obedecer.

El fanatismo religioso de su madrastra, y la severidad con que su padre estaba tratando a los católicos en España, le obligó a tomar las armas en protección de sus compañeros de religión, y en defensa de sus propios derechos. Al mismo tiempo, formó una alianza con los bizantinos. Leovigild tomó el campo en contra de su hijo, en 582, haciendo que los bizantinos traicionaran a su hijo por la suma de 30,000 barras de oro sólido, haciendo que sitiaran a Hermenegildo en Sevilla en 583, y capturando la ciudad, tras un sitio de casi dos años.

Hermenegildo buscó refugio en una iglesia en Córdova, donde recibió falsas promesas por parte de Leovigild; este último le prohibió regresar a Valencia (584). Su esposa Ingundis, se fue con su hijo a Africa, donde ella murió. Luego de ello, el muchacho fue entregado, por orden del Emperador Mauricio, al cuidado de su abuela Brunhilde. No sabemos mucho más del subsiguiente destino de Hermenegildo.

Gregorio el Grande relata (Dialogi, III, 31, en P.L. LXVII, 289-93) que Leovigild envió a un obispo ariano cuando nuestro personaje se encontraba en prisión, en la vìspera de pascua de 585; el propósito era el de perdonar a su hijo, siempre que este aceptara la comunión de una autoridad ariana. A ello, Hermenegildo se opuso con firmeza, no rechazando su fe católica, y como resultado, fue decapitado el Día de Pascua de ese año.

Más tarde fue venerado como mártir, y Sixto V (1585), actuando de acuerdo a la sugerencia del Rey Felipe II, extendió la celebración de su festividad (13 de abril), en todo el territorio de España.

 

 


No hay comentarios:

Publicar un comentario