viernes, 5 de abril de 2024

Párate un momento: El Evangelio del dia 7 - DE ABRIL – DOMINGO – 2ª SEMANA DE PASCUA – SAN JUAN BAUTISTA DE LA SALLE, sacerdote

 

 


 7 - DE ABRIL – DOMINGO –

   SEMANA DE PASCUA –  

SAN JUAN BAUTISTA DE LA SALLE, sacerdote

 

Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles (4,32-35):

En el grupo de los creyentes todos pensaban y sentían lo mismo: lo poseían todo en común y nadie llamaba suyo propio nada de lo que tenía. Los apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús con mucho valor. Y Dios los miraba a todos con mucho agrado. Ninguno pasaba necesidad, pues los que poseían tierras o casas las vendían, traían el dinero y lo ponían a disposición de los apóstoles; luego se distribuía según lo que necesitaba cada uno.

Palabra de Dios


Salmo 117,2-4.16ab-18.22-24

R/. Dad gracias al Señor porque es bueno,
porque es eterna su misericordia

Diga la casa de Israel: eterna es su misericordia.
Diga la casa de Aarón: eterna es su misericordia.
Digan los fieles del Señor: eterna es su misericordia. 
R/.

La piedra que desecharon los arquitectos
es ahora la piedra angular.
Es el Señor quien lo ha hecho,
ha sido un milagro patente.
Éste es el día en que actuó el Señor:
sea nuestra alegría y nuestro gozo. 
R/.

Señor, danos la salvación;
Señor, danos prosperidad.
Bendito el que viene en nombre del Señor,
os bendecimos desde la casa del Señor;
el Señor es Dios, él nos ilumina. 
R/.

 

Lectura de la primera carta del apóstol san Juan (5,1-6):

Todo el que cree que Jesús es el Cristo ha nacido de Dios; y todo el que ama a Dios que da el ser ama también al que ha nacido de él. En esto conocemos que amamos a los hijos de Dios: si amamos a Dios y cumplimos sus mandamientos. Pues en esto consiste el amor a Dios: en que guardemos sus mandamientos. Y sus mandamientos no son pesados, pues todo lo que ha nacido de Dios vence al mundo. Y lo que ha conseguido la victoria sobre el mundo es nuestra fe. ¿Quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios? Éste es el que vino con agua y con sangre: Jesucristo. No sólo con agua, sino con agua y con sangre; y el Espíritu es quien da testimonio, porque el Espíritu es la verdad.

Palabra de Dios

 

Lectura del santo evangelio según san Juan (20,19-31):

Al anochecer de aquel día, el primero de la semana, estaban los discípulos en una casa, con las puertas cerradas por miedo a los judíos.
     Y en esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo: «Paz a vosotros.»
     Y, diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegria al ver al Señor.
     Jesús repitió: «Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo.»
     Y, dicho esto, exhaló su aliento sobre ellos y les dijo: «Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos.»
Tomás, uno de los Doce, llamado el Mellizo, no estaba con ellos cuando vino Jesús.
     Y los otros discípulos le decían: «Hemos visto al Señor.»
     Pero él les contestó: «Si no veo en sus manos la señal de los clavos, si no meto el dedo en el agujero de los clavos y no meto la mano en su costado, no lo creo.»
     A los ocho días, estaban otra vez dentro los discípulos y Tomás con ellos.
     Llegó Jesús, estando cerradas las puertas, se puso en medio y dijo: «Paz a vosotros.»
     Luego dijo a Tomás: «Trae tu dedo, aquí tienes mis manos; trae tu mano y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente.»
    Contestó Tomás: «¡Señor mío y Dios mío!»
    Jesús le dijo: «¿Porque me has visto has creído? Dichosos los que crean sin haber visto.»
    Muchos otros signos, que no están escritos en este libro, hizo Jesús a la vista de los discípulos. Éstos se han escrito para que creáis que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y para que, creyendo, tengáis vida en su nombre.

Palabra del Señor

 

RECORRIDO HACIA LA FE

 


 

Estando ausente Tomás, los discípulos de Jesús han tenido una experiencia inaudita. En cuanto lo ven llegar se lo comunican llenos de alegría: «Hemos visto al Señor». Tomás los escucha con escepticismo. ¿Por qué les va a creer algo tan absurdo? ¿Cómo pueden decir que han visto a Jesús lleno de vida, si ha muerto crucificado? En todo caso, será otro.

Los discípulos le dicen que les ha mostrado las heridas de sus manos y su costado. Tomás no puede aceptar el testimonio de nadie. Necesita comprobarlo personalmente: «Si no veo en sus manos la señal de sus clavos... y no meto la mano en su costado, no lo creo». Solo creerá en su propia experiencia.

Este discípulo, que se resiste a creer de manera ingenua, nos va a enseñar el recorrido que hemos de hacer para llegar a la fe en Cristo resucitado a los que ni siquiera hemos visto el rostro de Jesús, ni hemos escuchado sus palabras, ni hemos sentido sus abrazos.

A los ocho días se presenta de nuevo Jesús. Inmediatamente se dirige a Tomás. No critica su planteamiento. Sus dudas no tienen para él nada de ilegítimo o escandaloso. Su resistencia a creer revela su honestidad. Jesús le entiende y viene a su encuentro mostrándole sus heridas.

Jesús se ofrece a satisfacer sus exigencias: «Trae tu dedo, aquí tienes mis manos. Trae tu mano, aquí tienes mi costado». Esas heridas, antes que «pruebas» para verificar algo, ¿no son «signos» de su amor entregado hasta la muerte? Por eso Jesús le invita a profundizar más allá de sus dudas: «No seas incrédulo, sino creyente».

Tomás renuncia a verificar nada. Ya no siente necesidad de pruebas. Solo experimenta la presencia del Maestro, que lo ama, lo atrae y le invita a confiar. Tomás, el discípulo que ha hecho un recorrido más largo y laborioso que nadie hasta encontrarse con Jesús, llega más lejos que nadie en la hondura de su fe: «Señor mío y Dios mío». Nadie ha confesado así a Jesús.

No hemos de asustarnos al sentir que brotan en nosotros dudas e interrogantes. Las dudas, vividas de manera sana, nos rescatan de una fe superficial que se contenta con repetir fórmulas, sin crecer en confianza y amor. Las dudas nos estimulan a ir hasta el final en nuestra confianza en el Misterio de Dios encarnado en Jesús.

La fe cristiana crece en nosotros cuando nos sentimos amados y atraídos por ese Dios cuyo rostro podemos vislumbrar en el relato que los evangelios nos hacen de Jesús. Entonces, su llamada a confiar tiene en nosotros más fuerza que nuestras propias dudas. «Dichosos los que crean sin haber visto».

1ª Lectura: Hechos de los Apóstoles 4,32-35

Efecto de la resurrección en la comunidad cristiana, insistiendo en compartir los bienes.

2ª Lectura: Primera carta de san Juan 5,1-6

Consecuencias para el cristiano de la fe en Jesús Mesías: 1) se convierte en hijo de Dios, ha nacido de él; 2) ama a Dios; 3) ama a los hijos de Dios (en esto consisten “sus mandamientos”, de hecho, uno solo: “amaos unos a otros como yo os he amado”); 4) vence al mundo, que niega que Jesús es el Hijo de Dios, o la realidad de su muerte; el Espíritu testimonia que “vino con agua y sangre”.

 

SAN JUAN BAUTISTA DE LA SALLE, sacerdote



1651-1719 Fundador de los Hermanos de las Escuelas Cristianas (Hermanos Lasallistas) Patrón de los maestros

San Juan Bautista nace en la ciudad de Reims, Francia, el 30 de abril de 1651. Es contemporáneo del gran Rey Luis XIV, llamado el Rey Sol. Su familia es muy acomodada y su madre piadosa. Es el mayor de 10 hijos.

Ya a los 10 años de edad desea ser sacerdote. A los 15 años Juan Bautista es nombrado canónigo en el cabildo de Nuestra Señora de Reims, uno de los más ilustres del reino. Al cumplir sus 18 años terminó los estudios medios en el Colegio Bons-Enfants de Reims, se graduó de Maestro en Artes e ingresó al famoso Seminario de San Sulpicio en París.

A los 19 años quedó huérfano de padre y madre y tomó la responsabilidad de educar sus seis hermanos menores (otros tres murieron de pequeños). A los 22 años, Juan Bautista De La Salle obtuvo la Licenciatura en Teología, en la Soborna. Es ordenado sacerdote a los 27 años, en 1678.

 Pocos meses después de su ordenación ayudó al Señor Adriano Niel en la fundación de una escuela de caridad en Reims. Al poco tiempo muere su director espiritual, Nicolás Roland, dejando la Comunidad de las Hermanas del Niño Jesús que había fundado. Juan Bautista se hace cargo de proveer por ellas.

A los 30 años El Padre De La Salle era doctor en Teología. Parecía estar encaminado hacia altos cargos eclesiales. Pero sentía la llamada de Dios a la formación de los pobres. El 24 de Junio de 1680 Juan Bautista se comienza a reunir con un grupo de maestros en su casa de familia. Allí, durante el día les da formación humana, pedagógica y cristiana.

 

Fundación

Al año siguiente, el 24 de Junio de 1681, el Padre De La Salle se traslada con sus maestros a vivir en una casa de alquiler en la Calle Nueva, Parroquia de San Esteban. Este evento marca el nacimiento de la Comunidad de los Hermanos de las Escuelas Cristianas.

La espiritualidad de los Hermanos se caracteriza por su espíritu de fe que consiste en ver, juzgar, amar y obrar siempre a la luz del Evangelio; es decir, de la vida y doctrina de Jesucristo.

El Padre La Salle introdujo muchas reformas en la educación. En su esfuerzo por llegar a cuantos pobres pudiese, Juan Bautista decidió no enseñarles latín, lo cual fue un principio revolucionario. Introdujo también la enseñanza de niños en grupo, pues hasta entonces se educaba a cada niño por separado.

En 1688 abrió una escuela gratis en Paris para jóvenes pobres. También fundó universidades en Reims y Saint-Denis para entrenar a maestros.

En Agosto de 1683, El Padre De la Salle renunció a ser canónigo de la Catedral de Reims para dedicarse plenamente a la dirección de las Escuelas Cristianas y la formación de su comunidad de maestros.

 

Amor a los pobres

Durante el invierno de 1684 una hambruna desoló a Francia. El Padre De La Salle repartió sus bienes a los pobres hasta quedarse el mismo pobre. Su propósito se mantiene fijo: Educar a los pobres.

     En Junio de 1686 el Padre De La Salle propuso a los maestros de su comunidad consagrarse a Dios para servir en el mundo y no como monjes. El Domingo 9 de Junio ocho Hermanos, todos ellos directores, emitieron sus primeros votos en compañía de Juan Bautista De La Salle: obediencia, asociación y estabilidad. Los hermanos para entonces ya vivían en pobreza y celibato.

El 15 de agosto: Consagración a la Santísima Virgen. El Padre De La Salle consagró su comunidad a la Virgen.

Pruebas muy dolorosas no faltaron. Algunos maestros se dejaron llevar por la mentalidad del mundo. Juan Bautista trató de convencerles, pero al final debió despedir a algunos. Pero la obra avanza. En vida del santo, su congregación abrió escuelas en muchas ciudades.

 Una vez establecida la congregación renunció a ser Superior General y se sometió al nuevo superior en completa obediencia. Casi siempre viajaba a pie, pidiendo alimento y alojamiento.

El viernes santo del 7 de abril de 1719, el Padre De La Salle, su salud quebrantada, muere en Rouen a la edad de 67 años.

Beatificado el 19 de Febrero de 1888 por el Papa León XIII,

Canonizado el 24 de Mayo de 1900 por el mismo Papa.

EL 15 de Mayo de 1950, el Papa Pío XII nombra a San Juan Bautista de la Salle patrón de los educadores.

En la actualidad 6,500 Hermanos y 64,000 colaboradores de la Comunidad de Hermanos de las Escuelas Cristianas están en 82 países, con 1080 centros docentes y educan 860,000 alumnos aproximadamente.

 

 

 

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