domingo, 14 de abril de 2024

Párate un momento: El Evangelio del dia 16 - DE ABRIL – MARTES – 3ª SEMANA DE PASCUA – Santa Engracia

 

 




 16 - DE ABRIL – MARTES –

 SEMANA DE PASCUA –  

Santa Engracia

 

    Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles (7,51–8,1a):

En aquellos días, dijo Esteban al pueblo y a los ancianos y escribas:

«¡Duros de cerviz, incircuncisos de corazón y de oídos! Vosotros siempre resistís al Espíritu Santo, lo mismo que vuestros padres.  - ¿Hubo un profeta que vuestros padres no persiguieran?

Ellos mataron a los que anunciaban la venida del Justo, y ahora vosotros lo habéis traicionado y asesinado; recibisteis la ley por mediación de ángeles y no la habéis observado».

Oyendo sus palabras se recomían en sus corazones y rechinaban los dientes de rabia. Esteban, lleno de Espíritu Santo, fijando la mirada en el cielo, vio la gloria de Dios, y a Jesús de pie a la derecha de Dios, y dijo:

   «Veo los cielos abiertos y al Hijo del hombre de pie a la derecha de Dios».

Dando un grito estentóreo, se taparon los oídos; y, como un solo hombre, se abalanzaron sobre él, lo empujaron fuera de la ciudad y se pusieron a apedrearlo. Los testigos dejaron sus capas a los pies de un joven llamado Saulo y se pusieron a apedrear a Esteban, que repetía esta invocación:

«Señor Jesús, recibe mi espíritu».

Luego, cayendo de rodillas y clamando con voz potente, dijo:

«Señor, no les tengas en cuenta este pecado».

Y, con estas palabras, murió.

Saulo aprobaba su ejecución.  

 

Palabra de Dios

 

Salmo:30,3cd-4.6ab.7b.8a.17.21ab

R/. A tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu

Sé la roca de mi refugio,

un baluarte donde me salve,

tú que eres mi roca y mi baluarte;

por tu nombre dirígeme y guíame. R/.

A tus manos encomiendo mi espíritu:

tú, el Dios leal, me librarás.

Yo confío en el Señor.

Tu misericordia sea mi gozo y mi alegría. R/.

Haz brillar tu rostro sobre tu siervo,

sálvame por tu misericordia.

En el asilo de tu presencia los escondes

de las conjuras humanas. R/.

                                                    

 Lectura del santo evangelio según san Juan (6,30-35):

En aquel tiempo, el gentío dijo a Jesús:

«¿Y qué signo haces tú, para que veamos y creamos en ti? ¿Cuál es tu obra? Nuestros padres comieron el maná en el desierto, como está escrito: “Pan del cielo les dio a comer”».

Jesús les replicó:

«En verdad, en verdad os digo: no fue Moisés quien os dio pan del cielo, sino que es mi Padre el que os da el verdadero pan del cielo. Porque el pan de Dios es el que baja del cielo y da vida al mundo».

Entonces le dijeron:

«Señor, danos siempre de este pan».

Jesús les contestó:

«Yo soy el pan de vida. El que viene a mí no tendrá hambre, y el que cree en mí no tendrá sed jamás». 

 

Palabra del Señor

 

1.   Jesús empieza a explicar aquí el significado profundo del pan que dio de comer a la gente cuando el episodio de la multiplicación de los panes.  

Jesús les ha dicho que no entendieron el significado profundo de lo que allí pasó y ellos le preguntan en qué consiste tal significado.

En las Escrituras judías estaba dicho que, a los que huyeron de Egipto, Dios les dio a comer "pan del cielo" (Ex 16, 13 ss; Sal 77, 24 s; Sab 16, 20), el maná del desierto.

 

2.   Jesús les responde que el pan de Dios es el que da vida, no a algunos privilegiados solamente, sino a todo el mundo. Pero aquí es determinante saber que, en tiempo de Jesús, cuando los judíos hablaban del "pan de Dios", con esa expresión se referían a la Ley que Dios   dio al pueblo en el desierto por medio de Moisés.

Esta interpretación está bien documentada y aceptada por los mejores especialistas en este asunto (X. Léon-Dufour).

 

3.   Pero lo sorprendente es que, a renglón seguido, Jesús añade: Yo soy el pan de vida. Al decir eso, Jesús estaba afirmando: "La Ley que Dios os da soy yo". Es decir, la religión de Jesús no consiste en la observancia de unas normas legales, sino en el seguimiento y la adhesión a una persona. La estructura básica del cristianismo no es jurídica, sino personal. En cuanto que consiste en ser fiel a la relación fiel a Jesús.

 

Santa Engracia

 



 

Martirologio Romano: En Zaragoza, en la Hispania Tarraconense, España, santa Engracia, virgen y mártir, que sufrió duros suplicios, quedándole las llagas como testimonio de su martirio. († s.IV)

Etimológicamente: Engracia = Aquella que se encuentra en estado de gracia, es de origen latino.

 

Breve Biografía

 

Habían proliferado los cristianos en el Imperio al amparo de la menor presión de las leyes en tiempo de Galieno. Los había en el campo y más en las ciudades, se les conoce en el foro, se les ve entre los esclavos, en el ejército y en los mercados. Han contribuido otras causas a desparramar la fe de Cristo entre las gentes: el aburrimiento del culto a los vanos dioses paganos, el testimonio que dieron los mártires y que muchos vieron, la transmisión boca a boca de los creyentes y el buen ejemplo.

Diocleciano ha conseguido la unidad territorial, política y administrativa; quiere unificar también la religión y para ello debe hacer sucumbir la religión de Cristo frente a la del Estado. Da cuatro edictos al respecto y elige cuidadosamente a las personas que sean capaces de hacerlos cumplir. Daciano será quien siembre el territorio de España, bajando desde el noreste hasta el centro, con semillas de cristianos.

Engracia es la joven novia graciosa que viaja desde Braccara, en Galecia, hasta el Rosellón, en Francia, para reunirse con su amado. Dieciocho caballeros de la casa y familia la acompañan y le dan cortejo. Al llegar a Zaragoza y enterarse de las atrocidades que está haciendo el prefecto romano, se presenta espontáneamente ante Daciano para echarle en cara la crueldad, injusticia e insensatez con que trata a sus hermanos. Termina martirizada, con la ofrenda de su vida y la de sus compañeros.

Las actas del martirio - ¡qué pena que sean del siglo VII, tan tardías, y por ello con poco valor histórico!- describen los hechos martiriales con el esquema propio a que nos tienen acostumbrados en el que es difícil atreverse a separar qué cosa responde a la realidad y qué es producto imaginativo consecuencia de la piedad de los cristianos.

El diálogo entre la frágil doncella y el cruel mandatario aparece duro y claro; ella emplea razonamientos plenos de humanidad y firmes en la fe con los que asegura la injusticia cometida - hoy se invocarían los derechos humanos -, la existencia de un Dios único a quien sirve, la necedad de los dioses paganos y la disposición a sufrir hasta el fin por el Amado; él utiliza los recursos del castigo, la amenaza, la promesa y el regalo. En resumen, la pormenorizada y prolija descripción del tormento de la joven cuenta que primero es azotada luego sufre los horrores de ser atada a un caballo y arrastrada, le rajan el cuerpo con garfios, llegan a cortarle los pechos y le meten en su cuerpo un clavo; para que más sufra, no la rematan, la abandonan casi muerta sometida al indecible sufrimiento por las heridas hasta que muere. Los dieciocho acompañantes fueron degollados a las afueras de la ciudad.

Un siglo más tarde del glorioso lance cantó Prudencio en su Peristephanon las glorias de los innumerables mártires cesaraugustanos, nombró a los dieciocho sacrificados y a la joven virgen Engracia, invitando al pueblo a postrarse ante sus túmulos sagrados.

Engracia es la figura de la mártir que el pueblo, siempre sensible a la grandeza, ha sabido mirar con simpatía, la ha dorado con el mimo del agradecimiento, la bendice por su valentía, la compadece por sus sufrimientos y quisiera imitarla en su fidelidad.

 

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario