domingo, 27 de diciembre de 2015

Párate un momento: Evangelio del día 28 de Diciembre – LUNES - Octava de Navidad. Los Santos Inocentes, mártires.






28 de Diciembre – LUNES - 
Octava de Navidad.
 Los Santos Inocentes, mártires. 
  

Evangelio: Mt 2, 13-18

   Cuando se marcharon los magos, el ángel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo:
-«Levántate, coge al niño y a su madre y huye a Egipto; quédate allí hasta que yo te avise, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo”.
José se levantó, cogió al niño y a su madre, de noche, se fue a Egipto y se quedó hasta la muerte de Herodes. Así se cumplió lo que dijo el Señor por el profeta.
«Llamé a mi hijo, para que saliera de Egipto.»
Al verse burlado por los magos, Herodes montó en cólera y mandó matar a todos los niños de dos años para abajo, en Belén y sus alrededores, calculando el tiempo por lo que había averiguado de los magos.
Entonces se cumplió el oráculo del profeta Jeremías:
«Un grito se oye en Ramá, llanto y lamentos grandes; es Raquel que llora por sus hijos, y rehúsa el consuelo, porque ya no viven.»

1.- Todo el relato de los magos, que vinieron de tierras lejanas, como la crueldad de Herodes (y sus colaboradores los sacerdotes del Templo) no tiene valor histórico. Solo un punto ha de tomarse en serio: la tradición que indica la estancia de Jesús en Egipto, trabajó allí de adulto y aprendió la brujería, cosa que podría tener el núcleo de verdad, basada en el judaísmo tardío (los rabinos: Josué-ben-Peragchja (bSanh 107b) y Ben-Stada (bShab 104b); Cf. P. Billerbeck 1,84 s). Según Orígenes (Celso, 1,28-30), Jesús huyó de niño a Egipto y trabajó allí como jornalero (U, Luz).

2.- En todo caso, la Iglesia nos ha conservado una antiquísima tradición según la cual Jesús fue, desde su infancia, un emigrante “sospechoso”. Se sabe que la fuga a los desiertos de Egipto era, desde los lejanos tiempos de los faraones, la huida de los campesinos y otras gentes marginales a los desiertos, para escapar de la presión fiscal, del servicio militar o de otras obligaciones. Era, pues, un “estado de ilegalidad” (H. Henne; cf. M. Naldini; A. Piganio).

3.- Jesús, pues, fue desde su infancia un inmígrate, un perseguido, un indocumentado, que vivió la dureza de vida de los “excluidos”. Lo más espantoso es que, en el siglo XXI, en 2014, hemos asistido a un “año devastador” para millones de niños (UNICEF): 15 millones están atrapados por las guerras; 10.000 de ellos han sido secuestrados para luchar como soldados en los campos de batalla; más de 30.000 mueren cada día, victimas del hambre; miles de huérfanos por el ébola en Guinea, Liberia, Sierra Leona… ¡Esto es atroz! ¿Y sigue siendo nuestra preocupación mayor recuperar el bienestar y el lujo que ya no tenemos? ¿Creemos realmente en Jesús?

Los Santos Inocentes, mártires. 
Cada 28 de Diciembre se recuerda la matanza que ordenó el rey Herodes en Belén, para acabar con todos los niños menores de dos años y así liquidar al futuro Rey de Israel.La tradición popular lo ha convertido también en día de bromas, y la Iglesia aprovecha esta jornada para rezar por todos los niños asesinados inocentemente antes de nacer, en una "Eucaristía por la vida".
  
No se sabe de verdad cuántos fueron, pero la tradición establece que unos 30 niños menores de dos años murieron a manos de los soldados romanos.
El rey Herodes los mandó a matar, en un intento desesperado por asesinar al Mesías, al verse burlado por los Reyes Magos, que habían venido para saludar al recién nacido que sería el nuevo rey de los judíos.
Ellos le indicarían que lugar exacto estaba el Mesías. Pero, sospechando del rey Herodes, los magos se volvieron a sus tierras por otro camino. Loco de furia, Herodes mandó a matar a todos los niños menores de dos años de Belén y sus alrededores.
Desde entonces, la Iglesia Católica celebra cada 28 de diciembre la fiesta de los Santos Inocentes, para recordar esas crueles muertes de niños.
Y desde hace algunos años, la Iglesia Católica realiza también oficios especiales, para rezar por todos los niños que no han podido nacer y han muerto víctimas del aborto.
La tradición ha transformado este día también en el elegido para hacer "bromas inocentes".



sábado, 26 de diciembre de 2015

Párate un momento: Evangelio del día 27 de Diciembre Domingo Octava de Navidad. La Sagrada Familia: Jesús, María y José.






27 de Diciembre

Domingo Octava de Navidad.
La Sagrada Familia: Jesús, María y José.

Primera lectura del libro del Eclesiástico 3, 2-6. 12-14

Dios hace al padre más respetable que a los hijos y afirma la autoridad de la madre sobre su prole.
        El que honra a su padre expía sus pecados, el que respeta a su madre acumula tesoros; el que honra a su padre se alegrará de sus hijos y, cuando rece, será escuchado; el que respeta a su padre tendrá larga vida, al que honra a su madre el Señor lo escucha.
Hijo mío, sé constante en honrar a tu padre, no lo abandones mientras vivas; aunque chochee, ten indulgencia, no lo abochornes mientras vivas.
La limosna del padre no se olvidará, será tenida en cuenta para pagar tus pecados.
SALMO RESPONSORIAL 127, 1-2. 3. 4-5

R// Dichosos los que temen al Señor y   
     siguen sus caminos.

*       Dichoso el que teme al Señor y sigue sus caminos.
Comerás del fruto de tu trabajo, serás dichoso, te irá bien. R//

*       Tu mujer, como parra fecunda, en medio de tu casa;
tus hijos, como renuevos de olivo, alrededor de tu mesa. R//

*       Ésta es la bendición del hombre que teme al Señor.
Que el Señor te bendiga desde Sión,
que veas la prosperidad de Jerusalén todos los días de tu vida. R//

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Colosenses 3, 12-21

Hermanos:
Como elegidos de Dios, santos y amados, vestíos de la misericordia entrañable, bondad, humildad, dulzura, comprensión.
Sobre llevaos mutuamente y perdonaos, cuando alguno tenga quejas contra otro.
El Señor os ha perdonado: haced vosotros lo mismo.
Y por encima de todo esto, el amor, que es el ceñidor de la unidad consumada.
Que la paz de Cristo actúe de árbitro en vuestro corazón; a ella habéis sido convocados, en un solo cuerpo.
Y sed agradecidos. La palabra de Cristo habite entre vosotros en toda su riqueza; enseñaos unos a otros con toda sabiduría; corregíos mutuamente.
Cantad a Dios, dadle gracias de corazón, con salmos, himnos y cánticos inspirados. Y, todo lo que de palabra o de obra realicéis, sea todo en nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él.
Mujeres, vivid bajo la autoridad de vuestros maridos, como conviene en el Señor. Maridos, amad a vuestras mujeres, y no seáis ásperos con ellas. Hijos, obedeced a vuestros padres en todo, que eso le gusta al Señor. Padres, no exasperéis a vuestros hijos, no sea que pierdan los ánimos.

EVANGELIO
Los padres de Jesús lo encuentran en medio de los maestros

Lectura del santo evangelio según san Lucas 2, 41-52

Los padres de Jesús solían ir cada año a Jerusalén por las fiestas de Pascua.
Cuando Jesús cumplió doce años, subieron a la fiesta según la costumbre y, cuando terminó, se volvieron; pero el niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin que lo supieran sus padres.
Éstos, creyendo que estaba en la caravana, hicieron una jornada y se pusieron a buscarlo entre los parientes y conocidos; al no encontrarlo, se volvieron a Jerusalén en su busca.
A los tres días, lo encontraron en el templo, sentado en medio de los maestros, escuchándolos y haciéndoles preguntas; todos los que le oían quedaban asombrados de su talento y de las respuestas que daba.
Al verlo, se quedaron atónitos, y le dijo su madre:
- «Hijo, ¿por qué nos has tratado así? Mira que tu padre y yo te buscábamos angustiados.»
Él les contestó:
- « ¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que yo debía estar en la casa de mi Padre?»
Pero ellos no comprendieron lo que quería decir.
Él bajó con ellos a Nazaret y siguió bajo su autoridad.
Su madre conservaba todo esto en su corazón.
Y Jesús iba creciendo en sabiduría, en estatura y en gracia ante Dios y los hombres.

1.- Dos lecturas que encajan

     En una fiesta de la Sagrada Familia, esperamos que las lecturas nos animen a vivir nuestra vida familiar. Y así ocurre con las dos primeras.
     El libro del Eclesiástico insiste en el respeto que debe tener el hijo a su padre y a su madre; en una época en la que no existía la Seguridad Social, “honrar padre y madre” implicaba también la ayuda económica a los progenitores. Pero no se trata sólo de eso; hay también que soportar sus fallos con cariño, “aunque chocheen”.

            El que honra a su padre expía sus pecados, el que respeta a su madre acumula tesoros;Hijo mío, sé constante en honrar a tu padre, no lo abandones mientras vivas; aunque chochee, ten indulgencia, no lo abochornes mientras vivas. La limosna del padre no se olvidará, será tenida en cuenta para pagar tus pecados.”

     La carta a los Colosenses ha sido elegida por los consejos finales a las mujeres, los maridos, los hijos y los padres. En la cultura del siglo I debían resultar muy “progresistas”. Hoy día, el primero de ellos provoca la indignación de muchas personas: “Mujeres, vivid bajo la autoridad de vuestros maridos, como conviene en el Señor.” Cuando se conoce la historia de aquella época resulta más fácil comprender al autor.

2.-¿Un evangelio impropio?

     Después de los consejos anteriores, que animan a obedecer y respetar a los padres, lo que menos podíamos esperar es un evangelio en el que Jesús parece ofrecer un pésimo ejemplo de falta de respeto.
     No sólo el hecho de quedarse en el templo sin avisar, sino también la respuesta tan chulesca que da a María, le habrían merecido una bofetada en cualquier cultura anterior a la nuestra. Mal ejemplo para una fiesta de la familia. ¿Qué quiere decirnos Lucas con este extraño episodio que solo cuenta él?

     3.-Lo que quiere decir a María y de           María

     En el relato inmediatamente anterior se ha contado que Simeón, al tener a Jesús niño en sus brazos, además de hablar de su futuro anunció a María que una espada le atravesaría el alma. Jesús no iba a ser para ella puro motivo de alegría, sino también de angustia y preocupación. Saltando por alto doce años, la visita al templo le sirve a Lucas para ejemplificar esa espada que atravesaría a María durante toda su vida: sufrimiento y desconcierto (porque, aunque Jesús se explique, “ellos no comprendieron lo que quería decir”). Cuando hablamos de los sufrimientos de María, de sus “dolores”, pensamos casi siempre en la pasión y muerte de Jesús. Sin embargo, Jesús hizo sufrir a María toda su vida, no solo al final. La hizo sufrir con su actividad y sus palabras, que suscitaban la oposición y el rechazo de mucha gente y que terminarían provocando su muerte.

     4.- Lo que quiere decir de Jesús

     ¿Qué pensaba Jesús de sí mismo? ¿Era simplemente un buen israelita que, un día, acudió a que Juan lo bautizara y después tuvo la experiencia de que Dios le hablaba y le encomendaba una misión, como parece sugerir el comienzo del evangelio de Marcos? Lucas quiere corregir esta imagen. La estrechísima relación de Jesús con Dios no empieza en el bautismo, se da desde siempre.
     Este episodio se comprende mucho mejor si se recuerda la historia del profeta Samuel. Consagrado por su madre al templo, ha pasado toda su vida junto al sacerdote Elí. Hasta que, a los doce años (según Flavio Josefo), una noche Dios lo llama: “Samuel, Samuel”. Naturalmente, no puede imaginar que Dios lo llame y va corriendo junto al sacerdote Elí. Este le dice que no lo ha llamado, que vuelva a acostarse. Pero la escena se repite al pie de la letra, y el narrador se siente obligado a comentar: “Samuel no conocía todavía a Yahvé”. Lleva doce años en el templo, viviendo con el sumo sacerdote, asistiendo al culto, pero “no conocía todavía a Yahvé”. Jesús, en cambio, a los doce años, sabe perfectamente cuál es su relación con él: “¿No sabíais que yo debía estar en la casa de mi Padre?” Dios es su Padre, y ese conocimiento se lo ha comunicado ya a José y María con anterioridad. Estas palabras contrastan no solo con la ignorancia de Samuel sino también con lo que le ha dicho María: “Mira que tu padre y yo te buscábamos angustiados.” Para Jesús, su único Padre es Dios. Y su misión la ha recibido mucho antes del bautismo.
     Lucas, tan buen conocedor de la Escrituras, cuando dice que Jesús asombraba a todos los maestros con su sabiduría, es posible que esté aludiendo al Salmo 119: “Soy más docto que todos mis maestros porque medito tus preceptos. Soy más sagaz que los ancianos porque observo tus decretos” (vv.99-100). Aunque Jesús no pondrá nunca el acento en la letra de los preceptos y decretos, sino en la entrega plena a la voluntad de su Padre.

     5.- María y nosotros

     Lucas tiene especial interés en presentar a María como modelo del cristiano. Con pocas palabras (“He aquí la esclava del Señor”), con el silencio (como en el caso de los pastores y de Simeón) y, sobre todo, con su actitud de reflexionar y meditar todo lo que se relaciona con Jesús. María no es tan lista como los teólogos, y mucho menos que los obispos y papas. Ella no entiende muchas cosas. Jesús la desconcierta. Pero conoce el gran remedio para el desconcierto: la oración. Cuando estamos a punto de recomenzar el contacto con la actividad de Jesús, es muy bueno acordarnos de ella e intentar imitarla.




viernes, 25 de diciembre de 2015

Evangelio del día 26 de Diciembre – Sábado. Octava de Navidad.– SAN ESTEBAN, protomártir





26 de Diciembre
–  Sábado. Octava de Navidad.
SAN ESTEBAN, protomártir

  Evangelio: Mt 10, 17-22

     En aquel tiempo, dijo Jesús a sus apóstoles:
-«No os fiéis de la gente, porque os entregarán a los tribunales, os azotarán en las sinagogas y os harán comparecer ante gobernadores y reyes, por mi causa; así daréis testimonio ante ellos y ante los gentiles.
     Cuando os arresten, no os preocupéis de lo que vais a decir o de cómo lo diréis: en su momento se os sugerirá lo que tenéis que decir; no seréis vosotros los que habléis, el Espíritu de vuestro Padre hablará por vosotros.
Los hermanos entregarán a sus hermanos para que los maten, los padres a los hijos; se rebelarán los hijos contra sus padres, y los matarán.
    Todos os odiarán por mi nombre; el que persevere hasta el final se salvará.»

1.- Es importante darse cuenta de que la primera fiesta, que celebra la liturgia cristiana inmediatamente después del nacimiento de Jesús, es el recuerdo del martirio de Esteban. ¿Por qué, en cuanto Jesús aparece en la historia, lo primero que recordamos es un asesinato brutal?

2.- Según cuenta Lucas, en los Hechos de los apóstoles, Esteban era un hombre “lleno de fe y de Espíritu Santo” (Hech. 6,5) “lleno de gracia” (Hech. 7,48; cf. Is. 66,1 ss) (B.Wander; J. D. G. Dunn). Lo que, en definitiva, era oponerse al sistema religioso del judaísmo de entonces, que tenía su centro en el Templo, con sus sacerdotes y sus ritos de sacrificios y observancias sagradas. La peor de las blasfemias (Josefo, Bell 2,145), para la religión tradicional.

3.- Así pues, el recuerdo del martirio de Esteban es el primer eslabón de la larga cadena de hombres y mujeres que, en la ya larga historia cristiana, se han dado cuenta de que la religión de aquel Jesús, que nació en un establo y murió colgado como un subversivo, no puede ser la prolongación (con otras creencias y otros rituales) de algo que, a fin de cuentas, viene a ser lo mismo. No. La religión del poder sagrado, con sus templos, sus altares y sus sacerdotes, quedó sepultada en el estiércol del establo en que vino al mundo Jesús. Como quedo desautorizada al quedar desautorizado el mismo Jesús cuando agonizó en la cruz. La religión de los cristianos consiste en renovar constantemente, con nuestra forma de vivir, lo que se inició en el pesebre del nacimiento de Jesús.

SAN ESTEBAN, protomártir

Esteban fue el primer mártir, el primero que entregó su vida por profesar a Cristo. Por eso, lo recordamos en este tiempo en que iniciamos el año litúrgico. Esteban era diácono, servicio para el que fue elegido al ser un hombre lleno de fe y del Espíritu Santo. Al igual que Jesús, él sufrió a causa de los jefes religiosos que no aceptaron el Evangelio y tenían poder para darle muerte. Su martirio ocurrió en el año 36 d.C.
A San Esteban se le llama "protomártir" porque fue el primer mártir de toda la historia católica. San Esteban era uno de los hombres de confianza de los apóstoles; habló y defendió muy bien a Jesús, que entre los judíos generó cierto desconcierto. Por tal razón, la tradición señala que fue llevado ante el Tribunal Supremo de la Nación, el Sanedrín, para ser acusado con falsos testigos, los cuales argumentaron que Esteban afirmaba que Jesús iba a destruir el templo y a acabar con las leyes de Moisés.
Sin embargo, el santo no se atemorizó, y por el contrario, pronunció un impresionante discurso en el cual fue recordando toda la historia del pueblo de Israel (Hechos 7) y a través del cual exhortó a los judíos a rectificar, reprendiéndolos por haber llegado al extremo de no sólo no reconocer al Salvador, sino de haberlo además crucificado.
Llenos de ira, éstos lo arrastraron fuera de la ciudad y lo apedrearon.
Los que lo apedreaban dejaron sus vestidos junto a un joven llamado Saulo (el futuro San Pablo que se convertirá por las oraciones de este mártir) y que aprobaba aquel delito. Mientras lo apedreaban, Esteban decía: "Señor Jesús, recibe mi espíritu". Y de rodillas dijo con fuerte voz: "Señor, no les tengas en cuenta este pecado". Y diciendo esto, murió.
Los cristianos lo rescataron y dieron a su cuerpo digna sepultura.



jueves, 24 de diciembre de 2015

Párate un momento: Evangelio del día 25 de Diciembre – VIERNES – NATIVIDAD DEL SEÑOR






25 de Diciembre – VIERNES –
NATIVIDAD DEL SEÑOR

MISA DE LA NOCHE

1ª Lectura    Is 9, 1-6

El pueblo que caminaba en las tinieblas ha visto una gran luz; sobre los que habitaban en el país de la oscuridad ha brillado una luz. Tú has multiplicado la alegría, has acrecentado el gozo; ellos se regocijan en tu presencia, como se goza en la cosecha, como cuando reina la alegría por el reparto del botín. Porque el yugo que pesaba sobre él, la barra sobre su espalda y el palo de su carcelero, todo eso lo has destrozado como en el día de Madián. Porque las botas usadas en la refriega y las túnicas manchadas de sangre, serán presa de las llamas, pasto del fuego. Porque un niño nos ha nacido, un hijo nos ha sido dado. La soberanía reposa sobre sus hombros y se le da por nombre: “Consejero maravilloso, Dios fuerte, Padre para siempre, príncipe de la paz”. Su soberanía será grande, y habrá una paz sin fin para el trono de David y para su reino; él lo establecerá y lo sostendrá por el derecho y la justicia, desde ahora y para siempre. El celo del Señor de los ejércitos hará todo esto.

Sal 95, 1-3. 11-13
R// Hoy nos ha nacido un salvador: el  
      Mesías, el Señor.
    Canten al Señor un canto nuevo, cante al Señor toda la tierra; canten al Señor, bendigan su nombre. R//
    Día tras día, proclamen su victoria, anuncien su gloria entre las naciones, y sus maravillas entre los pueblos. R//
    Alégrese el cielo y exulte la tierra, resuene el mar y todo lo que hay en él; regocíjese el campo con todos sus frutos, griten de gozo los árboles del bosque. R//
    Griten de gozo delante del Señor, porque él viene a gobernar la tierra: él gobernará al mundo con justicia, y a los pueblos con su verdad. R//

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a Tito. 2,11-14

La gracia de Dios, que es fuente de salvación para todos los hombres, se ha manifestado. Ella nos enseña a rechazar la impiedad y los deseos mundanos, para vivir en la vida presente con sobriedad, justicia y piedad, mientras aguardamos la feliz esperanza y la manifestación de la gloria de nuestro gran Dios y salvador, Cristo Jesús. Él se entregó por nosotros, a fin de librarnos de toda iniquidad, purificarnos y crear para sí un pueblo elegido y lleno de celo en la práctica del bien.

Aleluya        Lc 2, 10-11
Aleluya. Les traigo una buena noticia, una gran alegría: hoy les ha nacido un salvador, el Mesías, el Señor. Aleluya.
Evangelio     Lc 2, 1-14

Apareció un decreto del emperador Augusto, ordenando que se realizara un censo en todo el mundo. Este primer censo tuvo lugar cuando Quirino gobernaba la Siria. Y cada uno iba a inscribirse a su ciudad de origen. José, que pertenecía a la familia de David, salió de Nazaret, ciudad de Galilea, y se dirigió a Belén de Judea, la ciudad de David, para inscribirse con María, su esposa, que estaba embarazada. Mientras se encontraban en Belén, le llegó el tiempo de ser madre; y María dio a luz a su Hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque donde se alojaban no había lugar para ellos. En esa región acampaban unos pastores, que vigilaban por turno sus rebaños durante la noche. De pronto, se les apareció el ángel del Señor y la gloria del Señor los envolvió con su luz. Ellos sintieron un gran temor, pero el ángel les dijo: “No teman, porque les traigo una buena noticia, una gran alegría para todo el pueblo: Hoy, en la ciudad de David, les ha nacido un salvador, que es el Mesías, el Señor. Y esto les servirá de señal: encontrarán a un niño recién nacido envuelto en pañales y acostado en un pesebre”. Y junto con el ángel, apareció de pronto una multitud del ejército celestial, que alababa a Dios, diciendo: “¡Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz a los hombres amados por él!”.

1.- La liturgia católica celebra tres misas el día de Navidad: la de la noche, la del alba y la del día. En las dos primeras se lee el evangelio de Lucas; en la tercera, el prólogo de Juan. Ya que el prólogo vuelve a leerse en el segundo domingo después de Navidad, me limito a las lecturas de Lucas. La de la noche recuerda el nacimiento de Jesús y el anuncio del ángel a los pastores; la de la aurora, la visita de los pastores al niño.

2.-¿Pasó desapercibido el nacimiento de Jesús?
Desde un punto de vista histórico, el nacimiento de Jesús debió de pasar totalmente desapercibido fuera del ámbito familiar y de las amistades más cercanas. Como ocurre con el nacimiento de cualquier niño en un pueblecito pequeño.
Sin embargo, cuando se escriben los evangelios, unos cuarenta años después de su muerte, Jesús no es para sus seguidores un hombre cualquiera: es el Mesías prometido, el salvador, el enviado de Dios, el camino la verdad y la vida… De acuerdo con la mentalidad de algunos historiadores paganos de la época, el nacimiento de un personaje excepcional no puede pasar desapercibido. Suetonio habla de los prodigios ocurridos en el cielo cuando nace un futuro emperador romano. Algo parecido ocurre en los evangelios de Mateo y Lucas. Ellos quieren indicarnos la importancia que tuvo el nacimiento de Jesús. Pero lo hacen con dos puntos de vista muy distintos.

Mateo, admirado de que Jesús esté teniendo tanto éxito entre los paganos, mientras su propio pueblo no lo acepta mayoritariamente, retrotrae ese contraste a la venida de los magos de oriente, que realizan un largo viaje para adorar al Mesías, mientras Herodes, los sacerdotes y los escribas, que saben dónde tenía que nacer y estaban a solo nueve kilómetros de distancia, no dan un paso en su busca, e incluso intentan matarlo.

Lucas elige un enfoque muy distinto: quiere indicar desde el primer momento que el cristianismo no es una religión para intelectuales, poderosos y ricos. Y toma como punto de partida a un grupo de pastores, de vida muy dura (pasan la noche a la intemperie, vigilando el rebaño) y odiados por los campesinos. Ellos no ven una estrella, como los magos de Mateo, se les aparece un ángel y les transmite un mensaje desconcertante: ha nacido el Mesías, pero no está en un palacio, sino acostado en un pesebre.

3.-Al lector moderno, la aparición del ángel y la posterior aparición de una legión del ejército celeste cantando “Gloria a Dios en el cielo…” le resulta más cercana a un cuento de Navidad que a la realidad histórica. Pero hace veinte siglos la forma de contar era distinta, y para Lucas esta es la mejor forma de sugerir que el nacimiento de Jesús es algo maravilloso.

El ejemplo de los pastores. En la misa de la aurora el protagonismo es por completo de los pastores. Hablan entre ellos, cuentan lo dicho por el ángel, se vuelven alabando a Dios. María y José no dicen una palabra. Pero lo más admirable es el comentario de Lucas: “Los pastores se volvieron dando gloria y alabanza a Dios por lo que habían visto y oído; todo como les habían dicho”. ¿Qué han visto y oído? Oído, nada. Visto, un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre.

Las casas populares de la época tenían a menudo una habitación amplia, en la que se guardaban los animales por la noche, y otra en la que dormía la familia. Cuando la casa tenía dos plantas, en la de abajo quedaban los animales y en la de arriba las personas. La posada de la que habla Lucas debía ser algo parecido. Y el evangelista sugiere que María, por ser pobre, tuvo que dar a luz junto a los animales y acostar a su hijo en un pesebre. La escena no difiere mucho de las que observamos a menudo en televisión a propósito de familias emigrantes. A todos nos inspiran compasión, todos pensamos: “No hay derecho a que esta pobre gente padezca esta situación inhumana”. Sin embargo, la reacción de los pastores es muy distinta: se vuelven dando gloria y alabanza a Dios por lo que han visto y oído. ¿Son tontos los pastores? ¿Son insensibles ante las necesidades ajenas?

       En la obra de Lucas (Evangelio y Hechos de los apóstoles) los pastores son los primeros misioneros. Adviértase la curiosa frase: “Todos los que lo oían se admiraban de lo que decían los pastores”, sugiriendo que tenían un auditorio mucho más amplio que el de José y María. Y estos misioneros anuncian, como los ángeles, una inmensa alegría, pero en medio de la mayor debilidad y pobreza. Algo muy difícil de entender y de creer. Por eso, Lucas nos propone también el ejemplo de María, que “conservaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón”.



miércoles, 23 de diciembre de 2015





24 de Diciembre – JUEVES –
IVª – Semana de Adviento
Santos Ascendientes de Jesús


      Evangelio: Lc. 1,67-79

      En aquel tiempo, Zacarías, padre de Juan, lleno del Espíritu Santo, profetizó diciendo: «Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque ha visitado y redimido a su pueblo, suscitándonos una fuerza de salvación en la casa de David, su siervo, según lo había predicho desde antiguo por boca de sus santos profetas. Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos y de la mano de todos los que nos odian; realizando la misericordia que tuvo con nuestros padres, recordando su santa alianza y el juramento que juró a nuestro padre Abrahán. Para concedernos que, libres de temor, arrancados de la mano de los enemigos, le sirvamos con santidad y justicia, en su presencia, todos nuestros días. Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo, porque irás delante del Señor a preparar sus caminos, anunciando a su pueblo la salvación, el perdón de sus pecados. Por la entrañable misericordia de nuestro Dios, nos visitará el sol que nace de lo alto, para iluminar a los que viven en tinieblas y en sombra de muerte, para guiar nuestros pasos por el camino de la paz.»

1.- Este himno, en boca de un sacerdote judío y en vísperas del nacimiento de Jesús, expresa sin duda alguna un sentimiento que, en su contenido central, tendríamos que hacer nuestro, si es que de verdad queremos salir de la crisis tan profunda que estamos viviendo. Porque el sentimiento, del que aquí hablamos, representa la fuerza que se transforma, en cada uno de nosotros, en la “convicción” que más necesitamos en el momento histórico que estamos viviendo. Un momento de transformación histórica, que esta cambiando la historia, la sociedad y la vida entera.

2.- ¿Qué significa todo esto? ¿Qué nos viene a decir? Está claro que ni la economía, ni la política, ni la ciencia, ni la tecnología, es decir, los saberes humanos por sí mismos y por sí solos, no nos van a sacar de esta situación. Al contrario, la impresión que tenemos es que estamos metidos en una pendiente, cuesta abajo, que nos lleva a un precipicio sin fondo. ¿Dónde y cómo encontrar una “solución” (“salvación”)?

3.- Hay un hecho patente: ante grandes sectores de la población, lo de Dios y de la Religión cada día pinta menos y representa menos en nuestras vidas. Pues bien, estando así las cosas, lo que más necesitamos en este momento es “la fuerza de salvación” Lc.1,69. Es decir, una fuerza que sea capaz de reordenar la economía, la política, la administración de justicia, la cultura, la sanidad, las instituciones en genera. Está visto que, con el sistema que tenemos, no salimos adelante. La fuerza de Jesús, tal como se nos muestra y la palpamos en el Evangelio, es lo que nos podrá sacar adelante. A nosotros y, sobre todo, a los que se ven peor tratados por este sistema canalla.

Santos Ascendientes de Jesús

Conmemoración de todos los santos antepasados de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abrahán, hijo de Adán, es decir, los padres que agradaron a Dios y fueron hallados justos, los cuales murieron en la fe sin haber recibido las promesas, pero percibiéndolas y saludándolas, y de los que nació Cristo según la carne, que es Dios bendito sobre todas las cosas y por todos los siglos.
Aunque en la noticia breve del Martirologio se mencionan a Adán, a Abraham y a David, la celebración de hoy no debe individualizar a ninguno de ellos; de hecho, Abraham tiene su conmemoración (el 9 de octubre), y David la propia (el 29 de diciembre). De lo que trata la memoria de hoy, más que de nombres individuales es de la pertenencia de Jesús a una tradición concreta, a una humanidad que no existe de otro modo más que en la forma de pueblos particulares, con costumbres particulares. Jesús nació en el seno del pueblo judío, y eso -nos dice el Evangelio y lo refresca la conmemoración de hoy- no es fruto de una casualidad histórica, sino un hecho de Providencia: la humanidad de Jesús viene preparada desde los primeros padres de la humanidad, desde los primeros padres del pueblo elegido, desde los primeros representantes del reinado de Dios en Israel.
Es verdad que las dos listas genealógicas de Jesús que nos muestra el Nuevo Testamento, la de San Mateo (1,1-17) y la de San Lucas (3,23-38), no concuerdan entre sí; mucho se ha escrito sobre ello -cosas atinadas y cosas que no- pero lo que no debemos perder de vista es que esas genealogías, más que pretender informarnos de una cadena genealógica en muchos aspectos imposible de rastrear, nos quieren enseñar, como evangelio que son, a dirigir nuestra mirada a la historia como «plan» de Dios, a que acostumbremos nuestra mirada a que incluso lo aparentemente casual, en realidad despliega en el mundo de manera inexorable una «intención de Dios», y que esa intención es siempre intención de salvación.


martes, 22 de diciembre de 2015

Párate un momento: Evangelio del día 23 de Diciembre – MIÉRCOLES – IVª – Semana de Adviento – San Juan de Kety, presbítero




23 de Diciembre – MIÉRCOLES –
IVª – Semana de Adviento –
San Juan de Kety, presbítero

Evangelio: Lc 1,57-66


A Isabel se le cumplió el tiempo del parto y dio a luz un hijo. Se enteraron sus vecinos y parientes de que el Señor le había hecho una gran misericordia, y la felicitaban.
A los ocho días fueron a circuncidar al niño, y lo llamaban Zacarías, como a su padre. La madre intervino diciendo:
- «¡No! Se va a llamar Juan.»
Le replicaron:
-«Ninguno de tus parientes se llama así.»
Entonces preguntaban por señas al padre cómo quería que se llamase. Él pidió una tablilla y escribió: «Juan es su nombre.»
Todos se quedaron extrañados.
Inmediatamente se le soltó la boca y la lengua, y empezó a hablar bendiciendo a Dios.
Los vecinos quedaron sobrecogidos, y corrió la noticia por toda la montaña de Judea. Y todos los que lo oían reflexionaban diciendo:
- «¿Qué va a ser este niño?»
Porque la mano del Señor estaba con él.

     1.- En vísperas de Navidad, cuando recordamos la entrada de Jesús en la historia humana, los cristianos recordamos el momento en el que al precursor de Jesús (el que preparó y anunció el comienzo de la actividad pública de Jesús) se le impuso el nombre que le tenía que distinguir. Lo cual es importante. En nuestra cultura actual lo que interesa de un nombre es que nos guste o que tenga alguna relación con la familia. En la cultura de Israel, expresa la identidad y la misión que el portador de ese nombre había de tener en la vida.

     2.- El nombre “Juan” viene del hebreo “yóhánán” (2Re. 25,23; Jer. 40,8ss; Neh. 13,22ss) y significa: “Yahvé es clemente” (H. Thyen). Por tanto, la identidad del que prepara el camino de Jesús, y su presencia en la sociedad de los humanos, nos viene a decir que, en la vida y la actividad de Jesús, lo que se va a manifestar es que Dios se define y se entiende como “el Dios de la misericordia”.

     3.- Es determinante tener esto muy claro y muy firme. Porque según es el Dios en el que cada cual cree, así es la religiosidad que vive. Y así es, sobre todo, la ética con que distingue su vida y su conducta. Un Dios rigorista y amenazante, produce una experiencia personal de miedo y de defensa, que centra al sujeto en sí mismo. Dios en el que creemos se define por la misericordia, la clemencia, la bondad, nos contagia esos sentimientos y la conducta que generan en quienes creen en ese Dios-Misericordia.

San Juan de Kety, presbítero

Nace en Kanty, cerca de Auschwitz, Polonia (al oeste de Cracovia)
Sus compañeros de estudio le criticaban por ayunar y abstenerse de comer carne . Le decían que estaba dañando su salud . El respondía que los monjes ayunaban y se abstenían de carne y muchas veces y llegaban hasta los ochenta años con salud física y mental.
En una ocasión regaló su almuerzo a un hombre hambriento que vio junto a la puerta. Sintió entonces una alegría tan grande al recordar que quien atiende al pobre, atiende a Cristo, que cuando llegó a ser profesor de la universidad, todos los días le dará almuerzo a un pobre. Cuando alguien le decía: "Ya viene el pobre", él añadía: "Ya viene Jesucristo", porque recordaba lo que dijo Jesús: "Yo les diré: tuve hambre y me dieron de comer. Porque todo favor que han hecho a cualquiera de estos mis humildes hermanos, yo lo recibo como si me lo hubieran hecho a Mí en persona" (Mt. 25, 40).
Siendo joven sacerdote lo nombraron profesor de la universidad. Pero unos envidiosos hicieron que lo nombraran como párroco lejos de la universidad. Allá se hizo querer tanto, que el día que lo trasladaron otra vez hacia la capital, centenares de feligreses lo acompañaron por varios kilómetros, dando grandes demostraciones de tristeza. Él se despidió de ellos con estas palabras: "La tristeza no es provechosa. Si algún bien les he hecho en estos años canten un himno de acción de gracias a Dios, pero vivan siempre alegres y contentos, que así lo quiere Dios".
Nuevamente lo nombraron profesor de la Universidad de Cracovia (Polonia) y durante muchos años enseñó Sagrada Escritura.
Los ratos libres los dedicaba a visitar pobres y enfermos. Lo que ganaba estaba a disposición de los pobres de la ciudad, que muchas veces lo dejaron en la ruina.
En las discusiones repetía lo que decía San Agustín: "Combatimos el pecado pero amamos al pecador. Atacamos el error, pero no queremos violencia contra nadie, la violencia siempre hace daño, en cambio la paciencia y la bondad abren las puertas de los corazones".
Cuando predicaba acerca del pecado lloraba al recordar la ingratitud de los pecadores hacia Dios, y la gente al verlo llorar se conmovía y cambiaba de conducta.
A sus alumnos les repetía estos consejos: "Cuídense de ofender, que después es difícil hacer olvidar la ofensa. Eviten murmurar, porque después resulta muy difícil devolver la fama que se ha quitado".
Sus alumnos y sus beneficiados recordaron con gratitud su nombre por muchos años. Fueron centenares los sacerdotes formados espiritualmente por él. La gente lo llamaba: "el padre de los pobres".
E l 24 de diciembre de 1473, rodeado por sus amados profesores de la universidad, después de recibir los santos sacramentos, murió santamente.
En su sepulcro se obraron tantos milagros y por su intercesión se consiguieron tan admirables favores, que el Sumo Pontífice lo declaró santo.




lunes, 21 de diciembre de 2015

Párate un momento: Evangelio del día 22 de Diciembre - MARTES – IVª – Semana de Adviento. San Demetrio: mártir





22 de Diciembre  - MARTES –
IVª – Semana de Adviento.
San Demetrio: mártir

Evangelio: Lc 1, 46-56

En aquel tiempo, María dijo:
- «Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador; porque ha mirado la humillación de su esclava. Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí: su nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación. Él hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos. Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia - como lo había prometido a nuestros padres - en favor de Abrahán y su descendencia por siempre.»
María se quedó con Isabel unos tres meses y después volvió a su casa.

     1.- Los ministros de la Iglesia (desde diáconos a obispos), innumerables religiosos y monjas, así como cantidad de laicos, devotos, rezan a diario el Magníficat. Y es frecuente que lo recen con fervor (en el mejor de los casos), pero seguramente sin darse cuenta de que al repetir rutinariamente este himno, no toman conciencia de que en realidad están recordando uno de los textos más revolucionarios que podemos encontrar en los evangelios.

     2.- Se trata de un texto revolucionario, ante todo, porque trastorna por completo la imagen candorosa y dulce que muchos devotos de la Virgen María tienen de lo que fue y cómo pensaba la Madre de Jesús. Ella, en efecto, se consideraba a sí misma como una mujer marcada por lo que en griego se veía como la “tapeínosis” (Lc. 1,48), que representaba lo más bajo en la escala social y económica (F. Bovon, R. Leivestad). No se expresa, pues, aquí la condición “espiritual” de María, sino su pertenencia a un status “social”.  La madre de Jesús era pobre, marginal, socialmente poco valorada, sin duda despreciada como lo eran los campesinos galileos de aquel tiempo.

     3.- En el Magníficat (Lc. 1,52-53), el Evangelio afirma con fuerza los peligros que entrañan “el poder y la propiedad”. Si el Evangelio pone en el centro de su mensaje el “reinado de Dios” (tema del que se habla más de 120 veces en los evangelios) Cf. W. Trilling), es evidente que ese Dios, que quiere ser el Dios que reina en esta humanidad rota y destrozada por el poder y por el dinero, tiene que destruir los tronos de los poderosos y acabar con las riquezas de los que acumulan lo que otros necesitan para no morirse de hambre. Si Dios no hace eso, no es Dios. (cf. Eclo. 10,14) (J. Ernst).

San Demetrio: mártir

Demetrio, que era probablemente diácono, sufrió el martirio en Sirmium (la actual Mitrovic, en Serbia) en fecha desconocida. Leoncio, prefecto de Iliria, construyó en el siglo V dos iglesias en honor de san Demetrio: una en Sirmium y la otra en Tesalónica (actual Salónica, en Grecia). Alrededor del año 418, las reliquias de san Demetrio fueron depositadas en la iglesia de Tesalónica, que se convirtió desde entonces en el gran centro del culto al santo. Demetrio fue nombrado patrono y protector de la región. Los peregrinos acudían en grandes multitudes al santuario, pues de las reliquias fluía un aceite de propiedades maravillosas; por ello se dieron al santo los nombres de «Myrobletes» (hacedor de milagros) y «Megalomartyr» (gran mártir). La iglesia de Tesalónica fue incendiada en 1917.
Según una leyenda salonicense, san Demetrio, que era originario de dicha ciudad, fue arrestado por predicar el Evangelio. Sin que precediese juicio alguno, fue asesinado en los baños públicos, donde se le había encarcelado. El relato más antiguo, que no es anterior al siglo VI, afirma que fue el propio emperador Maximiniano quien, en un arrebato de cólera provocado por el hecho de que su gladiador favorito había sido vencido por el inexperto Néstor, dio la orden de asesinar al mártir. Otros relatos posteriores hacen del diácono de Sirmium (si es que fue diácono) un procónsul y un santo guerrero, cuya fama como tal sólo cede a la de san Jorge. Los cruzados, que consideraban como patronos a los dos santos, pretendían haberlos visto luchar a su lado en la batalla de Antioquía de 1098, junto con san Mercurio. El san Demetrio de la leyenda popular es una figura puramente imaginaria. Como sucedió en los casos de san Procopio, san Menas, san Mercurio y otros, la imaginación popular transformó gradualmente a un mártir genuino, de cuya vida se sabía muy poco, en un guerrero de Cristo y en un mártir militar, e hizo de él el patrono y modelo de los soldados y de los caballeros. La fiesta de san Demetrio se celebra con gran solemnidad en todo el Oriente el 26 de octubre, y su nombre figura en la preparación de la liturgia eucarística bizantina. En la liturgia de occidente el 22 de diciembre.