28 de Diciembre –
LUNES -
Octava de
Navidad.
Los Santos Inocentes, mártires.
Evangelio: Mt 2, 13-18
Cuando se
marcharon los magos, el ángel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo:
-«Levántate,
coge al niño y a su madre y huye a Egipto; quédate allí hasta que yo te avise,
porque Herodes va a buscar al niño para matarlo”.
José
se levantó, cogió al niño y a su madre, de noche, se fue a Egipto y se quedó
hasta la muerte de Herodes. Así se cumplió lo que dijo el Señor por el profeta.
«Llamé
a mi hijo, para que saliera de Egipto.»
Al
verse burlado por los magos, Herodes montó en cólera y mandó matar a todos los
niños de dos años para abajo, en Belén y sus alrededores, calculando el tiempo
por lo que había averiguado de los magos.
Entonces
se cumplió el oráculo del profeta Jeremías:
«Un
grito se oye en Ramá, llanto y lamentos grandes; es Raquel que llora por sus
hijos, y rehúsa el consuelo, porque ya no viven.»
1.-
Todo el relato de los magos, que vinieron de tierras lejanas, como la crueldad
de Herodes (y sus colaboradores los sacerdotes del Templo) no tiene valor
histórico. Solo un punto ha de tomarse en serio: la tradición que indica la
estancia de Jesús en Egipto, trabajó allí de adulto y aprendió la brujería,
cosa que podría tener el núcleo de verdad, basada en el judaísmo tardío (los
rabinos: Josué-ben-Peragchja (bSanh 107b) y Ben-Stada (bShab 104b); Cf. P.
Billerbeck 1,84 s). Según Orígenes (Celso, 1,28-30), Jesús huyó de niño a
Egipto y trabajó allí como jornalero (U, Luz).
2.-
En todo caso, la Iglesia nos ha conservado una antiquísima tradición según la
cual Jesús fue, desde su infancia, un emigrante “sospechoso”. Se sabe que la
fuga a los desiertos de Egipto era, desde los lejanos tiempos de los faraones,
la huida de los campesinos y otras gentes marginales a los desiertos, para
escapar de la presión fiscal, del servicio militar o de otras obligaciones.
Era, pues, un “estado de ilegalidad” (H. Henne; cf. M. Naldini; A. Piganio).
3.-
Jesús, pues, fue desde su infancia un inmígrate, un perseguido, un
indocumentado, que vivió la dureza de vida de los “excluidos”. Lo más espantoso
es que, en el siglo XXI, en 2014, hemos asistido a un “año devastador” para
millones de niños (UNICEF): 15 millones están atrapados por las guerras; 10.000
de ellos han sido secuestrados para luchar como soldados en los campos de
batalla; más de 30.000 mueren cada día, victimas del hambre; miles de huérfanos
por el ébola en Guinea, Liberia, Sierra Leona… ¡Esto es atroz! ¿Y sigue siendo
nuestra preocupación mayor recuperar el bienestar y el lujo que ya no tenemos?
¿Creemos realmente en Jesús?
Los Santos
Inocentes, mártires.
Cada 28 de Diciembre se recuerda la matanza que
ordenó el rey Herodes en Belén, para acabar con todos los niños menores de dos
años y así liquidar al futuro Rey de Israel.La tradición
popular lo ha convertido también en día de bromas, y la Iglesia aprovecha esta
jornada para rezar por todos los niños asesinados inocentemente antes de nacer,
en una "Eucaristía por la vida".
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No se sabe de verdad
cuántos fueron, pero la tradición establece que unos 30 niños menores de dos
años murieron a manos de los soldados romanos.
El rey Herodes los
mandó a matar, en un intento desesperado por asesinar al Mesías, al verse
burlado por los Reyes Magos, que habían venido para saludar al recién nacido
que sería el nuevo rey de los judíos.
Ellos le indicarían que
lugar exacto estaba el Mesías. Pero, sospechando del rey Herodes, los magos se
volvieron a sus tierras por otro camino. Loco de furia, Herodes mandó a matar a
todos los niños menores de dos años de Belén y sus alrededores.
Desde entonces, la
Iglesia Católica celebra cada 28 de diciembre la fiesta de los Santos
Inocentes, para recordar esas crueles muertes de niños.
Y desde hace algunos
años, la Iglesia Católica realiza también oficios especiales, para rezar por
todos los niños que no han podido nacer y han muerto víctimas del aborto.
La tradición ha
transformado este día también en el elegido para hacer "bromas
inocentes".
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