28 de Julio – Sábado –
16ª – Semana de T. O. – B
–
Lectura del libro de Jeremías (7,1-11):
Palabra
del Señor que recibió Jeremías:
«Ponte a la puerta del templo, y grita allí esta palabra:
"¡Escucha, Judá, la palabra del Señor, los que entráis por esas puertas
para adorar al Señor! Así dice el Señor de los ejércitos, Dios de Israel:
Enmendad vuestra conducta y vuestras acciones, y habitaré con vosotros en este
lugar.
No os creáis seguros con palabras engañosas, repitiendo: 'Es el
templo del Señor, el templo del Señor, el templo del Señor.' Si enmendáis
vuestra conducta y vuestras acciones, si juzgáis rectamente entre un hombre y
su prójimo, si no explotáis al forastero, al huérfano y a la viuda, si no
derramáis sangre inocente en este lugar, si no seguís a dioses extranjeros,
para vuestro mal, entonces habitaré con vosotros en este lugar, en la tierra
que di a vuestros padres, desde hace tanto tiempo y para siempre.
Mirad: Vosotros os fiais de palabras engañosas que no sirven de
nada. ¿De modo que robáis, matáis, adulteráis, juráis en falso, quemáis
incienso a Baal, seguís a dioses extranjeros y desconocidos, y después entráis
a presentaros ante mí en este templo, que lleva mi nombre, y os decís: 'Estamos
salvos', para seguir cometiendo esas abominaciones? ¿Creéis que es una cueva de
bandidos este templo que lleva mi nombre? Atención, que yo lo he visto."»
Oráculo del Señor.
Palabra de Dios
Salmo: 83,3.4.5-6a.8a.11
R/. ¡Qué deseables son tus moradas, Señor de los ejércitos!
Mi alma se
consume y anhela
los
atrios del Señor, mi corazón
y mi
carne retozan por el Dios vivo. R/.
Hasta el
gorrión ha encontrado una casa;
y la
golondrina, un nido
donde
colocar sus polluelos:
tus
altares, Señor de los ejércitos,
Rey mío y
Dios mío. R/.
Dichosos
los que viven en tu casa,
alabándote
siempre.
Dichosos
los que encuentran en ti su fuerza;
caminan
de baluarte en baluarte. R/.
Vale más
un día en tus atrios
que mil
en mi casa, y prefiero
el umbral
de la casa de Dios
a vivir
con los malvados. R/.
Lectura del santo evangelio según san Mateo (13,24-30):
En aquel
tiempo, Jesús propuso otra parábola a la gente:
«El reino de los cielos se parece a un hombre que sembró buena
semilla en su campo; pero, mientras la gente dormía, su enemigo fue y sembró
cizaña en medio del trigo y se marchó. Cuando empezaba a verdear y se formaba
la espiga apareció también la cizaña.
Entonces fueron los criados a decirle al amo:
"Señor, ¿no sembraste buena semilla en tu campo? ¿De dónde
sale la cizaña?"
Él les dijo:
"Un enemigo lo ha hecho."
Los criados le preguntaron:
"¿Quieres que vayamos a arrancarla?"
Pero él les respondió:
"No, que, al arrancar la cizaña, podríais arrancar también
el trigo.
Dejadlos crecer juntos hasta la siega y, cuando llegue la siega,
diré a los segadores: Arrancad primero la cizaña y atadla en gavillas para
quemarla, y el trigo almacenadlo en mi granero.»
Palabra del Señor
1. Esta
parábola nos presenta una realidad tan conocida como tan escasamente reconocida
en la realidad de la vida. En este
relato simbólico, Jesús
hace
mención de varias cosas, que estamos cansados de verlas y sufrirlas a diario:
1) En la vida existen
juntamente el bien y el mal.
2) El bien y el mal
están mezclados por todas partes.
3) El bien y el mal no
son fáciles de distinguir, ni es fácil separarlos.
4) Todos tenemos la
inclinación, casi instintiva, a querer arrancar de raíz el mal.
5) Pero existe, en este
asunto tan importante, el peligro enorme de arrancar el bien, cuando pensamos
que estamos acabando con el mal.
6) Por eso, Jesús dice
que no debemos ir por la vida intentando acabar con el mal, porque podemos equivocarnos hasta tal punto,
que arranquemos el trigo bueno, cuando pensamos que estamos arrancando la cizaña mala.
2. La
gran enseñanza, que nos deja aquí Jesús, es que no somos nosotros los
"jueces" que saben dónde está el bien y dónde está el mal. Esto NO. Y
mil veces NO. Solamente Dios sabe lo que
es trigo y lo que cizaña.
3. De
ahí, que lo primero, que ha de tener todo ser humano honesto y honrado, es el
respeto; el respeto a todos, sobre todo en las cosas que son más discutibles y
más opinables. Que son la mayoría de las cosas, personas y situaciones que nos
vamos encontrando en nuestro caminar por la vida.
La actitud básica de todo ser humano ha de ser
siempre el respeto. El juicio definitivo
pertenece y corresponde solamente a Dios.
XIV Papa de la Iglesia y Mártir
Martirologio Romano: En Roma, san Víctor I, papa, africano de nacimiento, que fijó para
todas las Iglesias la celebración de la fiesta de Pascua en el domingo que
sigue inmediatamente a la Pascua judía (c. 200).
Breve Biografía
Natural de África. Hijo de Félix. Sucedió a san Eleuterio en el 189.
Será el primer papa que afirme la existencia de un magisterio moral del
obispado de Roma sobre los otros obispados de la Iglesia y comienza a sustituir
el griego utilizado en la liturgia por el latín, aunque la misa seguirá
celebrándose en griego hasta el año 230.
Durante su pontificado, Víctor sentó las bases para la celebración de
los concilios al ordenar a los obispos del orbe cristiano que se reunieran en
sínodos para considerar -confiaba él- la condena de la celebración de la Pascua
según la costumbre judía que la celebraba el día 14 del mes de Nisán aunque no
coincidiera en domingo.
Los obispos de Asia Menor, encabezados por Polícrates obispo de
Éfeso, rehusaron abandonar la práctica que, según ellos y tal y como le expresó
Polícrates al papa en una carta que le envió hacia 190 D.d J.C., esta práctica,
conocida como “cuarto decimal” fue la de los apóstoles Felipe y Juan, y la de
los santos Policarpo de Esmirna y Melitón de Sardes. Como respuesta, Victor
envió una carta a los obispos declarando excluidos de la comunión a las
iglesias de Asia. Esta decisión trajo un gran revuelo entre los obispos.
Entonces intervino san Ireneo de Lyon y, después de afirmar que él
personalmente mantenía el domingo para la celebración de la Pascua, le rogaba
al Papa Víctor a seguir la posición de sus predecesores y que aceptara la
duplicidad de costumbre.
Parece ser que Víctor quiso imponer su voluntad sobre la celebración
dominical de la Pascua, pues Blasto, que era un fuerte defensor de la práctica
cuarto decimal se separó de la Iglesia creando un cisma.
Aproximadamente en el 198, Víctor excomulgó a Teodoto, un curtidor de
Bizancio por practicar la doctrina adopcionista, aunque no pudo impedir que sus
discípulos siguieron propagando sus ideas en Roma.
Por otra parte, estableció que, en casos de emergencia, se pudiese
utilizar cualquier agua para el bautismo, sin necesidad de estar bendecida.
Mantuvo relaciones con la casa imperial a traves de Marcia,
catecúmena cristiana que era la concubina del emperador Cómodo. Víctor le
entregó una lista de cristianos condenados a las minas en Cerdeña y consiguió
su liberación. Le sucedió san Ceferino.
San Víctor murió antes de que comenzase la persecución de Septimio
Severo, pero las persecuciones que debió sufrir por su enérgico celo para
defender la fe, le merecen el título de mártir. Según San Jerónimo, este santo
fue el primero en celebrar los sagrados misterios en latín.
Por: Cristina Huete García | Fuente:
hagiopedia.blogspot.com
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