martes, 17 de julio de 2018

Párate un momento: El Evangelio del dia 19 DE JULIO - JUEVES 15ª - SEMANA DEL T. O. – B – santas justa y rufina




19  DE   JULIO - JUEVES
15ª - SEMANA DEL    T. O. – B –

Lectura del libro de Isaías (26,7-9.12.16-19):
La senda del justo es recta. Tú allanas el sendero del justo; en la senda de tus juicios, Señor, te esperamos, ansiando tu nombre y tu recuerdo. Mi alma te ansía de noche, mi espíritu en mi interior madruga por ti, porque tus juicios son luz de la tierra, y aprenden justicia los habitantes del orbe.
Señor, tú nos darás la paz, porque todas nuestras empresas nos las realizas tú. Señor, en el peligro acudíamos a ti, cuando apretaba la fuerza de tu escarmiento. Como la preñada cuando le llega el parto se retuerce y grita angustiada, así éramos en tu presencia, Señor: concebimos, nos retorcimos, dimos a luz... viento; no trajimos salvación al país, no le nacieron habitantes al mundo.
¡Vivirán tus muertos, tus cadáveres se alzarán, despertarán jubilosos los que habitan el polvo! Porque tu rocío es rocío de luz, y la tierra de las sombras parirá.
Palabra de Dios

Salmo: 101

R/. El Señor desde el cielo se ha fijado en la tierra
Tú permaneces para siempre,
y tu nombre de generación en generación.
Levántate y ten misericordia de Sión,
que ya es hora y tiempo de misericordia.
Tus siervos aman sus piedras,
se compadecen de sus ruinas. R/.
Los gentiles temerán tu nombre,
los reyes del mundo, tu gloria.
Cuando el Señor reconstruya Sión,
y aparezca en su gloria,
y se vuelva a las súplicas de los indefensos,
y no desprecie sus peticiones. R/.
Quede esto escrito para la generación futura,
y el pueblo que será creado alabará al Señor.
Que el Señor ha mirado desde su excelso santuario,
desde el cielo se ha fijado en la tierra,
para escuchar los gemidos de los cautivos
y librar a los condenados a muerte. R/.

Lectura del santo evangelio según san Mateo (11,28-30):
En aquel tiempo, exclamó Jesús:
«Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Cargad con mi yugo y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis vuestro descanso. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera.»
Palabra del Señor.

1.  Jesús, que es imagen de Dios, es también alivio y descanso para todos los que se sienten cansados y agobiados. Pero, si Dios es alivio y descanso, ¿por qué hay tanta gente que no lo percibe así? ¿Por qué hay tantos agnósticos y tantos ateos?
No cabe duda de que o Dios no es como lo presenta el Evangelio; o somos nosotros los que lo hemos deformado hasta hacer de Él o bien una cosa que no interesa; o quizá -lo que es más grave- una cosa que molesta y que una enorme cantidad de gente no   soporta y no lo puede aguantar. ¿Por qué ocurre esto?

2.  Decimos que Dios es un "Enigma", un "Misterio". Pero, sobre todo, decimos que es el "Trascendente". Ahora bien, desde el momento en que afirmamos eso de Dios, estamos diciendo que Dios no está a nuestro alcance y nadie lo puede conocer. Pero, entonces, ¿qué pasa? 
Sencillamente, que, al no poder saber nada de Dios, quedamos a merced de "los entendidos", "los sabios", "los
teólogos", que nos lo explican (seguramente sin darse cuenta) de acuerdo con sus conveniencias e intereses. De donde resulta que, para mucha gente, Dios es tan inaceptable, y quizá tan odioso, como inaceptables y odiosos nos hemos hecho muchos de los que lo representamos o explicamos. Y por eso a Dios se le han atribuido tantas violencias y atropellos que se han cometido contra personas, religiones y países enteros precisamente por personas que invocaban a Dios o que en su nombre han privado de libertad o humillado a
gentes indefensas.

3.  La imagen que tenemos de Dios es Jesús. Por eso, en Jesús, en su vida y en su humanidad, aprendemos cómo es la humanidad y la cercanía de Dios. Por eso Dios es alivio y descanso.

santas justa y rufina
Justa y Rufina eran dos hermanas que vivían en la Híspalis de finales del siglo III, concretamente en el actual emplazamiento del barrio de Triana. Se dedicaban a la alfarería, y, además, dada su generosidad, sus vecinos necesitados recurrían a ellas para su socorro. Eran hijas de cristianos clandestinos; Justa nació en el 268, y Rufina en el 270.
En cierta ocasión, durante las fiestas de Venus en el mes de julio dedicadas a Adonis, un cortejo presidido por unas parihuelas que portaban una imagen de la diosa Salambó pasó por delante del taller de las hermanas. Uno de los participantes pedía un óbolo a los espectadores, pero ellas se negaron a contribuir a la fiesta pagana, a lo que el interpelado contestó rompiendo las vasijas de las hermanas. A su vez, éstas empujaron las parihuelas hasta hacerlas caer al suelo, rompiendo el ídolo.
Por tal motivo, Diogeniano, prefecto de Sevilla, mandó encarcelarlas para que renegaran del cristianismo bajo amenazas de tortura, pero las santas se negaron. Fueron condenadas a ir a pie y descalzas hasta Sierra Morena, padeciendo torturas y vejaciones, como torturarlas con el potro o con garfios de hierro o privándolas de comida y bebida.
La primera en fallecer fue Justa, cuyo cuerpo fue lanzado a un pozo y recogido posteriormente por el obispo Sabino para darle cristiana sepultura. A las pocas jornadas, Diogeniano creyó que Rufina accedería ante su debilidad, pero no lo consiguió. La llevó entonces al anfiteatro para que se enfrentara a un león, pero éste lo más que hizo fue lamer sus vestiduras. El Prefecto finalmente la mandó decapitar y quemar su cuerpo de forma pública en el anfiteatro. Nuevamente el obispo Sabino recogió sus restos y la enterró junto a su hermana en el año 287.
Las fechas del martirio se sitúan del 17 al 19 de julio. La veneración de las santas hermanas tiene su corazón en la antigua ermita erigida por el obispo Sabino junto a la Puerta de Córdoba, donde se dio sepultura a las reliquias de las mártires. Actualmente es el Convento de los Capuchinos, cuyo cenobio sigue manteniendo la titularidad de las santas.
En el Colegio Salesiano de la Santísima Trinidad de Sevilla se conserva una antigua galería subterránea considerada tradicionalmente la cárcel donde estuvieron presas las dos hermanas. En su interior tienen un altar dedicado.

Durante la época visigoda, su culto se extendió por Sevilla, donde tuvieron basílica martirial y San Isidoro escribió un himno en su honor. Su veneración llegó hasta Córdoba, cuyos cristianos perseguidos durante la ocupación musulmana se exiliaron en Toledo donde fundaron una Parroquia con el nombre de las santas mártires.
La más famosa iconografía de las santas es abrazando la Giralda. La tradición marca que protegieron la caída de la Catedral durante el terremoto de Carmona de 1504, abrazando a la Giralda para evitar su derrumbe. También se representa portando palmas como símbolo del martirio y con objetos de barro alusivos a su profesión de alfareras.
Participan en el Corpus Christi como el segundo de los pasos. Es una a escultura de Pedro Duque y Cornejo en 1728, y proceden de la Iglesia Colegial del Divino Salvador.
Autor: Fernando del Marco

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