19 DE
JULIO - JUEVES
15ª - SEMANA DEL T. O. – B –
Lectura del libro de Isaías (26,7-9.12.16-19):
La senda
del justo es recta. Tú allanas el sendero del justo; en la senda de tus
juicios, Señor, te esperamos, ansiando tu nombre y tu recuerdo. Mi alma te
ansía de noche, mi espíritu en mi interior madruga por ti, porque tus juicios
son luz de la tierra, y aprenden justicia los habitantes del orbe.
Señor, tú nos darás la paz, porque todas nuestras empresas nos
las realizas tú. Señor, en el peligro acudíamos a ti, cuando apretaba la fuerza
de tu escarmiento. Como la preñada cuando le llega el parto se retuerce y grita
angustiada, así éramos en tu presencia, Señor: concebimos, nos retorcimos,
dimos a luz... viento; no trajimos salvación al país, no le nacieron habitantes
al mundo.
¡Vivirán tus muertos, tus cadáveres se alzarán, despertarán
jubilosos los que habitan el polvo! Porque tu rocío es rocío de luz, y la
tierra de las sombras parirá.
Palabra de Dios
Salmo: 101
R/. El Señor desde el cielo se ha fijado en la tierra
Tú
permaneces para siempre,
y tu
nombre de generación en generación.
Levántate
y ten misericordia de Sión,
que ya es
hora y tiempo de misericordia.
Tus
siervos aman sus piedras,
se
compadecen de sus ruinas. R/.
Los
gentiles temerán tu nombre,
los reyes
del mundo, tu gloria.
Cuando el
Señor reconstruya Sión,
y
aparezca en su gloria,
y se vuelva
a las súplicas de los indefensos,
y no
desprecie sus peticiones. R/.
Quede esto
escrito para la generación futura,
y el
pueblo que será creado alabará al Señor.
Que el
Señor ha mirado desde su excelso santuario,
desde el
cielo se ha fijado en la tierra,
para
escuchar los gemidos de los cautivos
y librar
a los condenados a muerte. R/.
Lectura del santo evangelio según san Mateo (11,28-30):
En aquel
tiempo, exclamó Jesús:
«Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os
aliviaré. Cargad con mi yugo y aprended de mí, que soy manso y humilde de
corazón, y encontraréis vuestro descanso. Porque mi yugo es llevadero y mi
carga ligera.»
Palabra del Señor.
1.
Jesús, que es imagen de Dios, es también alivio y descanso para todos
los que se sienten cansados y agobiados. Pero, si Dios es alivio y descanso,
¿por qué hay tanta gente que no lo percibe así? ¿Por qué hay tantos agnósticos
y tantos ateos?
No cabe duda de que o Dios no es como lo
presenta el Evangelio; o somos nosotros los que lo hemos deformado hasta hacer
de Él o bien una cosa que no interesa; o quizá -lo que es más grave- una cosa
que molesta y que una enorme cantidad de gente no soporta y no lo puede aguantar. ¿Por qué
ocurre esto?
2.
Decimos que Dios es un "Enigma", un "Misterio".
Pero, sobre todo, decimos que es el "Trascendente". Ahora bien, desde
el momento en que afirmamos eso de Dios, estamos diciendo que Dios no está a
nuestro alcance y nadie lo puede conocer. Pero, entonces, ¿qué pasa?
Sencillamente, que, al no poder saber nada de
Dios, quedamos a merced de "los entendidos", "los sabios",
"los
teólogos",
que nos lo explican (seguramente sin darse cuenta) de acuerdo con sus
conveniencias e intereses. De donde resulta que, para mucha gente, Dios es tan
inaceptable, y quizá tan odioso, como inaceptables y odiosos nos hemos hecho
muchos de los que lo representamos o explicamos. Y por eso a Dios se le han
atribuido tantas violencias y atropellos que se han cometido contra personas,
religiones y países enteros precisamente por personas que invocaban a Dios o
que en su nombre han privado de libertad o humillado a
gentes
indefensas.
3. La
imagen que tenemos de Dios es Jesús. Por eso, en Jesús, en su vida y en su
humanidad, aprendemos cómo es la humanidad y la cercanía de Dios. Por eso Dios
es alivio y descanso.
santas justa y rufina
Justa y Rufina eran dos
hermanas que vivían en la Híspalis de finales del siglo III, concretamente en
el actual emplazamiento del barrio de Triana. Se dedicaban a la alfarería, y,
además, dada su generosidad, sus vecinos necesitados recurrían a ellas para su
socorro. Eran hijas de cristianos clandestinos; Justa nació en el 268, y Rufina
en el 270.
En cierta ocasión, durante
las fiestas de Venus en el mes de julio dedicadas a Adonis, un cortejo presidido
por unas parihuelas que portaban una imagen de la diosa Salambó pasó por
delante del taller de las hermanas. Uno de los participantes pedía un óbolo a
los espectadores, pero ellas se negaron a contribuir a la fiesta pagana, a lo
que el interpelado contestó rompiendo las vasijas de las hermanas. A su vez,
éstas empujaron las parihuelas hasta hacerlas caer al suelo, rompiendo el
ídolo.
Por tal motivo, Diogeniano,
prefecto de Sevilla, mandó encarcelarlas para que renegaran del cristianismo
bajo amenazas de tortura, pero las santas se negaron. Fueron condenadas a ir a
pie y descalzas hasta Sierra Morena, padeciendo torturas y vejaciones, como
torturarlas con el potro o con garfios de hierro o privándolas de comida y
bebida.
La primera en fallecer fue
Justa, cuyo cuerpo fue lanzado a un pozo y recogido posteriormente por el
obispo Sabino para darle cristiana sepultura. A las pocas jornadas, Diogeniano
creyó que Rufina accedería ante su debilidad, pero no lo consiguió. La llevó
entonces al anfiteatro para que se enfrentara a un león, pero éste lo más que
hizo fue lamer sus vestiduras. El Prefecto finalmente la mandó decapitar y
quemar su cuerpo de forma pública en el anfiteatro. Nuevamente el obispo Sabino
recogió sus restos y la enterró junto a su hermana en el año 287.
Las fechas del martirio se
sitúan del 17 al 19 de julio. La veneración de las santas hermanas tiene su
corazón en la antigua ermita erigida por el obispo Sabino junto a la Puerta de
Córdoba, donde se dio sepultura a las reliquias de las mártires. Actualmente es
el Convento de los Capuchinos, cuyo cenobio sigue manteniendo la titularidad de
las santas.
En el Colegio Salesiano de la
Santísima Trinidad de Sevilla se conserva una antigua galería subterránea
considerada tradicionalmente la cárcel donde estuvieron presas las dos
hermanas. En su interior tienen un altar dedicado.
Durante la época visigoda,
su culto se extendió por Sevilla, donde tuvieron basílica martirial y San
Isidoro escribió un himno en su honor. Su veneración llegó hasta Córdoba, cuyos
cristianos perseguidos durante la ocupación musulmana se exiliaron en Toledo
donde fundaron una Parroquia con el nombre de las santas mártires.
La más famosa iconografía de
las santas es abrazando la Giralda. La tradición marca que protegieron la caída
de la Catedral durante el terremoto de Carmona de 1504, abrazando a la Giralda
para evitar su derrumbe. También se representa portando palmas como símbolo del
martirio y con objetos de barro alusivos a su profesión de alfareras.
Participan en el Corpus
Christi como el segundo de los pasos. Es una a escultura de Pedro Duque y
Cornejo en 1728, y proceden de la Iglesia Colegial del Divino Salvador.
Autor:
Fernando del Marco
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