viernes, 25 de enero de 2019

Párate un momento: El Evangelio del dia 26 DE ENERO – SÁBADO – 2ª - SEMANA DEL T.O. – C – San Timoteo y San Tito



26  DE  ENERO – SÁBADO –
2ª - SEMANA DEL T.O. – C –

 Lectura de la carta a los Hebreos 9,2-3.11-14):
Hermanos: Se instaló una primera tienda, llamada «el Santo», donde estaban el candelabro y la mesa de los panes presentados. Detrás de la segunda cortina estaba la tienda llamada «Santo de los Santos».
En cambio, Cristo ha venido como sumo sacerdote de los bienes definitivos. Su «tienda» es más grande y más perfecta: no hecha por manos de hombre, es decir, no de este mundo creado. No lleva sangre de machos cabríos, ni de becerros, sino la suya propia; y así ha entrado en el santuario una vez para siempre, consiguiendo la liberación eterna. Si la sangre de machos cabríos y de toros, y la ceniza de una becerra, santifican con su aspersión a los profanos, devolviéndoles la pureza externa, ¡cuánto más la sangre de Cristo, que, en virtud del Espíritu eterno, se ha ofrecido a Dios como sacrificio sin mancha, podrá purificar nuestra conciencia de las obras muertas, para que demos culto al Dios vivo!

Palabra de Dios

Salmo: 46
R/. Dios asciende entre aclamaciones; el Señor, al son de trompetas.
Pueblos todos, batid palmas, aclamad a Dios con gritos de júbilo; porque el Señor altísimo es terrible, emperador de toda la tierra.

Dios asciende entre aclamaciones; el Señor, al son de trompetas: tocad para Dios, tocad; tocad para nuestro rey, tocad.

Porque el Señor es el rey del mundo: tocad con maestría. Dios reina sobre las naciones, Dios se sienta en su trono sagrado.

Lectura del santo Evangelio según san Marcos 3,20-21):

En aquel tiempo, Jesús volvió a casa y se aglomeró otra vez la muchedumbre de modo que no podían comer. Se enteraron sus parientes y fueron a hacerse cargo de Él, pues decían: «Está fuera de sí».
Palabra de Dios

1.   Las relaciones de Jesús con sus parientes no fueron fáciles. Este breve relato se refiere a la familia de Jesús. En efecto, la expresión griega “hoi par'autou”, "los de al lado de él", en la traducción de los LXX se refiere a los padres y familiares (Prov 31, 21; Dan 13, 33; F. Josefo, Ant. 1, 193).
Por otra parte, el término “exesté” quiere decir "el que está fuera de sí", o sea, loco de remate (Joel Marcus).

2. ¿Qué criterios tenía la familia de Jesús para llegar a pensar que un hombre, que se entrega sin límites de tiempo a los pobres, es un loco o se le ha ido la cabeza?  
Los enemigos de Jesús, los letrados, pensaban que estaba     endemoniado (Mc 3, 22). Y sabemos   que la posesión diabólica se asociaba a la locura: "Tiene un demonio y está loco" (Jn 10, 20).
¿Por qué se pensaba y se decía todo esto de Jesús?
¿Por qué lo pensaban así incluso sus propios parientes?

3.   El Evangelio dice que Jesús atraía tanto a la gente pobre (óchlos) (Mc 3, 20), que no tenía ni tiempo para comer. Esto precisamente es lo que indujo a los parientes a pensar que Jesús estaba loco. La convivencia humana    funciona de manera que, cuando vemos que los miserables y desgraciados acuden en masa a alguien, eso no es normal.
Más aún, eso indica anormalidad, quizá anormalidad total. La conclusión da miedo pensarla: vivimos en un mundo en
el que se ve como cosa de locos el hecho de que los pobres te busquen y te quieran. Lo "normal" es que los desgraciados se vean despreciados.   Lo "anormal" es que los pobres se sientan atraídos, queridos, acogidos, acompañados. "¡Eso es cosa de locos!".
Si es que pensamos así, ¡qué extravío el nuestro!

San Timoteo y San Tito


San Timoteo, obispo y mártir. Año 97.

San Timoteo es el patrono de los malestares estomacales. Su nombre significa: "Tengo un gran respeto a Dios." Nació en Listra, Licaonie (Asia Menor), de padre griego y madre judía. Se sabe de él gracias a las tres epístolas del apóstol San Pablo. Desde muy temprana edad fue instruido en las Sagradas Escrituras. Se cree que su madre Eunice, su abuela Lois y él mismo abrazaron el cristianismo y se hicieron bautizar durante la primera visita de San Pablo a Listra.
Cuando Pablo regresó a ese lugar, en su segundo viaje misionero, los cristianos de allí le dieron maravillosas recomendaciones acerca de Timoteo. Entonces Pablo le impuso las manos y le confió el ministerio de la predicación. Así, el apóstol lo escogió como colaborador, gran amigo y compañero de misiones –que fueron muchas veces difíciles y confidenciales, y, en adelante lo consideró siempre como un hijo suyo. En la segunda carta a los Corintios, el apóstol se refiere a él como: "Timoteo, mi hijo amado" (1 Corintios); y lo llama de la misma manera en las dos cartas que le escribió a él.
En efecto, los encontramos a ambos juntos en la primavera del año 50 al otoño del año 52: en Éfeso, Jerusalén, Roma, Frigia, Galacia, Macedonia, Tesalónica y Corinto. Más tarde, San Pablo le escribirá recordándole lo buena que fue su familia: "... Que esa fe se conserve en ti, ya que desde tu más tierna edad te hicieron leer y meditar las Sagradas Escrituras" (1 Tim. 1:5; 4:14).
Ciertamente, la familia de Timoteo experimentó abundantes gracias de conversión y crecimiento espiritual durante la estadía de Pablo y Bernabé en su casa. Allí les ocurrió a los dos predicadores que tras la curación de un hombre tullido, realizada por medio de Pablo, la gente de aquella región los confundió con dioses disfrazados de hombres. Entonces quisieron adorarlos y ofrecerles sacrificios.
Por su parte, Pablo, al darse cuenta, les aclaró que eran tan sólo criaturas igual que ellos. Entonces los judíos incitaron al pueblo contra Pablo y Bernabé. Apedreándolos, los dejaron casi muertos, pero los cristianos los condujeron a la casa de Timoteo, en donde fueron atendidos.
Para el año 53, Pablo envía a Timoteo a las Iglesias de Macedonia y de Corinto. Trabajaron juntos nuevamente los años siguientes en Macedonia, en el Peloponeso y en la Tróada. Y cuando Pablo les escribe a los romanos, desde su prisión, les menciona que lo acompaña Timoteo, su fiel discípulo.

La primera carta que le escribió S. Pablo a Timoteo fue en el año 65, desde Macedonia; y la segunda, desde Roma, mientras se encontraba preso, aguardando su ejecución. En una de las cartas del apóstol a Timoteo, le dice: "Que nadie te desprecie por tu juventud. Muéstrate en todo como un modelo para los creyentes, por la palabra, la conducta, la caridad, la pureza y la fe" (2 Tim. 2). En otro pasaje, el apóstol desciende a detalles prácticos como la recomendación de que no tome sólo agua sino también un poco de vino, debido a los continuos malestares estomacales de Timoteo (Cf. 1 Tim. 5:23).
El historiador Eusebio cuenta que S. Pablo nombró a Timoteo primer obispo de la Iglesia de Éfeso. Allí, Timoteo fue apaleado y apedreado por el emperador Diocleciano, ya que se oponía a un festival pagano en honor de Diana. Así pues, recibió la corona del martirio en el año 97.
Los restos de S. Timoteo se encuentran en la Iglesia de los Apóstoles en Constantinopla; y, según la tradición, los fieles reciben grandes favores cuando rezan a sus pies.

San Tito, obispo. Año 96.

Tito fue amigo y discípulo de San Pablo y lo acompañó en muchos de sus viajes. Su nombre significa: defensor. A diferencia de Timoteo, cuando se conocieron, Tito ya había abrazado la fe. Tito se convirtió en secretario del apóstol, y éste, a su vez, puso en Tito toda su confianza, tanto, que se ha llegado a decir que fue su discípulo más querido; Pablo lo envió para que procurara que los creyentes cumplieran lo que les había dicho en sus cartas. Tito acompañó a Pablo y a Bernabé al Concilio de Jerusalén, en donde S. Pablo le impidió dejarse circuncidar.
El apóstol de los gentiles –S. Pablo– lo nombró obispo de la isla de Creta y le dirigió una carta en donde le señala las cualidades que deben tener los sacerdotes. Según la tradición Tito murió en Creta, ya de avanzada edad y en calidad de obispo, en el año 96.

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