31 DE ENERO - JUEVES –
3ª – SEMANA DEL T.O. – C
San Juan Bosco
Lectura de la carta a los
Hebreos (10,19-25):
Teniendo entrada libre al
santuario, en virtud de la sangre de Jesús, contando con el camino nuevo y vivo
que él ha inaugurado para nosotros a través de la cortina, o sea, de su carne,
y teniendo un gran sacerdote al frente de la casa de Dios, acerquémonos con
corazón sincero y llenos de fe, con el corazón purificado de mala conciencia y
con el cuerpo lavado en agua pura. Mantengámonos firmes en la esperanza que
profesamos, porque es fiel quien hizo la promesa; fijémonos los unos en los
otros, para estimularnos a la caridad y a las buenas obras. No desertéis de las
asambleas, como algunos tienen por costumbre, sino animaos tanto más cuanto más
cercano veis el Día.
Palabra
de Dios
Salmo:
23,1-2.3-4ab.5-6
R/.
Este es el grupo que viene a tu presencia, Señor
Del Señor es la tierra y
cuanto la llena,
el orbe y todos sus
habitantes:
él la fundó sobre los
mares,
él la afianzó sobre los
ríos. R/.
¿Quién puede subir al
monte del Señor?
¿Quién puede estar en el
recinto sacro?
El hombre de manos
inocentes y puro corazón,
que no confía en los
ídolos. R/.
Ése recibirá la bendición
del Señor,
le hará justicia el Dios
de salvación.
Éste es el grupo que
busca al Señor,
que viene a tu
presencia, Dios de Jacob. R/.
Lectura
del santo evangelio según san Marcos (4,21-25):
En aquel tiempo, dijo
Jesús a la muchedumbre:
«¿Se
trae el candil para meterlo debajo del celemín o debajo de la cama, o para
ponerlo en el candelero?
Si
se esconde algo, es para que se descubra; si algo se hace a ocultas, es para
que salga a la luz.
El
que tenga oídos para oír, que oiga.»
Les
dijo también:
«Atención
a lo que estáis oyendo: la medida que uséis la usarán con vosotros, y con
creces. Porque al que tiene se le dará y al que no tiene se le quitará hasta lo
que tiene.»
Palabra
del Señor
1.
Por lo que dicen los evangelios, el ocultamiento de la luz y la falta de
transparencia (en su comunidad de discípulos)
le preocupó a Jesús. Esta preocupación se palpa en la cantidad de textos
evangélicos que repiten este tema.
Los dichos paralelos sobre este asunto son
notables (Mt 5,15; Mc 4, 21; Lc 8,16; Mt 10, 26-27; Mc 4, 22; Lc 8,17; (James
D. G.
Dunn).
A estos textos habría que sumar lo que
Jesús le dijo al sacerdote Anás, en el juicio religioso de la pasión: Yo he hablado
abiertamente (con parresía) Jn
18, 20), que indica decirlo todo públicamente. Esto indica con claridad que
la Iglesia naciente vio un peligro muy serio en la tentación de ir por la vida
ocultando cosas que a uno le causa miedo decirlas.
2.
A los cristianos nos acecha siempre el peligro del ocultamiento, la
ambigüedad o el disimulo. Y por eso nos falta transparencia. Por la sencilla
razón
de que el Evangelio de Jesús es siempre contracultural.
Jesús se enfrenta a cosas que la gente aprecia
mucho: el deseo de acumular, de ganar a costa de los demás, el empeño por tapar todo lo que nos da vergüenza que se sepa, la manía de mantener una imagen
intachable para aparentar que se lleva una vida ejemplar, etc.
En definitiva, diversas formas de
"doble vida".
3.
Jesús no fue así. No tuvo nada que ocultar. Fue transparente. El
evangelio de Juan es el que deja esto más claro, como se ha dicho antes. En
este sentido es elocuente el uso del término griego parrésía, que se compone de pan (todo) y réma (dicho, palabra pronunciada).
Por eso este término significa "decir todo lo que hay que
decir". Y decirlo con libertad, con claridad. Jesús hablaba con libertad,
al contrario de la gente que tenía miedo a hablar de él (in 7, 4-13. 26). De
ahí que, en el juicio religioso, le pegaron una bofetada precisamente por
hablar con libertad y claridad (Jn 18, 20). Lo más heroico es ser transparente
siempre en la vida.
Giovanni
Melchior Bosco Ochienna conocido simplemente como Don Bosco es un santo
italiano. Fundador de las tres ramas de la Familia Salesiana: Sociedad de San
Francisco de Sales (Congregación Salesiana), Instituto de las Hijas de María
Auxiliadora y Asociación de Salesianos Cooperadores.
(Juan Melchor Bosco Ochienna, también
llamado Don Bosco; I Becchi, 1815 - Turín, 1888) Santo, sacerdote y pedagogo
italiano, fundador de la orden salesiana. Hijo de un humilde matrimonio
campesino, su niñez fue dura, pues después de perder a su padre tuvo que
trabajar sin descanso para sacar adelante la hacienda familiar. Se cuenta que
aprendió a leer en cuatro semanas; quería estudiar para ser sacerdote, por lo
que tenía que hacer todos los días a pie unos diez kilómetros (a veces
descalzo, por no gastar zapatos) para ir a estudiar al liceo de Chieri. Con el
fin de pagar sus estudios trabajó en toda clase de oficios.
San Juan Bosco
En 1835 ingresó en el seminario
arzobispal de Turín, y en 1841 fue ordenado sacerdote. Ya por entonces sentía
una viva preocupación por la suerte de los niños pobres de los barrios obreros
de Turín, que vivía por aquellos años el auge de la Revolución Industrial, y
particularmente por su imposibilidad de acceso a la educación. Inspirándose en
San Felipe Neri y en el prelado francés San Francisco de Sales, en 1844 fundó
el Oratorio de San Francisco de Sales, cuya sede fijó dos años después en una
casa de la periferia.
Estableció luego las bases de la
Congregación de los sacerdotes de San Francisco de Sales, o salesianos (1851),
aprobada en 1860, y de su rama femenina, el Instituto de Hijas de María
Auxiliadora. Tales instituciones, dedicadas a la enseñanza de los niños pobres,
se desarrollaron con rapidez gracias al impulso de uno de los grandes pedagogos
del siglo XIX. Además de recibir una educación cristiana, los alumnos podían
familiarizarse e instruirse en diversos oficios, razón por la que se ha visto en
Don Bosco a uno de los precursores de la moderna formación profesional. Desde
el punto de vista metodológico, Don Bosco implantó lo que él mismo denominaba
«sistema preventivo», frente al sistema represivo tradicional.
La orden salesiana alcanza hoy en día
17.000 centros en 105 países, con 1.300 colegios y 300 parroquias, mientras que
el instituto femenino de María Auxiliadora (las Hermanas Salesianas) posee
16.000 centros en 75 países, dedicados a la educación de la juventud pobre. Ya
en vida de Don Bosco las instituciones por él fundadas llegaron a reunir más de
cien mil niños pobres bajo su protección; su fama como educador y como santo
favoreció su relación con importantes personalidades de su tiempo (entre ellas
el monarca italiano Víctor Manuel II y los papas Pío IX y León XIII) y el apoyo
a su labor filantrópica.
Además de su labor educadora y
fundadora, San Juan Bosco publicó más de una cuarentena de libros teológicos y
pedagógicos, entre los cuales cabe destacar El joven instruido, del que se
llegaron a publicar más de cincuenta ediciones y un millón de ejemplares sólo
en el siglo XIX.
El propio santo se encargó también de
compilar y editar los llamados Sueños de Don Bosco, un total de 159 sueños en
ocasiones premonitorios que tuvo a lo largo de su vida, el primero de ellos a
los nueve años. Cuenta Don Bosco que, a esa edad, soñó que se hallaba en el
patio de un colegio y que se lanzaba a puñetazos contra un grupo de muchachos
que «decían malas palabras». Apareció entonces Jesucristo, quien le indicó que
los vencería «no con puños, sino con amabilidad», y luego la Virgen María, que
anticipó su destino de educador: su misión sería llevar la mansedumbre a los
niños, una vez se hubiera hecho él mismo «humilde, fuerte y robusto».
San Juan Bosco murió la madrugada del
31 de enero de 1888 en Turín. Durante tres días, la ciudad piamontesa desfiló
ante su capilla ardiente, a cuyo entierro acudieron más de trescientos mil
fieles. Fue beatificado en 1929 y canonizado en 1934, durante el pontificado de
Pío XI; para su canonización se presentaron seiscientos cincuenta milagros
obrados por él. Su festividad se conmemora el día de su fallecimiento, el 31 de
enero.
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