2 de Julio – MARTES –
13ª – SEMANA DEL T. O. – C –
San Otón de Bamberg
Lectura
del libro del Génesis (19,15-29):
En aquellos días, los ángeles urgieron a Lot:
«Anda,
toma a tu mujer y a esas dos hijas tuyas, para que no perezcan por culpa de
Sodoma.»
Y,
como no se decidía, los agarraron de la mano, a él, a su mujer y a las dos
hijas, a quienes el Señor perdonaba; los sacaron y los guiaron fuera de la
ciudad.
Una
vez fuera, le dijeron:
«Ponte
a salvo; no mires atrás. No te detengas en la vega; ponte a salvo en los montes,
para no perecer.»
Lot
les respondió:
«No.
Vuestro siervo goza de vuestro favor, pues me habéis salvado la vida,
tratándome con gran misericordia; yo no puedo ponerme a salvo en los montes, el
desastre me alcanzará y moriré. Mira, ahí cerca hay una ciudad pequeña donde
puedo refugiarme y escapar del peligro. Como la ciudad es pequeña, salvaré allí
la vida.»
Le
contestó:
«Accedo
a lo que pides: no arrasaré esa ciudad que dices. Aprisa, ponte a salvo allí,
pues no puedo hacer nada hasta que llegues.»
Por
eso la ciudad se llama La Pequeña. Cuando Lot llegó a La Pequeña, salía el sol.
El Señor, desde el cielo, hizo llover azufre y fuego sobre Sodoma y Gomorra.
Arrasó aquellas ciudades y toda la vega con los habitantes de las ciudades y la
hierba del campo. La mujer de Lot miró atrás y se convirtió en estatua de sal.
Abrahán
madrugó y se dirigió al sitio donde había estado con el Señor. Miró en
dirección de Sodoma y Gomorra, toda la extensión de la vega, y vio humo que
subía del suelo, como el humo de un horno. Así, cuando Dios destruyó las
ciudades de la vega, arrasando las ciudades donde había vivido Lot, se acordó
de Abrahán y libró a Lot de la catástrofe.
Palabra
de Dios
Salmo:
25,2-3.9-10.11-12
R/.
Tengo ante los ojos, Señor, tu bondad
Escrútame, Señor, ponme a prueba,
sondea mis entrañas y mi
corazón,
porque tengo ante los
ojos tu bondad,
y camino en tu verdad. R/.
No arrebates mi alma con los pecadores,
ni mi vida con los
sanguinarios,
que en su izquierda
llevan infamias,
y su derecha está llena
de sobornos. R/.
Yo, en cambio, camino en la integridad;
sálvame, ten
misericordia de mí.
Mi pie se mantiene en el
camino llano;
en la asamblea bendeciré
al Señor. R/.
Lectura
del santo evangelio según san Mateo (8,23-27):
En aquel tiempo, subió Jesús a la barca, y sus discípulos lo
siguieron. De pronto, se levantó un temporal tan fuerte que la barca
desaparecía entre las olas; él dormía.
Se
acercaron los discípulos y lo despertaron, gritándole:
«¡Señor,
sálvanos, que nos hundimos!»
Él
les dijo:
«¡Cobardes!
¡Qué poca fe!»
Se
puso en pie, increpó a los vientos y al lago, y vino una gran calma.
Ellos
se preguntaban admirados:
«¿Quién
es éste? ¡Hasta el viento y el agua le obedecen!»
Palabra
del Señor
1.
Este extraño relato del Evangelio es también un relato de "seguimiento"
de Jesús. Y eso es tan importante que ahí está la clave para enterarse de lo que
aquí se quiere enseñar.
Todo empieza diciendo que "subió
Jesús a la barca y sus discípulos lo siguieron". Lo que viene a
continuación es sencillamente explicar
las consecuencias que tiene (o puede tener) el seguimiento de Jesús. Tales consecuencias
fueron, en este caso, meterse en una tempestad que llegó a representar un
peligro de muerte.
Seguir a Jesús, si es que estamos hablando en serio, es cosa seria. Y puede
llegar a ser asunto de vida o muerte.
2.
Por tanto, parece una empresa estéril dedicarse a hacer conjeturas sobre
si aquí se relata un hecho histórico, sobre la naturaleza meteorológica de las tempestades
en el pequeño mar de Galilea, sobre lo inverosímil del sueño de Jesús cuando el
mar bramaba amenazante, etc.
Lo que aquí importa no es fijar la historia,
sino aprender la enseñanza religiosa que dan los evangelios. Y esa enseñanza se
condensa en esto: "seguir a Jesús es una confrontación tempestuosa con
poderes cósmicos, políticos, sociales, económicos y religiosos" (W.
Carter, R Feiler).
Seguir a Jesús, por lo tanto, es tener
la libertad y la audacia de enfrentarse a poderes que vemos que nos superan,
que nos atemorizan, a los que no vemos solución. Pero, si hay seguimiento, hay enfrentamiento.
Porque el seguimiento es fuente de libertad. Un seguidor de Jesús no se calla
ante las injusticias sociales, ante los atropellos políticos, ante la
corrupción de los gestores del capital.
3.
Pero el "seguimiento" es también "seguridad". El que
está junto a Jesús ha
de saber y tener muy claro que sale adelante,
aunque la impresión sea que fracasa, que se hunde, que los poderosos se le imponen y lo aplastan.
Se puede triunfar, a los ojos del
sistema, pero en realidad fracasar.
Porque cuando lo que se consigue es perpetuar el statu quo, la situación
establecida, - ¿se puede cometer mayor canallada? - ¿No hay que actuar de forma
que se haga estallar tanta canallada de desigualdades y atropellos contra los
más indefensos, por más que se les dé un plato de comida o ropa usada en
Caritas?
San Otón de Bamberg
En Bamberg, de Franconia, san
Otón, obispo, que evangelizó con gran celo a los pomeranios.
Vida de San Otón de Bamberg
San Otón fue obispo de Bamberg y es llamado el Apóstol de
Pomerania . Nació en Suabia, Alemania, y vivió en el siglo XII. Huérfano de
padre y madre, enfrentó muchas dificultades para costear sus estudios en
filosofía y ciencias humanas. Partió a Polonia para ganarse la vida. Poco a
poco se estableció y fundó una escuela que ganó prestigio y le dio buenas
ganancias.
Se hizo conocido y estimado en la corte polaca, amigo y consejero
del emperador, que lo nombró obispo de Bomberg. San Otón, sin embargo, solamente
quedó con la conciencia tranquila cuando fue consagrado obispo por el papa
Pascual, alrededor del año 1106.
Es considerado el evangelizador de la Pomerania; fundó allí
numerosos monasterios. Y apoyado por Boleslao, duque de Polonia que dominaba la
región, y por Vratislao, duque cristiano de Pomerania, recorrió todas las
ciudades instruyendo a los gentiles y bautizando a los que se adherían a la fe,
intercediendo ante el príncipe por la liberación de los prisioneros, exhortando
a todos a abandonar los ídolos y a convertirse al Dios de Jesucristo. Esparció
misioneros por toda la Pomerania.
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