domingo, 30 de junio de 2019

Párate un momento: El Evangelio del dia 1 de Julio – LUNES – 13ª – SEMANA DEL T. O. – C – Santa Esther






1 de Julio – LUNES –
13ª – SEMANA DEL T. O. – C –

Lectura del libro del Génesis (18,16-33):

Cuando los hombres se levantaron de junto a la encina de Mambré, miraron hacia Sodoma; Abrahán los acompañaba para despedirlos.
El Señor pensó:
«¿Puedo ocultarle a Abrahán lo que pienso hacer? Abrahán se convertirá en un pueblo grande y numeroso, con su nombre se bendecirán todos los pueblos de la tierra; lo he escogido para que instruya a sus hijos, su casa y sucesores, a mantenerse en el camino del Señor, haciendo justicia y derecho; y así cumplirá el Señor a Abrahán lo que le ha prometido.»
El Señor dijo:
«La acusación contra Sodoma y Gomorra es fuerte, y su pecado es grave; voy a bajar, a ver si realmente sus acciones responden a la acusación; y si no, lo sabré.»
Los hombres se volvieron y se dirigieron a Sodoma, mientras el Señor seguía en compañía de Abrahán.
Entonces Abrahán se acercó y dijo a Dios:
«¿Es que vas a destruir al inocente con el culpable? Si hay cincuenta inocentes en la ciudad, ¿los destruirás y no perdonarás al lugar por los cincuenta inocentes que hay en él? ¡Lejos de ti tal cosa!, matar al inocente con el culpable, de modo que la suerte del inocente sea como la del culpable; ¡lejos de ti! El juez de todo el mundo, ¿no hará justicia?»
El Señor contestó:
 «Si encuentro en la ciudad de Sodoma cincuenta inocentes, perdonaré a toda la ciudad en atención a ellos.»
Abrahán respondió:
«Me he atrevido a hablar a mi Señor, yo que soy polvo y ceniza. Si faltan cinco para el número de cincuenta inocentes, ¿destruirás, por cinco, toda la ciudad?»
Respondió el Señor:
«No la destruiré, si es que encuentro allí cuarenta y cinco.»
Abrahán insistió:
«Quizá no se encuentren más que cuarenta.»
Le respondió:
«En atención a los cuarenta, no lo haré.»
Abrahán siguió:
«Que no se enfade mi Señor, si sigo hablando. ¿Y si se encuentran treinta?»
Él respondió:
«No lo haré, si encuentro allí treinta.»
Insistió Abrahán:
«Me he atrevido a hablar a mi Señor. ¿Y si se encuentran sólo veinte?»
Respondió el Señor: «En atención a los veinte, no la destruiré.»
Abrahán continuó:
«Que no se enfade mi Señor si hablo una vez más. ¿Y si se encuentran diez?»
Contestó el Señor: «En atención a los diez, no la destruiré.»
Cuando terminó de hablar con Abrahán, el Señor se fue; y Abrahán volvió a su puesto.

Palabra de Dios

Salmo:102

R/. El Señor es compasivo y misericordioso

Bendice, alma mía, al Señor,
y todo mi ser a su santo nombre.
Bendice, alma mía, al Señor,
y no olvides sus beneficios. R/.
Él perdona todas tus culpas
y cura todas tus enfermedades;
él rescata tu vida de la fosa
y te colma de gracia y de ternura. R/.
El Señor es compasivo y misericordioso,
lento a la ira y rico en clemencia;
no está siempre acusando
ni guarda rencor perpetuo. R/.
No nos trata como merecen nuestros pecados
ni nos paga según nuestras culpas.
Como se levanta el cielo sobre la tierra,
se levanta su bondad sobre sus fieles. R/.

Lectura del santo evangelio según san Mateo (8,18-22):
En aquel tiempo, viendo Jesús que lo rodeaba mucha gente, dio orden de atravesar a la otra orilla.
Se le acercó un escriba y le dijo:
«Maestro, te seguiré adonde vayas.»
Jesús le respondió: «Las zorras tienen madrigueras y los pájaros nidos, pero el Hijo del hombre no tiene dónde reclinar la cabeza.»
Otro, que era discípulo, le dijo:
«Señor, déjame ir primero a enterrar a mi padre.»
Jesús le replicó:
«Tú, sígueme. Deja que los muertos entierren a sus muertos.»

Palabra del Señor

1.  El evangelio de este lunes es el paralelo de Mateo en relación con el texto
de Lucas que nos recordaba la liturgia de ayer domingo.  El relato de Mateo es más breve.  Pero recoge lo esencial.  En cualquier caso, lo más importante, cuando   se habla de este tema, es darse cuenta de que el seguimiento de Jesús es el centro del Evangelio, por lo que se refiere a lo que el Evangelio debe representar en nuestra vida. 
Por tanto, el centro no es la "fe en Jesús". Baste pensar que, en los evangelios sinópticos, de la fe se habla 36 veces, mientras que el seguimiento se menciona 56 veces.
La fe, que elogia Jesús, es la fe del centurión romano (Mt 8, 10 par), de la mujer siro-fenicia (Mt 15, 28 par) y del leproso samaritano (Lc 17, 19).
A los apóstoles, les exigió un seguimiento total, mientras que cuando   Jesús les habla de la fe, es para reprocharles su falta o escasez de fe.

2.  La respuesta, que Jesús le da al letrado, al exigirle que debe renunciar a tener lo que tienen las fieras en el campo o los pájaros en los árboles, un pequeño    hueco "donde reclinar la cabeza", seguramente no significa renunciar a tener un cobijo en el sentido más literal de la palabra. No olvidemos que Jesús mismo tenía una casa en Cafarnaúm (Mt 9, 10. 28; 13, 1. 36; 17, 25).
Lo que Jesús quiso fue poner de relieve la desinstalación, el destino itinerante, como característica de su ministerio (W. Carter).
Incluso hay quien piensa que este tener que ir de un lado para otro era la consecuencia de un hombre que se veía rechazado, amenazado y que tenía que hacer constantes retiradas (Mt 2, 13-14; 12, 14-15; 14, 12-13; 15, 12-14. 21; 16, 1-5) (J. D. Kingsbury).
Por eso, entre otras cosas, resulta tan difícil ver representado el Evangelio en las mansiones clericales (y no digamos   episcopales) que la gente ve en tantas ciudades.

3.  La renuncia a enterrar al propio padre se comprende cuando se tiene en
cuenta que el deber de dar sepultura a los difuntos era tan importante que se consideraba "como la cima de todas las buenas obras" (Martin Hengel).
Por tanto, lo que aquel discípulo le estaba pidiendo a Jesús era seguirle, pero
después de cumplir con la propia religión, ya que no enterrar al propio padre atraía una maldición y era una vergüenza (Deu 28, 26; 2 Mac 5, 10; 9, 15; Salm Sa1.4, 19-20; F. Josefo...) (W. Carter).
Y eso es lo que Jesús no tolera. En definitiva, se trata de comprender que el Evangelio es lo más serio, lo más grave, lo
más exigente, que se puede asumir como proyecto de vida.
Por otra parte, y como es lógico, todo esto deja de tener sentido y se reduce a mera charlatanería eclesiástica, cuando en el centro de la vida no se pone el seguimiento de Jesús, sino la observancia religiosa. Teniendo siempre en cuenta que seguir a Jesús es vivir con Jesús y como Jesús, en la medida en que eso es posible.

Santa Esther



Personaje bíblico: reina de Persia e intercesora del pueblo Judío, al que salvó del exterminio. Prefiguración de la Virgen María como auxilio del Pueblo de Dios.


Vida de Santa Ester o Esther

El libro de Ester contiene una de las más emocionantes escenas de la Historia Sagrada. Habiendo el rey Asuero (Jerjes) repudiado a la reina Vasti, la judía Ester vino a ser su esposa y reina de Persia. Ella, confiada en Dios y sobreponiéndose a su debilidad, intercedió por su pueblo cuando el primer ministro Amán concibió el proyecto de exterminar a todos los judíos, comenzando por Mardoqueo, padre adoptivo de Ester. En un banquete, Ester descubrió al rey su nacionalidad hebrea y pidió protección para sí y para los suyos contra su perseguidor Amán. El rey concedió lo pedido: Amán fue colgado en el mismo patíbulo que había preparado para Mardoqueo, y el pueblo judío fue autorizado a vengarse de sus enemigos el mismo día en que según el edicto de Amán, debía ser aniquilado en el reino de los persas. En memoria de este feliz acontecimiento los judíos instituyeron la fiesta de Purim (Fiesta de las Suertes).
El texto masorético que hoy tenemos en la Biblia hebrea, sólo contiene 10 capítulos, y es más corto que el originario, debido a que la Sinagoga omitió ciertos pasajes religiosos, cuando la fiesta de Purim, en que se leía este libro al pueblo, tomó carácter mundano. San Jerónimo añadió los últimos capítulos (10, 4-16, 24), que contienen los trozos que se encuentran en la versión griega de Teodoción, pero faltan en la forma actual del texto hebreo.
El carácter histórico del libro siempre ha sido reconocido, tanto por la tradición judaica, como por la cristiana. Un hecho manifiesto nos muestra la historicidad del libro, y es la existencia de la mencionada fiesta de Purim, que los judíos celebran aún en nuestros días. Sin embargo, han surgido no pocos exégetas, sobre todo acatólicos, que relegan el libro de Ester a la categoría de los libros didácticos o le atribuyen solamente un carácter histórico en sentido lato. Es éste un punto que debe estudiarse a la luz de las normas trazadas en la Encíclica "Divino Afflante Spiritu". Hasta aclararse la cuestión damos preferencia a la opinión tradicional.
En cuanto al tiempo de la composición se deciden algunos por la época de Jerjes I (485-465 a. C.), otros por el tiempo de los Macabeos.
La canonicidad del libro de Ester está bien asegurada. El Concilio de Trento ha definido también la canonicidad de la segunda parte del libro de Ester (cap. 10, vers. 4 al cap. 16, vers. 24), mientras los judíos y protestantes conservan solamente la primera parte en su canon de libros sagrados.
Los santos Padres ven en Ester, que intercedió por su pueblo, una figura de la Santísima Virgen María, auxilium christianorum. Lo que Ester fue para su pueblo por disposición de Dios, lo es María para el pueblo cristiano.


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