30 - DE DICIEMBRE –JUEVES
– OCTAVA DE NAVIDAD –
Traslación de
Santiago Apóstol
Lectura de la primera carta del
apóstol san Juan (2,12-17):
Os escribo, hijos míos, que se os han
perdonado vuestros pecados por su nombre. Os escribo, padres, que ya conocéis
al que existía desde el principio. Os escribo, jóvenes, que ya habéis vencido
al Maligno. Os repito, hijos, que ya conocéis al Padre. Os repito, padres, que
ya conocéis al que existía desde el principio. Os repito, jóvenes, que sois
fuertes y que la palabra de Dios permanece en vosotros, y que ya habéis vencido
al Maligno.
No améis al mundo ni lo que hay en el
mundo. Si alguno ama al mundo, no está en él el amor del Padre. Porque lo que
hay en el mundo –las pasiones de la carne, y la codicia de los ojos, y la
arrogancia del dinero–, eso no procede del Padre, sino que procede del mundo. Y
el mundo pasa, con sus pasiones. Pero el que hace la voluntad de Dios permanece
para siempre.
Palabra de Dios
Salmo: 95,7-8a.8b-9.10
R/. Alégrese el cielo, goce la tierra
Familias de los pueblos, aclamad al Señor,
aclamad la gloria y el poder del Señor,
aclamad la gloria del nombre del Señor. R/.
Entrad en sus atrios trayéndole ofrendas,
postraos ante el Señor en el atrio sagrado,
tiemble en su presencia la tierra toda. R/.
Decid a los pueblos: «El Señor es rey,
él afianzó el orbe, y no se moverá;
él gobierna a los pueblos rectamente.» R/.
Lectura del santo evangelio según san
Lucas (2,36-40):
En aquel tiempo, había una profetisa, Ana,
hija de Fanuel, de la tribu de Aser. Era una mujer muy anciana; de jovencita
había vivido siete años casada, y luego viuda hasta los ochenta y cuatro; no se
apartaba del templo día y noche, sirviendo a Dios con ayunos y oraciones.
Acercándose en aquel momento, daba
gracias a Dios y hablaba del niño a todos los que aguardaban la liberación de
Jerusalén. Y cuando cumplieron todo lo que prescribía la ley del Señor, se
volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret.
El niño iba creciendo y robusteciéndose,
y se llenaba de sabiduría; y la gracia de Dios lo acompañaba.
Palabra del Señor
1. La devoción, la piedad, el fervor religioso de la
profetisa Ana es ejemplar: siempre en el Templo, dedicada a la oración,
mortificándose con ayunos. Y así, durante más de ochenta años.
Cuando la piedad religiosa es auténtica, produce personas ejemplares, profundamente buenas.
Necesitamos cultivar el espíritu, la paz interior, la oración. Así
nos liberamos de las tensiones y el desgaste que producen los afanes de la
vida.
2. La oración, la contemplación, el silencio interior, en el
sosiego de un espacio adecuado, ya sea el templo, ya sea la soledad del campo o
la montaña, nos rehacen, nos liberan de crispaciones y ansiedades. Y así se
ponen las condiciones para ver y enjuiciar nuestros problemas como normalmente
no los solemos ver.
3. La oración y la austeridad han sido, durante miles de
años, mediaciones privilegiadas para el encuentro de cada cual con su
verdadera humanidad. Y, mediante eso, para el encuentro con Dios. La
oración y la austeridad fueron determinantes para Jesús, hasta el momento
mismo de su muerte.
El peligro, que pueden tener estas formas de vida, es que nos
alejen de la realidad, de los problemas que se viven en la sociedad, del
sufrimiento de los que padecen, no porque ellos quieren sacrificarse, sino
porque la economía y la política los machacan.
Las personas que viven en monasterios, en la clausura del
convento, en la seguridad económica del que no tiene ni que pensar en el dinero
(porque lo tiene seguro y asegurado), tales personas tienen que vivir más en
contacto con la realidad y ser más sensibles a los problemas que vive la
mayoría de la gente.
Traslación de Santiago Apóstol
Las últimas noticias históricas de [Santiago Apóstol] nos llegan
de Palestina, donde muerte mártir (el primero de los Apóstoles de Jesús)
decapitado en Jerusalén. A partir de aquí surge una profunda tradición de que
su cuerpo es trasladado al fin del mundo, al occidente europeo, a Galicia
(España).
Arribaría en barco a Iria Flavio
(Padrón) y de allí sería conducido tierra adentro hasta acabar enterrado en
tierras de la actual Santiago de Compostela.
La historia da lugar a la tradición
con el paso de las generaciones y la invasión musulmana, hasta reencontrarse la
tumba en el siglo IX, iniciándose una segunda historia del Apóstol Santiago que
marcaría España y toda Europa con el Camino de Santiago.
Vida de Traslación
de Santiago Apóstol
De hecho, por los breves apostólicos
de dos papas, Gregorio XIII y Sixto V, se celebra en Santiago y en España la
fiesta de la Traslación.
El rey Herodes mandó decapitar a
Santiago Apóstol. Fue el protomártir de los Apóstoles; luego le seguirían todos
los demás y sucedió en la ciudad Santa de Jerusalén. Este es el dato histórico
y punto de partida de una leyenda que parece ser un inverosímil juego
imaginativo, pero, como tantas veces sucede, la fantasía mejor intencionada
cubre los espacios en blanco que la historia no puede rellenar con datos
comprobables.
Y la leyenda se expone así
resumiendo: Una vez muerto Santiago, los siete discípulos que había llevado
consigo cuando estuvo en España robaron por la noche el cuerpo que Herodes
prohibió enterrar y dejó expuesto a las aves, perros y alimañas. Ocultamente lo
llevaron hasta el puerto de Jaffa donde milagrosamente encontraron una nave sin
remeros ni piloto, pero con todo lo necesario para una larga travesía. Ayudados
por un viento favorable y sin escollos ni tempestad arriban a Iria Flavia —hoy
Padrón— cerca de Finisterre. Con esto cumplen el deseo que les había encargado
el propio Santiago previendo el acontecimiento de su muerte.
Tierra adentro encuentran una gruta.
Les parece sitio apto para depositar los restos mortales. Manos a la obra,
destruyen un ídolo de piedra de los paganos del país y excavan en la piedra un
sepulcro donde depositan el cuerpo con su cabeza que habían transportado. Luego
levantan una casa que será capilla. Teodoro y Atanasio se quedarán custodiando
la reliquia, mientras que los otros cinco compañeros saldrán por los campos y
poblados a predicar el Evangelio. Cuando mueren los dos custodios reciben sepultura
junto a los restos de Santiago.
Las invasiones y guerras que se
suceden en el lugar son factores determinantes para que, junto con el mismo
paso de los años, se relegue al olvido transitoriamente tanto el lugar ya
tapado por los matorrales como el tesoro que contiene.
Cuando reina Alfonso el Casto se
descubren los antiguos sepulcros y el rey manda edificar un templo. Y otros
monarcas le siguen. Es Compostela. Los papas conceden privilegios, Urbano II
desliga el obispado de la jurisdicción de Braga y con Calixto II comienza a ser
arzobispado. Los milagros y las maravillas se producen en el tiempo para
españoles y extranjeros. Se señala de modo muy especial la protección en la
larga lucha de reconquista llegando a aplicársele el alias de "Matamoros"
por haberlo visto con todas las armas precediendo al ejército cristiano. Las
rutas del peregrinaje de Europa comienzan a tener otro camino para culminar el
perdón de los pecados con arrepentimiento.
(Fuente: archimadrid.es)
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