martes, 19 de julio de 2022

Párate un momento: El Evangelio del dia 21 - DE JULIO – JUEVES – 16 – SEMANA DEL T. O. – C – San Lorenzo de Brindisi

 

 


21 - DE JULIO – JUEVES –

16 – SEMANA DEL T. O. – C –

San Lorenzo de Brindisi

 

Lectura del libro de Jeremías (2,1-3.7-8.12-13):

 

Recibí esta palabra del Señor:

«Ve y grita a los oídos de Jerusalén: "Así dice el Señor: Recuerdo tu cariño de joven, tu amor de novia, cuando me seguías por el desierto, por tierra yerma. Israel era sagrada para el Señor, primicia de su cosecha: quien se atrevía a comer de ella lo pagaba, la desgracia caía sobre él –oráculo del Señor–.

Yo os conduje a un país de huertos, para que comieseis sus buenos frutos; pero entrasteis y profanasteis mi tierra, hicisteis abominable mi heredad. Los sacerdotes no preguntaban: "¿Dónde está el Señor?", los doctores de la ley no me reconocían, los pastores se rebelaron contra mí, los profetas profetizaban por Baal, siguiendo dioses que de nada sirven.

Espantaos, cielos, de ello, horrorizaos y pasmaos –oráculo del Señor–. Porque dos maldades ha cometido mi pueblo: Me abandonaron a mí, fuente de agua viva, y cavaron aljibes, aljibes agrietados, que no retienen el agua."»

 

Palabra de Dios

 

Salmo: 35

R/. En ti, Señor, está la fuente viva

 

Señor, tu misericordia llega al cielo,

tu fidelidad hasta las nubes;

tu justicia hasta las altas cordilleras,

tus sentencias son como el océano inmenso. R/.

 

¡Qué inapreciable es tu misericordia, oh Dios!,

los humanos se acogen a la sombra de tus alas;

se nutren de lo sabroso de tu casa,

les das a beber del torrente de tus delicias. R/.

 

Porque en ti está la fuente viva,

y tu luz nos hace ver la luz.

Prolonga tu misericordia con los que te reconocen,

tu justicia con los rectos de corazón. R/.

 

Lectura del santo evangelio según san Mateo (13,10-17):

 

En aquel tiempo, se acercaron a Jesús los discípulos y le preguntaron:

«¿Por qué les hablas en parábolas?»

Él les contestó:

«A vosotros se os ha concedido conocer los secretos del reino de los cielos y a ellos no. Porque al que tiene se le dará y tendrá de sobra, y al que no tiene se le quitará hasta lo que tiene. Por eso les hablo en parábolas, porque miran sin ver y escuchan sin oír ni entender.

 Así se cumplirá en ellos la profecía de Isaías: "Oiréis con los oídos sin entender; miraréis con los ojos sin ver; porque está embotado el corazón de este pueblo, son duros de oído, han cerrado los ojos; para no ver con los ojos, ni oír con los oídos, ni entender con el corazón, ni convertirse para que yo los cure."

¡Dichosos vuestros ojos, porque ven, y vuestros oídos, porque oyen!

Os aseguro que muchos profetas y justos desearon ver lo que veis vosotros y no lo vieron, y oír lo que oís y no lo oyeron.»

 

Palabra del Señor

 

 1.  Este evangelio necesita una aclaración.  La explicación que Jesús da a 14 discípulos, diciendo por qué habla a la gente en parábolas, fue redactada bastantes años después de la muerte de Jesús. Y reproduce lo que dijo Jesús, para ser interpretado de acuerdo con la situación en que vivía la comunidad cristiana para la que Mateo escribió su evangelio. 

Aquella comunidad estaba convencida de que el rechazo de Cristo no fue solo responsabilidad de los sumos sacerdotes, sino de todo Israel, y eso es lo que Mateo recoge y refleja en la respuesta que pone en labios de Jesús.

 

2.  Por eso, en este texto, quedan muy bien los discípulos, en los que se ve retratada la comunidad para la que se escribió el evangelio, y queda fatal la gente, la masa de los que oían a Jesús, en los que los cristianos (de finales de s. I) veían a todo Israel, como responsable del rechazo y de la muerte de Jesús.

Esto es lo que viene a decir la interpretación más aceptable de los especialistas más competentes en el evangelio de Mateo.

 

3.  Lo que sin duda Jesús quiso decir es que las parábolas tienen, al mismo tiempo, un sentido "revelador" y "encubridor": revelan lo que dice Jesús a quienes sintonizan con él; pero al mismo tiempo encubren el Evangelio a quienes están enfrentados con él. Y es que la parábola es un género literario que se entiende, no cuando se interpreta, sino cuando se vive (Paul Ricoeur). 

Entonces ocurre lo que se ha dicho con tanta clarividencia: "Si practicáis las parábolas, vosotros mismos os convertiréis en parábola, y así os veréis libres de la fatiga diaria" (Franz Kafka).

 

San Lorenzo de Brindisi

 


Año 1619

 

 Lorenzo significa: coronado de laurel. Laureado. Este santo ha sido quizás el más famoso predicador de la comunidad de Padres Capuchinos.

Nació en Brindis (Italia) cerca de Nápoles. Desde pequeño demostró tener una memoria asombrosa. Dicen que a los ocho años repitió desde el púlpito de la Catedral un sermón escuchado a un famoso predicador, con gran admiración de la gente.

Cuando pidió ser admitido como religioso en los Padres Capuchinos, el superior le advirtió que le iba a ser muy difícil soportar aquella vida tan dura y tan austera. El joven le preguntó: "Padre, ¿en mi celda habrá un crucifijo?". "Si, lo habrá", respondió el superior. "Pues eso me basta. Al mirar a Cristo Crucificado tendré fuerzas para sufrir por amor a Él, cualquier padecimiento".

La facilidad de Lorenzo para aprender idiomas y para grabarse en la memoria todo lo que leía, dejó atónitos a sus superiores y compañeros. Prácticamente se aprendía de memoria capítulos enteros de la S. Biblia y muchas páginas más de libros piadosos. Hablaba seis idiomas: griego, hebreo, latín, francés, alemán e italiano.

Y su capacidad para predicar era tan excepcional, que, siendo simple seminarista, ya le fue encomendado el predicar los 40 días de Cuaresma en la Catedral de Venecia por dos años seguidos. Las gentes vibraban de emoción al oír sus sermones, y muchos se convertían.

Un sacerdote le preguntó: "Fray Lorenzo, ¿a qué se debe su facilidad para predicar? ¿A su formidable memoria?" Y él respondió: "En buena parte se debe a mi buena memoria. En otra buena parte a que dedico muchas horas a prepararme. Pero la causa principal es que encomiendo mucho a Dios mis predicaciones, y cuando empiezo a predicar se me olvida todo el plan que tenía y empiezo a hablar como si estuviera leyendo en un libro misterioso venido del cielo".

Los capuchinos nombraron a Fray Lorenzo superior del convento y luego superior de Italia. Más tarde al constatar las grandes cualidades que tenía para gobernar, lo nombraron superior general de toda su comunidad en el mundo. En sus años de superiorato recorrió muchos países visitando los conventos de sus religiosos para animarlos a ser mejores y a trabajar mucho por el reino de Cristo. Había días que caminaba a pie 50 kilómetros. No le asustaba desgastarse en su salud con tal de conseguir la salvación de las almas y la extensión del reino de Dios. La gente lo amaba porque era sumamente comprensivo y bondadoso, y porque sus consejos hacían un gran bien. Siendo superior, sin embargo, servía a la mesa a los demás, y lavaba los platos de todos.

El Santo Padre, el Papa, lo envió a Checoslovaquia y a Alemania a tratar de extender la religión católica en esos países. Se fue con un buen grupo de capuchinos, y empezó a predicar. Pero en esos días un ejército de 60 mil turcos mahometanos invadió el país con el fin de destruir la religión, y el jefe de la nación pidió al Padre Lorenzo que se fuera con sus capuchinos a entusiasmar a los 18 mil católicos que salían a defender la patria y la religión. La batalla fue terriblemente feroz. Pero San Lorenzo y sus religiosos recorrían el campo de batalla con una cruz en alto cada uno, gritando a los católicos: "Ánimo, estamos defendiendo nuestra santa religión". Y la victoria fue completa. Los soldados victoriosos exclamaban: "La batalla fue ganada por el Padre Lorenzo".

El Papa Clemente VIII decía que el Padre Lorenzo valía él solo más que un ejército.

El Sumo Pontífice lo envió de delegado suyo a varios países, y siempre estuvo muy activo de nación en nación dirigiendo su comunidad y fundando conventos, predicando contra los protestantes y herejes, y trabajando por la paz y la conversión. Pero lo más importante en cada uno de sus días eran las prácticas de piedad. Durante la celebración de la Santa Misa, frecuentemente era arrebatado en éxtasis, y su orar era de todas las horas y en todos los sitios. Por eso es por lo que obtuvo tan grandes frutos apostólicos.

Dormía sobre duras tablas. Se levantaba por la noche a rezar salmos. Ayunaba con frecuencia. Su alimento era casi siempre pan y verduras. Huía de recibir honores, y se esforzaba por mantenerse siempre alegre y de buen humor con todos. La gente lo admiraba como a un gran santo. Su meditación preferida era acerca de la Pasión y Muerte de Jesucristo.

En 1959 fue declarado "Doctor de la Iglesia", por el Sumo Pontífice Juan XXIII. Y es que dejó escritos 15 volúmenes de enseñanzas, y entre ellos 800 sermones muy sabios. En Sagrada Escritura era un verdadero especialista.

Cuando viajaba a visitar al rey de España enviado por la gente de Nápoles para pedirle que destituyera a un gobernador que estaba haciendo mucho mal, se sintió sin fuerzas y el 22 de julio de 1619, el día que cumplía sus 60 años, murió santamente. Ha sido llamado el "Doctor apostólico".

Ruega por nosotros, querido San Lorenzo, para que no tengamos miedo a gastarnos y desgastarnos por Cristo y su Santa Iglesia, como lo hiciste tú.

 

Dijo Jesús: "Si el grano de trigo muere, produce mucho fruto".

 

 

 

 

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