sábado, 3 de junio de 2023

Párate un momento: El Evangelio del dia 5 – DE JUNIO – LUNES – 9 – SEMANA DE T.O. – A SAN BONIFACIO, obispo y mártir

 

 

 


 

5 – DE JUNIO – LUNES –

9 – SEMANA DE T.O. – A

SAN BONIFACIO, obispo y mártir


       Comienzo del libro de Tobías1,3; 2,1b-8

 

     Yo, Tobit, he practicado la verdad y la justicia toda mi vida; he dado muchas limosnas a mis parientes y compatriotas que vinieron cautivos conmigo a Nínive, la tierra de los asirios. En nuestra santa fiesta de Pentecostés, es decir, la fiesta de las Semanas, me prepararon un banquete, y me senté dispuesto a comer. Me prepararon la mesa y vi suculentos manjares.

     Entonces dije a mi hijo Tobías: «Hijo, sal y si, entre nuestros hermanos deportados en Nínive, encuentras algún pobre que se acuerde de Dios con todo corazón, tráelo para que coma con nosotros. Hijo mío, esperaré hasta que vuelvas».

    Tobías salió en busca de algún pobre de nuestro pueblo, pero al regreso me dijo: «¡Padre!» Respondí: «Aquí estoy, hijo mío». Él contestó: «Padre, han asesinado a uno de los nuestros y su cuerpo yace en la plaza del mercado. Acaba de ser estrangulado». Me levanté sin haber probado la comida, tomé el cadáver de la plaza y lo dejé en un cobertizo para enterrarlo cuando se pusiera el sol. Entré de nuevo, me lavé y comí con amargura, recordando las palabras del profeta Amós contra Betel: «Vuestras fiestas se convertirán en luto y todos vuestros cantos en lamentaciones».

    No pude reprimir las lágrimas. Cuando se puso el sol, fui a cavar una fosa y enterré el cadáver. Los vecinos se burlaban de mí diciendo: «Este no escarmienta. Tuvo que escapar cuando lo buscaban para matarlo por enterrar muertos y vuelve a la tarea».

 

Palabra de Dios.

 

     Salmo 111:

    Dichoso quien teme al Señor.

 

    Dichoso quien teme al Señor

y ama de corazón sus mandatos.

Su linaje será poderoso en la tierra,

la descendencia del justo será bendita. R/

 

     En su casa habrá riquezas y abundancia,

su caridad dura por siempre.

En las tinieblas brilla como una luz

el que es justo, clemente y compasivo. R/

 

     Dichoso el que se apiada y presta,

y administra rectamente sus asuntos,

porque jamás vacilará.

El recuerdo del justo será perpetuo. R/

 

     Lectura del santo evangelio según san Marcos (12,1-12):

 

     En aquel tiempo, Jesús se puso a hablar en parábolas a los sumos sacerdotes, a los escribas y a los ancianos:

     «Un hombre plantó una viña, la rodeó con una cerca, cavó un lagar, construyó la casa del guarda, la arrendó a unos labradores y se marchó de viaje.

     A su tiempo, envió un criado a los labradores, para percibir su tanto del fruto de la viña. Ellos lo agarraron, lo apalearon y lo despidieron con las manos vacías.    Les envió otro criado; a éste lo insultaron y lo descalabraron. Envió a otro y lo mataron; y a otros muchos los apalearon o los mataron. Le quedaba uno, su hijo querido. Y lo envió el último, pensando que a su hijo lo respetarían.

     Pero los labradores se dijeron:

"Éste es el heredero. Venga, lo matamos, y será nuestra la herencia."

     Y, agarrándolo, lo mataron y lo arrojaron fuera de la viña.  

     - ¿Que hará el dueño de la viña?

     Acabará con los ladrones y arrendará la viña a otros.

     - ¿No habéis leído aquel texto:  “La piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular? Es el Señor quien lo ha hecho, ha sido un milagro patente"?”.

      Intentaron echarle mano, porque veían que la parábola iba por ellos; pero temieron a la gente, y, dejándolo allí, se marcharon.

 

Palabra del Señor

 

     1.  Esta parábola se puede -y se suele- interpretar como la denuncia más fuerte que hizo Jesús contra los dirigentes de Israel, que serían los que se llegaron a considerar como los "dueños" del "Pueblo elegido".

     Por supuesto, leyendo el texto, tal como ha llegado hasta nosotros, esta interpretación es la más obvia y la que parece más lógica e inevitable. Pero, si entendemos así la parábola, la consecuencia que de ella se sigue, es el "antisemitismo" más radical e intolerante que se puede imaginar.

 

     2.  Sabemos que el pueblo judío ha sido hostigado, desde el año 70 del siglo primero (cuando fue invadido por el Emperador Tito, que destruyó Jerusalén con su Templo). Desde entonces, y a medida que el cristianismo fue creciendo y dominando la cultura de Occidente, los judíos se han visto incomprendidos, perseguidos, expulsados, hasta llegar a su prueba más cruel en el Holocausto del nazismo en la segunda guerra mundial, en los años 40 al 45 del siglo pasado. Así las cosas, tenemos que cuidar con extrema delicadeza para que el Evangelio no se convierta en una fuerza de odio y venganza.   Jesús no pudo enseñar esto. Esto ha sido invención de seres pervertidos que han mal interpretado el Evangelio.


     3.  La enseñanza indiscutible de la parábola está en que, cuando los dirigentes religiosos se ven a sí mismos como los "dueños y señores" del pueblo fiel, terminan convirtiéndose en tiranos, que maltratan y destrozan la vida, lo humano, a cualquier ser humano. Jesús tuvo el valor y la libertad de decirles en su cara, a quienes él sabía que lo iban a matar, lo que aquellos hombres 
eran. No eran "hombres de Dios". Eran "criminales de lo humano". Hay que pedir al Padre de la Misericordia que nos libere de semejante amenaza y los daños que de ella se siguen.

 

   SAN BONIFACIO, obispo y mártir





Apóstol de Alemania

San Bonifacio, obispo y mártir Memoria

Nació en Inglaterra hacia el 673; hizo su profesión religiosa en el monasterio de Exeter. El año 719 marchó a Alemania a predicar la fe cristiana, obteniendo notable éxito. Consagrado obispo de Maguncia, fundó o instauró, con ayuda de varios compañeros, numerosas iglesias en Baviera, Turingia y Franconia, congregó diversos concilios y promulgó leyes.

Fue asesinado por unos paganos durante la evangelización de los frisones en el año 754, y su cuerpo fue sepultado en la abadía de Fulda.

     San Bonifacio nació hacia el año 680, en el territorio de Wessex (Inglaterra). Su verdadero nombre era Winfrido. Ordenado sacerdote, en el año 716 con dos compañeros se encaminó a Turingia; pero aún no era la hora de su apostolado. Regresó a su monasterio y en el año 718 viajó a Roma para solicitar del papa Gregorio II autorización de misionar en el continente. El Sumo Pontífice lo escuchó complacido y, en el momento de otorgarle la bendición, le dijo: "Soldado de Cristo, te llamarás Bonifacio". Este nombre significa "bienhechor".

En 719 se dirigió a Frislandia. Allí estuvo tres años; luego se marchó a Hesse, convirtiendo a gran número de bárbaros. En Amoneburg, a orillas del río Olm, fundó el primer monasterio. Regresó a Roma, donde el papa lo ordenó obispo.

Poco después, en el territorio de Hesse, fundaba el convento de Fritzlar. En el año 725 volvió a dirigirse a Turingia y, continuando su obra misionera, fundó el monasterio de Ordruf. Presidió un concilio donde se encontraba Carlomán, hijo de Carlos Martel y tío de Carlomagno, quien lo apoyó en su empresa. En el año 737, otra vez en Roma, el papa lo elevó a la dignidad de arzobispo de Maguncia. Prosiguió su misión evangelizadora y se unieron a él gran cantidad de colaboradores. También llegaron desde Inglaterra mujeres para contribuir a la conversión del país alemán, emparentado racialmente con el suyo. Entre éstas se destacaron santa Tecla, santa Walburga y una prima de Bonifacio, santa Lioba. Este es el origen de los conventos de mujeres. Prosiguió fundando monasterios y celebrando sínodos, tanto en Alemania como en Francia, a consecuencia de lo cual ambas quedaron íntimamente unidas a Roma.

El anciano predicador había llegado a los ochenta años. Deseaba regresar a Frisia (la actual Holanda). Tenía noticias de que los convertidos habían apostatado. Cincuenta y dos compañeros fueron con él. Atravesaron muchos canales, hasta penetrar en el corazón del territorio. Al desembarcar cerca de Dochum, miles de habitantes de Frisia fueron bautizados. El día de pentecostés debían recibir el sacramento de la confirmación.

Bonifacio se encontraba leyendo, cuando escuchó el rumor de gente que se acercaba. Salió de su tienda creyendo que serían los recién convertidos, pero lo que vio fue una turba armada con evidente determinación de matarlo. Los misioneros fueron atacados con lanzas y espadas. "Dios salvará nuestras almas", grito Bonifacio. Uno de los malhechores se arrojó sobre el anciano arzobispo, quien levantó maquinalmente el libro del evangelio que llevaba en la mano, para protegerse. La espada partió el libro y la cabeza del misionero. Era el 5 de junio del año 754.

El sepulcro de san Bonifacio se halla en Fulda, en el monasterio que él fundó. Se lo representa con un hacha y una encina derribada a sus pies, en recuerdo del árbol que los gentiles adoraban como sagrado y que Bonifacio abatió en Hesse. Es el apóstol de Alemania y el patriarca de los católicos de ese país.

 

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