sábado, 10 de febrero de 2024

párate un momento: El Evangelio del dia 12 DE FEBRERO – LUNES – 6 – SEMANA T O - B – STª. EULALIA DE BARCELONA

 


 

12 DE FEBRERO – LUNES –

6 – SEMANA T O - B

STª. EULALIA DE BARCELONA

 

   Comienzo de la carta del apóstol Santiago (1,1-11):

 

Santiago, siervo de Dios y del Señor Jesucristo, saluda a las doce tribus dispersas. Hermanos míos, teneos por muy dichosos cuando os veáis asediados por toda clase de pruebas. Sabed que, al ponerse a prueba vuestra fe, os dará constancia. Y si la constancia llega hasta el final, seréis perfectos e íntegros, sin falta alguna.

En caso de que alguno de vosotros se vea falto de sabiduría, que se la pida a Dios. Dios da generosamente y sin echar en cara, y él se la dará. Pero tiene que pedir con fe, sin titubear lo más mínimo, porque quien titubea se parece al oleaje del mar sacudido y agitado por el viento. Un individuo así no se piense que va a recibir nada del Señor; no sabe lo que quiere y no sigue rumbo fijo.

El hermano de condición humilde esté orgulloso de su alta dignidad, y el rico, de su pobre condición, pues pasará como la flor del campo: sale el sol y con su ardor seca la hierba, cae la flor, y su bello aspecto perece; así se marchitará también el rico en sus empresas.

 

Palabra de Dios

 

Salmo: 118,67.68.71.72.75.76

 

R/. Cuando me alcance tu compasión, viviré, Señor

 

Antes de sufrir, yo andaba extraviado,

pero ahora me ajusto a tu promesa. R/.

 

Tú eres bueno y haces el bien;

instrúyeme en tus leyes. R/.

 

Me estuvo bien el sufrir,

así aprendí tus mandamientos. R/.

 

Más estimo yo los preceptos de tu boca

que miles de monedas de oro y plata. R/.

 

Reconozco, Señor, que tus mandamientos son justos,

que con razón me hiciste sufrir. R/.

 

Que tu bondad me consuele,

según la promesa hecha a tu siervo. R.

 

Lectura del santo evangelio según san Marcos (8,11-13):

 

En aquel tiempo, se presentaron los fariseos y se pusieron a discutir con Jesús; para ponerlo a prueba, le pidieron un signo del cielo.

Jesús dio un profundo suspiro y dijo:

«¿Por qué esta generación reclama un signo? Os aseguro que no se le dará un signo a esta generación.»

Los dejó, se embarcó de nuevo y se fue a la otra orilla.

 

Palabra del Señor

 

1.  La petición de los fariseos, de que Jesús les diera un "signo", es decir, una "señal" que demostrase que él era el profeta "que tenía que venir", está atestiguada varias veces en los evangelios (Mt 12, 38-42; 16, 1. 2-4; Mc 8, 11-12; Lc 11, 16. 29-32; cf. Jn 6, 30). Dado que, de Jesús se decía que era un profeta (Mt 16, 13-14 par), es lógico que le pidieran una "señal" para probar que eso era verdad. Sobre todo, sabiendo que, en aquellos mismos años, andaban por Galilea predicadores ambulantes de los que se decía que eran "profetas de señales": Teudas y el llamado "el Egipcio" (Josefo, Ant. 20, 97; De Bello, 2. 261).

Tales "señales" consistían en "milagros", hechos prodigiosos.

 

2.  Jesús se negó a ofrecer "señales". Por tanto, lo más seguro que hay en esta tradición evangélica es que Jesús no quiso realizar hechos prodigiosos ("milagros") para demostrar que él era el enviado de Dios.

Entonces, ¿qué sentido tienen los numerosos relatos de hechos extraordinarios de los que nos informan los evangelios?

La "señal de Jonás", de la que hablan los otros sinópticos (Mt 12, 39; Lc 11, 29), se refiere obviamente a la predicación de aquel profeta que cambió la vida de los habitantes de Nínive. Por tanto, parece lo más lógico que el sentido de "lo extraordinario", que realizó Jesús, tiene el sentido de que, efectivamente, lo que hizo Jesús fue cambiar la vida de mucha gente.

Pero ¿qué significa esto más en concreto?

 

3.  No significa que Jesús fue un mago o un curandero. Jesús le cambió (y le sigue cambiando) la vida a mucha gente, pero no por los milagros que hace, sino por la humanidad que tiene.

El "milagro", el "misterio" y la "autoridad"

son los instrumentos que, según el gran Inquisidor de Dostoievski, utilizó la Iglesia para cambiar el mensaje de Jesús y ponerlo a su servicio.

Jesús no quiere nada de eso. Porque lo que de verdad cambia la vida de la gente es la bondad, es la humanidad, es la humildad.

El problema de fondo, que hay en todo esto, está en que tenemos mal situado a Dios. El Dios de Jesús no se sitúa en "lo prodigioso", sino en "lo bondadoso", es decir, en "lo verdaderamente humano".

 

STª. EULALIA DE BARCELONA

 


290 - 303

Santa Eulalia fue una niña nacida en Barcino (Hispania), lo que hoy es Barcelona, en el año 290. El 12 de febrero de 303 fue la fecha de su martirio. Es patrona de Barcelona desde tiempos inmemoriales y desde 1868 Santa Eulalia comparte el patronazgo de Barcelona con la Virgen de la Merced y, en honor a ella, la ciudad celebra en el mes de septiembre su principal fiesta mayor. La cultura popular atribuye a las lágrimas de Santa Eulalia, triste por el olvido de los barceloneses, las lluvias que a menudo deslucen las celebraciones de La Merced.

La fiesta de Santa Eulalia se celebra el 12 de febrero. En el marco de la celebración, tiene lugar la Procesión de las Laias, un desfile por las calles en el que participan gigantas de la ciudad. Entre ellas, las bautizadas en honor a la patrona, como la Eulàlia, de los Gegantons Vells del Pi, cuyo origen se remonta a 1780, o la Gegantona Laia, que reproduce la iconografía de la mártir.

Asimismo, con motivo de esta festividad, se iza en el balcón principal de la Casa de la Ciudad de Barcelona la histórica Bandera de Santa Eulalia de Barcelona

Historia de su vida

 

La historia de la que se tiene constancia a partir del siglo VII, se remonta a la época romana. Según la tradición cristiana, Eulalia fue una niña, educada en el cristianismo, que vivió en las afueras de la ciudad de Barcino (Hispania), en lo que hoy es Sarriá, a finales del siglo III. Con 13 años, durante el período de persecuciones a los cristianos del emperador Diocleciano (284-305 d C), Eulalia se escapó de su hogar y fue a buscar al gobernador de Barcino, para recriminarle las represiones. El gobernador, ante la negativa de la niña a renunciar a la fe cristiana, la condenó a trece martirios, tantos como años tenía.

La tradición afirma que las trece ocas blancas que hay de forma permanente en la catedral simbolizan sus trece años y su pureza.

Según la tradición, como primer tormento fue encarcelada en una prisión oscura, para posteriormente ser azotada. En el ecúleo le fue desgarrada la carne con garfios. Luego fue puesta de pie sobre un brasero ardiendo y le fueron quemados los pechos. Las heridas le fueron fregadas con piedra tosca, para luego arrojarles aceite hirviendo y plomo fundido, además de lanzarla a una fosa de cal viva.

El noveno tormento, uno de los más conocidos popularmente, consistió en ponerla desnuda dentro de un tonel lleno de cristales, clavos y otros objetos punzantes, siendo lanzada por una calle en bajada.

Posteriormente, fue encerrada en un corral lleno de pulgas. Finalmente, fue paseada desnuda por las calles de la ciudad hasta el lugar del suplicio donde fue crucificada en una cruz en forma de aspa. Según la leyenda, durante su crucifixión se produjo una nevada, tapando la pureza de su cuerpo desnudo. También según la tradición popular, al final de su oración de que el Señor la tomara a Su Reino, la gente vio salir de su boca volando hacia el cielo una paloma blanca.

Eulalia de Barcelona fue canonizada en 633 y se convirtió en patrona de la capital catalana, donde se encuentran sus restos. Tras largo tiempo desaparecidos, los restos de Santa Eulalia fueron localizados en 878 por el obispo Frodoino en la iglesia de Santa María de las Arenas -que hoy es la Basílica de Santa María del Mar-, organizándose un solemne traslado a la catedral. En el siglo XIII las reliquias pasaron a la cripta de la Seo, reposando dentro de un nuevo sarcófago gótico de estilo pisano.

Anualmente, coincidiendo con la semana del 12 de febrero, Barcelona celebra las Fiestas de Santa Eulalia. A los actos litúrgicos e institucionales, cuya celebración se remonta al siglo XVIII, se han añadido, desde los años 1980, múltiples festejos populares en las calles, que han convertido esta celebración en fiesta mayor de invierno de la ciudad. La mayoría de los actos, que se concentran en Ciutat Vella, son de tipo tradicional, como correfocs, pasacalles, bailes de sardanas o castellers.

Abundante presencia de Santa Eulalia en Barcelona en la Cripta en la Catedral de Barcelona. La representación de Santa Eulalia está presente en varios monumentos y edificios barceloneses, así como en espacios urbanos vinculados a su tradición, entre los que se encuentran los siguientes:

La Catedral de Barcelona, que se encuentra bajo advocación de esta santa. En su cripta reposan las reliquias de la santa, siendo su sepulcro una obra maestra de la escultura gótica (1327-1339). La Catedral atesora varias obras de arte dedicadas a Santa Eulalia.

 

 

 

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