sábado, 17 de febrero de 2024

Párate un momento: El Evangelio del dia 19 DE FEBRERO – LUNES – 1ª – SEMANA DE CUARESMA - B Btº ALVARO DE CORDOBA

 


 

19 DE FEBRERO – LUNES –

1ª – SEMANA DE CUARESMA - B

Btº  ALVARO  DE  CORDOBA

 

   Lectura del libro del Levítico (19,1-2.11-18):

 

EL Señor habló así a Moisés:

«Di a la comunidad de los hijos de Israel:

“Sed santos, porque yo, el Señor, vuestro Dios, soy santo.

No robaréis ni defraudaréis ni os engañaréis unos a otros.

No juraréis en falso por mi nombre, profanando el nombre de tu Dios. Yo soy el Señor.

No explotarás a tu prójimo ni le robarás. No dormirá contigo hasta la mañana siguiente el jornal del obrero.

No maldecirás al sordo ni pondrás tropiezo al ciego. Teme a tu Dios. Yo soy el Señor.

    No daréis sentencias injustas. No serás parcial ni por favorecer al pobre ni por honrar al rico. Juzga con justicia a tu prójimo.

No andarás difamando a tu gente, ni declararás en falso contra la vida de tu prójimo. Yo soy el Señor.

No odiarás de corazón a tu hermano, pero reprenderás a tu prójimo, para que no cargues tú con su pecado.

No te vengarás de los hijos de tu pueblo ni les guardarás rencor, sino que amarás a tu prójimo como a ti mismo. Yo soy el Señor”».

 

Palabra de Dios

 

Salmo: 18,8.9.10.15

 

    R/. Tus palabras, Señor, son espíritu y vida

 

 La ley del Señor es perfecta

y es descanso del alma;

el precepto del Señor es fiel

e instruye a los ignorantes. R/.

 

 Los mandatos del Señor son rectos

y alegran el corazón;

la norma del Señor es límpida

y da luz a los ojos. R/.

 

El temor del Señor es puro

y eternamente estable;

los mandamientos del Señor son verdaderos

y enteramente justos. R/.

 

 Que te agraden las palabras de mi boca,

y llegue a tu presencia el meditar de mi corazón,

Señor, Roca mía, Redentor mío. R/.

 

Lectura del santo evangelio según san Mateo (25,31-46):

 

EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

«Cuando venga en su gloria el Hijo del hombre, y todos los ángeles con él, se sentará en el trono de su gloria y serán reunidas ante él todas las naciones.

Él separará a unos de otros, como un pastor separa las ovejas de las cabras. Y pondrá las ovejas a su derecha y las cabras a su izquierda.

Entonces dirá el rey a los de su derecha:

“Venid vosotros, benditos de mi Padre; heredad el reino preparado para vosotros desde la creación del mundo.

Porque tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y me disteis de beber, fui forastero y me hospedasteis, estuve desnudo y me vestisteis, enfermo y me visitasteis, en la cárcel y vinisteis a verme”.

Entonces los justos le contestarán:

“Señor, ¿cuándo te vimos con hambre y te alimentamos, o con sed y te dimos de beber?; ¿cuándo te vimos forastero y te hospedamos, o desnudo y te vestimos?; ¿cuándo te vimos enfermo o en la cárcel y fuimos a verte?”.

Y el rey les dirá:

“En verdad os digo que cada vez que lo hicisteis con uno de estos, mis hermanos más pequeños, conmigo lo hicisteis”.

Entonces dirá a los de su izquierda:

“Apartaos de mí, malditos, id al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles. Porque tuve hambre y no me disteis de comer, tuve sed y no me disteis de beber, fui forastero y no me hospedasteis, estuve desnudo y no me vestisteis, enfermo y en la cárcel y no me visitasteis”.

Entonces también estos contestarán:

“Señor, ¿cuándo te vimos con hambre o con sed, o forastero o desnudo, o enfermo o en la cárcel, y no te asistimos?”.

Él les replicará:

“En verdad os digo: lo que no hicisteis con uno de estos, los más pequeños, tampoco lo hicisteis conmigo”.

Y estos irán al castigo eterno y los justos a la vida eterna».

 

Palabra del Señor

 

1.  Este texto impresionante no es ni una historia, ni una profecía del futuro, ni una parábola en sentido propio del género parabólico. Es sencillamente una "predicción del futuro juicio que Dios hará de la historia de la humanidad" (E. Branderburguer, J. R. Donahue).

 

2.  La enseñanza capital de este texto es, como dijo L. Tolstoi, "donde está el amor, está Dios" (G. Drohla). La única definición de Dios, que hay en el N. T., dice que: "Dios es amor" (1 Jn 4, 8. 16). Por tanto, donde hay amor, ahí está Dios. Y donde falta el amor, no está Dios. Se trata del amor a los demás.  En esto está la clave de nuestro encuentro o de nuestro rechazo de Dios.  Por eso, en el "mandamiento nuevo", que Jesús dio en la última Cena, ya no se menciona a Dios. Solamente que os améis unos a otros (Jn 13, 34-35). En esto es en lo que se conocerá que somos discípulos (o no lo somos) de Jesús.

 

3.  El problema fuerte, que presenta este texto, no es teórico. Es una cuestión concreta y práctica: ¿Cómo vivir hoy el amor a los demás, sobre todo a los más desamparados de este mundo?  El amor no se puede reducir a la beneficencia, a practicar la caridad. Vivir de la caridad es humillante. La caridad debería quedar para salir o sacar a alguien de un apuro. En nuestro tiempo y cultura, lo decisivo debe ser, no la caridad, sino el derecho.

Hay que luchar para que sea efectiva y real la igualdad de derechos fundamentales: que todos tengamos asegurado el derecho a la seguridad de la vida, un trabajo digno, una vivienda, la sanidad, la educación, los derechos de género y respeto al sexo, la libertad de pensar y expresar nuestras convicciones, siempre que estén dentro de la ley. Los gobernantes y los poderosos, que no defienden a muerte estos derechos, son ateos. No creen en Dios, por más religiosos que se vean o sean vistos.

 

Btº  ALVARO  DE  CORDOBA

 


Predicador Dominico 

Martirologio Romano: En Córdoba, en la región española de Andalucía, conmemoración del beato Álvaro de Zamora, presbítero de la Orden de Predicadores, que se hizo célebre por su modo de predicar y contemplar la Pasión del Señor (c. 1430).

Etimológicamente Álvaro = Aquel que es el defensor de todos, es de origen germánico.

Fecha de beatificación: El Papa Benedicto XIV, aprobó su culto el 22 de septiembre de 1741.

 

Breve Biografía

 Álvaro de Córdoba, el beato, nació a mediados del siglo XIV, en Zamora (1360) y murió en Córdoba el año 1430. Perteneció a la noble familia Cardona.

Entró en el convento dominico de S. Pedro en Córdoba, en el año 1368. Fue un famoso y ardiente predicador, y con su ejemplo y sus obras, contribuyó a la reforma de la Orden, iniciada por el Beato Raimundo de Capua y sus discípulos.

Después de volver de una peregrinación a Tierra Santa, quedó impactado en el corazón por el doloroso Camino del Calvario, recorrido por nuestro Salvador.

Deseoso de vivir una existencia en soledad y perfección, donde poder templar el espíritu para un apostolado más provechoso, con el favor del rey D. Juan II de Castilla, del que era su confesor, pudo fundar a tres millas de Córdoba el famoso y observante convento de Sto. Domingo Escalaceli (Escalera del Cielo), donde había varios oratorios que reproducían la “vía dolorosa”, por él venerada en Jerusalén. Esta sagrada representación fue imitada en otros conventos, dando origen a la devoción tan bella del “Vía Crucis”, apreciadísima en la piedad cristiana.

De noche, se retiraba a una gruta distante del convento donde, a imitación de su Sto. Padre Domingo, oraba y se flagelaba. Con el tiempo, ésta se convirtió en meta de peregrinaciones para los fieles. Poseía el don de profecía y obró milagros.

Murió el 19 de febrero de 1430 y fue sepultado en su convento.

 

 

 

 

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