7
DE JUNIO – JUEVES –
9ª
– SEMANA DEL T. O. – B –
Lectura
de la segunda carta de san Pablo a Timoteo (2,8-15):
Haz memoria de Jesucristo
el Señor, resucitado de entre los muertos, nacido del linaje de David. Este ha
sido mi Evangelio, por el que sufro hasta llevar cadenas, como un malhechor.
Pero la Palabra de Dios no está encadenada. Por eso lo aguanto todo por los
elegidos, para que ellos también alcancen la salvación, lograda por Cristo
Jesús, con la gloria eterna.
Es
doctrina segura: «Si morimos con él, viviremos con él. Si perseveramos,
reinaremos con él. Si lo negamos, también él nos negará. Si somos infieles, él
permanece fiel, porque no puede negarse a sí mismo.»
Sígueles
recordando todo esto, avisándoles seriamente en nombre de Dios que no disputen
sobre palabras: no sirve para nada y es catastrófico para los oyentes.
Esfuérzate por presentarte ante Dios y merecer su aprobación como un obrero
irreprensible que predica la verdad sin desviaciones.
Palabra
de Dios
Salmo: 24
R/.
Señor, enséñame tus caminos
Señor, enséñame tus
caminos,
instrúyeme en tus
sendas,
haz que camine con
lealtad;
enséñame porque tú eres
mi Dios y Salvador. R/.
El Señor es bueno y recto
y enseña el camino a los
pecadores;
hace caminar a los
humildes con rectitud,
enseña su camino a los
humildes. R/.
Las sendas del Señor son
misericordia y lealtad
para los que guardan su
alianza y sus mandatos.
El Señor se confía con
los fieles
y les da a conocer su
alianza. R/.
Lectura
del santo evangelio según san Marcos (12,28b-34):
En aquel tiempo, un
escriba se acercó a Jesús y le preguntó:
«¿Qué
mandamiento es el primero de todos?»
Respondió
Jesús:
«El
primero es: "Escucha, Israel, el Señor, nuestro Dios, es el único Señor:
amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu
mente, con todo tu ser.
"
El segundo es éste: "Amarás a tu prójimo como a ti mismo." No hay
mandamiento mayor que éstos.»
El
escriba replicó:
«Muy
bien, Maestro, tienes razón cuando dices que el Señor es uno solo y no hay otro
fuera de él; y que amarlo con todo el corazón, con todo el entendimiento y con
todo el ser, y amar al prójimo como a uno mismo vale más que todos los
holocaustos y sacrificios.»
Jesús,
viendo que había respondido sensatamente, le dijo:
«No
estás lejos del reino de Dios.»
Y
nadie se atrevió a hacerle más preguntas.
Palabra
del Señor
1. Lo más notable de este
relato está en que el letrado, que pregunta a Jesús, se refiere solamente al
primero de todos los mandamientos. Y ese mandamiento primero, para un
israelita, era solamente el mandamiento que se refiere al amor de Dios por
encima de todo lo demás. Es lo que los
judíos denominaban el "semá" = "oye", la famosa declaración
de fe del Deuteronomio (6,
4-9;11,13-21) y del Libro de los
Números (15, 37-41).
Era, pues, para un buen israelita, el primer mandamiento que
resumía toda la vida ética de los israelitas.
2. Pero Jesús amplía ese
mandamiento y lo une, de forma inseparable, con el del amor al prójimo, que se
contiene en Lev 19, 18. Y que el Nuevo Testamento
recoge en la
respuesta que recoge el episodio del joven rico, cuando Jesús, al recordar los
"mandamientos", solamente menciona los que se refieren al amor al
prójimo (Mc 10, 19 par), lo mismo que hace san Pablo (Rm 13, 9; cf. St 2, 8).
3. Por tanto, el
planteamiento, que hace Jesús, es mucho más radical: nuestra relación con Dios
se resuelve en nuestra relación con los seres humanos con
quienes
convivimos. Y la explicación es tan profunda como sencilla: a Dios no lo
conocemos, ni podemos conocerle. Lo
que conocemos es la vida que llevan
quienes cada cual
tiene cerca. Amando a esas personas, haciéndoles la vida lo más llevadera
posible, siendo siempre buenos con todos y en todo, solamente así podemos estar seguros de que amamos a Dios y
hacemos lo que Dios quiere.
SAN ANTONIO Mª GIANELLI
Obispo y Fundador de la Congregación de las Hijas de María
Santísima del Huerto
Martirologio Romano: En
Piacenza, de la región de Emilia, tránsito de san Antonio María Gianelli,
obispo de Bobbio, fundador de la Congregación de Hijas de María Santísima del
Huerto, que se distinguió por su atención a los pobres y a la salvación de las
almas, y que, con su ejemplo y dedicación, promovió la santidad entre el clero.
(† 1846)
Fecha de canonización: 21 de
octubre de 1951, durante el pontificado de S.S. Pío XII
Antonio Gianelli nace en
tierra Ligur, en Cereta, pequeña fracción de Carro, en una familia pobrísima
que cultiva tierras arrendadas. Sus padres fueron Santiago Gianelli y María
Tosso.
En la escuela para niños
fundada por el Párroco de Castello, realiza sus primeros estudios. Hasta los 18
años distribuye su tiempo entre el estudio, la oración, el catecismo, el
servicio de a las familias labriegas y las obras de caridad.
Una acaudalada genovesa
propietaria de los terrenos que sus padres cultivaban, le facilita la entrada
al Seminario de Génova, Continúa con éxito sus estudios, pero sobre todo cultiva
la piedad y la mortificación.
En 1813, después de haber
recibido la ordenación sacerdotal, es destinado como ayudante del Abad de la
Iglesia de S. Mateo en Génova, donde permanece por dos años.
En Cáracari, Diócesis de
Acqui se desempeña como profesor modelo, en el Colegio de los Escolapios
durante el curso escolar 1815-1816.
Conocido y apreciado por el
Cardenal Spina es llamado al año siguiente al Seminario de Génova y se le
confía la Cátedra de Retórica, que Gianelli ejerce por 10 años. Años plenos de
intenso trabajo y responsabilidad al servicio de futuros sacerdotes de los que
quiere: "Sean doctos, sí, pero por sobre todo santos".
Al quedar vacante, en 1826,
la colegiala de S. Juan Bautista en Chiavari, el nuevo Arzobispo de Génova,
Mons. Luis Lambruschini escribe a los Chiavareses: "Os envío la más bella
flor de mi jardín". Y vuelto a Gianelli: "haga de cuenta que emprende
una misión, no de pocos días, sino de 10 o 12 años..."
¿Fue una profecía? Estos 12
años de intensa actividad apostólica sacerdotal son, al mismo tiempo, escuela
de ascética y pastoral, que preparan a Gianelli para una más difícil y sublime
misión.
Antonio Gianelli atento al
hombre era profundamente sensible a la promoción humana. Atento a la realidad
histórica delmomento desde su llegada a Chiávari, favorece las obras sociales
que en aquel momento son útiles y necesarias.
Se inscribe en la Sociedad
Económica fundada en Chiávari en 1791 por el Patricio Esteban Rivarola para el
desarrollo de las artes, de la industria, de la agricultura y del comercio y
toma a pecho la vida y las iniciativas de esta Sociedad. el promotor quiere
unir una Institución, particularmente benéfica para Chiávari: el Hospicio de
Caridad y Trabajo cuyo objeto era ya, acoger a las huérfanas de la ciudad de
Gianelli, durante su permanencia en Chiávari, formaba parte del Gobierno del
Hospicio que era regido por un Consejo constituido por miembros de la misma
sociedad.
Naturalmente como Párroco,
sacerdote y padre de la gran familia chiavarense debía ocuparse y preocuparse
más que los otros de las internas del Instituto.
Tenía un lugar especial para
la dirección del Hospicio, la cual era ejercida por turno, por señoras,
generalmente viudas. Él, en verdad se daba cuenta que era necesario resolver
radicalmente ese problema ya que se deseaba una sólida formación cristiana y
Cívica para las niñas del Hospicio. Pensó confiar la dirección del Instituto a
miembros de una Congregación religiosa, pero las precarias condiciones
económicas, impidieron la actuación del proyecto.
El Instituto de las Hijas de
María Santísima del Huerto nació por un impulso interior, un acto de amor
intenso, brotó del corazón de Gianelli del amor apasionado que intuía las
necesidades de los hijos de su Parroquia sin que se las manifestaran.
La caridad de Gianelli, a
imitación de Cristo es vigilante, atenta, pronta a captar y comprender, a
descubrir nuevas necesidades, a encontrar las soluciones del caso. Caridad
evangélica, abierta a todos, siempre alerta superando el cansancio y la
ingratitud. El Instituto nació para ser orfanatorio de Chiávari bajo el impulso
del Espíritu Santo se extendió en toda la liguria, asumiendo otros servicios de
caridad. Una síntesis de la amplitud de nuevas formas de servicio y de la
rápida expansión del Instituto la da el mismo Gianellien la alocución que
dirige al pueblo de Chiávari el 3 de abril de 1837 con ocasión de la bendición
de la Piedra Fundamental del Conservatorio (Casa Madre del Instituto).
Después de 8 años de sufrida
pero entusiasmante experiencia, Gianelli presenta su Institución como una
respuesta a las urgencias religiosas y humanas de la ciudad de Chiávari, de la
Liguria, de toda Italia, del mundo, porque con su Instituto abraza en su amor
de Pastor, casi todas las necesidades del hombre en la Iglesia Universal.
El párroco, escribe Gianelli,
es el padre de una gran familia es, sobre todo, el padre de los pobres que debe
pensar aún en sus necesidades materiales. Todo en vista al gran fin: la
santificación. "Vosotros que me véis aquí, entregado a una obra lisonjera,
costosa, difícil, qué concepto tendréis de vuestro Pastor? Qué pensarán los
pobres de este su Padre? También con esta empresa miro a una gran finalidad de
mi ministerio. Nada hay en ella que no esté totalmente realizado para vosotros.
todo a favor del Evangelio; todo amadísimos, para vuestra santificación".
Gianelli relata a los Chiavareses la historia de los primeros 8 años de la vida
de la Congregación. Es una evaluación que hace con su pueblo de la obra y
espíritu de sus Hijas de María Santísima del Huerto.
En la Catedral de San
Lorenzo, en Génova, Antonio María es consagrado Obispo el 6 de mayo de 1838 por
S. Excia. el Cardenal Tadini. Aquella tarde un amigo suyo, rector del Seminario
de Génova, confiaba a sus seminaristas: "Hoy he asistido a la consagración
episcopal de un santo".
El 8 de julio, Monseñor
Gianelli inicia su ministerio de Padre de la Fe en la Diócesis de Bobbio.
Consumido por las fatigas
apostólicas vive pocos años y el 7 de junio de 1846 muere en Placencia.
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