domingo, 13 de diciembre de 2020

Párate un momento: El Evangelio del dia 14 DE DICIEMBRE – LUNES – 3ª – SEMANA DE ADVIENTO – B – San Juan de la Cruz

 


 


14 DE DICIEMBRE – LUNES –

3ª – SEMANA DE ADVIENTO – B –

San Juan de la Cruz

 

Lectura del libro de los Números (24,2-7.15-17a):

EN aquellos días, Balaán, tendiendo la vista, divisó a Israel acampado por tribus. El espíritu de Dios vino sobre él, y entonó sus versos:

«Oráculo de Balaán, hijo de Beor,

oráculo del hombre de ojos perfectos;

oráculo del que escucha palabras de Dios,

que contempla visiones del Poderoso,

que cae y se le abren los ojos:

¡Qué bellas tus tiendas, oh Jacob,

y tus moradas, Israel!

Como vegas dilatadas,

como jardines junto al río,

como áloes que plantó el Señor

o cedros junto a la corriente;

el agua fluye de sus cubos,

y con el agua se multiplica su simiente.

Su rey es más alto que Agag,

y descuella su reinado».

Y entonó sus versos:

«Oráculo de Balaán, hijo de Beor,

oráculo del hombre de ojos perfectos;

oráculo del que escucha palabras de Dios

y conoce los planes del Altísimo,

que contempla visiones del Poderoso,

que cae en éxtasis, y se le abren los ojos:

Lo veo, pero no es ahora,

lo contemplo, pero no será pronto:

Avanza una estrella de Jacob,

y surge un cetro de Israel».

 

Palabra de Dios

 

Salmo: 24,4-5ab.6-7bc.8-9

R/. Señor, instrúyeme en tus sendas

V/. Señor, enséñame tus caminos,

instrúyeme en tus sendas:

haz que camine con lealtad;

enséñame, porque tú eres mi Dios y Salvador. R/.

V/. Recuerda, Señor, que tu ternura

y tu misericordia son eternas;

acuérdate de mí con misericordia,

por tu bondad, Señor. R/.

V/. El Señor es bueno y es recto,

enseña el camino a los pecadores;

hace caminar a los humilles con rectitud,

enseña su camino a los humildes. R/.

 

Lectura del santo evangelio según san Mateo (21,23-27):

EN aquel tiempo, Jesús llegó al templo y, mientras enseñaba, se le acercaron los sumos sacerdotes y los ancianos del pueblo para preguntarle:

«¿Con qué autoridad haces esto? ¿Quién te ha dado semejante autoridad?».

Jesús les replicó:

«Os voy a hacer yo también una pregunta; si me la contestáis, os diré yo también con qué autoridad hago esto. El bautismo de Juan ¿de dónde venía, del cielo o de los hombres?».

Ellos se pusieron a deliberar:

«Si decimos “del cielo”, nos dirá: “¿Por qué no le habéis creído?”. Si le decimos “de los hombres”, tememos a la gente; porque todos tienen a Juan por profeta».

Y respondieron a Jesús:

«No sabemos».

Él, por su parte, les dijo:

«Pues tampoco yo os digo con qué autoridad hago esto».

 

Palabra del Señor

 

1.  El episodio que se recoge en este relato nos presenta el diálogo, entre Jesús y los sumos sacerdotes, a la mañana siguiente (Mt 21, 18) de la violenta expulsión de los mercaderes del templo (Mt 21, 12-13).

Los dirigentes y funcionarios del santuario, que ganaban cantidades importantes de dinero con el gran negocio de la venta de animales para los sacrificios del culto sagrado, andaban preocupados, seguramente nerviosos. Jesús los había desenmascarado al afirmar que habían convertido la "casa de oración" en una "cueva de bandidos" (Mt 21, 13; Jer 7, 11).

Para aquellos hombres, aquello fue una agresión ofensiva. De otra manera, es lo que ahora ocurre, en catedrales, conventos, iglesias de valor histórico o estético, en las que los creyentes y los turistas tienen que pagar para visitar el lugar sagrado.

"Lo sagrado" se ha convertido en "mercancía" y en "negocio".

Los cristianos, al menos, no deberíamos consentir esto.

 

2.  Es notable que los funcionarios del templo no le preguntaron a Jesús si ellos eran o no eran los responsables de aquel "bandidaje". Es decir, no les interesa saber si ellos eran culpables o si estaban equivocados. Lo único que les preocupa es saber si Jesús tenía o no tenía "autoridad" (exousía) para hacer lo que hizo y decir lo que dijo.

O sea, a los "hombres de la religión" no les preocupa saber si ellos proceden bien o mal. Lo que quieren saber es si Jesús podía hacer aquello.

En otras palabras, la religión se preocupa por el poder, no por la propia responsabilidad.

Aquellos sacerdotes, como la gran mayoría de los de ahora, están seguros de que ellos poseen la verdad. Y lo que les quita el sueño es saber qué poder tienen los que no están de acuerdo con ellos.

 

3.  Jesús no era un ingenuo. Por eso, hizo dos cosas:

1) No les respondió a una pregunta que llevaba veneno.

2) Les hizo él otra pregunta que puso al descubierto las contradicciones en que vivían aquellos sacerdotes.

Los profesionales de lo sagrado no suelen reconocer sus equivocaciones, sus fallos, la contradicción en que muchas veces viven.

Cuando se ven confrontados a sus oscuros comportamientos, se quedan sin palabra. Prefieren callar, en vez de decir honestamente: "Estamos   equivocados".

La reforma de la Iglesia tiene que empezar por la reforma a fondo del clero, por la transparencia de obispos y sacerdotes, por la pobreza de los que se autodenominan "seguidores de Jesús".


San Juan de la Cruz

 

Nació en Fontiveros, provincia de Ávila (España), hacia el año 1542. Pasados algunos años en la Orden de los carmelitas, fue, a instancias de santa Teresa de Jesús, el primero que, a partir de 1568, se declaró a favor de su reforma, por la que soportó innumerables sufrimientos y trabajos.

Murió en Úbeda en 1591, con gran fama de santidad y sabiduría, de las que dan testimonio precioso sus escritos espirituales.

 

Su verdadero nombre era Juan de Yepes y nació el 24 de junio de 1542 en Fontiveros, pequeño pueblo abulense perteneciente a Castilla y León, una comunidad autónoma de España.

Murió su padre cuando Juan tenía seis años; a los nueve años, se trasladó con su madre al abulense pueblo de Medina del Campo, en donde a los 17 años, ingresa en un colegio de jesuitas para estudiar humanidades.

El año 1563 toma los hábitos de la orden religiosa Carmelita, adoptando el nuevo nombre de fray Juan de san Matías; al año siguiente se traslada a Salamanca para cursar estudios de teología en su célebre universidad. En el año 1567 es ordenado sacerdote, y adopta el nuevo y definitivo nombre de Juan de la Cruz. Su ilustre paisana de Ávila, Teresa de Jesús, trabó gran amistad con él y le integró en el movimiento de la reforma carmelita que ella había iniciado.

En 1568 Juan de la Cruz fundó el primer convento de Carmelitas Descalzos, los cuales practicaban a ultranza la contemplación y la austeridad. Unos años después, 1577, sus intentos reformistas de las órdenes monásticas, le llevaron a sufrir 9 meses de dura prisión en un convento de Toledo, acusado de apóstata. De su cautiverio en aquella cárcel-convento de Toledo, nace la composición de su obra cumbre: "Cántico espiritual". En otras poesías se puede llegar a entrever en lenguaje subliminal, el relato que hace de su astuta y sorprendente huida en la madrugada del 15 de agosto de 1578, estando la fortaleza sobre un peligroso acantilado sobre el Tajo profundo que ciñe a Toledo.

Para huir de la prisión conventual toledana, contó con las influencias que ejerció su paisana Teresa de Jesús, ante la duquesa de Alba. Con su huida dio en refugiarse en un convento de Jaén y continuó con la reforma carmelitana, fundando varios conventos por Andalucía. En esta región llegó a ser nombrado Vicario Provincial de la orden de Carmelitas Descalzos; pero el buen Juan siguió con su obstinación de la reforma, lo que le llevó a enfrentamientos con la jerarquía religiosa y a sufrir nueva prisión en el convento de la Peñuela, en plena Sierra Morena, en donde culminó la escritura de sus principales obras literarias.

Cuando por fin es excarcelado y se dispone a cumplir con el traslado que se le impone a América, el 14 de diciembre de 1591, muere a la edad de 49 años. 135 años después, es elevado a la categoría de santo, por la iglesia católica.

 

* * *

La obra poética de san Juan de la Cruz está inspirada en un profundo sentimiento religioso. A decir de algunos de sus biógrafos, su poesía en general tiene un estilo similar al bíblico "Cantar de los cantares" atribuido a Salomón. Nuestro poeta era un gran conocedor de la Biblia y de la filosofía aristotélica y platónica; también su obra nos trae aromas de las Églogas del poeta toledano Garcilaso de la Vega, muy impregnadas de un cultismo italianizante.

El estilo poético que imprime a su célebre "Cántico" (que algunos denominan "Cántico espiritual"), tiene un gran ritmo y musicalidad; compuesto a base de liras -estrofa ideada por Garcilaso- en las que mezcla y alterna versos heptasílabos y endecasílabos.

Toda la obra de san Juan de la Cruz está impregnada de un gran misticismo simbolista; también rezuma un típico estilo de la poesía bucólica y pastoril.

Hay quien afirma que su obra poética está cargada de una encriptada sensualidad e incluso de cierto erotismo. Son parecidas apreciaciones a las que algunos estudiosos creen adivinar en los textos bíblicos ya mencionados.

Sus obras en verso, además del Cántico ya citado y descrito, son: "Noche oscura"; "Llama de amor viva"; y un conjunto de poemas menores entre los que destaca "El pastorcico".

 

 

 

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