11 - DE
ENERO – MIERCOLES –
1ª
SEMANA DEL T. O. – A
Santo Tomás de Cori Placidi
Lectura de la carta a los Hebreos (2,14-18):
LO mismo que los hijos participan de la
carne y de la sangre, así también participó Jesús de nuestra carne y sangre,
para aniquilar mediante la muerte al señor de la muerte, es decir, al diablo, y
liberar a cuantos, por miedo a la muerte, pasaban la vida entera como esclavos.
Notad que tiende una mano a los hijos de
Abrahán, no a los ángeles. Por eso tenía que parecerse en todo a sus hermanos,
para ser sumo sacerdote misericordioso y fiel en lo que a Dios se refiere, y
expiar los pecados del pueblo. Pues, por el hecho de haber padecido sufriendo
la tentación, puede auxiliar a los que son tentados.
Palabra de Dios
Salmo: 104,1-2.3-4.6-7.8-9
R/. El Señor se acuerda de su alianza
eternamente.
V/. Dad gracias al Señor,
invocad su nombre,
dad a conocer sus hazañas a los pueblos.
Cantadle al son de instrumentos,
hablad de sus maravillas. R/.
V/. Gloriaos de su nombre
santo,
que se alegren los que buscan al Señor.
Recurrid al Señor y a su poder,
buscad continuamente su rostro. R/.
V/. ¡Estirpe de Abrahán,
su siervo;
hijos de Jacob, su elegido!
El Señor es nuestro Dios,
él gobierna toda la tierra. R/.
V/. Se acuerda de su
alianza eternamente,
de la palabra dada, por mil generaciones;
de la alianza sellada con Abrahán,
del juramento hecho a Isaac. R/.
Lectura del santo
evangelio según san Marcos 1, 29-30
En aquel tiempo, al salir Jesús de la sinagoga, fue con Santiago y Juan a
casa de Simón y Andrés. La suegra de Simón estaba en cama con fiebre, y se lo
dijeron. Jesús se acercó, la cogió de la mano y la levantó. Se le pasó la
fiebre y se puso a servirles.
Al anochecer,
cuando se puso el sol, le llevaron todos los enfermos y poseídos. La población
entera se agolpaba a la puerta. Curó a muchos enfermos de diversos males y expulsó
muchos demonios; y como los demonios lo conocían, no les permitía hablar. Se
levantó de madrugada, se marchó al descampado y allí se puso a orar. Simón y
sus compañeros fueron y, al encontrarlo, le dijeron:
"Todo el
mundo te busca'.
Él les
respondió:
"Vámonos
a otra parte, a las aldeas cercanas, para predicar también allí; que para eso
he venido".
Así recorrió
toda Galilea, predicando, en las sinagogas y expulsando los demonios.
1. Marcos presenta, en este relato, el
resumen de un día "normal" en la vida de Jesús durante su ministerio
apostólico en Galilea. Se levantaba de madrugada.
Lo primero
que hacía era retirarse a un sitio solitario, para orar al Padre del Cielo.
En segundo
lugar, visitaba a alguna familia o grupo de personas con quienes convivía. Y,
sobre todo, dedicaba la mayor parte de su tiempo a recibir, acoger y curar enfermos. Estas curaciones se expresan claramente, en muchos casos.
Y en otras ocasiones se viene a decir lo mismo utilizando la expresión de
"expulsar demonios". Lo que equivale a decir que liberaba a la gente
de las "causas" que provocaban los males, las desgracias, lo más duro
de la vida.
2. Como es lógico, un hombre entregado a esta forma de vida tenía que irradiar una fuerza de atracción enorme. La gente -la de entonces y la de ahora- sufre más de lo que imaginamos. Los momentos de felicidad son eso, momentos". Que se nos van, son fugaces. Lo que sigue presente es la dureza de la vida.
Sobre todo, en tres cosas:
1) La salud
2) La comida.
3) La convivencia con los demás.
Estos tres
grandes problemas de la vida son muy distintos, según los distintos países y
culturas. Pero en todas partes, en torno a esos tres pilares de la vida gira la
felicidad o la desgracia de los mortales.
3. Pues bien, al vivir y actuar,
como aquí nos resume el evangelio de Marcos, Jesús llevó a cabo una obra tan
portentosa, que aún no nos hemos dado cuenta
plenamente de lo que esto representa.
Jesús
reorientó la religión de otra manera. A Jesús no le interesaron los templos,
los sacerdotes, los rituales, los sacrificios, las leyes y las normas. A Jesús
le interesó la vida. Y, sobre todo, lo que más le preocupó es la dura vida que
tienen que soportar los que más sufren.
Jesús nos
dijo así que, con la fuerza de la oración y la lucha contra el sufrimiento, así
es como podemos buscar a Dios y encontrar el camino que nos lleva derechos a
Dios.
Santo Tomás de Cori Placidi
En el lugar de Bellegra,
del Lacio (hoy Italia), santo Tomás de Cori (Francisco Antonio) Placidi,
presbítero de la Orden de los Hermanos Menores, preclaro por la austeridad de
vida y por la predicación, iniciador de los retiros.
Nacido
en Cori (Latina) el 4 de junio de 1655, Tomás tuvo una infancia marcada por la
pérdida prematura de su madre primero y de su padre después, quedando sólo, a
los catorce años, al cuidado de la hermana más pequeña. Hará de pastor,
aprendiendo la sabiduría de las cosas simples. Casadas las hermanas, queda
libre para seguir la inspiración que desde algún año guardaba en el silencio
del corazón: pertenecer completamente a Dios en la vida religiosa franciscana.
Había conocido a los Frailes Menores en su misma ciudad en el Convento de S.
Francisco. Casadas las dos hermanas y libre de toda preocupación, fue acogido
en la Orden y enviado a Orvieto para hacer el año de noviciado. Profesada la
Regla de S. Francisco y finalizados los estudios de teología, se ordena
sacerdote en 1683. Fue nombrado inmediatamente vice maestro de novicios en el
convento de la SS. Trinidad de Orvieto; sus superiores reconocieron desde muy
pronto sus dotes.
Poco
tiempo después fray Tomás oyó hablar de los Retiros que comenzaban a florecer
en la Orden y de la intención de los Superiores de la Provincia Romana de
instaurar uno en el Convento de Civitella (hoy Bellegra). Su petición fue
acogida y el joven fraile llamó así a la puerta del pobre Convento en 1684,
diciendo: "Soy fray Tomás de Cori y vengo para hacerme santo". Con un
lenguaje quizás lejano al nuestro, expresaba él su ansia de vivir radicalmente
el Evangelio según el espíritu de S. Francisco.
Desde
entonces, fray Tomás permanecerá en Bellegra hasta la muerte, excepto seis años
(1703-1709) en los que será Guardián en el Convento de Palombara, donde
instauró el Retiro, en base al de Bellegra. Escribió Reglas para uno y para
otro, que él el primero observó cuidadosamente, consolidando con la palabra y
con el ejemplo la nueva institución de los dos Retiros.
Los
largos años transcurridos en S. Francisco de Bellegra se pueden resumir en tres
puntos:
Oración
Santo
Tomás de Cori fue seguramente, como se ha dicho de S. Francisco, no tanto un
hombre que oraba, como un hombre hecho oración. Esta dimensión animó toda la
vida del Fundador del Retiro. El aspecto más evidente de su vida espiritual fue
sin duda la centralidad de la Eucaristía, testimoniada por Tomás en la
celebración eucarística, intensa y participada, y en la oración silenciosa de
adoración en las largas noches de Retiro después del oficio divino celebrado a
medianoche. Su vida de oración estuvo marcada por una aridez persistente de
espíritu. La ausencia total de una consolación sensible en la oración y en su
vida de unión con Dios, se prolongaría durante más de cuarenta años,
encontrándole siempre sereno y radical en la vivencia del primado de Dios.
Verdaderamente su oración se configuró como " memoria Dei "
realizando concretamente la unidad de vida no obstante las múltiples actividades.
Evangelización
Santo
Tomás no se cerró en el Retiro, olvidando el bien de sus hermanos y el corazón
de la vocación franciscana, que es apostólico. Fue llamado con razón el apóstol
del " Sublacense ", habiendo recorrido comarcas y ciudades en el anuncio
incansable del Evangelio, en la administración de los sacramentos y en el
surgir de milagros a su paso, signo de la presencia y cercanía del Reino. Su
predicación era clara y simple, persuasiva y fuerte. No subió a los púlpitos
más ilustres del tiempo: su personalidad pudo entregar lo mejor de sí en
el ámbito restringido de la región del Lazio, viviendo su vocación
franciscana en minoridad y a la opción concreta por los más pobres.
Exquisita caridad
Santo
Tomás de Cori fue para sus hermanos padre amabilísimo. Ante las resistencias de
algunos hermanos en su deseo de reforma y de radicalidad en vivir el ideal
franciscano, el Santo supo responder con paciencia y humildad, encontrándose
incluso sólo para atender el convento. Había comprendido muy bien que toda
auténtica reforma inicia por sí mismo.
El
notable epistolario que nos ha llegado demuestra la atención de Tomás a las más
pequeñas expectativas y necesidades de sus hermanos y de tantos amigos,
penitentes y frailes que se dirigían a él para recibir un consejo. En el
convento demostró su espíritu de caridad en la disponibilidad a cualquier
necesidad, incluso la más humilde.
Rico
de méritos, se durmió en el Señor el 11 de enero de 1729. Santo Tomás de Cori
resplandece entre nosotros y en Roma, del que es copatrón, sobre todo en su
ansia de ideal cristiano y franciscano puro y vivido en lo esencial. Una
provocación para todos nosotros, a no tomar a la ligera el Evangelio y sus
exigencias radicales.
Reproducido con autorización de
Vatican.va
No hay comentarios:
Publicar un comentario