9 - DE ENERO
– LUNES –
1ª
SEMANA DEL T. O. – A
San Eulogio de Córdoba
Comienzo de la carta a los Hebreos (1,1-6):
EN muchas ocasiones y de muchas
maneras habló Dios antiguamente a los padres por los profetas.
En esta etapa final, nos ha hablado por el Hijo, al que ha nombrado
heredero de todo, y por medio del cual ha realizado los siglos.
Él es reflejo de su gloria, impronta de su ser. Él sostiene el universo con
su palabra poderosa. Y, habiendo realizado la purificación de los pecados, está
sentado a la derecha de la Majestad en las alturas; tanto más encumbrado sobre
los ángeles cuanto más sublime es el nombre que ha heredado. Pues ¿a qué ángel
dijo jamás:
«Hijo mío eres tú, yo te he engendrado hoy»;
y en otro
lugar:
«Yo seré para él un padre,
y él será
para mí un hijo?».
Asimismo, cuando introduce en el mundo al primogénito, dice:
«Adórenlo
todos los ángeles de Dios».
Palabra de Dios
Salmo: 96,1.2b.6.7c.9
R/. Adorad a Dios todos sus ángeles
V/. El Señor reina, la tierra goza,
se alegran
las islas innumerables.
Justicia y
derecho sostienen su trono. R/.
V/. Los cielos pregonan su justicia,
y todos los
pueblos contemplan su gloria.
Adoradlo
todos sus ángeles. R/.
V/. Porque tú eres, Señor,
Altísimo
sobre toda la tierra,
encumbrado
sobre todos los dioses. R/.
Lectura del santo evangelio según san Marcos (1,14-20):
DESPUÉS de que Juan fue entregado, Jesús
se marchó a Galilea a proclamar el Evangelio de Dios; decía:
«Se ha cumplido el tiempo y está cerca el reino de Dios.
Convertíos y creed en el Evangelio».
Pasando junto al mar de Galilea, vio a Simón y a Andrés, el hermano de
Simón, echando las redes en el mar, pues eran pescadores.
Jesús les dijo:
«Venid en pos de mí y os haré pescadores de hombres».
Inmediatamente dejaron las redes y lo
siguieron.
Un poco más adelante vio a Santiago, el de Zebedeo, y a su hermano Juan,
que estaban en la barca repasando las redes. A continuación, los llamó, dejaron
a su padre Zebedeo en la barca con los jornaleros y se marcharon en pos de él.
Palabra del Señor
1. El evangelio de Marcos inicia el relato de la vida pública de
Jesús. Y lo inicia con dos datos que impresionan. En primer lugar, Jesús
se va a Galilea.
Es sabido que Galilea era la región pobre, subdesarrollada, y cuyos
habitantes eran mal vistos por la sociedad instalada, que vivía en la capital,
Jerusalén. O sea, Jesús vio que, para empezar, lo primero que tenía que hacer
era irse, no con los poderosos e influyentes, sino con los marginados y atrasados,
los sencillos trabajadores pobres y para los pobres. Lo primero que vio Jesús
es que los cambios profundos vienen de abajo.
2. El segundo dato, que impresiona en este relato, es que Jesús se
fue a Galilea cuando se enteró de que a Juan Bautista lo habían metido en la
cárcel.
Arrestar a Juan fue decisión de Herodes Antipas, el hijo de Herodes el
Grande, el tirano que reinaba cuando Jesús vino a este mundo. Los poderes
totalitarios de aquel tiempo no necesitaban muchos argumentos, ni jueces, ni juicios,
para meter a uno en la cárcel. Y, si se les antojaba, para matar a cualquier
preso o incluso a cualquier ciudadano. Por otra parte, se sabe que
Galilea vivía, ya entonces, en un ambiente político-religioso de agitación,
revueltas, grupos inquietos y sospechosos, que no tardaron en organizarse para
la lucha. Tal fue el caso de los "zelotas", que estaban empezando a
preparar el movimiento violento (y desastroso), del que nos informa el
historiador judío Flavio Josefo.
Pues bien, Jesús fue a meterse en aquel peligroso ambiente. Para anunciar
su proyecto. Jesús unió su suerte y su destino a los pobres más amenazados.
3. Y este relato nos informa que lo primero, que Jesús se puso a
organizar, fue un grupo de "seguidores". Su proyecto no era
reunir un movimiento de gente violenta o algo parecido. El problema, que
apunta aquí ya el Evangelio, es mucho más serio y profundo.
Los numerosos relatos de "seguimiento", que los evangelios, nos
proponen una lección teológica que mucha gente ni se imagina. Todo se centra en
este hecho: Solamente viviendo con Jesús y como Jesús se puede aprender
quién es Jesús y en qué consiste su mensaje. El “seguimiento" es
constitutivo de la "cristología". En la Iglesia abunda la gente que
no se ha enterado de esto.
En Córdoba, en la región de
Andalucía, en Hispania, san Eulogio, presbítero y mártir, degollado por su
preclara confesión de Cristo.
Vida de San Eulogio de Córdoba
El siglo IX sitúa a Eulogio en la historia porfiando de continuo con el
Islam. Nace el santo hacia el año 800 en una familia de rancio cordobés. Se
educa entre el clero de la iglesia de san Zoilo y también goza, junto con el
conocido Álvaro de Córdoba y otros, de la beneficiosa influencia del abad de
santa Clara, Esperaindeo. Su vida es una permanente e inquebrantable adhesión a
la fe y a las tradiciones patrias. Quizás por eso se pensó en él como sucesor
de Wistremiro, arzobispo de Toledo.
Entra en el estamento clerical acompañado de un terrible sentimiento de
indignidad. Tras un intento fallido de peregrinar a pie a Roma, empresa poco
menos que imposible en ese tiempo, y otro no menos frustrado de contactar con
sus hermanos que se trasladaron a las tierras del Rhin, visita los monasterios
locales en torno a Pamplona y Zaragoza; en el año 845 los pasos pirenaicos
están cerrados por las luchas de los hijos de Leudovico Pío. Pero en el noreste
se hace con un precioso botín muy útil en el futuro de Córdoba: libros que han
de servir para restaurar la cultura isidoriana en El Ándalus.
A su vuelta se convierte en el corifeo -maestro lo llaman- de una
escuela que intenta defender la religión de los padres y pretende hacer
resurgir el sentimiento nacional tan terriblemente humillado por los invasores
islámicos. Aunque no se da una persecución cruenta, sí se hace cada día más
difícil en Córdoba la vida para el cristiano. Las leyes nuevas sobre el
matrimonio, el comercio y las posesiones, los impuestos, el sarcasmo de los
gobernantes y la intransigencia fundamentalista de la gente van sofocando cada
día la fe, haciendo de los cristianos ciudadanos sin derechos y colmados de
obligaciones.
Con la muerte de Abd al-Rahman II (850) se desata un periodo de intolerancia
islámica que provoca martirios. Los que han sabido ser fuertes no claudican y
llenos de fervor manifiestan su protesta con la confesión pública de su fe ante
el cadí con desprecio de sus vidas; los que renegaron en otro tiempo entienden
que esta es la ocasión de lavar su culpa y proclaman ahora valientemente la fe
en Cristo; todavía una tercera porción de cristianos que permanecían ocultos
por imperativos de la ley salen ya de su anonimato y clandestinidad. Las
cárceles se han llenado y el revuelo social es mayúsculo; tan grande es el
alboroto que, a instancia del sultán, ha de intervenir el arzobispo de Sevilla
Recafredo -que por cierto era metropolitano por las gracias del palacio emiral-
para prohibir y anatematizar los martirios voluntarios.
Eulogio y su escuela han influido de modo suave y decisivo en la respuesta
de fe ante la provocación martirial. Es la época en que Eulogio escribe el
Memorial de los Mártires plasmando por escrito testimonio de los héroes
cristianos. En el año 851 lo meten en prisión, pero toma la medida represiva
con aire de alborozo porque con los presos “está en familia”, reza, escribe,
consuela y anima. En la mazmorra conoce a Flora y María a quienes da ánimos
para la fidelidad hasta el fin y ahora decide escribir su Documento Martirial.
Cuando, cerrada la escuela, es puesto en libertad intercambia por diez años la
ciudad con el campo y escribe su Apologético para desautorizar a los
detractores que por mediocridad y cobardía ridiculizaban la defensa de la fe
hasta la muerte.
El encubrimiento que hizo en su propia casa de la joven cristiana Lucrecia
-hija de padre musulmán y martirizada también- fue el detonante de su decisiva
prisión y martirio. No dejó otra alternativa a los jueces cuando le proponían
una simple apostasía material: “Será mejor que me condenes a muerte. Soy
adorador de Cristo, hijo de Dios e hijo de María, y para mí vuestro profeta es
un impostor”.
Claro está que lo mataron; fue el 11 de Marzo del 859. Y lo enterraron en la
iglesia de san Zoilo. En el año 883 trasladaron los restos del mártir a Oviedo
donde se conserva la urna en la Cámara Santa.
¡Muchas gracias, Padre de la mozarabía, ¡por tu rotunda coherencia! Fuiste un
ejemplo de resistencia, amante de la libertad, frente a los cobardes colaboracionistas
utilitarios tan amadores de su vida que juzgaban tu pensamiento como un
“suicidio”. Tu inteligencia de la vida es modelo, ayuda y consuelo cuando se
vive en tiempos blandos de solapada apostasía general.
wikimedia.org
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