domingo, 8 de enero de 2023

Párate un momento: El Evangelio del dia 9 - DE ENERO – LUNES – 1ª SEMANA DEL T. O. – A San Eulogio de Córdoba

 

 


9 - DE ENERO – LUNES –

1ª SEMANA DEL T. O. – A  

San Eulogio de Córdoba

 

Comienzo de la carta a los Hebreos (1,1-6):

EN muchas ocasiones y de muchas maneras habló Dios antiguamente a los padres por los profetas.

En esta etapa final, nos ha hablado por el Hijo, al que ha nombrado heredero de todo, y por medio del cual ha realizado los siglos.

Él es reflejo de su gloria, impronta de su ser. Él sostiene el universo con su palabra poderosa. Y, habiendo realizado la purificación de los pecados, está sentado a la derecha de la Majestad en las alturas; tanto más encumbrado sobre los ángeles cuanto más sublime es el nombre que ha heredado. Pues ¿a qué ángel dijo jamás:

«Hijo mío eres tú, yo te he engendrado hoy»;

y en otro lugar:

«Yo seré para él un padre,

y él será para mí un hijo?».

Asimismo, cuando introduce en el mundo al primogénito, dice:

«Adórenlo todos los ángeles de Dios».

 

Palabra de Dios

 

Salmo: 96,1.2b.6.7c.9  

R/. Adorad a Dios todos sus ángeles

 

V/. El Señor reina, la tierra goza,

se alegran las islas innumerables.

Justicia y derecho sostienen su trono. R/.

 

V/. Los cielos pregonan su justicia,

y todos los pueblos contemplan su gloria.

Adoradlo todos sus ángeles. R/.

 

V/. Porque tú eres, Señor,

Altísimo sobre toda la tierra,

encumbrado sobre todos los dioses. R/.

 

Lectura del santo evangelio según san Marcos (1,14-20):

DESPUÉS de que Juan fue entregado, Jesús se marchó a Galilea a proclamar el Evangelio de Dios; decía:

«Se ha cumplido el tiempo y está cerca el reino de Dios.

Convertíos y creed en el Evangelio».

Pasando junto al mar de Galilea, vio a Simón y a Andrés, el hermano de Simón, echando las redes en el mar, pues eran pescadores.

Jesús les dijo:

«Venid en pos de mí y os haré pescadores de hombres».

     Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron.

Un poco más adelante vio a Santiago, el de Zebedeo, y a su hermano Juan, que estaban en la barca repasando las redes. A continuación, los llamó, dejaron a su padre Zebedeo en la barca con los jornaleros y se marcharon en pos de él.

 

Palabra del Señor

 

1.  El evangelio de Marcos inicia el relato de la vida pública de Jesús. Y lo inicia con dos datos que impresionan. En primer lugar, Jesús se va a Galilea.

Es sabido que Galilea era la región pobre, subdesarrollada, y cuyos habitantes eran mal vistos por la sociedad instalada, que vivía en la capital, Jerusalén. O sea, Jesús vio que, para empezar, lo primero que tenía que hacer era irse, no con los poderosos e influyentes, sino con los marginados y atrasados, los sencillos trabajadores pobres y para los pobres. Lo primero que vio Jesús es que los cambios profundos vienen de abajo.

 

2.  El segundo dato, que impresiona en este relato, es que Jesús se fue a Galilea cuando se enteró de que a Juan Bautista lo habían metido en la cárcel.

Arrestar a Juan fue decisión de Herodes Antipas, el hijo de Herodes el Grande, el tirano que reinaba cuando Jesús vino a este mundo. Los poderes totalitarios de aquel tiempo no necesitaban muchos argumentos, ni jueces, ni juicios, para meter a uno en la cárcel. Y, si se les antojaba, para matar a cualquier preso o incluso a cualquier ciudadano.  Por otra parte, se sabe que Galilea vivía, ya entonces, en un ambiente político-religioso de agitación, revueltas, grupos inquietos y sospechosos, que no tardaron en organizarse para la lucha. Tal fue el caso de los "zelotas", que estaban empezando a preparar el movimiento violento (y desastroso), del que nos informa el historiador judío Flavio Josefo.

Pues bien, Jesús fue a meterse en aquel peligroso ambiente. Para anunciar su proyecto. Jesús unió su suerte y su destino a los pobres más amenazados.

 

3.  Y este relato nos informa que lo primero, que Jesús se puso a organizar, fue un grupo de "seguidores".  Su proyecto no era reunir un movimiento de gente violenta o algo parecido. El problema, que apunta aquí ya el Evangelio, es mucho más serio y profundo.

Los numerosos relatos de "seguimiento", que los evangelios, nos proponen una lección teológica que mucha gente ni se imagina. Todo se centra en este hecho:  Solamente viviendo con Jesús y como Jesús se puede aprender quién es Jesús y en qué consiste su mensaje. El “seguimiento" es constitutivo de la "cristología". En la Iglesia abunda la gente que no se ha enterado de esto.

 

San Eulogio de Córdoba

 


En Córdoba, en la región de Andalucía, en Hispania, san Eulogio, presbítero y mártir, degollado por su preclara confesión de Cristo.

 

Vida de San Eulogio de Córdoba

 

El siglo IX sitúa a Eulogio en la historia porfiando de continuo con el Islam. Nace el santo hacia el año 800 en una familia de rancio cordobés. Se educa entre el clero de la iglesia de san Zoilo y también goza, junto con el conocido Álvaro de Córdoba y otros, de la beneficiosa influencia del abad de santa Clara, Esperaindeo. Su vida es una permanente e inquebrantable adhesión a la fe y a las tradiciones patrias. Quizás por eso se pensó en él como sucesor de Wistremiro, arzobispo de Toledo.

Entra en el estamento clerical acompañado de un terrible sentimiento de indignidad. Tras un intento fallido de peregrinar a pie a Roma, empresa poco menos que imposible en ese tiempo, y otro no menos frustrado de contactar con sus hermanos que se trasladaron a las tierras del Rhin, visita los monasterios locales en torno a Pamplona y Zaragoza; en el año 845 los pasos pirenaicos están cerrados por las luchas de los hijos de Leudovico Pío. Pero en el noreste se hace con un precioso botín muy útil en el futuro de Córdoba: libros que han de servir para restaurar la cultura isidoriana en El Ándalus.

A su vuelta se convierte en el corifeo -maestro lo llaman- de una escuela que intenta defender la religión de los padres y pretende hacer resurgir el sentimiento nacional tan terriblemente humillado por los invasores islámicos. Aunque no se da una persecución cruenta, sí se hace cada día más difícil en Córdoba la vida para el cristiano. Las leyes nuevas sobre el matrimonio, el comercio y las posesiones, los impuestos, el sarcasmo de los gobernantes y la intransigencia fundamentalista de la gente van sofocando cada día la fe, haciendo de los cristianos ciudadanos sin derechos y colmados de obligaciones.

Con la muerte de Abd al-Rahman II (850) se desata un periodo de intolerancia islámica que provoca martirios. Los que han sabido ser fuertes no claudican y llenos de fervor manifiestan su protesta con la confesión pública de su fe ante el cadí con desprecio de sus vidas; los que renegaron en otro tiempo entienden que esta es la ocasión de lavar su culpa y proclaman ahora valientemente la fe en Cristo; todavía una tercera porción de cristianos que permanecían ocultos por imperativos de la ley salen ya de su anonimato y clandestinidad. Las cárceles se han llenado y el revuelo social es mayúsculo; tan grande es el alboroto que, a instancia del sultán, ha de intervenir el arzobispo de Sevilla Recafredo -que por cierto era metropolitano por las gracias del palacio emiral- para prohibir y anatematizar los martirios voluntarios.

Eulogio y su escuela han influido de modo suave y decisivo en la respuesta de fe ante la provocación martirial. Es la época en que Eulogio escribe el Memorial de los Mártires plasmando por escrito testimonio de los héroes cristianos. En el año 851 lo meten en prisión, pero toma la medida represiva con aire de alborozo porque con los presos “está en familia”, reza, escribe, consuela y anima. En la mazmorra conoce a Flora y María a quienes da ánimos para la fidelidad hasta el fin y ahora decide escribir su Documento Martirial. Cuando, cerrada la escuela, es puesto en libertad intercambia por diez años la ciudad con el campo y escribe su Apologético para desautorizar a los detractores que por mediocridad y cobardía ridiculizaban la defensa de la fe hasta la muerte.

El encubrimiento que hizo en su propia casa de la joven cristiana Lucrecia -hija de padre musulmán y martirizada también- fue el detonante de su decisiva prisión y martirio. No dejó otra alternativa a los jueces cuando le proponían una simple apostasía material: “Será mejor que me condenes a muerte. Soy adorador de Cristo, hijo de Dios e hijo de María, y para mí vuestro profeta es un impostor”.

Claro está que lo mataron; fue el 11 de Marzo del 859. Y lo enterraron en la iglesia de san Zoilo. En el año 883 trasladaron los restos del mártir a Oviedo donde se conserva la urna en la Cámara Santa.

¡Muchas gracias, Padre de la mozarabía, ¡por tu rotunda coherencia! Fuiste un ejemplo de resistencia, amante de la libertad, frente a los cobardes colaboracionistas utilitarios tan amadores de su vida que juzgaban tu pensamiento como un “suicidio”. Tu inteligencia de la vida es modelo, ayuda y consuelo cuando se vive en tiempos blandos de solapada apostasía general.

 

wikimedia.org

 

 

 

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