martes, 17 de enero de 2023

Párate un momento: El Evangelio del dia: 19 - DE ENERO – JUEVES – 2ª SEMANA DEL T. O. – A Beato Marcelo Spínola

 

 


19 - DE ENERO – JUEVES –

2ª SEMANA DEL T. O. – A  

Beato Marcelo Spínola

 

Lectura de la carta a los Hebreos (7,25–8,6):

 

HERMANOS:

Jesús puede salvar definitivamente a los que se acercan a Dios por medio de él, pues vive siempre para interceder a favor de ellos.

Y tal convenía que fuese nuestro sumo sacerdote: santo, inocente, sin mancha, separado de los pecadores y encumbrado sobre el cielo.

Él no necesita ofrecer sacrificios cada día como los sumos sacerdotes, que ofrecían primero por los propios pecados, después por los del pueblo, porque lo hizo de una vez para siempre, ofreciéndose a sí mismo.

     En efecto, la ley hace sumos sacerdotes a hombres llenos de debilidades. En cambio, la palabra del juramento, posterior a la ley, consagra al Hijo, perfecto para siempre.

Esto es lo principal de todo el discurso: Tenemos un sumo sacerdote que está sentado a la derecha del trono de la Majestad en los cielos, y es ministro del Santuario y de la Tienda verdadera, construida por el Señor y no por un hombre.

En efecto, todo sumo sacerdote está puesto para ofrecer dones y sacrificios; de ahí la necesidad de que también Jesús tenga algo que ofrecer.

Ahora bien, si estuviera en la tierra, ni siquiera sería sacerdote, habiendo otros que ofrecen los dones según la ley.

Estos sacerdotes están al servicio de una figura y sombra de lo celeste, según el oráculo que recibió Moisés cuando iba a construir la Tienda:

«Mira», le dijo Dios, «te ajustarás al modelo que te fue mostrado en la montaña».

Mas ahora a Cristo le ha correspondido un ministerio tanto más excelente cuanto mejor es la alianza de la que es mediador: una alianza basada en promesas mejores.

 

Palabra de Dios

 

    Salmo:  39,7-8a.8b-9.10.17

 

R/. Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad

 

V/. Tú no quieres sacrificios ni ofrendas,

y, en cambio, me abriste el oído;

no pides sacrificio expiatorio,

entonces yo digo: «Aquí estoy». R/.

 

V/. «—Como está escrito en mi libro—

para hacer tu voluntad.»

Dios mío, lo quiero,

y llevo tu ley en las entrañas. R/.

 

V/. He proclamado tu salvación

ante la gran asamblea;

no he cerrado los labios:

Señor, tú lo sabes. R/.

 

V/. Alégrense y gocen contigo

todos los que te buscan;

digan siempre: «Grande es el Señor»

los que desean tu salvación. R/.

 

Lectura del santo evangelio según san Marcos (3,7-12):

 

EN aquel tiempo, Jesús se retira con sus discípulos a la orilla del mar y lo siguió una gran muchedumbre de Galilea.

Al enterarse de las cosas que hacía, acudía mucha gente de Judea, Jerusalén, Idumea, Transjordania y cercanías de Tiro y Sidón.

Encargó a sus discípulos que le tuviesen preparada una barca, no lo fuera a estrujar el gentío.

Como había curado a muchos, todos los que sufrían de algo se le echaban encima para tocarlo.

Los espíritus inmundos, cuando lo veían, se postraban ante él y gritaban:

«Tú eres el Hijo de Dios».

Pero él les prohibía severamente que lo diesen a conocer.

 

Palabra del Señor

 

1.  Una doctrina, una enseñanza, un mensaje, una simple noticia interesan cuando lo que se ofrece responde a lo que la gente necesita. Si la oferta que hace la Iglesia no tiene poder de atracción para grandes sectores de la sociedad actual, sin duda es que se trata de una oferta que ni se entiende, ni atrae, ni importa a una notable mayoría de ciudadanos.  

La teología que aprenden los curas en los seminarios, el catecismo que enseñan los catequistas en las parroquias, la asignatura de religión que se enseña en los colegios... todo eso, no es que la gente lo rechace, sino que a la gente le interesa menos cada día. Está comprobado y demostrado que los niños, cuando llegan a la adolescencia, hacia los doce años, por lo general cortan con el tema religioso. No les interesa más. A Jesús lo rechazó la religión, hasta el extremo de que querían matarlo (Mc 3, 6). Pero, lo mismo en tiempos de Jesús que ahora, nos encontramos con este fenómeno: lo que la religión rechaza es lo que tiene fuerza de seducción sobre la gente. - ¿Por qué será esto así?

Sin duda alguna, mientras que Jesús provoca el rechazo de la religión, ese mismo Jesús ejerce una atracción enorme sobre la mayoría de la gente.

 

2.  La explicación de este contraste está en que Jesús fue profundamente humano, al tiempo que la religión se explica y se vive como algo poco humano o incluso inhumano. 

La Iglesia hace y dice cosas que producen rechazo en muchas personas.   A veces se sabe por qué, en otros casos, ni se sabe. Pero el hecho es que las iglesias y los conventos están cada día más vacíos. Las ceremonias de la religión no interesan, ni dan respuesta a lo que mucha gente se pregunta o necesita.

 

3.  Si hasta los espíritus inmundos se postraban ante Jesús (Mc 3, 11), eso nos viene a decir que incluso "las fuerzas del mal" se sentían interpeladas por lo que hacía y decía Jesús. Sobre todo, por lo que hacía.

Cuando la Iglesia se enfrenta a las causas que provocan el sufrimiento, crece en autoridad y credibilidad, pero lo paga caro. La presencia de Jesús en la historia sigue adelante y se palpa en los que no se quedan indiferentes ante el dolor y la humillación de los pobres, los enfermos y, en general, los que sufren.

 

Beato Marcelo Spínola

 




En la ciudad de Sevilla, en España, beato Marcelo Spínola y Maestre, obispo, que fundó círculos de obreros para mejorar la sociedad humana, trabajó por la verdad y la equidad, y abrió su casa a los menesterosos.

 

Marcelo Spínola y Maestre nació en San Fernando (Cádiz) el 14 de enero de 1835, hijo de un oficial de la Armada española y marqués de la corona. Se licenció en Derecho en la Universidad de Sevilla a los 21 años. Abrió un bufete de abogados en Huelva, donde defendería las causas de los obreros sin exigir honorarios, y por eso le llamaron «el abogado de los pobres». Aunque de una manera tardía, se sintió llamado al sacerdocio. En 1864 fue ordenado sacerdote y empezó su periplo por diversos destinos: capellán de la Iglesia de la Merced en Sanlúcar de Barrameda hasta que el Cardenal Lastra le nombra párroco de San Lorenzo de Sevilla integrándose en las hermandades del Gran Poder y la de la Soledad, ambas residentes en la misma parroquia. Del Gran Poder llegó a ser director espiritual y Mayordomo.

El 30 de octubre de 1874 está en el confesionario. Una mujer joven enlutada acude a él buscando orientación. Es Celia Méndez, que ha quedado viuda hace dos meses y medio. En la cruz de la pérdida de su marido ha percibido un llamamiento de Dios hacia algo. Búsqueda, entrega generosa y esfuerzos por parte de Marcelo y Celia cuajarán en la fundación de la Congregación de Esclavas del Divino Corazón en Coria, el 26 de Julio de 1885. Nace así la congregación, con el mismo espíritu de sus fundadores: profunda vida de oración y vivo celo apostólico.

El núcleo de esta espiritualidad que une contemplación y acción apostólica es el Corazón de Jesucristo. La misión concreta de la Congregación es «anunciar a todos los hombres el amor personal que Jesucristo nos tiene» a través de la educación. El estilo con el que las Esclavas realizan su vinculación con el Señor, es el de María, primera Esclava del Señor. Celia Méndez, guiada por D. Marcelo estará al frente de la Congregación durante 23 años. Don Marcelo dirige a las religiosas, las instruye y estimula a realizar la obra de la educación cristiana «formando el corazón de los jóvenes en la verdad evangélica, ilustrando el entendimiento por el conocimiento del saber y transformando así la sociedad».

Se suceden las fundaciones: Coria, Málaga, Ronda, Corte Concepción, Moguer, Sevilla y Linares en vida de los fundadores. En Andalucía se fundan casas en Aracena, Sanlúcar la Mayor y Cazalla y se abre una casa en Madrid. En 1913 la expansión llega a América, Brasil, Rio de Janeiro y en Argentina, Rosario y San Carlos. Son momentos especialmente duros por el estallido de la Primera Guerra Mundial, que dificulta aún más las comunicaciones, de suyo lentas y difíciles en esta época.

El 28 de Mayo de 1879, el Arzobispo Don Joaquín Lluch le nombra canónigo de la Santa Iglesia Catedral de Sevilla.  Posteriormente es consagrado Obispo auxiliar de Sevilla. Preconizado por León XIII para la diócesis de Coria-Cáceres. Después, Obispo de Málaga y en 1896, tras la muerte del cardenal de Sevilla, es nombrado obispo de esta diócesis. Abandona Málaga, con gran pesadumbre de sus diocesanos. En su nuevo destino volvió a dar ejemplo de su visión de futuro y de la importancia de los medios de comunicación fundando un periódico «El Correo de Andalucía» «para defender la verdad y la justicia».

En sus pastorales, sus homilías y sus intervenciones públicas, Spínola cuestionó los trabajos de los obreros, denunció los horarios y las malas condiciones en las que desempeñan su labor y reclamó el descanso dominical. Al mismo tiempo, también se muestra crítico con las posturas políticas emergentes que cuestionan a la burguesía y buscan su desaparición. «Él solía decir que la iglesia había abandonado a los más pobres» y Spínola «intenta abrir brecha en esta situación».

Todo esto no fue impedimento para que él, desde su humildad, se planteara en más de una ocasión la posibilidad de renunciar al episcopado, considerándose indigno e incapaz de este ministerio. Y si no se retiró fue, entre otras cosas, por consejo de Della Chiesa, futuro Benedicto XV. Creado Cardenal por San Pío X. el rey de España, Alfonso XIII, le impuso la birreta cardenalicia. En enero de 1906, tras volver de la boda de Alfonso XIII moría en Sevilla. Juan Pablo II, en su visita a Sevilla el 5 de noviembre de 1982, oró ante su sepulcro, que visitó expresamente. En 1987, el mismo Juan Pablo II lo proclamó beato.

 

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