domingo, 26 de noviembre de 2023

Párate un momento: El Evangelio del dia 28 DE NOVIEMBRE – MARTES – 34 – SEMANA DE T.O. – A – San Santiago de la Marca, Presbítero Franciscano

 

 


28 DE NOVIEMBRE – MARTES

– 34 – SEMANA DE T.O. – A –

San Santiago de la Marca, 

Presbítero Franciscano

 

        Lectura de la profecía de Daniel (2,31-45):

 

En aquellos días, dijo Daniel a Nabucodonosor:

«Tú, rey, viste una visión: una estatua majestuosa, una estatua gigantesca y de un brillo extraordinario; su aspecto era impresionante.

Tenia la cabeza de oro fino, el pecho y los brazos de plata, el vientre y los muslos de bronce, las piernas de hierro y los pies de hierro mezclado con barro. En tu visión, una piedra se desprendió sin intervención humana, chocó con los pies de hierro y barro de la estatua y la hizo pedazos. Del golpe, se hicieron pedazos el hierro y el barro, el bronce, la plata y el oro, triturados como tamo de una era en verano, que el viento arrebata y desaparece sin dejar rastro. Y la piedra que deshizo la estatua creció hasta convertirse en una montaña enorme que ocupaba toda la tierra.

Éste era el sueño; ahora explicaremos al rey su sentido:

Tú, majestad, rey de reyes, a quien el Dios del cielo ha concedido el reino y el poder, el dominio y la gloria, a quien ha dado poder sobre los hombres, dondequiera que vivan, sobre las bestias del campo y las aves del cielo, para que reines sobre ellos, tú eres la cabeza de oro.

Te sucederá un reino de plata, menos poderoso. Después un tercer reino, de bronce, que dominará todo el orbe. Vendrá después un cuarto reino, fuerte como el hierro. Como el hierro destroza y machaca todo, así destrozará y triturará a todos. Los pies y los dedos que viste, de hierro mezclado con barro de alfarero, representan un reino dividido; conservará algo del vigor del hierro, porque viste hierro mezclado con arcilla.

Los dedos de los pies, de hierro y barro, son un reino a la vez poderoso y débil. Como viste el hierro mezclado con la arcilla, así se mezclarán los linajes, pero no llegarán a fundirse, lo mismo que no se puede alear el hierro con el barro. Durante ese reinado, el Dios del cielo suscitará un reino que nunca será destruido ni su dominio pasará a otro, sino que destruirá y acabará con todos los demás reinos, pero él durará por siempre; eso significa la piedra que viste desprendida del monte sin intervención humana y que destrozó el barro, el hierro, el bronce, la plata y el oro.

Éste es el destino que el Dios poderoso comunica a su majestad. El sueño tiene sentido, la interpretación es cierta.»

 

Palabra de Dios

 

Salmo: Dn 3,57.58.59.60.61

 

R/. Ensalzadlo con himnos por los siglos

 

Criaturas todas del Señor,

bendecid al Señor. R/.

 

Ángeles del Señor,

bendecid al Señor. R/.

 

Cielos, bendecid al Señor. R/.

 

Aguas del espacio,

bendecid al Señor. R/.

 

Ejércitos del Señor,

bendecid al Señor. R/.

 

        Lectura del santo evangelio según san Lucas (21,5-11):

 

En aquel tiempo, algunos ponderaban la belleza del templo, por la calidad de la piedra y los exvotos.

Jesús les dijo:

«Esto que contempláis, llegará un día en que no quedará piedra sobre piedra: todo será destruido.»

Ellos le preguntaron:

«Maestro, ¿cuándo va a ser eso?, ¿y cuál será la señal de que todo eso está para suceder?»

Él contestó:

«Cuidado con que nadie os engañe. Porque muchos vendrán usurpando mi nombre, diciendo: "Yo soy", o bien "El momento está cerca"; no vayáis tras ellos.

Cuando oigáis noticias de guerras y de revoluciones, no tengáis pánico. Porque eso tiene que ocurrir primero, pero el final no vendrá en seguida.»

Luego les dijo:

«Se alzará pueblo contra pueblo y reino contra reino, habrá grandes terremotos, y en diversos países epidemias y hambre. Habrá también espantos y grandes signos en el cielo.»

 

Palabra del Señor

 

1.  En los tiempos que vivimos, cuando estamos asistiendo a tantos y tan profundos cambios en casi todos los ámbitos de la vida, de la sociedad y de las costumbres, cuando sobre todo la crisis económica nos está golpeando a todos tan despiadadamente, el tema de las desgracias -y "de la que está cayendo"- es el tema que invade nuestros pensamientos, nuestras preocupaciones y el asunto más recurrente en las conversaciones de medio mundo.

Tenemos la impresión de que las desgracias y catástrofes, que aquí indica el Evangelio, se están cumpliendo.

 

2.  Jesús es muy claro: "Cuidado que nadie os engañe... no vayáis tras ellos".

En su famoso discurso de apertura del Concilio Vaticano II (11 de octubre de 1962), Juan XXIII nos recordó la actualidad de lo que dijo Jesús: "parece necesario decir que disentimos de esos profetas de calamidades que siempre están anunciando infaustos sucesos como si fuese inminente el fin de los tiempos".

El Evangelio es muy claro: este tipo de discursos es falso y no lo quiere Dios.

       Solo el Señor sabe cuándo será el fin del mundo. 

 

3.  Es frecuente que, en situaciones como la que vivimos, los que más provecho intentan sacar de estos estados de cosas son los grupos más integristas, los más conservadores, los más fundamentalistas. Ellos se ven como "tradición acorralada" (A. Giddens).

La consecuencia es que se aferran a sus observancias tradicionales y a la sumisión total a la letra de sus catecismos y doctrinas. Con tales procedimientos no vamos a ninguna parte. Si el pasado nos ha hundido en la miseria que vivimos, parece absurdo aferrarse precisamente a un pasado, que no es el Evangelio, que no tiene garantías de ser lo que Dios quiere, y que no hace sino dejarnos más rezagados en esta inquietante marcha adelante de la historia humana.

La cosa se ha puesto tan mal, que el cambio no puede ser sino hacia mejor. Pero lo mejor será el logro de quienes, con libertad y audacia, pierdan el miedo ante cambios muy de fondo que seguramente se avecinan.

 

San Santiago de la Marca, 

Presbítero Franciscano

 




Predicador incansable

 

De este santo, cuyo nombre está unido al de San Bernardino de Siena y al de San Juan de Capistrano, que lo acompañó en sus peregrinaciones apostólicas por Europa, tenemos muchas noticias: unas nos la refiere él mismo y otras el humilde fraile laico, Venancio de Fabriano, que lo acompañó constantemente desde 1463.

Santiago de la Marca, cuyo nombre de pila era Domingo Gangali, nació en Monteprandone (Ascoli Piceno) en 1394. Quedó huérfano de padre siendo todavía muy niño, y a los siete años fue enviado a apacentar las ovejas; asustado por la continua presencia de un lobo misterioso, que más tarde él llamará ángel de Dios y no lobo como parecía abandonó el rebaño y huyó a Offida acogido por un sacerdote familiar suyo.

Siguió los estudios de derecho civil en Perusia; llegó a ser notario. Después se estableció en Florencia, en donde fue elegido alcalde. Regresó a las Marcas por asuntos familiares, se detuvo en Asís y aquí, después de un coloquio con el prior de Santa María de los Ángeles, resolvió entrar a formar parte de la familia franciscana.

Hizo su profesión religiosa el 1 de agosto de 1416 y seis años después, ya sacerdote, fue encargado de la predicación, ocupación que abarcaría toda su vida hasta la muerte, el 28 de noviembre de 1476 en Nápoles.

Durante más de medio siglo recorrió Europa oriental y centro septentrional no sólo para predicar el nombre de Jesús (tema constante de sus homilías, siguiendo el ejemplo de su maestro San Bernardino), sino también para cumplir delicadas misiones encomendadas por los Papas Eugenio IV, Nicolás V y Calixto III.

Este gran caminador parecía que sólo se detenía el tiempo necesario para fundar un nuevo convento o para restablecer la observancia de la genuina regla franciscana en los ya existentes. Los últimos 18 años de su vida los pasó casi todos predicando en las varias regiones de Italia. Se encontraba en Aquila cuando murió San Bernardino de Siena, en 1444, y a los seis años pudo presenciar en Roma su solemne canonización. Lo seguía devotamente fray Venancio, quien nos cuenta que durante una misión predicada en Lombardía le propusieron a fray Santiago la elección para obispo de Milán; pero el humilde fraile no aceptó. Fray Venancio, después de la muerte del maestro, escribió una Vida en la que narra los muchísimos milagros que hizo en vida y después de la muerte.

 

 

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