lunes, 27 de noviembre de 2023

Párate un momento: El Evangelio del dia 29 DE NOVIEMBRE – MIERCOLES – 34 – SEMANA DE T.O. – A – San Saturnino de Tolosa

 

 


 

29 DE NOVIEMBRE – MIERCOLES

– 34 – SEMANA DE T.O. – A –

San Saturnino de Tolosa

 

       Lectura de la profecía de Daniel (5,1-6.13-14.16-17.23-28):

 

En aquellos días, el rey Baltasar ofreció un banquete a mil nobles del reino, y se puso a beber delante de todos. Después de probar el vino, mandó traer los vasos de oro y plata que su padre, Nabucodonosor, había cogido en el templo de Jerusalén, para que bebieran en ellos el rey y los nobles, sus mujeres y concubinas.

Cuando trajeron los vasos de oro que habían cogido en el templo de Jerusalén, brindaron con ellos el rey y sus nobles, sus mujeres y concubinas. Apurando el vino, alababan a los dioses de oro y plata, de bronce y hierro, de piedra y madera. De repente, aparecieron unos dedos de mano humana escribiendo sobre el revoco del muro del palacio, frente al candelabro, y el rey veía cómo escribían los dedos. Entonces su rostro palideció, la mente se le turbó, le faltaron las fuerzas, las rodillas le entrechocaban.

Trajeron a Daniel ante el rey, y éste le preguntó:

«¿Eres tú Daniel, uno de los judíos desterrados que trajo de Judea el rey, mi padre? Me han dicho que posees espíritu de profecía, inteligencia, prudencia y un saber extraordinario. Me han dicho que tú puedes interpretar sueños y resolver problemas; pues bien, si logras leer lo escrito y explicarme su sentido, te vestirás de púrpura, llevarás un collar de oro y ocuparás el tercer puesto en mi reino.»

Entonces Daniel habló así al rey:

«Quédate con tus dones y da a otro tus regalos. Yo leeré al rey lo escrito y le explicaré su sentido. Te has rebelado contra el Señor del cielo, has hecho traer los vasos de su templo, para brindar con ellos en compañía de tus nobles, tus mujeres y concubinas. Habéis alabado a dioses de oro y plata, de bronce y hierro, de piedra y madera, que ni ven, ni oyen, ni entienden; mientras que al Dios dueño de vuestra vida y vuestras empresas no lo has honrado. Por eso Dios ha enviado esa mano para escribir ese texto.

Lo que está escrito es:

"Contado, Pesado, Dividido." La interpretación es ésta: "Contado": Dios ha contado los días de tu reinado y les ha señalado el límite; "Pesado": te ha pesado en la balanza y te falta peso; "Dividido": tu reino se ha dividido y se lo entregan a medos y persas.»

 

Palabra de Dios

 

Salmo: Dn 3,62.63.64.65.66.67

 

R/. Ensalzadlo con himnos por los siglos

 

Sol y luna,

bendecid al Señor. R/.

 

Astros del cielo,

bendecid al Señor. R/.

 

Lluvia y rocío,

bendecid al Señor. R/.

 

Vientos todos,

bendecid al Señor. R/.

 

Fuego y calor,

bendecid al Señor. R/.

 

Fríos y heladas,

bendecid al Señor. R/.

 

      Lectura del santo evangelio según san Lucas (21,12-19):

 

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

 «Os echarán mano, os perseguirán, entregándoos a las sinagogas y a la cárcel, y os harán comparecer ante reyes y gobernadores, por causa mía. Así tendréis ocasión de dar testimonio.

Haced propósito de no preparar vuestra defensa, porque yo os daré palabras y sabiduría a las que no podrá hacer frente ni contradecir ningún adversario vuestro. Y hasta vuestros padres, y parientes, y hermanos, y amigos os traicionarán, y matarán a algunos de vosotros, y todos os odiarán por causa mía. Pero ni un cabello de vuestra cabeza perecerá; con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas.»

 

Palabra del Señor

 

1.  De nuevo, Jesús les anuncia a sus discípulos que su condición en este mundo es la condición de incomprendidos, rechazados y perseguidos.  Al mencionar "sinagogas" y "cárceles", Jesús se estaba refiriendo a persecuciones que vendrán de las autoridades religiosas y también de las autoridades civiles. Lo cual, por lo demás, resulta comprensible.  Eso, ni más ni menos, es lo que le sucedió al propio Jesús. Si él fue incomprendido y perseguido, lo lógico es que quienes siguen sus pasos, se tendrán que ver en situaciones parecidas a las que él pasó. Lo extraño sería que no sucediera eso.

 

       2.  Pero Jesús llegó más lejos. Porque él radicalizó esta condición de "incomprendidos y perseguidos", propia de los seguidores del Evangelio, llegando a decir que hasta los amigos y los familiares más cercanos van a tomar partido contra quienes deciden ser fieles a la causa de Jesús. Desde este punto de vista, se puede decir que la condición del seguidor de Jesús es la condición del que, con frecuencia, se va a ver desamparado, abandonado, incomprendido y solo. La fuerza para seguir adelante, en tales condiciones, será el convencimiento de que así es como hay que "dar testimonio".

Es decir, solo así se puede ser testigo del Evangelio.

 

  3.  ¿Por qué tiene que ser esto así? Jesús no quiere que sus seguidores se vean como seres extraños o peligrosos. Eso es causa de sufrimiento y desgracia. Y Jesús no quiere que sus discípulos sean unos desgraciados. Lo que ocurre es que este mundo, tal como está "organizado", y tal como funciona, es causa de mucho sufrimiento y mucha desgracia.

Por eso, todo el que, fiel al Evangelio, toma la misma postura que adoptó Jesús, sin más remedio tendrá que seguir el destino que siguió Jesús.  

Precisamente porque se quiere de verdad la felicidad y la paz para este mundo.

 

San Saturnino de Tolosa

 




En Toulouse, de la Galia Narbonense, conmemoración de san Saturnino de Tolosa (Sanserenín), obispo y mártir que, según la tradición, en tiempo del mismo Decio fue detenido por los paganos en el Capitolio de esta ciudad y arrastrando por las escaleras desde lo alto del edificio, hasta que, destrozados la cabeza y el cuerpo, entregó su alma a Cristo hacia el año 250.

Saturnino, obispo de Tolosa, es uno de los santos más populares en Francia y en España. La Passio Saturnini es ante todo un documento muy importante para el conocimiento de la antigua Iglesia de la Galia. Según el autor de la Pasión, escrita entre el 430 y el 450, Saturnino fijó su residencia en Tolosa en el 250, bajo el consulado de Decio y Grato. En ese tiempo, refiere el autor, en Galia había pocas comunidades cristianas, con escaso número de fieles, mientras los templos paganos se llenaban de fieles que sacrificaban a los ídolos.

Saturnino, que había llegado desde hacía poco a Tolosa, probablemente de Africa (el nombre es efectivamente africano) o de Oriente, como se lee en el Missale Gothicum, había ya reunido los primeros frutos de su predicación, atrayendo a la fe en Cristo a un buen número de ciudadanos. El santo obispo, para llegar a un pequeño oratorio de su propiedad, pasaba todas las mañanas frente al Capitolio, es decir, el principal templo pagano, dedicado a Júpiter Capitolino, en donde los sacerdotes paganos ofrecían en sacrificio al dios pagano un toro para obtener las gracias que pedían los fieles.

Parece que la presencia de Saturnino volvía mudos a los dioses y de esto los sacerdotes paganos acusaron al obispo cristiano, cuya irreverencia habría irritado la susceptibilidad de las divinidades paganas. Un día la multitud rodeó amenazadora a Saturnino y le impuso que sacrificara un toro sobre el altar de Júpiter. Ante el rechazo del obispo de sacrificar el animal, que poco después se convertiría en el instrumento inconsciente de su martirio, y sobre todo por lo que consideraban los paganos un ultraje a la divinidad, pues Saturnino dijo que no les tenía miedo a los rayos de Júpiter, ya que era impotente porque no existía, lo agarraron enfurecidos y lo ataron al cuello del toro, al que picaron para que corriera escaleras abajo del Capitolio arrastrando al obispo.

Saturnino, con el cuerpo despedazado, murió poco después y su cuerpo quedó abandonado en la calle, de donde lo recogieron dos piadosas mujeres y le dieron sepultura «en una fosa muy profunda». Sobre esta tumba, un siglo después, San Hilario construyó una capilla de madera que pronto fue destruida y se perdió por algún tiempo su recuerdo, hasta cuando en el siglo VI el duque Leunebaldo, volviendo a encontrar las reliquias del mártir, hizo edificar en ese lugar la iglesia dedicada a San Saturnino, en francés Saint-Sernin-du-Taur, que en el Trescientos tomó el actual nombre de Notre-Dame du Taur.

 

Fuente: Spider Martirologio + Aciprensa

 

 

 

 

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