10 DE NOVIEMBRE
– VIERNES
– 31 –
SEMANA DE T.O. – A –
San León Magno papa
Lectura de la carta
del apóstol san Pablo a los Romanos (15,14-21):
Respecto a vosotros, hermanos, yo personalmente estoy convencido de que
rebosáis buena voluntad y de que os sobra saber para aconsejaros unos a otros.
A pesar de eso, para traeros a la memoria lo que ya sabéis, os he escrito, a
veces propasándome un poco.
Me da pie el
don recibido de Dios, que me hace ministro de Cristo Jesús para con los
gentiles: mi acción sacra consiste en anunciar la buena noticia de Dios, para
que la ofrenda de los gentiles, consagrada por el Espíritu Santo, agrade a
Dios.
Como
cristiano, pongo mi orgullo en lo que a Dios se refiere. Sería presunción
hablar de algo que no fuera lo que Cristo hace por mi medio para que los
gentiles respondan a la fe, con mis palabras y acciones, con la fuerza de
señales y prodigios, con la fuerza del Espíritu Santo. Tanto, que, en todas
direcciones, a partir de Jerusalén y llegando hasta la Iliria, lo he dejado
todo lleno del Evangelio de Cristo.
Eso sí, para
mí es cuestión de amor propio no anunciar el Evangelio más que donde no se ha
pronunciado aún el nombre de Cristo; en vez de construir sobre cimiento ajeno,
hago lo que dice la Escritura: «Los que no tenían noticia lo verán, los que no
habían oído hablar comprenderán.»
Palabra de Dios
Salmo: 97
R/. El Señor
revela a las naciones su salvación.
Cantad al Señor un cántico nuevo
porque ha hecho maravillas:
su diestra le ha dado la victoria,
su santo brazo. R/.
El Señor da a conocer su victoria,
revela a las naciones su justicia:
se acordó de su misericordia y su
fidelidad
en favor de la casa de Israel. R/.
Los confines de la tierra han contemplado
la victoria de nuestro Dios.
Aclama al Señor, tierra entera;
gritad, vitoread, tocad. R/.
Lectura del santo Evangelio según san Lucas
(16,1-8):
En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos:
«Había una
vez un hombre rico que tenía un administrador, el cual fue acusado ante él de
haberle malgastado sus bienes. Lo llamó y le dijo:
"¿Es
cierto lo que me han dicho de ti? Dame cuenta de tu trabajo, porque en adelante
ya no serás administrador."
Entonces el
administrador se puso a pensar:
"¿Qué
voy a hacer ahora que me quitan el trabajo? No tengo fuerzas para trabajar la
tierra y me da vergüenza pedir limosna. Ya sé lo que voy a hacer, para tener a
alguien que me reciba en su casa, cuando me despidan."
Entonces fue
llamando uno por uno a los deudores de su amo. Al primero le preguntó:
"¿Cuánto
le debes a mi amo?"
El hombre
respondió:
"Cien
barriles de aceite."
El
administrador le dijo:
"Toma tu
recibo, date prisa y haz otro por cincuenta."
Luego
preguntó al siguiente:
"Y tú,
¿cuánto debes?"
Éste
respondió:
"Cien
sacos de trigo."
El
administrador le dijo:
"Toma tu
recibo y haz otro por ochenta."
El amo tuvo
que reconocer que su mal administrador había procedido con habilidad. Pues los
que pertenecen a este mundo son más hábiles en sus negocios que los que
pertenecen a la luz».
Palabra del Señor
1. ¿Se
puede poner como ejemplo a un canalla que roba a su amo y luego, además,
lo engaña?
Es decir, un
indeseable que roba por dos veces.
- ¿Qué
felicitación puede merecer un tipo así?
- ¿Es que no
habría otro ejemplo para ponderar que los hijos de las tinieblas son más
astutos que los hijos de la luz?
- ¿Qué lectura hay que hacer de todo esto para que tenga algún sentido?
2. Como
es lógico, Jesús no elogia el robo y la mentira. Ni siquiera para poner tales vicios como ejemplos de astucia. Los entendidos en la interpretación
de las parábolas han dado, en este caso, las más diversas explicaciones, sin
llegar a un acuerdo común. Se ha pensado que la explicación
más plausible es la que toma como clave de interpretación, no la tramposa
conducta del administrador, sino los criterios que rigen el
pensamiento del rico. Y es así. Pero esto necesita una cuidadosa aclaración.
Estamos de
acuerdo en que el administrador, tal como lo presenta el relato, era un
sinvergüenza sin escrúpulos. Y eso lo entiende cualquiera. Pero más
sinvergüenza era el rico, que no solo había acumulado una fortuna, en un país
donde la mayoría de la población se moría de hambre, sino que además era un
tipo que valoraba sumamente el negocio (incluso sucio) y la ganancia. Y no contento
con eso, además elogiaba al canalla que le ha robado.
Para el rico,
lo único que tiene valor en la vida es ganar, aunque eso se haga con trampas,
falsificando documentos y mintiendo a todas horas.
3. La
riqueza -hoy diríamos el sistema capitalista puro y duro- pervierte a las
personas. Y cuando el beneficio es lo único que interesa en la vida,
todo se descompone y huele a podrido. Es lo peor
que el sistema capitalista ha hecho con todos nosotros.
La canallada
del sistema ha llegado a tal extremo, que los que más roban son los que más
votos ganan cuando llegan unas elecciones.
En el fondo,
todos estamos elogiando al administrador injusto. Esta manera de pensar es la
que nos ha hundido en la crisis. Porque es la manera de pensar de la burbuja
inmobiliaria, de los banqueros que han facilitado la compra de viviendas, de
quienes las han vendido y de quienes las han comprado, de los
gobernantes que han permitido semejante sistema económico, que ha
destrozado el ambiente, las costas, los montes y las playas.
El sistema
que ha llevado a tantos millones de españoles (sobre todo a los jóvenes) al
paro. Y el sistema que alimenta la voracidad de los mercados y los mercaderes,
con el silencio cómplice de quienes no se debían haber callado, conociendo el
desastre en el que todos nos hemos hundido.
Y
nuestros obispos (y quienes les aconsejan) calladitos, para no poner en peligro
los privilegios que la Iglesia obtiene del
sistema vigente.
¡Qué
vergüenza!
San León Magno papa
Papa y Doctor de la Iglesia
Nació en la Toscana, y en el año 440 fue
elevado a la cátedra de Pedro, ejerciendo su cargo como un verdadero pastor y
padre de las almas. Trabajó intensamente por la integridad de la fe, defendió
con ardor la unidad de la Iglesia, hizo lo posible por evitar o mitigar las
incursiones de los bárbaros, obras que le valieron con toda justicia el
apelativo de Magno.
Su doctrina clara y profunda nos ha llegado en decenas de homilías que
siguen el año litúrgico.
Convocó el Concilio de Calcedonia en 451, donde se definió la doble
naturaleza humana y divina de Cristo en una única persona.
Murió en el año 461.
Martirologio
Romano: Memoria de san León I, papa, doctor de la
Iglesia, que, nacido en Etruria, primero fue diácono diligente en la Urbe y
después, elevado a la cátedra de Pedro, mereció con todo derecho ser llamado
“Magno”, tanto por apacentar a su grey con una exquisita y prudente predicación
como por mantener la doctrina ortodoxa sobre la encarnación de Dios,
valientemente afirmada por los legados del Concilio Ecuménico de Calcedonia,
hasta que descansó en el Señor en Roma, donde en este día tuvo lugar su
sepultura en San Pedro del Vaticano (461).
Etimología: León = Aquel hombre audaz, imperioso y valiente, es de origen latino
Breve Biografía
El Papa León, que nació en Toscana a fines del siglo IV, es recordado en los
textos de historia por el prestigio moral y político que demostró ante la
amenaza de los Hunos de Atila (a los que logró detener sobre el puente Mincio)
y de los Vándalos de Genserico (cuya ferocidad mitigó en el saqueo de Roma del
455). Elevado al solio pontificio en el 440, en sus 21 años de pontificado
(murió el 10 de noviembre del 461) llevó a cabo la unidad de toda la Iglesia
alrededor de la sede petrina, impidiendo usurpaciones de jurisdicción,
arrancando de raíz los abusos de poder, frenando las ambiciones del patriarcado
constantinopolitano y del vicariato de Arles.
Desafortunadamente, no existen muchas noticias biográficas de él. Al Papa
León no le gustaba hablar mucho de sí en sus escritos. Tenía una idea
elevadísima de su función: sabía que encarnaba la dignidad, el poder y la
solicitud de Pedro, jefe de los apóstoles. Pero su posición de autoridad y la
fama de rigidez y hieratismo no le impedían comunicar el calor humano y el
entusiasmo de un hombre de Dios, que se notan por los 96 Sermones y por las 173
cartas que han llegado hasta nosotros. Sobre todo, las homilías nos muestran al
Papa, uno de los más grandes de la historia de la Iglesia, paternalmente
dedicado al bien espiritual de sus hijos, a los que les habla en lenguaje
sencillo, traduciendo su pensamiento en fórmulas sobrias y eficaces para la
práctica de la vida cristiana.
Sus cartas, por el estilo culto, demuestran su rica personalidad. De
espíritu comprensivo y previsor, se destacó también por su impulso doctrinal,
participando activamente en la elaboración dogmática del grave problema
teológico tratado en el concilio ecuménico de Calcedonia, pedido por el
emperador de Oriente para condenar la herejía del monofisismo.
Su famosa Epístola dogmática ad Flavianum, leída por los delegados romanos
que presidían la asamblea, presentó el sentido y también las fórmulas de la
definición conciliar, creando así una efectiva unidad y solidaridad con la sede
de Roma. León fue el primer Papa que recibió de la posteridad el epíteto de
“magno”, grande, no sólo por las cualidades literarias y la firmeza con la que
mantuvo en vida al decadente imperio de Occidente, sino por la solidez
doctrinal que demuestra en sus cartas, en sus sermones y en las oraciones
litúrgicas de la época en donde se ven evidentes su sobriedad y precisión
características.
Murió el año 461.
Fuente: Un santo para cada día Ediciones San Pablo
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