3 - DE AGOSTO – SÁBADO –
17ª – SEMANA DEL T.O. – B
Stª. LIDIA
Lectura de la profecía de Jeremías
(26,11-16.24):
En aquellos días, los sacerdotes y los profetas dijeron a los príncipes y al
pueblo:
«Este hombre
es reo de muerte, porque ha profetizado contra esta ciudad, como lo habéis oído
con vuestros oídos.»
Jeremías
respondió a los príncipes y al pueblo:
«El Señor me
envió a profetizar contra este templo y esta ciudad las palabras que habéis
oído. Pero, ahora, enmendad vuestra conducta y vuestras acciones, escuchad la
voz del Señor, vuestro Dios; y el Señor se arrepentirá de la amenaza que
pronunció contra vosotros.
Yo, por mi
parte, estoy en vuestras manos: haced de mí lo que mejor os parezca. Pero,
sabedlo bien: si vosotros me matáis, echáis sangre inocente sobre vosotros,
sobre esta ciudad y sus habitantes. Porque ciertamente me ha enviado el Señor a
vosotros, a predicar a vuestros oídos estas palabras.»
Los príncipes
del pueblo dijeron a los sacerdotes y profetas:
«Este hombre
no es reo de muerte, porque nos ha hablado en nombre del Señor, nuestro Dios.»
Entonces
Ajicán, hijo de Safán, se hizo cargo de Jeremías, para que no lo entregaran al
pueblo para matarlo.
Palabra de Dios
Salmo: 68
R/. En el día de
la gracia, escúchame, Señor.
Arráncame del cieno, que no me hunda; líbrame de
los que me aborrecen, y de las aguas sin fondo.
Que no me arrastre la corriente, que no me
trague el torbellino, que no se cierre la poza sobre mí. R/.
Yo soy un pobre malherido; Dios mío, tu
salvación me levante.
Alabaré el nombre de Dios con cantos, proclamaré su
grandeza con acción de gracias. R/.
Miradlo, los humildes, y alegraos, buscad al
Señor, y revivirá vuestro corazón.
Que el Señor escucha a sus pobres, no desprecia
a sus cautivos. R/.
Lectura del santo
evangelio según san Mateo (14,1-12):
En aquel tiempo oyó el virrey Herodes lo que se contaba de Jesús, y dijo a
sus ayudantes:
«Ese es Juan
Bautista que ha resucitado de entre los muertos, y por eso los Poderes actúan
en él.»
Es que
Herodes había mandado prender a Juan y lo había metido en la cárcel encadenado
por motivo de Herodías, mujer de su hermano Felipe, porque Juan le decía que no
le estaba permitido vivir con ella. Quería mandarlo matar, pero tuvo miedo de
la gente, que lo tenía por profeta.
El día del
cumpleaños de Herodes, la hija de Herodías danzó delante de todos, y le gustó
tanto a Herodes, que juró darle lo que pidiera. Ella, instigada por su madre,
le dijo: «Dame ahora mismo en una bandeja la cabeza de Juan Bautista.»
El rey lo
sintió; pero, por el juramento y los invitados, ordenó que se la dieran; y
mandó decapitar a Juan en la cárcel. Trajeron la cabeza en una bandeja, se la
entregaron a la joven, y ella se la llevó a su madre. Sus discípulos recogieron
el cadáver, lo enterraron y fueron a contárselo a Jesús.
Palabra del Señor
1. El
relato de la muerte violenta de Juan Bautista es un paradigma de lo que estamos
viendo y sufriendo a diario. Aquí quedan patentes las cualidades patéticas del
"poder político-religioso", ya que lo político y lo religioso se apoyan
mutuamente y van siempre unidos.
Ese poder
está asociado a:
1) La muerte asesina.
2) La corrupción moral.
3) El miedo.
Un individuo
corrupto, que puede matar a quien le conviene y que toma sus decisiones por
intereses pasionales o por miedos irracionales, es el mayor peligro que puede
amenazar a un pueblo, a una nación, a todos y cada uno de los ciudadanos.
2. Frente
a tanta desvergüenza y a semejante violencia la figura honorable de Juan
Bautista, que:
1)
No se calla ante la corrupción del poder.
2) Paga
con su vida la libertad del que denuncia el despotismo.
No hay que
esforzarse demasiado para darse cuenta de que Juan Bautista es también
paradigma de los miles y millones de criaturas inocentes que sufren las
consecuencias del despotismo del poder.
3. Los
abusos del poder ocurrían antiguamente y siguen ocurriendo en nuestros días. En
la antigüedad, el poder corrupto y criminal estaba concentrado en el soberano
de cada país, que ejercía su despotismo sobre sus propios súbditos.
En la
actualidad, debido a la economía global, al comercio global, al poder de veto
que las grandes potencias tienen sobre la ONU, y al poder que ejercen los
organismos internacionales (Banco Mundial, Fondo Monetario Internacional,
Organización Internacional del Comercio, etc.), controlados por los grandes de la política y del capital, el poder corrupto de la muerte y
el miedo dirigen y gestionan un mundo en el que cada día mueren de hambre y
miseria casi cien mil personas) y sabemos que este poder sigue matando a los profetas que denuncian.
Según el
Informe de Amnistía Internacional, en, al menos
1.544 personas han sido ejecutadas en 25 países distintos.
El martirio
de Juan Bautista sigue presente ante nosotros. Y lo peor de todo es que el
genocidio sigue adelante porque quienes vivimos bien nos callamos, nos cruzamos de brazos, y pensamos que nada se puede hacer. Lo cual es
mentira. Podemos gritar y protestar. Podemos ser más honrados. Y
debemos ser siempre buenas personas.
Stª. LIDIA
Comerciante – S. I
Martirologio Romano: Conmemoración de santa Lidia de Tiatira,
vendedora de púrpura, que fue la primera que creyó en el Evangelio en Filipos,
en Macedonia, cuando lo predicó el apóstol san Pablo (s. I).
Ser el primero en hacer algo es un modo
seguro de hacer que tu nombre figure en el libro de los récords. La primera
persona en dar la vuelta al globo. La primera persona en correr la milla en
menos de tres minutos. La primera persona en llegar al Polo Sur. Lidia también
fue una de las primeras. Su familia fue la primera en Europa en convertirse al
cristianismo y ser bautizada.
Lidia era una comerciante de púrpuras. Eso
podría no significar mucho para nosotros hoy en día, pero en el siglo primero
eso significaba que era una mujer muy rica. Dado que el tinte de la púrpura se
extraía con muchas dificultades de cierto molusco, sólo una elite podía
permitirse tener telas teñidas de ese color. Una mercader que vendiera ese
tinte tan extremadamente costoso era rica, se mirase como se mirase.
La riqueza se cita a menudo como uno de los
principales obstáculos al crecimiento espiritual.
Se nos advierte que "es más fácil para
un camello pasar por el ojo de una aguja que para un rico entrar en el Reino de
los Cielos". Eso no significa, sin embargo, que ser pobre te haga mejor
automáticamente. Una persona pobre que acumula unas pocas posesiones no es
mejor que una persona rica que acumula muchas. No hay indicaciones de que Lidia
abandonara su negocio tras convertirse al cristianismo. Pero hay muchas pruebas
de que utilizó su fortuna sabiamente.
Entendió que el valor real de la riqueza
reside en el modo en que la usas, no en cuánto tienes.
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