jueves, 1 de agosto de 2024

Párate un momento: El Evangelio del dia 3 - DE AGOSTO – SÁBADO – 17ª – SEMANA DEL T.O. – B Stª. LIDIA

 


 

 3 - DE AGOSTO – SÁBADO –

17ª – SEMANA DEL T.O. – B

Stª. LIDIA

 

  Lectura de la profecía de Jeremías (26,11-16.24):

En aquellos días, los sacerdotes y los profetas dijeron a los príncipes y al pueblo:

«Este hombre es reo de muerte, porque ha profetizado contra esta ciudad, como lo habéis oído con vuestros oídos.»

Jeremías respondió a los príncipes y al pueblo:

«El Señor me envió a profetizar contra este templo y esta ciudad las palabras que habéis oído. Pero, ahora, enmendad vuestra conducta y vuestras acciones, escuchad la voz del Señor, vuestro Dios; y el Señor se arrepentirá de la amenaza que pronunció contra vosotros.

Yo, por mi parte, estoy en vuestras manos: haced de mí lo que mejor os parezca. Pero, sabedlo bien: si vosotros me matáis, echáis sangre inocente sobre vosotros, sobre esta ciudad y sus habitantes. Porque ciertamente me ha enviado el Señor a vosotros, a predicar a vuestros oídos estas palabras.»

Los príncipes del pueblo dijeron a los sacerdotes y profetas:

«Este hombre no es reo de muerte, porque nos ha hablado en nombre del Señor, nuestro Dios.»

Entonces Ajicán, hijo de Safán, se hizo cargo de Jeremías, para que no lo entregaran al pueblo para matarlo.

Palabra de Dios

 

Salmo: 68

R/. En el día de la gracia, escúchame, Señor.

 

Arráncame del cieno, que no me hunda; líbrame de los que me aborrecen, y de las aguas sin fondo.

      Que no me arrastre la corriente, que no me trague el torbellino, que no se cierre la poza sobre mí. R/.

Yo soy un pobre malherido; Dios mío, tu salvación me levante.

      Alabaré el nombre de Dios con cantos, proclamaré su grandeza con acción de gracias. R/.

Miradlo, los humildes, y alegraos, buscad al Señor, y revivirá vuestro corazón.

      Que el Señor escucha a sus pobres, no desprecia a sus cautivos. R/.

 

Lectura del santo evangelio según san Mateo (14,1-12):

En aquel tiempo oyó el virrey Herodes lo que se contaba de Jesús, y dijo a sus ayudantes:

«Ese es Juan Bautista que ha resucitado de entre los muertos, y por eso los Poderes actúan en él.»

Es que Herodes había mandado prender a Juan y lo había metido en la cárcel encadenado por motivo de Herodías, mujer de su hermano Felipe, porque Juan le decía que no le estaba permitido vivir con ella. Quería mandarlo matar, pero tuvo miedo de la gente, que lo tenía por profeta.

El día del cumpleaños de Herodes, la hija de Herodías danzó delante de todos, y le gustó tanto a Herodes, que juró darle lo que pidiera. Ella, instigada por su madre, le dijo: «Dame ahora mismo en una bandeja la cabeza de Juan Bautista.»

El rey lo sintió; pero, por el juramento y los invitados, ordenó que se la dieran; y mandó decapitar a Juan en la cárcel. Trajeron la cabeza en una bandeja, se la entregaron a la joven, y ella se la llevó a su madre. Sus discípulos recogieron el cadáver, lo enterraron y fueron a contárselo a Jesús.

 

Palabra del Señor

 

1.  El relato de la muerte violenta de Juan Bautista es un paradigma de lo que estamos viendo y sufriendo a diario. Aquí quedan patentes las cualidades patéticas del "poder político-religioso", ya que lo político y lo religioso se apoyan mutuamente y van siempre unidos.

Ese poder está asociado a:

                  1)            La muerte asesina. 

                  2)            La corrupción moral. 

                  3)            El miedo.

 

Un individuo corrupto, que puede matar a quien le conviene y que toma sus decisiones por intereses pasionales o por miedos irracionales, es el mayor peligro que puede amenazar a un pueblo, a una nación, a todos y cada uno de los ciudadanos.

 

2.  Frente a tanta desvergüenza y a semejante violencia la figura honorable de Juan Bautista, que:

     1) No se calla ante la corrupción del poder.

            2)  Paga con su vida la libertad del que denuncia el despotismo.

No hay que esforzarse demasiado para darse cuenta de que Juan Bautista es también paradigma de los miles y millones de criaturas inocentes que sufren las consecuencias del despotismo del poder.

 

3.  Los abusos del poder ocurrían antiguamente y siguen ocurriendo en nuestros días. En la antigüedad, el poder corrupto y criminal estaba concentrado en el soberano de cada país, que ejercía su despotismo sobre sus propios súbditos.

En la actualidad, debido a la economía global, al comercio global, al poder de veto que las grandes potencias tienen sobre la ONU, y al poder que ejercen los organismos internacionales (Banco Mundial, Fondo Monetario Internacional, Organización Internacional del Comercio, etc.), controlados por  los grandes de la política y del capital, el poder corrupto de la muerte y el miedo dirigen y gestionan un mundo en el que cada día mueren de hambre y miseria casi cien mil personas) y sabemos que este poder sigue matando a los profetas que denuncian. 

Según el Informe de Amnistía Internacional, en, al menos 1.544 personas han sido ejecutadas en 25 países distintos.

El martirio de Juan Bautista sigue presente ante nosotros. Y lo peor de todo es que el genocidio sigue adelante porque quienes vivimos bien nos callamos, nos cruzamos de brazos, y pensamos que nada se puede hacer. Lo cual es mentira.  Podemos gritar y protestar. Podemos ser más honrados. Y debemos ser siempre buenas personas.

 

Stª. LIDIA

 


Comerciante – S. I

 

Martirologio Romano: Conmemoración de santa Lidia de Tiatira, vendedora de púrpura, que fue la primera que creyó en el Evangelio en Filipos, en Macedonia, cuando lo predicó el apóstol san Pablo (s. I).

Ser el primero en hacer algo es un modo seguro de hacer que tu nombre figure en el libro de los récords. La primera persona en dar la vuelta al globo. La primera persona en correr la milla en menos de tres minutos. La primera persona en llegar al Polo Sur. Lidia también fue una de las primeras. Su familia fue la primera en Europa en convertirse al cristianismo y ser bautizada.

Lidia era una comerciante de púrpuras. Eso podría no significar mucho para nosotros hoy en día, pero en el siglo primero eso significaba que era una mujer muy rica. Dado que el tinte de la púrpura se extraía con muchas dificultades de cierto molusco, sólo una elite podía permitirse tener telas teñidas de ese color. Una mercader que vendiera ese tinte tan extremadamente costoso era rica, se mirase como se mirase.

La riqueza se cita a menudo como uno de los principales obstáculos al crecimiento espiritual.

Se nos advierte que "es más fácil para un camello pasar por el ojo de una aguja que para un rico entrar en el Reino de los Cielos". Eso no significa, sin embargo, que ser pobre te haga mejor automáticamente. Una persona pobre que acumula unas pocas posesiones no es mejor que una persona rica que acumula muchas. No hay indicaciones de que Lidia abandonara su negocio tras convertirse al cristianismo. Pero hay muchas pruebas de que utilizó su fortuna sabiamente.

Entendió que el valor real de la riqueza reside en el modo en que la usas, no en cuánto tienes.

 

 

 

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