domingo, 18 de agosto de 2024

Párate un momento: El Evangelio del dia 20 - DE AGOSTO – MARTES – 20ª – SEMANA DEL T.O. – B San Bernardo de Claraval

 


 

20 - DE AGOSTO – MARTES –

20ª – SEMANA DEL T.O. – B

San Bernardo de Claraval

 

   Lectura de la profecía de Ezequiel (28,1-10)

Me vino esta palabra del Señor:

«Hijo de Adán, di al príncipe de Tiro: "Así dice el Señor: Se hinchó tu corazón, y dijiste: 'Soy Dios, entronizado en solio de dioses en el corazón del mar', tú que eres hombre y no dios; te creías listo como los dioses. ¡Si eres más sabio que Daniel!; ningún enigma se te resiste. Con tu talento, con tu habilidad, te hiciste una fortuna; acumulaste oro y plata en tus tesoros. Con agudo talento de mercader ibas acrecentando tu fortuna, y tu fortuna te llenó de presunción.

Por eso, así dice el Señor: Por haberte creído sabio como los dioses, por eso traigo contra ti bárbaros pueblos feroces; desenvainarán la espada contra tu belleza y tu sabiduría, profanando tu esplendor. Te hundirán en la fosa, morirás con muerte ignominiosa en el corazón del mar. Tú, que eres hombre y no dios, ¿osarás decir: 'Soy Dios', delante de tus asesinos, en poder de los que te apuñalen? Morirás con muerte de incircunciso, a manos de bárbaros. Yo lo he dicho."»

Oráculo del Señor.

 

Palabra de Dios

 

Salmo: Dt 32,26-27ab.27cd-28.30.35cd-36ab

 

R/. Yo doy la muerte y la vida

Yo pensaba: «Voy a dispersarlos y a borrar su memoria entre los hombres.»

       Pero no; que temo la jactancia del enemigo y la mala interpretación del adversario. R/.

Que diría: «Nuestra mano ha vencido, no es el Señor quien lo ha hecho.»

       Porque son una nación que ha perdido el juicio. R/.

¿Cómo es que uno persigue a mil, y dos ponen en fuga a diez mil?

      ¿No es porque su Roca los ha vendido, porque el Señor los ha entregado? R/.

El día de su perdición se acerca, y su suerte se apresura.

      Porque el Señor defenderá a su pueblo y tendrá compasión de sus siervos. R/.

 

  Lectura del santo evangelio según san Mateo (19,23-30):

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

«Os aseguro que difícilmente entrará un rico en el reino de los cielos.

Lo repito: Más fácil le es a un camello pasar por el ojo de una aguja que a un rico entrar en el reino de Dios.»

Al oírlo, los discípulos dijeron espantados: «Entonces, ¿quién puede salvarse?»

Jesús se les quedó mirando y les dijo:

«Para los hombres es imposible; pero Dios lo puede todo.»

Entonces le dijo Pedro:

«Pues nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido; ¿qué nos va a tocar?»

Jesús les dijo:

«Os aseguro: cuando llegue la renovación, y el Hijo del hombre se siente en el trono de su gloria, también vosotros, los que me habéis seguido, os sentaréis en doce tronos para regir a las doce tribus de Israel.

El que por mí deja casa, hermanos o hermanas, padre o madre, mujer, hijos o tierras, recibirá cien veces más, y heredará la vida eterna. Muchos primeros serán últimos y muchos últimos serán primeros.»

 

Palabra del Señor

 

  1.  Jesús reafirma lo que le ha dicho al joven rico sobre la dificultad que tienen los ricos para entrar en el Reino de Dios y lo reafirma con una sentencia popular que radicaliza aún más el problema.

La sentencia del camello y el ojo de la aguja se ha intentado suavizar.  Se ha dicho que el camello (kámelos) es un cable de barco (kámilos), cosa que no resuelve nada porque ese cable era más grueso, entonces y ni cabía ni cabe por el ojo de una aguja.

En cuanto ojo de la aguja, se ha dicho que era una puerta que hubo en Jerusalén (Pascasio Radberto), pero nunca existió tal puerta. Tampoco parece que se pueda interpretar como una ventana.  No hay trazas de eso. Ni este texto tiene nada que ver con "la puerta estrecha" (Mt 7, 13 par), que es una "exhortación", mientras que aquí se trata de una "afirmación" (G. Schneider) que expresa una imposibilidad.

 

2.  Tenían motivos los discípulos para quedarse "espantados".   La afirmación de Jesús, aplicada a nuestro tiempo, es clara y coherente: no puede entrar en el proyecto de Jesús el que retiene y consume de sobra, mientras que al mismo tiempo hay criaturas que se mueren de hambre.  No es posible ser humano cuando se comete lo más inhumano que se puede hacer en este mundo.

 

3.  Ahora mismo hay cerca de mil millones de personas abocadas a una muerte cercana cuando hay familias y personas que no saben dónde invertir tanto dinero como tienen, ni dónde almacenar más comida, más ropa y más caprichos...

No, no es demagogia barata. Es una realidad tan espantosa como brutal.

En el fondo, todo radica en el problema de la codicia, como han recalcado los técnicos de la economía en la Unión Europea.  La crisis actual lo está poniendo de manifiesto.

San Bernardo de Claraval


 


Nació en el año 1090 cerca de Dijon (Francia). Recibió una piadosa educación, y en el año 1111 se unió a los monjes del Císter; poco después, fue elegido abad del monasterio de Claraval, cargo que desempeñó con gran provecho para sus monjes.

A causa de las divisiones que aquejaban por entonces a la Iglesia, se vio obligado a viajar por Europa, con el objeto de restablecer la paz y la unidad. Escribió mucho sobre teología y ascética.

Murió en el año 1153.

Fue el gran impulsor y propagador de la Orden Cisterciense y el hombre más importante del siglo XII en Europa.

Fundador del Monasterio Cisterciense del Claraval y de muchos otros.

Nació en Borgoña (Francia) en el año 1.090, en el Castillo Fontaines-les-Dijon. Sus padres eran los señores del Castillo y fue educado junto a sus siete hermanos como correspondía a la nobleza, recibiendo una excelente formación en latín, literatura y religión.

San Bernardo es, cronológicamente, el último de los Padres de la Iglesia, pero es uno de los que más impacto ha tenido en ella.

Fue declarado Santo en 1173 por el Papa Alejandro III. Posteriormente, fue declarado Doctor de la Iglesia.

 

Su personalidad

Bernardo tenía un extraordinario carisma de atraer a todos para Cristo.

Amable, simpático, inteligente, bondadoso y alegre, incluso muy apuesto, pues sabemos que su hermana Humbelina le llamaba cariñosamente con el apelativo de "ojos grandes". Durante algún tiempo se enfrió en su fervor y empezó a inclinarse hacia lo mundano. Pero las amistades mundanas, por más atractivas y brillantes que fueran, lo dejaban vacío y lleno de hastío. Después de cada fiesta se sentía más desilusionado del mundo y de sus placeres.

 

La visión que cambió su trayectoria

Una noche de Navidad, mientras celebraban las ceremonias religiosas en el templo, se quedó dormido y le pareció ver al Niño Jesús en Belén en brazos de María, y que la Santa Madre le ofrecía a su Hijo para que lo amara y lo hiciera amar mucho por los demás. Desde este día ya no pensó sino en consagrarse a la religión y al apostolado. Un hombre que arrastra con todo lo que encuentra, Bernardo se fue al convento de monjes benedictinos llamado Cister, y pidió ser admitido. El superior, San Esteban Harding lo aceptó con gran alegría.

 

Toda su familia ganada para Cristo.

Bernardo volvió a su familia a contar la noticia y todos se opusieron. Los amigos le decían que esto era desperdiciar una gran personalidad para ir a sepultarse vivo en un convento. La familia no aceptaba de ninguna manera. Pero Bernardo les habló tan maravillosamente de las ventajas y cualidades que tiene la vida religiosa, que logró llevarse al convento a sus cuatro hermanos mayores, a su tío y 30 compañeros de la Nobleza que dejaron todo para unirse a Cristo . Dicen que cuando llamaron a Nirvardo el hermano menor para anunciarle que se iban de religiosos, el muchacho les respondió: "¡Ajá! ¿Con que ustedes se van a ganarse el cielo, y a mí me dejan aquí en la tierra? Esto no lo puedo aceptar". Y un tiempo después, también él se hizo religioso del Cister.

Antes de entrar al monasterio, Bernardo llevó a su finca a todos los que deseaban entrar al convento para prepararlos durante varias semanas, entrenándolos acerca del modo de cómo debían comportarse para ser unos fervorosos religiosos. En el año 1112, a la edad de 22 años, entra en el monasterio de Cister. Mas tarde, habiendo muerto su madre, entra en el monasterio su padre. Su hermana Humbelina y su cuñado, de mutuo acuerdo decidieron también entrar en la vida religiosa. Posteriormente llegó también su hermana Humbelina a la gloria de los altares. Vemos en la historia la gran influencia de las relaciones tanto para bien como para mal.

En la historia de la Iglesia es difícil encontrar otro hombre que haya sido dotado por Dios de un poder de atracción tan grande para llevar gentes a la vida religiosa, como el que recibió Bernardo. Las muchachas tenían terror de que su novio hablara con el santo. En las universidades, en los pueblos, en los campos, los jóvenes al oírle hablar de las excelencias y ventajas espirituales de la vida en un convento, se iban en numerosos grupos a que él los instruyera y los formara como religiosos. Durante su vida fundó más de 300 conventos para hombres, e hizo llegar a gran santidad a muchos de sus discípulos. Lo llamaban "el cazador de almas y vocaciones". Con su apostolado consiguió que 900 monjes hicieran profesión religiosa.

 

Fundador de Claraval.

En el convento del Cister demostró tales cualidades de líder y de santo, que a los 25 años (con sólo tres de religioso) fue enviado como superior a fundar un nuevo convento. Escogió un sitio apartado en el bosque donde sus monjes tuvieran que derramar el sudor de su frente para poder cosechar algo, y le puso el nombre de Claraval, que significa "valle claro" ya que allí el sol ilumina fuerte todo el día. Supo infundir del tal manera fervor y entusiasmo a sus religiosos de Claraval que, habiendo comenzado con sólo 20 compañeros, a los pocos años tenía 130 religiosos. De este convento de Claraval salieron monjes a fundar otros 63 conventos. (Trois Fontaines, Fontenay, Foigny, etc.,).

 

Su Predicación.

Le llamaban "El Doctor boca de miel" (doctor melífluo). Su inmenso amor a Dios y a la Virgen Santísima y su deseo de salvar almas lo llevaban a estudiar por horas y horas cada sermón que iba a pronunciar, y luego como sus palabras iban precedidas de mucha oración y de grandes penitencias, el efecto era fulminante en los oyentes. Escuchar a San Bernardo era ya sentir un impulso fortísimo a volverse mejor.

 

Su amor a la Virgen Santísima.

Fue el gran enamorado de la Virgen Santísima. Se adelantó en su tiempo a considerarla medianera de todas las gracias y poderosa intercesora nuestra ante su Hijo Nuestro Señor . A San Bernardo se le deben las últimas palabras de la Salve: "Oh clementísima, oh piadosa, oh dulce Virgen María"., así como la bellísima oracion del "Acordaos" cuyo texto íntegro reproducimos en otro apartado de este texto). Tal era su Amor a la Virgen que teniendo costumbre de saludarla siempre que pasaba ante una imagen de ella con las palabras "Dios te Salve María", la imagen un día le contestó "Dios te salve, hijo mío Bernardo".

Los que quieren progresar en su amor a la Madre de Dios, necesariamente tienen que leer los escritos de San Bernardo por la claridad y el amor con que habla de ella. El pueblo vibraba de emoción cuando le oía hablar desde el púlpito con su voz sonora e impresionante:

Si se levantan las tempestades de tus pasiones, mira a la Estrella, invoca a María. Si la sensualidad de tus sentidos quiere hundir la barca de tu espíritu, levanta los ojos de la fe, mira a la Estrella, invoca a María. Si el recuerdo de tus muchos pecados quiere lanzarte al abismo de la desesperación, lánzale una mirada a la Estrella del cielo y rézale a la Madre de Dios. Siguiéndola, no te perderás en el camino. Invocándola no te desesperarás. Y guiado por Ella llegarás seguramente al Puerto Celestial.

Sus bellísimos sermones son leídos hoy, después de varios siglos, con verdadera satisfacción y gran provecho.

Así como también de entre sus numerosísimos libros y textos se halla el de unas reflexiones de gran importancia llamado "La Consideración" leído por varios Papas, entre ellos el Papa Juan XXIII.

En él propone una serie de consejos importantísimos para que los que están en puestos elevados, no vayan a cometer el gravísimo error de descuidar la humildad y/o dedicarse solamente a actividades exteriores descuidando la oración y la meditación. En una de sus reflexiones, comenta:

"Malditas serán dichas ocupaciones, si no dejan dedicar el debido tiempo a la oración y a la meditación".

Las dos ideas fundamentales que nos transmite San Bernardo son:

La mediación universal de la Virgen

La necesidad filial de invocarla en todas las circunstancias

 

Viajero infatigable

El más profundo deseo de San Bernardo era permanecer en su convento dedicado a la oración y a la meditación. Pero el Sumo Pontífice, los obispos, los pueblos y los gobernantes le pedían continuamente que fuera a ayudarles, y él estaba siempre pronto a prestar su ayuda donde quiera que pudiera ser útil. Con una salud sumamente débil (porque los primeros años de religioso se dedicó a hacer demasiadas penitencias y se le dañó el aparato digestivo) recorrió toda Europa poniendo la paz donde había guerras, deteniendo las herejías, corrigiendo errores, animando desanimados y hasta reuniendo ejércitos para defender la santa religión católica. Era el árbitro aceptado por todos. Exclamaba: "A veces no me dejan tiempo durante el día ni siquiera para dedicarme a meditar. Pero estas gentes están tan necesitadas y sienten tanta paz cuando se les habla, que es necesario atenderlas" (ya en las noches pasaría luego sus horas dedicado a la oración y a la meditación).

 

Despedida gozosa.

 

Después de haber llegado a ser el hombre más famoso de Europa en su tiempo y de haber conseguido varios milagros (como por ejemplo hacer hablar a un mudo, el cual confesó muchos pecados que tenía sin perdonar) y después de haber llenado varios países de monasterios con religiosos fervorosos, ante la petición de sus discípulos para que pidiera a Dios la gracia de seguir viviendo otros años más, exclamaba:

"Mi gran deseo es ir a ver a Dios y a estar junto a Él. Pero el amor hacia mis discípulos me mueve a querer seguir ayudándolos. Que el Señor Dios haga lo que a Él mejor le parezca".

Y a Dios le pareció que ya había sufrido y trabajado bastante, y que se merecía el descanso eterno y el premio preparado para los discípulos fieles, y se lo llevó a su eternidad feliz, el 20 de agosto del año 1153. Tenía 63 años.

 

ANÉCDOTA

Le sucedió a San Bernardo, siendo muy joven, cuando todavía no había entrado en la vida monástica. Bernardo era muy guapo, de porte elegante y alto.

 

En cierta ocasión, cabalgando lejos de su casa con varios amigos, les sorprendió la noche, por lo que tuvieron que buscar hospitalidad en una casa. La dueña los recibió bien, e insistió en que Bernardo, como jefe del grupo, ocupase una habitación separada. Durante la noche, la mujer se presentó en la habitación con intenciones deshonestas. Bernardo, en cuanto se dio cuenta de lo que se avecinaba, fingió con gran presencia de ánimo creer que se trataba de un intento de robo, y con toda su fuerza empezó a gritar: -¡Ladrones, ladrones! La intrusa se alejó rápidamente. Al día siguiente, cuando el grupo se marchaba cabalgando, sus amigos empezaron a bromear acerca del imaginario ladrón, pero Bernardo, contestó con toda tranquilidad:

-No fue ningún sueño. El ladrón entró indudablemente en la habitación, pero no para robarme el oro y la plata, sino algo de mucho más valor."

 

 

 

 

 

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