domingo, 18 de octubre de 2015

Párate un momento: Evangelio del día 19 de Octubre - LUNES – XXIXª – Semana del Tiempo Ordinario




19 de Octubre  - LUNES –
XXIXª – Semana del Tiempo Ordinario

Lc 12,13-21

    En aquel tiempo, dijo uno del público a Jesús: “Maestro, dile a mi hermano que reparta conmigo la herencia”.  
 Él le contestó: “Hombre, ¿quién me ha nombrado juez o árbitro entre vosotros?”.
 Y dijo a la gente: “Mirad guardaos de toda clase de codicia.    Pues aunque uno ande sobrado, su vida no depende de sus bienes”.     Y les propuso una parábola: “Un hombre rico tuvo una gran cosecha.    
Y empezó a echar cálculos: ¿qué haré?
No tengo donde almacenar la cosecha.
Y se dijo: “Haré lo siguiente: derribaré los graneros y construiré otros más grandes, y almacenaré allí todo el grano y el resto de mi cosecha.    Y entonces me diré a mí mismo: “Hombre, tienes bienes acumulados para muchos años: túmbate, come, bebe y date buena vida”.
 Pero Dios le dijo: “Necio, esta noche te van a exigir la vida.     Lo que has acumulado, ¿de quién será?”.    Así será el que amasa riquezas para sí y no es rico ante Dios”.

1.   Sabemos por el Sermón del Monte (Mt 6, 19-24) y por el Sermón de la Llanura (Lc 6, 20-24; cf. 12, 22-36) que Jesús fue extremadamente critico con el dinero y con los ricos (Mt 19, 16-24 par).
El dinero divide a los hermanos que, por el reparto de una herencia, llegan a enfrentamientos que rompen las familias y desatan odios que perduran hasta la muerte.     Además, el dinero engaña al que lo tiene en abundancia, como queda claro en esta parábola.     El peligro de este engaño consiste en que el dinero acumulado da una seguridad que en realidad no es tal.     Y produce la impresión de que con dinero se resuelven problemas que el dinero no puede resolver.

2.   Pero en esta parábola se apunta un problema mucho más grave.     El rico de la parábola acumuló riqueza para él y no pensó en nadie más.     El dinero se puede convertir en capital cuando se pasa de la acumulación del rico a la producción del agricultor, del industrial, del investigador, del profesional o del comerciante.
El problema que hoy se plantea es que el capital mundial está organizado de forma que se ha concentrado en pocos países y, dentro de esos países, en un reducido número de personas en el conjunto de la población mundial.     La consecuencia es que ahora mismo hay cerca del mil millones de personas abocadas a una muerte urgente y espantosa.     Mientras que el capital, no obstante las crisis económicas que sobrevienen de tiempo en tiempo, se sigue concentrando cada vez más en menos países y en menos personas.

3.   Sin duda que la crisis económica, que venimos soportando desde el 2009, nos obligue a replantear la gestión de la economía mundial de otra manera y reorientar el comercio mundial con criterios de mayor y más equitativa participación de todos en la riqueza global.   
Quizá la aportación mejor que podemos hacer todos en este momento sea precisamente favorecer y potenciar las iniciativas que tendrán que surgir en esa dirección.
Por ejemplo, potenciar las economías emergentes de América latina o de África. En todo caso, por favor, pensemos que si es urgente salir aquí de la crisis, más urgente es que dejen de morir cada día personas de hambre.


viernes, 16 de octubre de 2015

Párate un momento: Lecturas del día 18 de Octubre - DOMINGO – XXIXª – Semana del Tiempo Ordinario “ SAN LUCAS EVANGELISTA” “DÍA DEL DOMUND”





18 de Octubre  - DOMINGO –
XXIXª – Semana del Tiempo Ordinario
“ SAN LUCAS EVANGELISTA”
“DÍA DEL DOMUND”

Primera lectura: Isaías 53, 10-11

   El Señor quiso triturarlo con el sufrimiento, y entregar su vida como expiación: verá su descendencia, prolongará sus años, lo que el Señor quiere prosperará por su mano.
   Por los trabajos de su alma, verá la luz, el justo se saciará de conocimiento.    Mi siervo justificará a muchos, porque cargó con los crímenes de ellos.

Salmo 32, 4-5. 18-19. 20. 9-2

   R// Que tu misericordia, Señor,
          venga sobre nosotros,
         como lo esperamos de ti.

Ø  Que la palabra del Señor es sincera,
     y todas sus acciones son leales;
    él ama la justicia y el derecho,
    y su misericordia llena la tierra.  R//

Ø  Los ojos del Señor están puestos en su fieles, los que esperan en su misericordia,
    para librar sus vidas de la muerte
    y reanimarlos en tiempo de hambre.  R//

Ø  Nosotros aguardamos al Señor:
      él es nuestro auxilio y escudo.
     Que tu misericordia, Señor,
     venga sobre nosotros,
     como lo esperamos de ti.   R//

Segunda lectura: Hebreos 4, 14-16

  Hermanos:  Mantengamos la confesión de la fe, ya que tenemos un sumo sacerdote grande, que ha atravesado el cielo, Jesús, Hijo de Dios.    No tenemos un sumo sacerdote incapaz de compadecerse de nuestras debilidades, sino que ha sido
probado en todo exactamente como nosotros, menos en el pecado.    Por eso, acerquémonos con seguridad al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y encontrar gracia que nos auxilie oportunamente.

Evangelio: Marcos 10, 35-45

   En aquel tiempo, se acercaron a Jesús los hijos de  Zebedeo, Santiago y Juan, y le dijeron: “Maestro, queremos que hagas lo que te vamos a pedir”.
   Les preguntó: “¿Qué queréis que haga por vosotros?”.
 Contestaron: “Concédenos sentarnos en tu gloria uno a tu derecha y otro a tu izquierda”.
 Jesús replicó: “No sabéis lo que pedís, ¿sois capaces de beber el cáliz que yo he de beber, o de bautizaros con el bautismo con que yo me voy a bautizar?”.
Contestaron: “Lo somos”.
Jesús les dijo: “El cáliz que yo voy a beber lo beberéis, y os bautizaréis con el bautismo con que yo me voy a bautizar, pero
el sentarse a mi derecha o a mi izquierda no me toca a mí concederlo, está ya reservado”.
Los otros diez, al oír aquello, se indignaron contra Santiago y Juan.
Jesús, reuniéndolos, les dijo: “Sabéis que
los que son reconocidos como jefes de los pueblos los tiranizan, y que los grandes los oprimen.    Vosotros, nada de eso: el que quiera ser grande, sea vuestro servidor; y el que quiera ser primero, sea esclavo de todos.     Porque el Hijo del hombre no ha
venido para que le sirvan, sino para servir y dar su vida en rescate por todos”.

1.   El problema capital que plantea este evangelio no es el rechazo de la soberbia, sino el rechazo del poder.    Para que los discípulos entiendan lo que el Evangelio les pide, Jesús no pone, como ejemplo de lo que hay que evitar, a los orgullosos, sino a los poderosos.     Sin embargo, es un hecho que en la Iglesia se ha entendido y se ha justificado el “ministerio apostólico” como “sacerdocio” dotado de “potestad” (Trento, ses. 23. DH 1764; 1771) y como “episcopado” dotado de “plena y suprema “potestad’ (Vat.II. LG 22).     El problema que tiene la Iglesia con el Evangelio no está en el posible orgullo, la vanidad o la soberbia que puedan tener algunos de sus miembros, sino en el poder que el “ministerio apostólico” ejerce sobre los demás católicos.

2.   Al decir esto, no se trata de afirmar que en la Iglesia no debe haber presbíteros, obispos y Papa.     El problema no está en la existencia del poder, sino en el ejercicio de ese poder.     Jesús no quiere que los apóstoles (y sus sucesores o colaboradores) ejerzan el poder como lo ejercen los jefes Políticos.     Sin embargo, resulta chocante que el texto evangélico el que Jesús prohíbe eso, deforma tajante (Mt 20,26; Mc 10,43), no se cita ni una sola vez en los documentos principales del Magisterio de la lglesia  (OH, pg. 1583 s).    Resulta inevitable pensar que el Magisterio eclesiástico ha escogido del Evangelio lo que ha justificado su poder y su forma de ejercer el poder, al tiempo que se ha marginado lo que plantea el más serio problema al ejercicio del poder eclesiástico.

3.   Los documentos eclesiásticos sobre el poder en la Iglesia no son la última palabra sobre este asunto.     La Iglesia tiene el derecho y el deber de seguir buscando el modo de ejercer el poder que sea coherente con el Evangelio.     Un poder nunca basado en la sumisión incondicional de unos (los laicos) a otros (presbíteros, obispos, Papa), sino en el seguimiento de Jesús, el Señor.
Porque el seguimiento  genera, por sí solo y por sí mismo, ejemplaridad y felicidad.   
 Es urgente que la Iglesia ofrezca a este mundo (de tantos Poderes opresores) otro modelo de ejercer la autoridad.



Párate un momento: Evangelio del día 17 de Octubre - SÁBADO – XXVIIIª – Semana del Tiempo Ordinario



17 de Octubre  - SÁBADO –
XXVIIIª – Semana del Tiempo Ordinario

Lc 12,8-12

  En aquel tiempo, dijo Jesús a sus
discípulos:  “Si uno se pone de mi parte ante los hombres, también el Hijo del Hombre se pondrá de su parte ante los ángeles de Dios.   Y si uno me niega ante los hombres, lo renegarán a él ante los ángeles de Dios.    Al que hable contra el Hijo del Hombre se le podrá perdonar, pero al que blasfeme contra el Espíritu Santo, no se le perdonará.   Cuando os conduzcan a la sinagoga, ante los magistrados y las autoridades, no os preocupéis de lo que vais a decir o de cómo os vais a defender.   Porque el Espíritu Santo os enseñará en aquel momento lo que tenéis que decir”.

1.   Jesús fue un hombre controvertido. Y un hombre enjuiciado y juzgado.   De ahí que tuvo amigos y enemigos.    Los que se pusieron de su parte y los que lo negaron.
Es decir, ante Jesús no cabe quedarse indiferente.    Y, por tanto, la neutralidad es imposible.    Esto supuesto, lo importante para nosotros está en saber siempre que este proceso sigue adelante en la historia.    De forma que ahora mismo hay personas que se ponen de parte de  Jesús, lo mismo que hay quienes reniegan de él.     Evidentemente, esto no
se hace en un juicio.   Se hace en la vida. Hay quienes, con sus decisiones y sus hábitos de vida, afirman que Jesús tiene razón.   Lo mismo que hay quienes viven y hablan de forma que a todas horas están diciendo que Jesús se equivocó.   Los que organizan su vida para tener asegurada su
fama, su poder, su dinero, su buena imagen, su seguridad a toda costa,
todos los que hacemos eso (o algo de eso), quizá sin saber lo que hacemos, lo que realmente hacemos es decirle a todo el mundo que Jesús se equivocó.    Que no le hagan caso a Jesús, ya que lo que importa es lograr aquello que rechazó Jesús.    Así vamos por la vida...   iQué vergüenza y qué dolor¡.

2.   La blasfemia contra el Espíritu Santo consiste en la postura obstinada, ciega y firme de oposición y enfrentamiento al Evangelio (A. Plummer, T. W. Manson), es decir, de oposición y enfrentamiento al ser humano, que ocupa el centro de las preocupaciones evangélicas.
No olvidemos que, en la encarnación del Logos (que es Dios), el mismo Dios se ha fundido con el  ser humano.    Así las cosas, resulta lógico y coherente que blasfemar contra semejante proyecto sea imperdonable.    No porque el Padre no quiera perdonar, sino porque el que blasfema así no quiere ser perdonado .
¿Qué le importa a él el perdón de eso que dicen que es Dios?

3.   En este contexto de enfrentamiento y conflicto, Jesús advierte a sus discípulos que pueden ser conducidos  “a la sinagoga”.    Es decir, a un juicio religioso.
Porque también puede ocurrir (y ocurre) que la religión tome decisiones y asuma formas de comportamiento que son auténticas agresiones al ser humano, a personas concretas.    Y entonces, de acuerdo con lo que dice d Evangelio, se trata de agresiones contra el mismo Dios.



jueves, 15 de octubre de 2015

Párate un momento: Evangelio del día 16 de Octubre - VIERNES - XXVIIIª – Semana del Tiempo Ordinario





16 de Octubre - VIERNES -
XXVIIIª – Semana del Tiempo Ordinario

Evangelio: Lc 12,1-7

En aquel tiempo, miles y miles de personas se agolpaban hasta pisarse unos a otros.
Jesús empezó a hablar; dirigiéndose primero a sus discípulos: “Cuidado con la levadura de los fariseos, o sea, con su hipocresía.
Nada hay cubierto que no llegue a descubrirse, nada hay escondido que
no llegue a saberse. 
 Por eso, lo que digáis de noche, se repetirá a pleno día, y lo que digáis al oído en el sótano, se pregonará desde la azotea.
A vosotros os digo, amigos míos: no tengáis miedo a los que matan el cuerpo, pero no pueden hacer más.
 Os voy a decir a quién tenéis que temer: temed al que tiene poder para matar y después echar en el fuego.
A ese tenéis que temer, os lo digo yo.
¿No se venden cinco gorriones por dos cuartos? 
 Pues ni de uno solo se olvida Dios. 
 Hasta los pelos de vuestra cabeza están contados. 
 Por lo tanto, no tengáis miedo: no hay comparación entre vosotros y los gorriones".

1. Jesús les advierte a sus discípulos que es peligrosa “la levadura” de los fariseos.
La “levadura” es un término bíblico importante.    El poquito de masa ya fermentada que, incorporada a la masa nueva, hace que fermente el pan era considerado como un elemento “impuro”.
De forma que los panes sin levadura eran los únicos que se podían ofrecer a Dios en sacrificio (F. Bovon).
Pues bien, la “levadura” de los hombres más religiosos es la “hipocresía", que lo mismo que “teatralidad", o sea representar lo que se es (H. Giesen).    Esto era muy frecuente entre los hombres de la religión en tiempos de Jesús.    Y lo es ahora.

2. En esta vida estamos tantos hipócritas, o sea tantos fariseos, que debe ser muy raro el que se escapa de esta forma de vivir
Todos anteponemos nuestra imagen pública a la realidad de nuestra vida.
Nadie quiere aparecer externamente como realmente es. Seguramente, cuanto más se va bajando en la escala social y religiosa, menos sitio tiene la hipocresía.
En el mendigo o la prostituta, la imagen pública no tiene más remedio que
coincidir con la realidad.    Porque viven de la imagen pública.     En los altos cargos, en las ilustres familias, en los buenos religiosos o religiosas, no hay más salida que ocultar cosas que no puedan aparecer ante la opinión pública.    Todos estos viven de una imagen que, menos en casos extraordinarios, no puede coincidir con la realidad de vidas que, a veces, dejan mucho que desear.

3. Jesús insiste en que no tengamos que ocultar nada en la vida. 
 Que se sepa todo.
Nada de disimular sentimientos turbios que fomentamos y disfrazamos celosamente. Jesús es tan machacón en este asunto porque, seguramente, las instituciones y organizaciones religiosas son de tal naturaleza y funcionan de tal manera que no tienen más remedio que vivir ocultando, disfrazando, disimulando.
Lo cual, en buena medida, es comprensible.
Porque se trata de seres humanos, con sus consiguientes limitaciones y miserias humanas, que, al mismo tiempo, tienen que aparecer ante la gente como profesionales de la ejemplaridad.
 En grupos humanos así, la hipocresía es la gran tapadera que oculta lo que quizá no imaginamos.
Por eso la religión es tan despreciada y hasta tan odiada.




miércoles, 14 de octubre de 2015

Párate un momento: Lecturas del día 15 de Octubre - JUEVES - Stª TERESA DE JESUS



15 de Octubre - JUEVES -
Stª TERESA DE JESUS

Primera lectura: Eclesiástico 15, 1-6

El que teme al Señor obrará así, observando la ley, alcanzará la sabiduría.
Ella le saldrá al encuentro como una madre y lo recibirá como la esposa de la
juventud, lo alimentará con pan de sensatez y le dará a beber agua de prudencia; apoyado en ella no vacilará y confiando en ella no fracasará; lo ensalzará sobre sus compañeros, para que abra la boca en la asamblea; le llena de sabiduría e inteligencia, lo cubre con vestidos de gloria; alcanzará gozo y alegría; le dará un nombre perdurable.

Salmo 88, 2-9. 16-19

R// Contaré tu fama a mis hermanos,
en medio de la asamblea te alabaré.

* Cantaré eternamente las misericordias
del Señor, anunciaré tu fidelidad
por todas las edades. R//

* Porque dije: “Tu misericordia
es un edificio eterno,
más que el cielo has afianzado tu
fidelidad”. R//

* El cielo proclama tus maravillas, Señor,
y tu fidelidad, en la asamblea de los
ángeles.
¿Quién sobre las nubes se compara a
Dios?
¿Quién como el Señor entre los seres
divinos? R//

* Dios es temible en el consejo de los
ángeles, es grande y terrible para toda su
corte.
Señor de los ejércitos, ¿quién como tú?
El poder y la fidelidad te rodean. R//

* Dichoso el pueblo que sabe aclamarte:
caminará, oh Señor, a la luz de tu rostro;
tu nombre es su gozo cada día,
tu justicia es su orgullo. R//

* Porque tú eres su honor y su fuerza,
y con tu favor realzas nuestro poder.
Porque el Señor es nuestro escudo,
y el Santo de Israel nuestro rey. R//

Evangelio: Mateo 11, 25-30

En aquel tiempo, exclamó Jesús: “Te doy gracias, Padre, Señor de cielo y tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos y se las has revelado a la gente sencilla.     Sí, Padre, así te ha parecido mejor.     Todo me lo ha entregado mi Padre, y nadie conoce al Hijo más que el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo, y aquel a quien el hijo se lo quiera revelar.  Venid a mi todos lo que estáis cansados y agobiados y yo os aliviaré.
Cargad con mi yugo y aprended de mí,
que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis vuestro descanso.  Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera”.

Con el paso de los años y la llegada de los
achaques, todo parece que se nos hace más
cuesta arriba. Incluso aquellas cosas sobre las que antes poníamos más empeño, ahora parece que nos cuestan más.
Lo más sencillo es descargar nuestras responsabilidades en los demás. Depositar nuestras responsabilidades en los otros.
Todos quisiéramos ser como aquella persona mayor, aquejada de achaques o sometida a una penosa enfermedad, pero con una sonrisa, que asume su situación
con entusiasmo y con fortaleza.
La fe incluye cargas que deberían convertirnos en reflejo del rostro de quien tras el sufrimiento de la muerte, alcanzó la victoria de la resurrección.

     SANTA TERESA DE JESUS

La Iglesia celebra hoy la fiesta de santa Teresa de Jesús.    Nació en Ávila el 28 de marzo de 1515.  Ingresó allí en el monasterio de carmelitas de la Encarnación.   Maestra de oración para el pueblo de Dios y Fundadora del Carmelo Teresiano.    Supo conciliar el don de gentes con el trato íntimo con Dios; la actividad incesante con la vida contemplativa.
A través de sus obras, entre las que destacan el Libro de la Vida, el Camino de perfección, Las Moradas, y Las Fundaciones, ha ejercido en la Iglesia un luminoso magisterio espiritual, que el papa Pablo VI reconoció proclamándola Doctora de la Iglesia.   Murió en Alba de Tormes (Salamanca) el 4 de octubre de 1582.

Del Libro de la Vida de santa Teresa de Jesús, virgen y doctora de la Iglesia (Vida 22, 6-7. 14: EDE, 2000)
Cristo, nuestro amigo y dechado con tan buen amigo presente, con tan buen capitán, que se puso en lo primero en el padecer, todo se puede sufrir;  es ayuda y da esfuerzo;  nunca falta;  es amigo verdadero.  Y veo yo claro (y he visto después) que, para contentar a Dios y que nos haga grandes mercedes, quiere sea por manos de esta humanidad sacratísima, en quien dijo su Majestad se deleita.   Muy muchas veces lo he visto por experiencia; hámelo dicho el Señor.   He visto claro que por esta puerta hemos de entrar si queremos nos muestre la soberana Majestad grandes secretos.
Así que no se quiera otro camino, aunque se esté en la cumbre de contemplación.
Por aquí se va seguro.  Este Señor nuestro es por quien nos vienen todos los bienes; él lo enseñará.  Mirando su vida, es el mejor dechado.   ¿Qué más queremos de un tan buen amigo al lado, que no nos dejará en los trabajos y tribulaciones, como hacen los del mundo? Bienaventurado quien de verdad le amare y siempre le trajere cabe sí.   Miremos al glorioso san Pablo, que no parece se le caía de la boca siempre Jesús, como quien le tenía bien en el corazón.
Yo he mirado con cuidado, después que esto he entendido, de algunos santos, grandes contemplativos, y no iban por otro camino.   San Francisco, san Antonio de Padua, san Bernardo, santa Catalina de Siena.   Con libertad se ha de andar en este camino, puestos en las manos de Dios.
Si su Majestad nos quisiere subir a ser de los de su cámara y secreto, ir de buena gana.    Siempre que se piense de Cristo, nos acordemos del amor con que nos hizo tantas mercedes, y cuán grande nos le mostró Dios en darnos tal prenda del que nos tiene; que amor saca amor. Procuremos ir mirando esto siempre y despertándonos para amar; porque, si una vez nos hace el Señor merced que se nos imprima en el corazón este amor, sernos ha todo fácil y obraremos muy en breve y muy sin trabajo.


martes, 13 de octubre de 2015

Párate un momento: Evangelio del día 14 de Octubre –MIÉRCOLES – 28ª – Semana del Tiempo Ordinario



14 de Octubre –MIÉRCOLES –
28ª – Semana del Tiempo Ordinario

Evangelio: Lc 11,42-46

  En aquel tiempo, dijo el Señor: “¡Ay de vosotros, fariseos, que pagáis el diezmo de la hierbabuena, de la ruda y de toda clase de legumbres, mientras pasáis por alto la justicia y el amor de Dios!.
 Esto habría que practicar sin descuidar aquello.  ¡Ay de vosotros, fariseos, que os encantan los asientos de honor en las sinagogas y las reverencias por la calle!
¡Ay de vosotros, que sois como tumbas sin señal, que la gente pisa sin saberlo!”
Un jurista intervino y le dijo: “Maestro, diciendo eso nos ofendes también a nosotros”.
 Jesús replicó: “iAy de vosotros también, juristas, que abrumáis a la gente con cargas insoportables, mientras vosotros no las tocáis ni con un dedo!”.

1. Lo primero que Jesús les echa en cara a los fariseos es el interés minucioso en el cumplimiento de cosas sin importancia, al tiempo que ni se fijan en lo más fundamental: la justicia y el amor a Dios.  
Jesús retrata aquí la perversión (las más de las veces, inconsciente) de los observantes bienintencionados (y también de los malintencionados, que los hay).
En tiempo de Jesús se trataba del contraste entre el escrupuloso pago del diezmo por las legumbres y el descuido escandaloso de la justicia y, en consecuencia, de la buena relación con Dios.
Ahora se podría hablar del contraste entre la escrupulosa observancia de normas canónicas o litúrgicas, al tiempo que, por ejemplo, hay personas o instituciones religiosas
que hacen negocios turbios, por ejemplo invertir cantidades importantes en capital financiero, un capital que cuanto más dinero da, sin duda, es que se invierte en negocios turbios, quizá muy turbios.
2. Jesús les echa en cara también la vanidad ingenua de los que pretenden
ser siempre el centro y que la gente los admire y reverencie.
Recordando estas palabras de Jesús, resulta inevitable pensar en no pocos comportamientos de quienes, basándonos en títulos y cargos religiosos, nos hemos complacido en puestos de honor, reverencias y besamanos, dignidades y otras cosas que ponen en evidencia que no nos basta la humanidad.
Apetecemos algo de divinidad o, mejor, cierto (¿inconsciente?) endiosamiento.
Todo esto, por desgracia, suele ser frecuente en ambientes religiosos y
en centros de intelectualidad.
¡Qué ridículo tan pueril!

3. De los juristas, Jesús denuncia la contradicción ética de quienes han cargado las conciencias con deberes y exigencias que ellos no cumplen.
Si somos sinceros, en este asunto, nos sorprendemos con las manos manchadas de incoherencias que han sido agresiones demasiado dolorosas para personas de buena voluntad.
El fondo del problema está en que la observancia de los rituales religiosos tiene el peligroso efecto de tranquilizar las conciencias más sucias.


viernes, 9 de octubre de 2015

Párate un momento: Evangelio del día 13 DE OCTUBRE - MARTES - 28ª - Semana del Tiempo Ordinario




13 DE OCTUBRE - MARTES     -
28ª  - Semana del Tiempo Ordinario

Evangelio: Lc 11.37-41

   En aquel tiempo, cuando Jesús terminó de hablar, un fariseo lo invito a comer a su casa.     Él entró y se puso a la mesa.
Como el fariseo se sorprendió al ver que no se lavaba las manos antes de comer, el Señor dijo:  “Vosotros, los fariseos, limpiáis por fuera la copa y el plato, mientras por dentro rebosáis de robos y maldades. ¡Necios! El que hizo lo de fuera, ¿no hizo también lo de dentro?
Dad limosna de lo de dentro, y lo tendréis
limpio todo”.

1.   Estas invectivas de Jesús contra los fariseos son paralelas a las que recoge Mt 23, pero ordenadas de forma distinta.
Aquí, por tanto, se plantean las mismas preguntas que en el capítulo 23 de Mt. Sea cual sea la respuesta que se dé a esas cuestiones de tipo histórico y de redacción, lo que interesa es el mensaje religioso que, en este y en los textos siguientes nos presenta el Evangelio.

2.   Lo primero que está claro, en este relato, es que Jesús no observaba los rituales religiosos de purificación que tan celosamente observaban los fariseos.
Se sabe que Jesús no estaba de acuerdo en bastantes cosas con lo que hacían y decían los fariseos.    Pero eso no le impide ir a casa de uno de ellos y sentarse a la mesa con él.    Al fariseo, lo que le interesa es la observancia de los rituales religiosos.
 A Jesús, lo único que le interesa es la comensalía,  la mesa compartida, que es símbolo universal de la vida compartida.
Jesús salta por encima de todas las diferencias ideológicas y éticas.    Sobre todo, Jesús se desentendió de los ritos que imponía la religión y buscó, ante todo, lo que puede unir a las personas.

3.   Jesús desplazó el centro de la religión. Para Jesús, ese centro no estaba en los ritos y normas, sino en una forma de vida en la que lo importante es, no lo exterior, la apariencia, es decir, la imagen externa, lo que ve la gente.     Lo importante, para Jesús, es el ser.   Y, más que el “ser” lo decisivo en el Evangelio es el “acontecer”: las “obras” que el ser humano realiza.
O los “frutos” que produce su vida.