13 DE
OCTUBRE - MARTES -
28ª - Semana del Tiempo Ordinario
Evangelio: Lc 11.37-41
En aquel tiempo, cuando Jesús
terminó de hablar, un fariseo lo invito a comer a su casa. Él entró y se puso a la mesa.
Como el fariseo se sorprendió al ver que no se lavaba las manos antes de
comer, el Señor dijo: “Vosotros, los
fariseos, limpiáis por fuera la copa y el plato, mientras por dentro rebosáis
de robos y maldades. ¡Necios! El que hizo lo de fuera, ¿no hizo también lo de
dentro?
Dad limosna de lo de dentro, y lo tendréis
limpio todo”.
1. Estas
invectivas de Jesús contra los fariseos son paralelas a las que recoge Mt 23,
pero ordenadas de forma distinta.
Aquí, por tanto, se plantean las mismas preguntas que
en el capítulo 23 de Mt. Sea cual sea la respuesta que se dé a esas cuestiones
de tipo histórico y de redacción, lo que interesa es el mensaje religioso que,
en este y en los textos siguientes nos presenta el Evangelio.
2. Lo primero
que está claro, en este relato, es que Jesús no observaba los rituales
religiosos de purificación que tan celosamente observaban los fariseos.
Se sabe que Jesús no estaba de acuerdo en bastantes cosas
con lo que hacían y decían los fariseos.
Pero eso no le impide ir a casa
de uno de ellos y sentarse a la mesa con él.
Al fariseo, lo que le interesa es
la observancia de los rituales religiosos.
A Jesús, lo
único que le interesa es la comensalía, la mesa compartida, que es símbolo universal
de la vida compartida.
Jesús salta por encima de todas las diferencias ideológicas
y éticas. Sobre todo, Jesús se
desentendió de los ritos que imponía la religión y buscó, ante todo, lo que
puede unir a las personas.
3. Jesús
desplazó el centro de la religión. Para Jesús, ese centro no estaba en los
ritos y normas, sino en una forma de vida en la que lo importante es, no lo
exterior, la apariencia, es decir, la imagen externa, lo que ve la gente. Lo importante, para Jesús, es el ser. Y, más que el “ser” lo decisivo en el
Evangelio es el “acontecer”: las “obras” que el ser humano realiza.
O los “frutos” que produce su vida.
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