lunes, 11 de septiembre de 2017

Párate un momento: El Evangelio del dia 12 DE SEPTIEMBRE - MARTES – 23ª - SEMANA DEL T. O. – A SANTÍSIMO NOMBRE DE MARÍA





12  DE SEPTIEMBRE - MARTES –
23ª -  SEMANA  DEL  T. O. – A

Evangelio según san Lucas 6, 12-19
       Por entonces, subió Jesús a la montaña a orar; y pasó la noche orando a Dios. Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos, escogió a doce de ellos y los nombró apóstoles: Simón, al que puso el nombre de Pedro, y Andrés, su hermano, Santiago, Juan, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Santiago Alfeo, Simón   apodado el Celotes, Judas el de Santiago y Judas Iscariote, que fue el traidor.
Bajó Jesús del monte con los Doce y se paró en un llano con un grupo grande de discípulos y de pueblo, procedente de toda Judea, de Jerusalén y de la costa de Tiro y de Sidón.
Venían a oírlo ya que los curara de sus enfermedades; los atormentados por espíritus inmundos quedaban curados, y la gente trataba de tocarlo, porque salía de él una fuerza que los curaba a todos.

1.  Jesús oraba. Y oraba mucho, cosa de la que los   evangelios nos dejaron abundante documentación,    utilizando normalmente el verbo "euchomai", "rezar", "pedir" (Mt 14, 23; 19, 13; 26, 36. 39. 42. 44; Mc 1, 35; 6, 46; 14, 32. 35. 39; Lc 3, 21; 5, 16; 6, 12; 9, 18. 28. 29; 11, 1; 22, 41. 44. 46).
Como aquí se dice, Jesús pasaba las noches enteras en oración a Dios. Él se sentía un ser humano, necesitado y que, en consecuencia, acudía al Padre del cielo.
La humanidad de Jesús y la espiritualidad de Jesús quedaron bien destacadas en los evangelios. Señal clara de que esto fue capital para Jesús. Y lo fue también para los cristianos desde la primera hora.

2.  Sobre la elección de los doce apóstoles, es importante advertir, entre otras cosas, que, al hacer tal elección, Jesús dejó claro que quería perpetuar el movimiento de reforma y renovación que él inició con su vida y sus enseñanzas.
Es evidente que un grupo, que pretende durar en la historia, necesita organizarse de alguna manera. Una espiritualidad, por muy fuerte que sea, si no tiene un
mínimo de estructura permanente, no podrá durar por mucho tiempo.   Otra cosa es cómo "se organiza" y "se gestiona" esa estructura básica. Lo que Jesús nos dejó, quedó estructurado sobre la base de los apóstoles.
Los creyentes en Jesús aceptamos gustosos esa estructura. Las formas de organización y de gestión, en las que ha cuajado esa estructura, son discutibles y, muchas de ellas, reformables.

3.  El sumario de la actividad de Jesús, con el que   termina este relato, señala (una vez más) que todo lo que Jesús estaba iniciando se orientaba a una
finalidad muy clara: dar vida a la gente, aliviar el sufrimiento de la gente, dignificar a cuantos sufren y se ven excluidos de esta vida y de la sociedad.
Jesús puso en marcha un profundo humanismo, una ética, una espiritualidad. Y eso es lo que estructuró sobre la base de los apóstoles.
La estructura, por tanto, está en función del humanismo y la ética, no al revés. La Iglesia está
para defender y potenciar el humanismo, no el humanismo para potenciar y justificar a la Iglesia.

SANTISIMO  NOMBRE  DE MARIA


Ha sido Lucas en su evangelio quien nos ha dicho el nombre de la doncella que va a ser la Madre de Dios: "Y su nombre era María". El nombre de María, traducido del hebreo "Miriam", significa, Doncella, Señora, Princesa.
Estrella del Mar, feliz Puerta del cielo, como canta el himno Ave maris stella. El nombre de María está relacionado con el mar pues las tres letras de mar guardan semejanza fonética con María. También tiene relación con "mirra", que proviene de un idioma semita. La mirra es una hierba de África que produce incienso y perfume.
En el Cantar de los Cantares, el esposo visita a la esposa, que le espera con las manos humedecidas por la mirra. "Yo vengo a mi jardín, hermana y novia mía, a recoger el bálsamo y la mirra". "He mezclado la mirra con mis aromas. Me levanté para abrir a mi amado: mis manos gotean perfume de mirra, y mis dedos mirra que fluye por la manilla de la cerradura". Los Magos regalan mirra a María como ofrenda de adoración. "Y entrando a la casa, encontraron al niño con María, su madre, y postrándose, lo adoraron y abriendo sus cofres, le ofrecieron oro, incienso y mirra". La mirra, como María, es el símbolo de la unión de los hombres con Dios, que se hace en el seno de María. Maria es pues, el centro de unión de Dios con los hombres. Los lingüistas y los biblistas desentrañan las raíces de un nombre tan hermoso como María, que ya llevaba la hermana de Moisés, y muy común en Israel. Y que para los filólogos significa hermosa, señora, princesa, excelsa, calificativos todos bellos y sugerentes.

EL NOMBRE Y LA MISION
En la Historia de la Salvación es Dios quien impone o cambia el nombre a los personajes a quienes destina a una misión importante. A Simón, Jesús le dice: "Tú te llamas Simón. En adelante te llamarás Kefá, Pedro, piedra, roca, porque sobre esta roca edificaré mi Iglesia". María venía al mundo con la misión más alta, ser Madre de Dios, y, sin embargo, no le cambia el nombre. Se llamará, simplemente, MARIA, el nombre que tenía, y cumple todos esos significados, pues como Reina y Señora la llamarán todas las generaciones. María, joven, mujer, virgen, ciudadana de su pueblo, esposa y madre, esclava del Señor. Dulce mujer que recibe a su niño en las condiciones más pobres, pero que con su calor lo envuelve en pañales y lo acuna. María valiente que no teme huir a Egipto para salvar a su hijo. Compañera del camino, firme en interceder ante su hijo cuando ve el apuro de los novios en Caná, mujer fuerte con el corazón traspasado por la espada del dolor de la Cruz de su Hijo y recibiendo en sus brazos su Cuerpo muerto. Sostén de la Iglesia en sus primeros pasos con su maternidad abierta a toda la humanidad. María, humana. María, decidida y generosa. María, fiel y amiga. María fuerte y confiada. María, Inmaculada, Madre, Estrella de la Evangelización.



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