martes, 12 de septiembre de 2017

Parate un momento: El Evangelio del dia 13 DE SEPTIEMBRE - MIÉRCOLES – 23ª - SEMANA DEL T. O. - A SAN JUAN CRISOSTOMO, OBISPO Y DOCTOR





13 DE SEPTIEMBRE - MIÉRCOLES –
23ª - SEMANA DEL T. O. - A
OBISPO Y DOCTOR

Evangelio según san Lucas 6, 20-26
    En aquel tiempo, Jesús, levantando los ojos hacia sus discípulos, les dijo:
    "Dichosos los pobres, porque vuestro es el Reino de Dios.
Dichosos los que ahora tenéis hambre, porque   quedaréis saciados.
Dichosos los que ahora lloráis, porque reiréis. Dichosos vosotros cuando os odien los hombres, y os excluyan, y os insulten y proscriban vuestro nombre    como infame, por causa del Hijo del Hombre. Alegraos ese día y saltad de gozo: porque vuestra recompensa   será grande en el cielo. Eso es lo que hacían vuestros padres con los profetas.
Pero ¡ay de vosotros, los ricos, porque ya tenéis vuestro consuelo!
¡Ay de vosotros, los que estáis saciados, porque tendréis hambre!
      ¡Ay de los que ahora reís, porque haréis duelo y lloraréis! ¡Ay si todo el mundo habla bien de vosotros! Eso es lo que hacían vuestros padres con los falsos profetas".

1.  De la misma manera que el evangelio de Mateo   presenta el punto de partida del mensaje de Jesús haciendo la proclamación de las bienaventuranzas
5, 3-11), también el evangelio de Lucas, no en un   monte (Mt 5, 1), sino en una llanura (Lc 6, 17), presenta también la proclama de dicha y felicidad que Jesús ofrece a los humanos.
Del enorme y profundo contenido de estas dos proclamaciones evangélicas, se destaca lo primero que hay en ambas: los primeros destinatarios de lo más gozoso que aporta Jesús a este mundo son los pobres (J. D. G. Dun)

2.   La base de lo dicho está en el texto de Is 61,1:
"El Espíritu del Señor esta sobre mí, porque el Señor me ha ungido; me ha enviado a llevar la buena noticia a los pobres".
Este texto está en la respuesta que Jesús dio a los enviados por el Bautista cuando fueron a preguntarle a Jesús si Él era el que tenía que venir (Mt 11, 5; Lc 7, 22).
Y es la primera de las bienaventuranzas en las dos
redacciones (Mt 5, 3-6; Lc 6, 20 b-21). Igualmente en la sinagoga de Nazaret Jesús se aplica a sí mismo el texto de Is 61, 1 (Lc 4, 16-21), lo que desarrolla el texto extraño del pobre vecino de Nazaret  (Mc 6, 1-6 a). Por eso, en los evangelios, es tan frecuente ver a Jesús rodeado y acompañado por gentes de ínfima condición social: mendigos, vagabundos, pobres, excluidos, persona que pasan necesidad y que carecen de esperanza.

3. En las sociedades agrícolas del tiempo de Jesús, los pobres eran los que carecían de medios de auto-protección. Eran gentes despreciadas y que, con frecuencia, se veían en condiciones y hasta en la necesidad de situarse al margen de la sociedad.
En nuestro tiempo, este estado de cosas se ha    agravado hasta extremos inconcebibles.  Ernst Bloch, en su excelente estudio sobre Thomas Müntzer, el gran "teólogo de la revolución", que se enfrentó a Lutero,
ha dicho: "hay épocas en las que el mal adquiere proporciones tan tremendas, que el tolerante, ya por el hecho de tolerar y permitir que los demás toleren,
contribuye propiamente al incremento, al fortalecimiento, a la ratificación de la fechoría e incluso la provoca. Mediante su pasividad convierte a los   demás en culpables".
Esto, sin duda, es lo que no pudo tolerar Jesús.

SAN JUAN CRISOSTOMO,
OBISPO Y DOCTOR

San Juan Crisóstomo - (347-407)

Obispo de Constantinopla, Doctor de la Iglesia. Patrón de los predicadores.
Llamado "boca de oro" por su gran elocuencia
Nació en Antioquía, de padres cristianos, hacia el año 349. Su madre era un modelo de virtud. Estudió retórica bajo Libanius, el más famoso orador de su época y en el 374 comenzó una vida de anacoreta en las montañas. En el 386, su mala salud le forzó a regresar a Antioquia. Allí fue ordenado sacerdote.  Ejerció, con gran provecho, el ministerio de la predicación.
El año 397 fue elegido obispo de Constantinopla, cargo en el que se comportó como un pastor ejemplar, esforzándose por llevar a cabo una estricta reforma de las costumbres del clero y de los fieles.
Su rectitud en proclamar y defender la verdad le ganó muchos enemigos. La oposición de la corte imperial y de los envidiosos maquinaron acusaciones contra él y lo llevaron dos veces al destierro y eventualmente a Pythius en la periferia del imperio. Uno de sus enemigos, Theophilus, Patriarca de Alejandría, se arrepintió antes de su muerte.  Otro enemigo era la emperadora Eudoxia.
Tuvo el consuelo de contar siempre con el apoyo del Papa y llevó todas las tribulaciones con gran valentía y fe.
Acabado por tantas miserias, murió en Comana, en el Ponto, el día 14 de septiembre del año 407. Contribuyó en gran manera, por su palabra y escritos, al enriquecimiento de la doctrina cristiana, mereciendo el apelativo de Crisóstomo, es decir, «Boca de oro».



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