13 DE SEPTIEMBRE - MIÉRCOLES –
23ª - SEMANA DEL T. O. - A
OBISPO Y DOCTOR
Evangelio según san Lucas 6, 20-26
En aquel tiempo, Jesús, levantando los ojos
hacia sus discípulos, les dijo:
"Dichosos los pobres, porque vuestro
es el Reino de Dios.
Dichosos los que ahora tenéis hambre, porque quedaréis saciados.
Dichosos los que ahora lloráis, porque reiréis. Dichosos
vosotros cuando os odien los hombres, y os excluyan, y os insulten y proscriban
vuestro nombre como infame, por causa
del Hijo del Hombre. Alegraos ese día y saltad de gozo: porque vuestra recompensa será grande en el cielo. Eso es lo que
hacían vuestros padres con los profetas.
Pero ¡ay de vosotros, los ricos, porque ya tenéis vuestro consuelo!
¡Ay de vosotros, los que estáis saciados, porque tendréis
hambre!
¡Ay
de los que ahora reís, porque haréis duelo y lloraréis! ¡Ay si todo el mundo
habla bien de vosotros! Eso es lo que hacían vuestros padres con los falsos profetas".
1. De la
misma manera que el evangelio de Mateo
presenta el punto de partida del mensaje de Jesús haciendo la
proclamación de las bienaventuranzas
5,
3-11), también el evangelio de Lucas, no en un
monte (Mt 5, 1), sino en una llanura (Lc 6, 17), presenta también la
proclama de dicha y felicidad que Jesús ofrece a los humanos.
Del enorme y profundo contenido de estas dos
proclamaciones evangélicas, se destaca lo primero que hay en ambas: los primeros
destinatarios de lo más gozoso que aporta Jesús a este mundo son los pobres (J.
D. G. Dun)
2. La
base de lo dicho está en el texto de Is 61,1:
"El Espíritu del Señor esta sobre mí,
porque el Señor me ha ungido; me ha enviado a llevar la buena noticia a los
pobres".
Este texto está en la respuesta que Jesús dio a
los enviados por el Bautista cuando fueron a preguntarle a Jesús si Él era el
que tenía que venir (Mt 11, 5; Lc 7, 22).
Y es la primera de las bienaventuranzas en las
dos
redacciones
(Mt 5, 3-6; Lc 6, 20 b-21). Igualmente en la sinagoga de Nazaret Jesús se
aplica a sí mismo el texto de Is 61, 1 (Lc 4, 16-21), lo que desarrolla el texto
extraño del pobre vecino de Nazaret (Mc 6,
1-6 a). Por eso, en los evangelios, es tan frecuente ver a Jesús rodeado y
acompañado por gentes de ínfima condición social: mendigos, vagabundos, pobres,
excluidos, persona que pasan necesidad y que carecen de esperanza.
3. En las sociedades agrícolas del tiempo de
Jesús, los pobres eran los que carecían de medios de auto-protección. Eran
gentes despreciadas y que, con frecuencia, se veían en condiciones y hasta en
la necesidad de situarse al margen de la sociedad.
En nuestro tiempo, este estado de cosas se
ha agravado hasta extremos
inconcebibles. Ernst Bloch, en su
excelente estudio sobre Thomas Müntzer, el gran "teólogo de la revolución",
que se enfrentó a Lutero,
ha
dicho: "hay épocas en las que el mal adquiere proporciones tan tremendas, que
el tolerante, ya por el hecho de tolerar y permitir que los demás toleren,
contribuye
propiamente al incremento, al fortalecimiento, a la ratificación de la fechoría
e incluso la provoca. Mediante su pasividad convierte a los demás en culpables".
Esto, sin duda, es lo que no pudo tolerar
Jesús.
SAN JUAN CRISOSTOMO,
OBISPO Y DOCTOR
San Juan Crisóstomo - (347-407)
Obispo de Constantinopla, Doctor de la Iglesia. Patrón de los
predicadores.
Llamado "boca de oro" por su gran elocuencia
Nació en Antioquía, de padres cristianos, hacia el año 349. Su madre
era un modelo de virtud. Estudió retórica bajo Libanius, el más famoso orador
de su época y en el 374 comenzó una vida de anacoreta en las montañas. En el
386, su mala salud le forzó a regresar a Antioquia. Allí fue ordenado
sacerdote. Ejerció, con gran provecho,
el ministerio de la predicación.
El año 397 fue elegido obispo de Constantinopla, cargo en el que se
comportó como un pastor ejemplar, esforzándose por llevar a cabo una estricta
reforma de las costumbres del clero y de los fieles.
Su rectitud en proclamar y defender la verdad le ganó muchos
enemigos. La oposición de la corte imperial y de los envidiosos maquinaron
acusaciones contra él y lo llevaron dos veces al destierro y eventualmente a
Pythius en la periferia del imperio. Uno de sus enemigos, Theophilus, Patriarca
de Alejandría, se arrepintió antes de su muerte. Otro enemigo era la emperadora Eudoxia.
Tuvo el consuelo de contar siempre con el apoyo del Papa y llevó
todas las tribulaciones con gran valentía y fe.
Acabado por tantas miserias, murió en Comana, en el Ponto, el día 14
de septiembre del año 407. Contribuyó en gran manera, por su palabra y
escritos, al enriquecimiento de la doctrina cristiana, mereciendo el apelativo
de Crisóstomo, es decir, «Boca de oro».
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