22 DE SEPTIEMBRE - VIERNES
24ª - SEMANA DEL T. O.-A
SAN MAURICIO
Y COMPAÑEROS MARTIRES
Lectura del santo evangelio según san Lucas 8,
1-3
En aquel
tiempo, Jesús iba caminando de ciudad
en ciudad y de pueblo en pueblo, predicando la Buena Noticia del Reino
de Dios; lo acompañaban los Doce y algunas mujeres que él había curado de malos
espíritus y enfermedades: María la Magdalena, de la que habían salido siete
demonios; Juana, la mujer de Cusa, el intendente de Herodes; Susana y otras
muchas que le ayudaban con sus bienes.
1.
Durante bastante tiempo, se pensó que no había que conceder especial interés
a este sumario de la actividad de Jesús, especialmente al hecho de que
anduviera, por los caminos y pueblos de Galilea, acompañado de "muchas
mujeres que le ayudaban con sus bienes".
Hasta se ha dicho que esta información sobre
las mujeres no merece fiabilidad (J. A. Fitzmyer).
Actualmente, sin embargo, se piensa de otra manera.
Y la tendencia mayoritaria entre los especialistas es aceptar, no solo la verdad,
sino sobre todo la importancia que tuvieron las mujeres en la vida y en el
ministerio de Jesús. Y, por tanto, en la Iglesia naciente, en la que se
conservaron y redactaron estos datos (B.
Witherington).
2. El
hecho de que mujeres casadas acompañaran
establemente a un profeta itinerante, junto a otros hombres, era en
aquel tiempo y en aquella cultura un
hecho
insólito y que justificaba que los maridos de aquellas mujeres las repudiaran y
se casaran con otras (J. Jeremias). Y más teniendo en cuenta que, por lo menos,
algunas de aquellas mujeres habían estado enfermas o endemoniadas, como indica
el mismo Lucas.
Es llamativa particularmente la presencia de
María Magdalena en la vida de Jesús (Mc 15, 40. 47 par; 16, 1 par; Lc 8, 2; Jn
20, 11-18; Ev. Tom. 114.1).
Además hay que recordar también a María y
Marta (Lc 10, 38-40; Jn 11, 1-12, 11),
la mujer que padecía hemorragias (Mc 5,
21-43 par), la sirofenicia (Mc 7, 24-30 par), la samaritana (Jn 4, 7-30) y la
pecadora que le ungió los pies (Lc 7, 36-50). Así como las mujeres que le
observaban en la cruz (Mc 15, 40 par).
3. Jesús
fue un hombre llamativamente libre. Y
profundamente humano. Rompió todos los esquemas sociales y los convencionalismos puritanos
de su
tiempo
y del nuestro. Porque para él lo importante no era quedar bien, sino ser transparente,
libre y acogedor con toda clase de personas.
SAN MAURICIO
Y COMPAÑEROS MARTIRES
Martirologio Romano: En Agauno (hoy Saint Maurice d´Agaune), en la región de Valais,
en el país de los helvecios, santos mártires Mauricio, Exuperio, Cándido, que
siendo soldados, al decir de san Euquerio de Lyon, fueron sacrificados por su
fe en Cristo, en tiempo del emperador Maximiano, juntamente con sus compañeros
de la misma legión Tebea y el veterano Víctor, ilustrando así a la Iglesia con
su gloriosa pasión (c. 302).
Etimología: Mauricio
= oscuro, sombrío, de Mauritania. Viene de la lengua latina.
Fecha de canonización: Información no disponible, la antigüedad de los documentos y de
las técnicas usadas para archivarlos, la acción del clima, y en muchas
ocasiones del mismo ser humano, han impedido que tengamos esta concreta
información el día de hoy. Si sabemos que fue canonizado antes de la creación
de la Congregación para la causa de los Santos, y que su culto fue aprobado por
el Obispo de Roma, el Papa.
Breve Biografía
San Mauricio (llamado también Maurice, Moritz o Mauritius). Era
el comandante de la Legión Tebana y murió martirizado a principios del siglo
III.
La Legión Tebana, integrada sólo por cristianos procedentes de
Egipto, recibió órdenes de partir hacia Galia para auxiliar al emperador
Maximiano. Aunque combatieron valientemente, rehusaron obedecer la orden
imperial de perseguir a los cristianos, por lo que fueron diezmados. Al negarse
por segunda vez, todos los integrantes de la Legión Tebana fueron ejecutados.
El lugar en que supuestamente tuvieron lugar estos hechos, conocido como
Agaunum, es ahora la sede de la abadía de Saint Maurice, en el cantón suizo de
Valais.
Esta es la versión más antigua de la historia del martirio de la
Legión Tebana, de acuerdo con la carta que Eucherius, arzobispo de Lyon (c. 434
– 450) dirigió al también obispo Salvius. En otras versiones varía la causa del
martirio, y los legionarios son ejecutados por negarse a hacer sacrificios a
los dioses romanos.
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