20 DE OCTUBRE
- SÁBADO -
28ª - SEMANA DEL T.O. – B –
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios (1,15-23):
Yo, que he
oído hablar de vuestra fe en el Señor Jesús y de vuestro amor a todos los
santos, no ceso de dar gracias por vosotros, recordándoos en mi oración, a fin
de que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de la gloria, os dé
espíritu de sabiduría y revelación para conocerlo. Ilumine los ojos de vuestro
corazón, para que comprendáis cuál es la esperanza a la que os llama, cuál la
riqueza de gloria que da en herencia a los santos, y cuál la extraordinaria
grandeza de su poder para nosotros, los que creemos, según la eficacia de su
fuerza poderosa, que desplegó en Cristo, resucitándolo de entre los muertos y
sentándolo a su derecha en el cielo, por encima de todo principado, potestad,
fuerza y dominación, y por encima de todo nombre conocido, no sólo en este
mundo, sino en el futuro. Y todo lo puso bajo sus pies, y lo dio a la Iglesia,
como cabeza, sobre todo. Ella es su cuerpo, plenitud del que lo acaba todo en
todos.
Palabra de Dios
Salmo: 8,2-3a.4-5.6-7a
R/. Diste a tu Hijo el mando sobre las obras de tus manos
Señor,
dueño nuestro,
¡qué
admirable es tu nombre en toda la tierra!
Ensalzaste
tu majestad sobre los cielos.
De la
boca de los niños de pecho
has
sacado una alabanza. R/.
Cuando
contemplo el cielo, obra de tus dedos,
la luna y
las estrellas que has creado,
¿qué es
el hombre, para que te acuerdes de él,
el ser
humano, para darle poder? R/.
Lo hiciste
poco inferior a los ángeles,
lo
coronaste de gloria y dignidad,
le diste
el mando sobre las obras de tus manos. R/.
Lectura del santo evangelio según san Lucas (12,8-12):
En aquel
tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Si uno se pone de mi parte ante los hombres, también el Hijo
del hombre se pondrá de su parte ante los ángeles de Dios. Y si uno me reniega
ante los hombres, lo renegarán a él ante los ángeles de Dios.
Al que hable contra el Hijo del hombre se le podrá perdonar,
pero al que blasfeme contra el Espíritu Santo no se le perdonará.
Cuando os conduzcan a la sinagoga, ante los magistrados y las
autoridades, no os preocupéis de lo que vais a decir, o de cómo os vais a
defender. Porque el Espíritu Santo os enseñará en aquel momento lo que tenéis
que decir.»
Palabra del Señor
1. Jesús
fue un hombre controvertido. Y un
hombre enjuiciado y cuestionado. De ahí que tuvo amigos y enemigos. Los
que se pusieron de su parte y los que lo negaron. Es decir, ante Jesús no cabe
quedarse indiferente. Y, por tanto, la neutralidad es imposible. Esto supuesto,
lo importante para nosotros está en
saber
siempre que este proceso sigue adelante en la historia. De forma que ahora
mismo hay personas que se ponen de parte de Jesús, lo mismo que hay quienes
reniegan de él. Evidentemente, esto no se hace en un juicio. Se hace en la
vida.
Hay quienes, con sus decisiones y sus hábitos
de vida, afirman que Jesús tiene razón. Lo mismo que hay quienes viven y hablan
de forma que a todas horas están diciendo que Jesús se equivocó. Los que organizan
su vida para tener asegurada su fama, su poder, su dinero, su buena imagen, su
seguridad
a
toda costa, todos los que hacemos eso (o algo de eso), quizá sin saber lo que
hacemos, lo que realmente hacemos es decirle a todo el mundo que Jesús se
equivocó.
Que no le hagan caso a Jesús, ya que lo que importa es lograr aquello que
rechazó Jesús. Así vamos por la vida...
¡Qué vergüenza y qué dolor!
2. La
blasfemia contra el Espíritu Santo consiste en la postura obstinada, ciega y
firme de oposición y enfrentamiento al
Evangelio (A. Plummer, T. W.
Manson),
es decir, de oposición y enfrentamiento al ser humano, que ocupa el centro de
las preocupaciones evangélicas. No
olvidemos que, en la encarnación del Logos (que es Dios), el mismo Dios se ha
fundido con el ser humano.
Así las cosas, resulta lógico y coherente que blasfemar
contra semejante proyecto sea imperdonable. No porque el Padre no quiera
perdonar, sino porque
el
que blasfema así no quiere ser perdonado.
- ¿Qué le importa a él el perdón de eso que
dicen que es Dios?
3. En
este contexto de enfrentamiento y conflicto, Jesús advierte a sus discípulos
que pueden ser conducidos "a la sinagoga". Es decir, a un juicio
religioso. Porque también puede ocurrir (y ocurre) que la religión tome
decisiones y asuma formas de comportamiento que son auténticas agresiones al
ser humano, a personas concretas. Y entonces, de acuerdo con lo que dice el
Evangelio, se trata de agresiones contra el mismo Dios.
San Honorio abad
Fregenal de la Sierra (Badajoz) remonta sus orígenes hacia el 580
antes de Cristo, cuando la poblaron los celtas de la Lusitania, llamándola
Nertóbriga.
Inscripciones romanas confirman la presencia del Nuevo Imperio del
Lacio. Fue sede episcopal, que en el reinado de Wamba ya había sido extinguida.
Después fue villa de los templarios con su castillo como plaza fuerte y con las
encomiendas de Higuera y Bodonal.
Uno de los cuatro santos que figuran en su historia cristiana fue san
Honorio, abad. En una lápida hallada en la ermita de San Miguel se lee la
siguiente inscripción: "In nomine Domini respicis augustum praeciosa rupe
supulcrum. Hospitium Beatissimi Honorii abbatis caelestia tenentis regna. In
saecula saeculorum amen. Hic tumullus Honorii abbatis".
Así, sabemos de su vida ejemplar, de sus oraciones y penitencias, del
testimonio ante los cristianos de la primera época. Nos queda el deseo de darle
a Dios, siguiendo sus pasos, lo mejor de nuestro tiempo.
Fuente: Archidiócesis de Madrid
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