domingo, 19 de enero de 2020

Párate un momento: El Evangelio del dia 20 DE ENERO – LUNES – 2ª – SEMANA DEL T.O. – A – San Fabián, papa y San Sebastián, mártir





20 DE ENERO – LUNES –
2ª – SEMANA DEL T.O. – A –

Lectura del primer libro de Samuel (15,16-23):

En aquellos días, Samuel dijo a Saúl:
«Déjame que te cuente lo que el Señor me ha dicho esta noche.»
Contestó Saúl:
«Dímelo.»
Samuel dijo:
«Aunque te creas pequeño, eres la cabeza de las tribus de Israel, porque el Señor te ha nombrado rey de Israel. El Señor te envió a esta campaña con orden de exterminar a esos pecadores amalecitas, combatiendo hasta acabar con ellos.
¿Por qué no has obedecido al Señor?
¿Por qué has echado mano a los despojos, haciendo lo que el Señor reprueba?»
Saúl replicó:
«¡Pero si he obedecido al Señor! He hecho la campaña a la que me envió, he traído a Agag, rey de Amalec, y he exterminado a los amalecitas. Si la tropa tomó del botin ovejas y vacas, lo mejor de lo destinado al exterminio, lo hizo para ofrecérselas en sacrificio al Señor, tu Dios, en Guilgal.»
Samuel contestó:
«¿Quiere el Señor sacrificios y holocaustos, o quiere que obedezcan al Señor?
Obedecer vale más que un sacrificio; ser dócil, más que la grasa de carneros. Pecado de adivinos es la rebeldía, crimen de idolatría es la obstinación.
Por haber rechazado al Señor, el Señor te rechaza como rey.»

Palabra de Dios

Salmo: 49,8-9.16bc-17.21.23

R/. Al que sigue buen camino le haré ver la salvación de Dios

«No te reprocho tus sacrificios,
pues siempre están tus holocaustos ante mí.
Pero no aceptaré un becerro de tu casa,
ni un cabrito de tus rebaños.» R/.

«¿Por qué recitas mis preceptos
y tienes siempre en la boca mi alianza,
tú que detestas mi enseñanza
y te echas a la espalda mis mandatos?» R/.

«Esto haces, ¿y me voy a callar?
¿Crees que soy como tú?
Te acusaré, te lo echaré en cara.
El que me ofrece acción de gracias, ése me honra;
al que sigue buen camino le haré ver la salvación de Dios.» R/.

Lectura del santo evangelio según san Marcos (2,18-22):

En aquel tiempo, los discípulos de Juan y los fariseos estaban de ayuno. Vinieron unos y le preguntaron a Jesús:
«Los discípulos de Juan y los discípulos de los fariseos ayunan. ¿Por qué los tuyos no?»
Jesús les contestó:
«¿Es que pueden ayunar los amigos del novio, mientras el novio está con ellos?
Mientras tienen al novio con ellos, no pueden ayunar. Llegará un día en que se lleven al novio; aquel día sí que ayunarán.
Nadie le echa un remiendo de paño sin remojar a un manto pasado; porque la pieza tira del manto, lo nuevo de lo viejo, y deja un roto peor.
Nadie echa vino nuevo en odres viejos; porque revienta los odres, y se pierden el vino y los odres; a vino nuevo, odres nuevos.»

Palabra del Señor

1. Es importante hablar del ayuno   cuando sabemos que, como resultado de las políticas económicas restrictivas que se nos han impuesto a partir de la última crisis económica, la brecha y la distancia entre ricos y pobres se ha hecho espantosamente grande y creciente.
     El ayuno era antiguamente una práctica religiosa libremente asumida por los creyentes. Ahora el ayuno es una exigencia obligatoria, que los ricos les imponen a los pobres de la tierra, para acaparar más riqueza a costa del hambre de los necesitados.
     Esto es espantoso. Pero es así.
El 1 % de la población mundial obliga a más del 60 % a ayunar en la comida, la salud, la vivienda, la propia seguridad, la educación...
La codicia de unos pocos impone el hambre de todo a la enorme mayoría de los ciudadanos. Y a esto le llaman el "Estado de Derecho". Es la "economía canalla" (Loretta Napoleón).
La más brutal agresión que se ha cometido en la historia de la humanidad. Antiguamente, eran los "dioses" los que mandaban ayunar, Hoy son los poderosos y los capitalistas (los nuevos dioses de la tierra) los que imponen y exigen el ayuno mortal de 35.000 niños desnutridos, que se mueren cada día.

2. Jesús cortó por lo sano con este tipo de prácticas, normas y costumbres, propuestas por la religión. Porque, para Jesús, Dios no se antepone a la vida.  Ni entra en conflicto con la vida de nadie. Ni soporta que la gente se imponga privaciones y sufrimientos con la ingenua idea de que así se acerca más a lo divino, a lo sobrenatural, al cielo.
El Padre, del que nos habla Jesús, quiere que seamos felices y que disfrutemos de la vida.

3. Por eso aquí debemos recordar lo que dijo, en nombre de Dios, el profeta Isaías: "Este es el ayuno que yo quiero: soltar las cadenas injustas, desatar las correas del yugo, liberar a los oprimidos, quebrar todos los yugos, partir tu pan con el hambriento, hospedar a los pobres sin techo, cubrir a quien ves desnudo, y no desentenderte de los tuyos. Entonces surgirá tu luz como la aurora, enseguida se curarán tus heridas, ante ti marchará la justicia, detrás de ti la gloria del Señor" (Is 58, 6-8).

San Fabián, papa y San Sebastián, mártires



San Fabián, Sumo Pontífice (250)

Fue Sumo Pontífice del año 236 al 250, por 14 años.
Jesús es bajado de la Cruz. El historiador Eusebio cuenta que, al morir el Papa San Antero, el clero de Roma se reunió junto con los fieles creyentes, para elegir al nuevo Papa, y que estando allí reunidos, vieron descender una paloma sobre la cabeza de Fabián. No habían pensado elegirlo a él porque todavía no era sacerdote. Pero ante esta señal, lo eligieron, y fue ordenado sacerdote y consagrado obispo. San Cipriano dijo de él: "Fue un hombre muy santo, y la gloria de su martirio correspondió a la gran pureza de su vida". El emperador Decio ordenó en el 250 una terrible persecución contra los cristianos y al primero que mandó matar fue al Papa San Fabián.

San Sebastián, soldado mártir. Año 300.
       Transfiguración de nuestro Señor. Se dice de él que entró a la vida militar para poder ayudar a los cristianos que estaban prisioneros. Una vez un mártir estaba para desanimarse a causa de las lágrimas de sus familiares, pero el militar Sebastián lo animó a ofrecer su vida por Jesucristo, y así aquel creyente obtuvo el glorioso martirio. Dicen los antiguos documentos que Sebastián era Capitán de la Guardia en el Palacio Imperial en Roma, y aprovechaba ese cargo para ayudar lo más posible a los cristianos perseguidos.
Pero un día lo denunciaron ante el emperador por ser cristiano. Maximino lo llamó y lo puso ante la siguiente disyuntiva: o dejar de ser cristiano y entonces ser ascendido en el ejército, o si persistía en seguir creyendo en Cristo ser degradado de sus cargos y ser atravesado a flechazos. Sebastián declaró que sería seguidor de Cristo hasta el último momento de su vida, y entonces por orden del emperador fue atravesado a flechazos. En Roma le levantaron desde muy antiguos tiempos una basílica en su honor. Ha sido invocado por muchos siglos como su Patrono contra las flechas envenenadas y para librarse de plagas y enfermedades. San Ambrosio pronunció hermosos sermones acerca de San Sebastián. Es patrono de los arqueros, los soldados y los atletas.
El nombre "Sebastián" significa: "Digno de respeto. Venerable".



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