domingo, 18 de diciembre de 2016

P-arate un momento: El Evangelio del día 19 DE DICIEMBRE - LUNES FERIAS DE ADVIENTO San Anastasio . I, papa




19 DE DICIEMBRE  -   LUNES
FERIAS   DE     ADVIENTO
San Anastasio . I, papa

Evangelio según san Lucas 1, 5-25
       En tiempos de Herodes, rey de Judea, había un sacerdote llamado Zacarías, del turno de Abías, casado con una descendiente de Aarón llamada Isabel.
    Los dos eran justos ante Dios, y caminaban sin falta según los mandamientos y leyes del Señor. No tenían hijos porque Isabel era estéril, y los dos eran de edad avanzada. 
Una vez que oficiaba delante de Dios con el grupo de su turno, según el ritual de los sacerdotes, le tocó a él entrar en el santuario del Señor a ofrecer el incienso; la muchedumbre del pueblo estaba fuera rezando durante la ofrenda del incienso. Y se le apareció el ángel del Señor, de pie a la derecha del altar del incienso. Al verlo, Zacarías se sobresaltó y quedó sobrecogido de temor. Pero el ángel le dijo:
"No temas, Zacarías, porque tu ruego ha sido escuchado: tu mujer Isabel te dará un hijo y le pondrás por nombre Juan.
Te llenarás de alegría y mucho se alegrarán de su nacimiento, pues será grande a los ojos del Señor: no beberá vino ni licor; se llenará de Espíritu Santo ya en el vientre materno, y convertirá muchos israelitas al Señor, su Dios.
Irá delante del Señor, con el espíritu y poder de Elías, para convertir los corazones de los padres hacia los hijos, y a los desobedientes a la sensatez de los justos, preparando para el Señor un pueblo bien dispuesto".
Zacarías replicó al ángel:
        "¿Cómo estaré seguro de eso? Porque yo soy viejo y mi mujer es de edad avanzada".
El ángel le contestó:
"Yo soy Gabriel, que sirvo en presencia de Dios; he sido enviado a hablarte para darte esta buena noticia. Pero mira: guardarás silencio, sin poder hablar, hasta el día en que esto suceda, porque no has dado fe a mis palabras, que se cumplirán en su momento".
       El pueblo estaba aguardando a Zacarías sorprendido de que tardase tanto en el santuario. Al salir no podía hablarles, y ellos comprendieron que había tenido una visión en el santuario. Él les hablaba por señas, porque seguía mudo.
       Al cumplirse los días de su servicio en el templo volvió a casa. Días después concibió Isabel, su mujer, y estuvo sin salir cinco meses, diciendo:
"Así me ha tratado el Señor cuando se ha dignado quitar mi afrenta ante los hombres".

1.  Parece de muy dudoso valor el pretender interpretar este relato desde las intenciones que hipotéticamente tuviera el evangelista Lucas cuando redactó este episodio.
Todo eso no pasaría de ser una mera proyección de nuestros criterios actuales, haciéndolos realidad en la mentalidad y en el tiempo en que se escribió este pasaje. Por eso, lo más razonable parece ser atenerse a lo que dice el texto de este suceso, tal y como lo cuenta el autor que lo escribió, el evangelista Lucas.

2.  Esto supuesto, lo que el texto del evangelio dice es que un personaje sagrado (un sacerdote), en el sitio más sagrado (el santuario del templo), en el momento más sagrado (la ofrenda del incienso) y realizando la acción sagrada por excelencia (el ritual sagrado de la plegaria a Dios), todo este conjunto de factores, que son la expresión más intensa de "lo sagrado", se cerró a la creencia de la fe. No tuvo fe. Y la consecuencia de aquella falta de fe fue que lo sagrado se quedó mudo.  
Cuando va a nacer el precursor de Jesús, el que abre camino al Evangelio, nos dice con toda claridad que, en la nueva situación que se aproxima, lo sagrado no tiene nada que decir. Ni se comunica con la gente. Ni aporta nada. Ni resuelve nada.

3.  Ni Juan Bautista estuvo vinculado a "lo sagrado". Ni Jesús tampoco. Los dos fueron   hombres asociados a "lo profético". Ni Juan Bautista se fue a un monasterio. Ni Jesús fue un asceta del desierto, ni siquiera eso. El ayuno de cuarenta días en el desierto, que se atribuye a Jesús, no pasa de ser un relato simbólico.
Juan y Jesús fueron hombres libres, que anunciaron la libertad y la liberación a los oprimidos y esclavizados de este mundo. 
Desde la vida compartida con los demás, sin pretender estar por encima de nadie, siendo uno
de tantos, solamente así es posible anunciar el Evangelio.
El Evangelio es un proyecto de vida compartida con los demás, en las condiciones en que vive el común de los mortales. Este es el camino que ya se marca desde el anuncio de
futuro nacimiento del precursor.
Seamos "normales" en las formas. Y seamos
"heroicos" en la realidad de nuestra honestidad, nuestra honradez, nuestra bondad, nuestra profesionalidad, nuestra transparencia, y sobre todo en el conjunto de nuestra humanidad. 
En esto ha de consistir nuestra mejor prepa-
ración a la Navidad.

San Anastasio I, papa
El 19 de Diciembre es el día de San Anastasio I, Papa entre los años 399 y 401. Nacido en Roma, su elección como Vicario de Cristo tuvo lugar sólo un día después de la muerte de su antecesor. En su breve pontificado condenó las obras de Orígenes que contenían herejías (como la apocatástasis que negaba la eternidad de la condena de los demonios). En el ámbito ritual prescribió que los sacerdotes debían asistir a la lectura del Evangelio con la cabeza agachada y descubierta, y estableció que quien tuviera un defecto físico invalidante no podía ser ordenado. Concilió los cismas de Antioquía con Roma, y combatió las costumbres que tendían a la vida inmoral. Él mismo se destacó por vivir con gran austeridad material a pesar de ostentar el papado en una época en que la religión católica era la oficial del imperio romano.




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